Ida y vuelta sin controles al horror
Una caravana de coches circuló por los aledaños del atentado sin el menor problema en las horas siguientes al ataque en las Ramblas
Cristina Fallarás Barcelona , 20/08/2017
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9:30h del jueves 17 de agosto. Un grupo de 13 adolescentes, siete chicas y seis chicos de entre 14 y 18 años, salen de la estación de Calafell (El Vendrell/Tarragona) hacia la estación de Sants de Barcelona, donde llegan una hora después. Su plan es pasar el día en la capital catalana, más concretamente en los alrededores de las Ramblas. Para algunos de ellos es la primera aventura sin padres en una gran ciudad. Planean pasar por la Plaça de Catalunya y merodear por el Barrio Gótico y Las Ramblas.
17:00h. del jueves 17 de agosto (hay quien lo sitúa algunos minutos antes). Una furgoneta blanca penetra Las Ramblas desde la Plaza de Catalunya y recorre a gran velocidad (entre 80 y 100km/h.) la vía peatonal hasta el mosaico de Joan Miró, a la altura del popular Mercat de la Boqueria. Quedan en su recorrido más de un centenar de heridos y, por el momento, 13 víctimas mortales. Horas después, el Estado Islámico reivindicará el atentado, el peor vivido en Barcelona desde el que cometió ETA en Hipercor en 1987, y el más cruento que ha sufrido España desde el 11 de marzo de 2004. El hombre que conduce la furgoneta huye.
17:10h. La Cadena Ser emite la noticia de un atropello múltiple en Las Ramblas de Barcelona. El periodista Roberto Sánchez da paso a su compañero, ya en el lugar, a pocos metros de los estudios de Radio Barcelona: “La situación aquí es de absoluto caos”, narra en Barcelona Aitor Álvarez.
17:22h. J.O.V., padre de uno de los trece chavales que han salido de Calafell, recibe la llamada de su hijo: “Ha pasado algo en Barcelona. Vemos muchas ambulancias”. Los críos se encuentran en el espacio entre Las Ramblas y el Maremagnum. Dicho centro comercial se encuentra algo más allá del final del paseo, rebasada la plaza donde los turistas visitan la estatua de Colón.
17:18h. En la redacción de Público, la periodista Lucía Villa y el reportero Jairo Vargas publican la noticia de un atropello en Las Ramblas. La han visto en las redes sociales y empiezan a difundirla las principales agencias informativas. Nadie tiene claro aún de qué se trata. Un minuto después, lanzan un tuit: “Atropello masivo en Las Ramblas de Barcelona”.
17:30h. S.L, madre de una de las niñas que han viajado a Barcelona, llama a A.F.S., madre de uno de los niños. Han leído en internet el tuit de Público. Pactan decirle al grupo de chavales y chavalas que eviten las estaciones de tren de Plaça de Catalunya y Sants, por si las moscas, y se dirijan a la Estació de França, que les queda relativamente cerca, y en dirección contraria a donde parece que hay problemas.
17:52h. La madre S.L. llama al padre J.O.V. Ha decidido coger el coche y salir inmediatamente hacia Barcelona a buscar a su hija. Empiezan a circular rumores de que se trata de un atentado. J.O.V. le contesta que él ya está saliendo. Se les unen otros tres progenitores más.
17:53h. Jairo Vargas, desde la redacción de Público, lanza ya en las redes, citando a France Press, que se trata de un atentado terrorista.
17:55h. Uno de los chavales que han salido de Calafell, L.R.F., llama a su madre y le comunica que se dirigen en grupo, siguiendo uno de los flujos de personas que huyen, hacia la playa de la Barceloneta. “Vamos hacia el Hotel Vela”, le dice. “Nos dicen que el Hotel Vela se ve desde lejos”. La madre le pregunta qué tal están. El crío le responde que “los mayores” tienen cara de terror.
18:05h. Los padres de varios de los componentes del grupo, ya en marcha, intercambian sus teléfonos por whatsapp, por lo que pueda pasar. En ese momento, poco después de las seis de la tarde, cuatro coches enfilan la salida de la autopista Pau Casals, la C-32, en El Vendrell hacia Barcelona: un Ford Mondeo, un Toyota Yaris, un BMW 320 Ranchera y un Opel Insignia. En la siguiente salida, procedente de Segur de Calafell, se les une un Mercedes A200. Dos padres y tres madres parten a recoger a sus hijos. Doce minutos antes, la mayoría de los medios de comunicación ya han calificado el “atropello” como atentado yihadista. El Vendrell, la capital comarcal de la que parten, está en el mapa negro de los enclaves yihadistas en España.
18:40h. Los cinco coches entran en Barcelona por la salida 21 de la Ronda Litoral, la que accede directamente al extremo costero de las Ramblas. La vía más turística de la ciudad discurre entre la Plaça de Catalunya y el Portal de la Pau, donde está la estatua de Colón. Por ahí entran. La caravana rebasa Colón sin problema, sin que ningún coche policial o similares se les interponga, y cruza el Moll de la Fusta hacia la playa de la Barceloneta. La estatua de Colón se encuentra a diez minutos andando sin prisa del lugar en el que el asesino ha dejado la furgoneta, frente a La Boqueria.
18:49h. El hijo de J.O.V. llama a su padre. Acaba de ver pasar su coche frente a los Baños de San Sebastián, donde se ha refugiado el grupo de jóvenes, en la zona de la Barceloneta que desemboca en el Hotel Vela. Entre ese lugar en el que se encuentran y el final de Las Ramblas hay 10 minutos en coche. A los jóvenes les ha costado unos treinta minutos llegar, andando. Un par de minutos después de su llamada, padres, madres, hijos e hijas se encuentran.
19:02h. J.O.V. llama a S.L., ya en los coches, para pactar que arrancan de vuelta. Los cinco vehículos, ya con los críos cargados, vuelven a recorrer la costa por la Barceloneta hasta el Moll de la Fusta, llegan a Colón, en el extremo de Las Ramblas, lo rebasan de nuevo sin problemas y enfilan la avenida de El Parallelo hasta la Plaça d’Espanya. Una vez allí, se unen al tráfico fluido que, por la Gran Vía, encara la autovía de Castelldefels, la C-31. Desde la Ramblas, se puede salir de Barcelona, solo en coche, por la Ronda Litoral, autovía urbana. La otra salida inmediata, urbana y rápida consiste en llegar a la cercana Plaça d’Espanya y tomar la Gran Vía, que se convierte en una autovía de la costa hacia Tarragona.
Sobre las 20:30 los cinco vehículos con los 13 adolescentes llegan a Calafell, pueblo de la costa de El Vendrell. Han recorrido los 60 kilómetros que separan Barcelona del municipio turístico de la Costa Daurada en hora y media, tiempo que incluye una parada de los coches a poner gasolina. Ningún control a su paso. Ninguna fuerza de seguridad les ha dado el alto.
En resumen:
A las 17h. del 17 de agosto, se produjo el atentado en Las Ramblas.
Una hora después, cinco coches en caravana entraron directos al extremo marítimo de Las Ramblas, donde la estatua de Colón, lo cruzaron, llegaron hasta la playa, y recogieron a 13 adolescentes. No encontraron en el camino ningún policía, control de seguridad o sistema de alerta.
Dos horas después del atentado, salieron tranquilamente de la ciudad, de nuevo en caravana, por la vía más directa hacia el sur, hacia Tarragona, en la superficie de la ciudad, con los críos que habían ido a recoger. Ningún policía, control de seguridad o sistema de alerta se interpuso en su camino.
Su camino es el que va desde Barcelona, más exactamente desde Las Ramblas, hasta El Vendrell, en Tarragona. En la misma línea de costa de El Vendrell, a 45 minutos en coche, está Cambrils, la población donde sobre la una de la madrugada de esa misma jornada los Mossos d’Esquadra mataron a cinco yihadistas.
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