1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Tribuna

Lo impolítico de la violencia machista

Este grave problema, además de una política lo más eficaz posible dentro de sus confines, reclama para acabar con él una profunda transformación cultural como indispensable reverso de la revolución feminista en curso

José Antonio Pérez Tapias 3/07/2017

<p>Manifestación en Madrid por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. 8 de Marzo de 2015</p>

Manifestación en Madrid por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. 8 de Marzo de 2015

Descubriendo Me / Youtube

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí

----------------------------------------------------------------------------------------------------- 

La violencia machista, máxime cuando llega al extremo en que una mujer más, de nuevo, desgraciadamente es asesinada por el varón que era su pareja, no sólo impacta con toda su dureza en el entorno inmediato de familiares y amigos, sino que sacude cimientos muy profundos de nuestra realidad social. Las reacciones públicas que se producen cuando mujeres son matadas, expresando dolor, dan cauce también a una respuesta social que reacciona contra lo que sería la “normalización” de esa violencia. Recusarla públicamente es compartir sentimientos de pesar y generar solidaridad en un acto de resistencia. No obstante, la reacción no evita el desconcierto ante hechos criminales de esa naturaleza. Es muy desasosegante tener que afrontar una violencia contra las mujeres que, además de acabar con la vida de ellas cuando la violencia llega a ese punto, resulta ser como un potente torpedo sobre la línea de flotación de las formas de convivencia más elementales de una sociedad.

Es un logro del movimiento feminista que la violencia contra las mujeres que se da en el seno de nuestra realidad social no quede, en cuanto a su conocimiento y denuncia, circunscrita al ámbito de la más estricta privacidad, a la intimidad de unas relaciones de pareja en las que la existencia de la mujer se convirtió en un infierno del que sólo podía esperarse, en muchos casos, el desenlace trágico de un insufrible drama cotidiano. Sacar a la luz todo ello, hacer público el sufrimiento injustamente padecido en la más íntima órbita de lo privado, llevar al ámbito político una violencia destructora de relaciones humanas y de la vida de quienes están inmersos en ellas, ha sido y es de todo punto necesario si se quiere atajar una violencia de género que se enquista en la dinámica de nuestra sociedad como semilla de muerte y quiebra de las más elementales exigencias en cuanto a dignidad y respeto recíproco. En ese sentido bien está que se exijan decisiones políticas y medidas de todo tipo –jurídicas, judiciales, policiales, de soporte económico y apoyo humano, de facilidades para la autonomía de las mujeres y de logros en cuanto a objetivos de igualdad-- para avanzar en la dirección de erradicar efectivamente la violencia machista. Todas esas expectativas son las que se concentran sobre la reivindicación de un pacto de Estado contra la violencia machista, como necesidad urgente que ha de cubrir desde el sostén presupuestario para esa lucha contra la violencia de género, incluyendo la financiación de medidas de prevención en unos casos o de atención a posteriori en otros, hasta la implementación de nuevas normas legales o de innovadoras pautas judiciales. Sin embargo, hay motivos para pensar que, con todo eso como necesario, quizá no contemos con lo suficiente.

Es un logro del movimiento feminista que la violencia contra las mujeres que se da en el seno de nuestra realidad social no quede, en cuanto a su conocimiento y denuncia, circunscrita al ámbito de la más estricta privacidad

La necesidad de una política eficaz contra la violencia machista, constatando a la vez que aun siendo así da muestras de insuficiencia en cuanto a atajarla, puede llevar a una fuerte frustración social. Algo de eso hay, como se deja ver en las declaraciones políticas que acompañan a las expresiones colectivas de dolor que se suceden al hilo del trágico sucederse de crímenes machistas. Tal frustración reclama análisis más a fondo de esa violencia tan difícil de entender para de esa forma lograr también mayor acierto en las medidas en su contra.

La política, tan presente en la vida social –de suyo la organiza en su dinámica convivencial y la estructura con sus instituciones--, tiene, sin embargo, sus límites, como el filósofo italiano Roberto Esposito se ha encargado de mostrar. Ocurre, además, que ante la violencia machista su limitación se hace más notable –a poco que se quiera observar mirando a la realidad de frente--. Debe saberse eso, tanto por parte de la sociedad como por parte de la política y de quienes expresamente desempeñan cargos públicos. Tal limitación no hay que achacarla sin más a un mero déficit de las políticas públicas que culpablemente se hayan dejado de cubrir –que es caso, por otra parte, que puede darse en sociedades afectadas por una cultura patriarcal que sigue siendo dominante--. Por el contrario, lo que se puede apreciar ante la problemática que nos ocupa es que la violencia machista es de tales características que la política por sí sola no puede resolver todo lo que con ella tiene que ver.

Cabe decir que desde instancias políticas se está acostumbrado a abordar fenómenos violentos de otros tipos, cuya amplia gama va desde la delincuencia común hasta la actividad terrorista. En todos esos casos, aun con su diversidad, las diferentes formas de violencia presentan rasgos que las aproximan, sea por el lado de objetivos en sí violentos o, en cualquier caso, de medios violentos para conseguir ciertos objetivos. Diríase que esas formas de violencia, con la perversidad que entrañan, tienen un carácter instrumental. Hasta la violencia que va implicada muchas veces en la política –y no sólo aquélla externa a la política que ésta ha de afrontar-- conlleva la dimensión de medio para algún tipo de finalidad. Ésta misma puede conllevar violencia, y eso la hace criticable, y los medios violentos para ello no se justifican, como Walter Benjamin puso de relieve en sus escritos al respecto. Con todo, desde la política –y desde la filosofía política-- se suelen considerar aceptables ciertas formas de violencia, sea la del monopolio legítimo del Estado, como dijo Weber, sea la que pone en juego la legítima defensa, como teorizó la tradición escolástica. En cambio, lo que sucede con la violencia machista es precisamente que carece de ese carácter instrumental, se agota, por tanto, en sí misma, esto es, se trata de pura destructividad que concita la más negativa pasión, que es lo propio de la destructividad sobre cuya índole Fromm nos desveló su “anatomía”.

Los objetivos de igualdad entre mujeres y hombres se confrontan con jerarquías milenarias y las metas de emancipación de las mujeres tienen que habérselas con seculares prácticas de dominio

Diríase que la violencia machista, nutrida en su barbarie desde el telón de fondo de una cultura patriarcal cuyo orden simbólico –estructurando lo Real, como subraya Lacan desde su psicoanálisis-- no se ha disipado a pesar de los logros de la revolución feminista, concentra odio sobre odio, es decir, el odio reduplicado para suplantar el amor que, aun distorsionado, hubo. Y es esa condición la que refuerza su destructividad, como propia de una libertad desatada hasta el terror –la que despliega “la furia del hacer desaparecer”, según expresión hegeliana-- porque es libertad que se autodestruye en la misma actuación que promueve, que no deja de ser manifestación de puro mal. Tan es así que, como bien sabemos, la destructividad llega al punto de exceso de quitar la vida a hijos e hijas para añadir más sangre de inútil venganza a la que supone el sacrificio de la pareja que era madre de ellos.

La índole de tal violencia, localizada en el seno de las relaciones más íntimas, destruyendo vidas personales es a la vez desestructuradora del mismo orden social. Mas tal efecto se produce desde un plano externo a la política, aunque no ajeno a ella. Es a ese respecto que se sostiene la afirmación de que la violencia machista es impolítica, anidando en ese nivel de realidad que queda supuesto en la política como algo ontológicamente previo a ella, pero que en gran medida, como lo no político, se ubica en un plano donde es difícil que alcance su acción. De ahí los fuertes obstáculos con que se enfrentan las medidas políticas contra la violencia de género, pues se sitúan, a pesar de su inexcusable necesidad, en la frontera de cierta inconmensurabilidad –inconmensurabilidad que se ve soslayada cuando precipitadamente se sigue la consigna que asimila sin más el terror de la violencia machista al terrorismo como fenómeno (anti)político--.  La violencia machista, por ello mismo, dado su carácter impolítico, para ser eliminada –no podrá serlo mientras haya actitudes machistas ancladas en el carácter social en referencia al cual se conforman los caracteres individuales-- requiere una acción cultural en profundidad que vaya más al fondo de lo que usualmente puede hacer la política susceptible de aplicarse.

Los objetivos de igualdad entre mujeres y hombres se confrontan con jerarquías milenarias y las metas de emancipación de las mujeres tienen que habérselas con seculares prácticas de dominio. La pérdida de poder, como hace ver Hannah Arendt, siempre desencadena reacciones violentas. Los hombres no liberados del lastre de la condición cultural de “machos” llevan mal la reubicación ante la mujer cuando ésta se autoafirma en su libertad. La pulsión de muerte, ante un eros imposible desde el dominio añorado, desata trágicamente en muchos casos lo que acaba en la muerte violenta de la mujer que fue amada y no se supo seguir amando: es el mal radicalizado por obra del odio del amor contra sí mismo. El machismo lleva consigo esas altas dosis de ignorancia culpable que ciega hasta la ofuscación del odio más irracional. La violencia machista, además de una política lo más eficaz posible dentro de sus confines, reclama para acabar con ella una profunda transformación cultural como indispensable reverso de la revolución feminista en curso. Lo impolítico tiene que ver con cuestiones culturales de fondo con las que enganchan las pasiones oscuras que activan el odio más mortífero. Sus consecuencias son inhumanas, su negativo desarrollo es deshumanizante, y ello debemos saberlo para actuar en consecuencia si queremos una digna humanidad para mujeres y hombres.

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

José Antonio Pérez Tapias

Es catedrático en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Granada. Es autor de 'Invitación al federalismo. España y las razones para un Estado plurinacional'(Madrid, Trotta, 2013).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

3 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Ricardo

    Esta lucha por la igualdad es por la que luchamos muchos hombres aunque parezca mentira. Una persona no imputada , no encausada ni condenda por el mero hecho de una separación y divorcio ve a su hija por orden judicial 3,5 días al mes. Si si él cuidaba también de su hija antes de ello, no empecemos con excusas. La mujer trabaja por lo que la niña está en manos de personas desconocidas que pasean a la niña observada por el padre desde la terraza del bar donde toma café y con disposición de 24 horas para poder estar con su hija. Esto todo es por el bien de los menores parece ser que justifica el juez. Pienso que tener que soportar una situación como esta es poner la dignidad de una persona por los suelos. Que todo sea por el bien del menor y por la igualdad entre el hombre y la mujer.

    Hace 6 años 8 meses

  2. Jesús Díaz Formoso

    La esposa del Presidente // ABIGAIL SMITH ADAMS, nacida el 11 de noviembre de 1744 y fallecida el 28 de octubre de 1818, fue esposa de John Adams, segundo presidente y uno de los padres fundadores de los Estados Unidos de América. // “En el nuevo código de leyes, que supongo tendréis que redactar, desearía que te acordases de las damas, y que fueses más generoso y condescendiente con ellas que tus antepasados. No pongas un poder tan ilimitado en las manos de los maridos. Recuerda que todos los hombres serían tiranos si pudiesen. Si no se nos presta especial atención y cuidado a las damas, estamos decididas a organizar una rebelión y no nos consideraremos obligadas a obedecer ninguna ley en la que no hayamos tenido ni voz ni voto. Que los de tu sexo sois, por naturaleza, tiránicos, es una verdad tan cabalmente establecida que no admite discusión; pero aquellos que deseéis la felicidad, debéis suprimir el duro título de amo por otro más afectuoso y tierno, como es el de amigo. Por lo tanto, ¿por qué no dejar fuera de la potestad de los malvados y de los sin ley el poder valerse impunemente de nosotras con crueldad e indignidad? Los hombres sensatos de todas las épocas han sentido aversión por esas costumbres, por las que se nos trata únicamente como esclavas de vuestro sexo”. - (A John Adams, de su esposa Abigail Adams – 31 marzo 1776) // “No puedo decir que te considere harto generoso con las damas; pues, mientras proclamas la paz y la buena voluntad entre los hombres y emancipas a los pueblos, insistes en retener un poder absoluto sobre las esposas. Empero, debes recordar que el poder arbitrario es, como la mayoría de las cosas duras, muy fácil de romper; y a pesar de vuestras sabias leyes y normas, está dentro de nuestro alcance, no solamente liberarnos, sino someter a nuestros amos, y, sin hacer uso de la violencia, lograr que derraméis a nuestros pies tanto vuestra autoridad natural como la legal: “Embelesa aceptando, domina sometiéndote, pues hacemos mejor lo que nos apetece cuando obedecemos”. - (A John Adams, de su esposa Abigail Adams – 7 mayo 1776) // - http://puntocritico.com/2017/06/28/viaje-al-corazon-de-las-tinieblas-de-la-violencia-domestica/

    Hace 6 años 8 meses

  3. Jesús Díaz Formoso

    http://puntocritico.com/2016/12/27/como-se-construye-un-nuevo-mundo-destruyendo-antes-este/

    Hace 6 años 8 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí