2017 se está convirtiendo en uno de los peores años de la última década en cuanto al número de incendios, según los últimos datos arrojados por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA). En lo que va de año, se han producido en España 3.800 incendios y 5.400 conatos.

Atendiendo a estos datos, la media de incendios en los últimos diez años se ha incrementado hasta en 1.400 incendios, lo que se traduce en un 28,3% más de terreno calcinado.   

Tendemos a pensar que es en la época estival cuando se produce un mayor número de incendios. Sin embargo, si atendemos a los datos del avance informativo publicado por MAPAMA esto no es así, ya que el 70% de los mismos se producen antes del periodo veraniego. Aunque menores en número, las condiciones climatológicas que se dan en verano complican las labores de extinción y favorecen que el incendio se extienda provocando que los daños sean mayores y haciendo que las hectáreas calcinadas de monte sean superiores a las de la época invernal. En estas últimas semanas hemos tenido en nuestro país varios grandes incendios entre los que destacan dos, ambos producidos entre finales del mes de junio y julio: el incendio de  Yeste (Albacete) y el de Moguer (Huelva) que destruyó 8.486 hectáreas.

El 70% de los incendios se produce antes del periodo veraniego. Aunque menores en número, las condiciones climatológicas que se dan en verano complican las labores de extinción 

Si nos fijamos en el análisis geográfico que se recoge en los informes de años anteriores, observamos que la zona más afectada de forma reiterativa se encuentra en el noroeste de la Península, comprendida por las Comunidades Autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco y las provincias de León y Zamora.

Las causas de esos incendios son especialmente preocupantes. Según los datos el ser humano, bien sea por negligencia, de forma accidental o no accidental, es el principal causante del destrozo que sufren nuestros bosques cada año. A pesar de que el ser humano es el principal factor de riesgo, no es el único. En el informe se tienen en cuenta también otros elementos como las estructuras de los montes (consecuencia de la despoblación rural) o la falta de aprovechamiento de los recursos forestales, que hacen que la biomasa en los montes aumente y sea más difícil la extinción en caso de producirse un pequeño incendio.

En este sentido, tampoco ayudan las políticas seguidas en los últimos años con respecto al sector forestal, en el que los recortes y el desinterés hacen que cada vez sea más complicado perseguir a las personas responsables que provocan un desastre de estas magnitudes.

Según los datos el ser humano, bien sea por negligencia, de forma accidental o no accidental, es el principal causante del destrozo que sufren nuestros bosques cada año

Por su parte, GreenPeace España propone una serie de soluciones que, si bien no erradicarían completamente los incendios, sí reducirían considerablemente el riesgo y con ello el número de hectáreas calcinadas cada año. Entre ellas, destacan la importancia de crear una política de prevención de riesgo, haciendo del sector forestal un sector estratégico del Medio Rural, dotar a las fiscalías de medio ambiente de más medios o hacer campañas de educación y concienciación para evitar, en la medida de lo posible, que los incendios lleguen a producirse. Además, la organización advierte que el cambio climático agrava el problema, ya que empeora las condiciones de extinción y facilita la propagación en sus inicios,  por lo que Greenpeace apuesta por desarrollar un modelo más sostenible de planeta.

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Espacio de información realizado con la colaboración del Observatorio Social de “la Caixa”.