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RESUMEN: La oposición en el Ayuntamiento de Nazaria pierde la votación de una moción de censura contra el Alcalde por la incomparecencia en la sesión de Don Manuel Pérez de la Malta, concejal de Ciudadanos que con su abstención al inicio de la Legislatura había permitido al popular Don José Sebastián Hurtado seguir como regidor y que había firmado la moción ante las noticias comprometedoras referidas a Don Juan Antonio del Mármol, contratado como Asesor de Urbanismo y mantenido en el cargo sin explicaciones convincentes. Nadie conoce las razones de la ausencia del concejal ni hay noticias de su paradero. Su teléfono no está operativo.
3 de julio, por la tarde. El suelo de las calles parece equipado con calefactores que expelen un calor que enloquece los termómetros, se expande por el aire, se condensa a la altura de la torre de la catedral en forma de hongo atómico y desciende sobre nosotros. Nazaria ha sido segunda noticia del telediario, con la fallida moción de censura por la misteriosa ausencia del concejal de Ciudadanos. En la cadena COPE han entrevistado brevemente al Alcalde, quien se ha limitado a decir que probablemente el señor Pérez de la Malta habría comprendido a tiempo que apoyar esa esperpéntica moción de censura a su persona era un inmenso error, y habrá decidido ponerse a cubierto del chaparrón de críticas de una oposición cainita. En la cadena SER han incluido unas declaraciones de Juan Martín, el secretario general de Ciudadanos de Andalucía, quien ha asegurado no conocer las razones por las que su concejal no ha asistido a la sesión municipal y ha mostrado su preocupación por la falta de noticias sobre su paradero, si bien ha querido tranquilizar a la ciudadanía de Nazaria poniendo su mano en el fuego sobre la inexistencia de ningún tipo de motivo deshonesto.
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Antonio Castromil se despierta de la siesta de sofá con sonidos de Tour de Francia. Se sirve una coca cola con hielo y enciende al mismo tiempo el ordenador y un cigarrillo ultra light que no le sabe a nada. A fin de mes va a dejar de fumar, pero está pensando despedirse del tabaco con cigarrillos de verdad, y no esa mierda de paja con tan bajos niveles de alquitrán y nicotina que no tiene fuerza para empujar a sus neuronas. No le sirve el borrador que ya tenía preparado, para su columna de mañana, en el que retrataba con su precisión acostumbrada a quien hoy debía ser el nuevo alcalde, Francisco Teruel. Una pena, porque había trabajado mucho en ella y le había salido bordada. Ahora no sabe si dedicar la columna a aquello de lo que toda la ciudad va a estar hablando, o si rescatar alguna del armario de reserva. Él tiene claro que sobre la moción de censura sólo podría permitirse una columna atrevida y reveladora, en la que pudiera sugerir una hipótesis, una sola hipótesis apoyada en una información o en una reflexión indiscutibles, sin caer en el error en el que todos incurrirán, que será desplegar el abanico de hipótesis que cualquier bebedor de cerveza de mediodía ha agotado ya a esas alturas. Pero él no tiene ninguna hipótesis: unas son descabelladas, otras son ingenuas.
¿Una columna, entonces, sobre el perfil de Pérez de la Malta? Podría comenzar a escribirla, en espera de noticias que quizás se conocieran esta misma tarde. Él lo conoce bien. Desde hace mucho tiempo. Desde que Manuel trabajaba en el departamento de recursos humanos de Puleva, allá por el año 2000. Sabe que es hijo de Don Ramón Pérez y Amorós, catedrático de Farmacología en la Universidad de Nazaria, y hermano menor de Ramón Pérez de la Malta, Profesor Titular de la misma disciplina en la misma Universidad. Sabe que formó parte de la Junta de Caseteros de la Feria de Nazaria y de la de la Asociación “Nazaria Histórica y Cultural”, que militó en el Partido Andalucista y que se jacta de haber leído en su juventud los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. Sabe por una confidencia que para las elecciones municipales de 2007 se ofreció al Partido Popular para ir en su candidatura como independiente para enriquecerla con miembros activos de la sociedad civil, y que, al enterarse, Don José Sebastián Hurtado despachó el asunto con un “ese no, que es tonto y no lo sabe”, aunque a él le explicaron que no podían prometerle un puesto de salida, y que sería mejor reservarlo para ocasiones más propicias. En las elecciones de 2011 asistió, como público pero dejándose ver, a un mitin del Partido Socialista, y en las de 2015 encabezó la candidatura de Ciudadanos después de, como dijo en una entrevista publicada en la televisión local, una “seria reflexión” sobre la necesidad de que la política se abriese a nuevas pulsiones provenientes del mundo profesional, empresarial y cultural de la ciudad. Sobre todo, sabe que cuando bebe mira a las mujeres como si las estuviera eligiendo, y que cuando está sobrio pronuncia las eses al hablar. Con esos elementos podría construir una columna de 800 palabras, pero algo le dice que, para escribir esa columna, es mejor salir antes a la calle a comprar tabaco del bueno.
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En la sede del Partido Popular está reunido el Alcalde, Don José Sebastián Hurtado, con su delfín Juan Gómez Montañés, con Macarena Lanzarote, concejal de Cultura, y con Juan Antonio del Mármol. Se habían cerciorado de que Pérez de la Malta no estaba en ningún servicio de Urgencias, y de que la policía seguía sin noticias, aparte de un anónimo que llamó diciendo que se le había aparecido en sueños. Juan, a quien todos llamamos Juanito, está dando cuenta de la interesante conversación que mantuvo con Pérez de la Malta la tarde del día anterior.
–Lo dejé con dudas, creedme. Él sabía que con la moción se hundía para siempre, y que un gesto heroico podría darle larga vida en la política. Yo juraría que estaba arrepentido de haber firmado la moción, y que lo hizo porque se lo exigieron desde Sevilla.
–Pero al final, ¿en qué quedasteis? -pregunta Don José.
–Bueno, dijo que el daño ya estaba hecho, que nosotros podríamos haberlo evitado, y que quizás habría que pensar en el futuro. Pero antes de colgar le dejé este regalito: “de eso te estaba hablando, Manolo, del futuro. De tu futuro”. Y le aseguré que en Nazaria acabaría enterándose todo el mundo de que su apoyo a la moción lo había decidido Susana Díaz. O sea, que estaba acabado.
Macarena no cabe en sí de gozo.
–Pero, ¿habéis visto las caras de gilipollas que se les ha quedado? Que se jodan, que se jodan, y que se jodan. Y ya no pueden presentar una nueva moción de censura en toda la legislatura. El tiro por la culata.
Don Juan Sebastián, mucho más largo que su concejala de Cultura, parece estar aplazando sus emociones hasta saber qué había pasado. Mira a Juan Antonio del Mármol.
–¿Y tú qué dices, Juan Antonio?.
–¿Qué quieres que diga, Pepe?
–Si hay alguien en esta ciudad que puede tener una idea de lo que ha pasado, ése eres tú. A ver, cuenta cómo te las has arreglado.
–Bueno chicos, no estoy seguro de que haya una relación de causa y efecto. El caso es que el viernes alguien le recordó algunas cosillas.
–¿Qué cosillas? -pregunta, inquieto, Juan, quien pese a tantas batallas aún cree que la política es un juego en el que ganan los mejores.
–Pues qué va a ser, Juan. Que hace meses Manolo me pidió algún favor.
–¿Qué tipo de favor?
–¿A ver, qué se te ocurre?
–Una licencia.
–Una licencia para una amiga, un trabajo para un primo, cosillas.
–Vaya, vaya, esto se pone interesante… -dice la guerrera Macarena.
–No jodas, Juan Antonio -dice el Alcalde-. Como se enteren de eso estamos perdidos.
–Tranquilo, Pepe. La cosa no llegó muy lejos. Me dijo que podía hacer con esos papeles lo que me diera la gana y se puso estupendo. Que nadie iba a chantajearle, y que nadie iba a comprarlo, en fin, lo previsible.
–¿Comprarlo? -pregunta Juan Gómez.
–Comprarlo, comprarlo. Eso son palabras.
–¿Qué le ofreciste? -insiste Juan.
–Pues un buen precio.
–¿Puede saberse qué precio?
–¿Qué más te da, Juanito?
–Imagínate que te ha grabado. Que no me extrañaría.
–Que no hombre, que no te enteras. ¿Tú crees que iba a grabarle a su primo?
–Juan Antonio, dime qué le ofreciste -ordena el Alcalde.
–Ser el pregonero de la Semana Santa de Nazaria.
Macarena estalla en una carcajada.
–¡Qué grande eres, Del Mármol! Tú sí que sabes…
–Te estoy hablando en serio, Juan Antonio –corta el Alcalde.
- Está bien, coño, le prometí la presidencia de la Cámara de Comercio. ¿Puedo hacerlo o no puedo hacerlo? ¿Dónde está dicho que sea delito postular a alguien para la Cámara de Comercio?
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Teresa Aranda, la atractiva esposa del concejal extraviado, ha vuelto de la playa con sus dos niños esta tarde. Nada más llegar a casa, ha comprobado algunos detalles: la cama está sin hacer, hay evidencias de que había desayunado en casa, su traje gris no está en el armario, y la moto no está en la cochera. Ha llamado a la Policía. Se ha identificado, y en seguida dos agentes se han presentado en su casa. Se interesan por algunos detalles que a Teresa no se le habrían ocurrido. En el contestador del teléfono hay dos mensajes de voz: el primero es de Baltasar De la Oliva, a las 10.17 de la mañana: “Manolo, soy Balta, ¿dónde coño te has metido?”, y el segundo es de un carpintero diciendo que ya tenía el presupuesto. Miran en el cubo de la basura y preguntan a Teresa si su marido fuma. Le piden permiso para abrir el ordenador portátil y comprueban que no se había cerrado la última sesión de Internet: Teresa no conoce su clave y no pueden acceder a Facebook ni al correo electrónico. Uno de los agentes pide a Teresa que lo acompañe a examinar el cuarto de baño, y el otro aprovecha para comprobar que la última web consultada desde el ordenador portátil fue el Marca, y la penúltima, una página de vídeos pornográficos. Preguntan a Teresa por la marca, modelo y matrícula de la moto, y por el itinerario que normalmente sigue para llegar al Ayuntamiento. Hacen una llamada que no da resultado. También le preguntan si tienen un segundo automóvil, y dónde recuerda haberlo aparcado la última vez.
–¿Qué hipótesis manejan? ¿Qué están buscando? Díganme algo… -les pide Teresa que, pese a todo, está manteniendo el aplomo.
–No hay nada que sepamos y que no le hayamos dicho, señora.
–Pero, por su experiencia, ¿qué creen ustedes? ¿Creen que ha podido pasarle algo?
–Francamente, señora, lo único relevante es que el voto de su marido era decisivo para echar abajo a un Alcalde, y que ha desaparecido sin que haya indicios de un accidente. A partir de ahí… Quizás usted sepa más que nosotros.
–¿A qué se refiere, agente?
–No me lo tome a mal, señora, sólo estoy diciendo que usted quizás haya comentado cosas con su marido estos últimos días que pudieran servirnos de ayuda. ¿Dice usted que ayer mismo se marchó a la playa?
–Sí, ayer.
–¿Un domingo?
–Sí, tenemos casa en la playa, y los dos pensamos que sería mejor llevarme a los niños unos días.
–¿Le consta a usted que su marido recibiera presiones? ¿Estaba nervioso, preocupado? ¿Se despidió de usted con normalidad?
–Nervioso sí estaba, claro que estaba. Puede usted imaginárselo. No era un buen trago para él el de hoy. Pero no recuerdo nada especial en la despedida. Me dijo que quizás el martes se bajaba él también a la playa, que lo que más le apetecía era estar con nosotros y olvidarse de todo. Y presiones, bueno, tuvo llamadas de aquí y de allí, pero él no le daba importancia.
***
Pese a ser lunes, la ciudad está muy animada al anochecer. Estamos en las terrazas del Campo del Príncipe, de la calle Alhamar, de Ganivet, de la Plaza de la Romanilla. Hay una expectación proclive a rumores. El más difundido por WhatsApp es que el concejal Pérez de la Malta había sido visto este mediodía en un área de servicio de la autopista de la A7, a la altura de Alicante. En otro se afirma que un notario de Nazaria guarda un acta de manifestaciones del concejal que habría de hacer público si algo le ocurriese. No hablamos de política: estamos más bien construyendo entre todos un relato de verano cuyo final todavía no hemos decidido ni descubierto. Nos sentimos guionistas y, al mismo tiempo, espectadores. Por una vez, en Nazaria todo es posible. Sabemos que mañana por la mañana los periódicos traerán noticias y reportajes con información interesante. Lo que no sabemos todavía es que no será Manuel Pérez de la Malta quien nos explique por qué no asistió a la sesión de moción de censura.
[Continuará... ]
RESUMEN: La oposición en el Ayuntamiento de Nazaria pierde la votación de una moción de censura contra el Alcalde por la incomparecencia en la sesión de Don Manuel Pérez de la Malta,...
Autor >
Miguel Pasquau Liaño
(Úbeda, 1959) Es magistrado, profesor de Derecho y novelista. Jurista de oficio y escritor por afición, ha firmado más de un centenar de artículos de prensa y es autor del blog 'Es peligroso asomarse'. http://www.migueldeesponera.blogspot.com/
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