1977-2017: 40 años de Orgullo
Fruto de la permanente y eficaz movilización del movimiento LGTB llegaron las leyes de la dignidad: el Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género, las Leyes autonómicas de Igualdad LGTBI o integrales Trans
Jesús Generelo 28/06/2017
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El 26 de junio de 1977, siguiendo la estela del levantamiento de Stonewall, un grupo de transexuales, travestis, gais, lesbianas y otras personas legalmente consideradas peligrosas sociales se manifestó por las Ramblas barcelonesas reclamando respeto e igualdad. La policía las reprimió duramente, pero la revuelta del Orgullo ya había echado raíces en España para siempre.
Ya anteriormente algunos valientes como Armand de Fluvià habían fundado la primera organización gay (MELH, 1970) y habían editado y repartido la primera revista activista (AGHOIS, 1972). Todo, por supuesto, desde la más estricta clandestinidad.
A partir de aquí, el movimiento LGTB fue multiplicándose. Durante años, como pequeñas células que realizaban acciones de protesta, ofrecían espacios de apoyo mutuo, publicaban folletos, se visibilizaban como podían. Durante los años 80, cuando empezaban a constituirse en diferentes ciudades grupos de frágiles estructuras organizativas, la pandemia del sida arrasó como un huracán. No solo fue una tormenta perfecta de enfermedad y muerte, sino que vino acompañada de una terrible oleada de homofobia social y mediática.
Si el incipiente movimiento reclamaba la dignidad, el respeto, el derecho a vivir en igualdad y con la cabeza alta, ahora debía luchar, sencillamente, por la supervivencia en el pleno sentido de la palabra. Con todo en contra, las asociaciones hicieron de la resiliencia su aliada y sacaron fuerzas de flaqueza para denunciar las timoratas políticas antisida, la homofobia que las acompañaba y los déficits de una incipiente democracia plenamente hetero-cis-sexista que, en demasiados casos, provocaban tragedias humanas.
A pesar de todas las dificultades, el colectivo LGTB, diverso y plural, aprendió a estructurarse, a coordinarse y a utilizar sinergias. En 1992 se fundó la FELGTB, y con ella nació una unidad de acción que obligó a partidos, a instituciones, a abrir las puertas a un movimiento que representaba a una buena parte de la ciudadanía anteriormente ignorada. Este movimiento se aproximó a sindicatos, a asociaciones de derechos ciudadanos, se introdujo en el sistema educativo, apeló a los medios de comunicación…
Durante los años 80, cuando empezaban a constituirse en diferentes ciudades grupos de frágiles estructuras organizativas, la pandemia del sida arrasó como un huracán
Fruto de la permanente y eficaz movilización del movimiento LGTB llegaron las leyes de la dignidad: el Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género, las Leyes autonómicas de Igualdad LGTBI o integrales Trans. A esto hay que añadir la redacción, finalmente, de una Ley estatal de Igualdad LGTBI que, cuando culmine su trámite parlamentario, garantizará una igualdad social que todavía está lejos de llegar.
Otra de las numerosas consecuencias positivas que esta unidad de acción facilitó fue una mayor visibilización de las identidades más marginadas. La trans, desde luego, siempre a la cabeza de todas las luchas, pero también la lésbica y la bisexual. La sociedad empezó a asimilar, igualmente, una obviedad: que también existen familias y menores LGTB.
Paralelamente, la mayor herramienta de lucha y visibilidad de que dispone el movimiento LGTB, el Orgullo, fue creciendo exponencialmente y se convirtió en el muro de contención de los años de plomo de la homofobia institucional.
Ahora, 40 años después de esa explosión de libertad, Madrid y España se convierten en el centro de atención de todo el planeta por un nuevo y, esta vez, multitudinario grito: Por los derechos LGTB en todo el Mundo. El altavoz del Orgullo ha multiplicado su potencia. El círculo 1977-2017 se cierra con este WorldPride en el que millones de ciudadanos libres vamos a exigir respeto, libertad y dignidad para otros muchos más que ni siquiera pueden alzar su voz.
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Jesús Generelo. Presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB).
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