Tribuna
Desposesión por acumulación en torno al Partido Popular
No sólo estamos ante una expansión del capitalismo nacional mediante la venta de bienes y servicios que una vez fueron de todos, sino también ante una práctica consolidada de enriquecimiento basado en el fraude y el pillaje
José Mansilla 20/04/2017
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En tiempos de Tramabuses y libros --como el de Rubén Juste, Ibex 35 Una historia herética del poder en España-- que intentan desenmascarar el modo de funcionamiento ordinario de nuestro capitalismo patrio, me viene a la cabeza la actualización que el geógrafo David Harvey hace del concepto de acumulación primitiva de Marx. Para Harvey, la necesidad del sistema capitalista de proseguir con su necesaria senda de expansión continua le lleva a emprender distintas estrategias. Una de ellas es la denominada solución espacial, es decir, la fijación de grandes cantidades de capital en el territorio mediante la construcción de infraestructuras, viviendas, etc., como forma de ralentizar la dinámica de sobreacumulación inherente al funcionamiento del sistema. Otra de ellas es lo que Harvey denomina acumulación por desposesión y, quizás, es la que se presenta como más interesante en relación a los últimos acontecimientos en torno a las corrupciones del Partido Popular (PP).
Por acumulación por desposesión entenderíamos aquellas prácticas que permiten la expansión del capital mediante su introducción en campos que, hasta ese momento, le eran ajenos. En concreto, esto se llevaría a cabo mediante privatizaciones (de empresas públicas, la desregularización de sectores productivos, la apertura al mercado de sectores como la sanidad, la educación, etc.), mediante la financiarización (la expansión del crédito, etc.), mediante la gestión y manipulación de las crisis (como formas de reajuste de la estructura de clases, por ejemplo) y, finalmente, mediante las redistribuciones estatales de renta (la priorización de las retribuciones al capital frente a las rentas del trabajo). Sin duda, la más acorde con los hechos recientes es la primera de las mismas, aquella relacionada con las privatizaciones de empresas públicas.
Precisamente es en torno a la expansión de las actividades internacionales del Canal de IsabeI II y su intento de privatización –comisiones incluidas-- que ha sido puesto entre rejas –aunque solo sea por una noche-- el expresidente del Gobierno de la Comunidad de Madrid Ignacio González. Sin embargo, y como no podía ser de otra manera en nuestro gran solar patrio –lo de solar no es comentario inocente--, estas prácticas de privatización alcanzan en Madrid un carácter distintivo, aunque no único, como hemos podido ver en situaciones similares en torno al caso Gürtel, las investigaciones sobre el 3% en Catalunya, etc.
Un nuevo proceso de acumulación por desposesión se tornaría en una dinámica de desposesión por acumulación, una práctica continua y sistemática del robo
La cuestión es que lo que en principio se plantearía, desde el punto de vista teórico, como un nuevo proceso de acumulación por desposesión, en este caso, se tornaría, más bien, en una dinámica de desposesión por acumulación, esto es, una práctica continua y sistemática del robo, la rapiña y el latrocinio de parte del capital acumulado por una serie de individuos que, en este caso, aunque como he señalado anteriormente no de forma exclusiva, están vinculados al PP. Es más, en algunas ocasiones el destinatario de esta acumulación ha sido el propio partido gobernante, recordemos, en el Estado.
Y así estamos.No solo ante una más que cuestionable estrategia de expansión del capitalismo nacional mediante la venta, muchas veces a saldo, de parte de unos bienes y servicios que una vez fueron de todos, y que economistas nada sospechosos de antisistema como Joseph Stiglitz se han encargado de poner en duda, sino también ante una práctica consolidada de enriquecimiento personal y corporativo ilícito basado en el fraude y el pillaje. Siempre nos quedará la duda de si, como más de uno puede llegar a pensar, se trata de dos fenómenos que están indefinida e íntimamente unidos desde su nacimiento, de forma que algo que ha sido presentado como una opción ideológica no sería otra cosa que su cobertura técnica de legitimación.
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José Mansilla es miembro del Observatori d’Antropologia del Conflicte Urbà (OACU).
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