1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.335 Conseguido 91% Faltan 16.440€

Fuego, mentiras y plantaciones de eucalipto

Preguntas y respuestas sobre los incendios en Galicia: ¿Cuántos incendios hay?, ¿Quién o quiénes queman? ¿Por qué está ardiendo?

Xosé Manuel Pereiro A Coruña , 16/10/2017

<p>Incendio cerca del municipio de Nigrán (Pontevedra), la noche del 15 de octubre. </p>

Incendio cerca del municipio de Nigrán (Pontevedra), la noche del 15 de octubre. 

TVE

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Estamos produciendo una serie de entrevistas en vídeo sobre la era Trump en EE.UU. Si quieres ayudarnos a financiarla, puedes ver el tráiler en este enlace y donar aquí.

 

“Vamos a hacer las cosas bien. Y desde luego, tengo la esperanza de que Dios y Santiago nos van a ayudar”. El 21 de noviembre de 2002, en plena marea negra del Prestige, Manuel Fraga, presidente de Galicia, comparecía en público por primera vez, ocho días después de haberse producido. El actual Gobierno de la Xunta ―el presidente, Alberto Núñez Feijóo, fue entonces designado vicepresidente― tiene algo más de reflejos a la hora de comparecer, y quizá algo menos de confianza con las autoridades divinas, pero sigue dependiendo, como entonces, de que los cielos le resuelvan la papeleta. En este caso de los incendios que asolan Galicia en este mes de octubre, y sobre todo, el domingo negro, el día 15 y la madrugada del lunes. Cuatro personas muertas, cientos de viviendas desalojadas ―entre ellas aldeas enteras―, casas y granjas quemadas, miles de hectáreas arrasadas ―posiblemente nunca sepamos con certeza cuántas― y árboles centenarios carbonizados.  

¿Cuántos incendios hay? 

Depende no de cómo se mire, sino de cómo se cuenten. El domingo se llegaron a producir alrededor de centenar y medio. Toda cifra que se pueda dar ahora no valdría a la hora en que ustedes lo lean. Según la información oficial (tengan presente lo de oficial) de la Consellería de Medio Rural, a las 10,30 del lunes, había 32 incendios activos, 17 de ellos en “situación 2” (peligro para bienes y personas), 4 estabilizados, 11 controlados y 5 extinguidos. Pero solo se contabilizan los de más de 20 hectáreas, es decir, los que cercaron Vigo, o los que se produjeron en plena ciudad que obligaron a desalojar 400 viviendas ―según el Ayuntamiento, estaban activos por la mañana 6 focos― no aparecen en la estadística. Por si no tienen claro cuánto son 20 hectáreas, en vez de pasarlo a la medida campo de fútbol, quizá sea más útil saber que hay distritos (la circunscripción de gestión forestal en Galicia. Hay 19) en los que pueden pasar veranos sin que se produzca ninguno de esa extensión. Depende del tipo de cultivo y de la ordenación territorial.

¿No son raros incendios en octubre?

En cuatro meses en Galicia puede crecer de todo, y pese a lo verde que pueda parecer, la maleza que se ha acumulado desde la primavera no tiene la humedad necesaria, y la tierra tampoco. Los manantiales no se abastecen. Estos días se ha dado el fatídico factor 30: más de 30º de calor, vientos de más de 30 kilómetros por hora y humedad de menos del 30%. O se han rozado: en Baiona, la madrugada del sábado una tuitera se escandalizaba de estar a 24º. No es el primer “otoño caliente”, nunca peor dicho, y si éste lo está siendo no es precisamente por sorpresa. 

¿Por qué arde Galicia?

La respuesta correcta es porque plantan fuego, pero eso intentaré contestárselo después. La pregunta tendría que ser también por qué arde/queman bosques en Portugal –de ahí importamos los incendios, según Alberto Núñez Feijóo― otras zonas de España, Italia, Grecia… 

A. Demasiado combustible. Galicia arde porque la vegetación es omnipresente y hay una enorme masa forestal. El 48% del territorio son bosques, que aportan el 45% de la producción española. Pero sobre todo porque el monte está a monte, como aquí se dice. Es decir, dejado no se sabe si de la mano de dios, pero desde luego sí de las del hombre. La despoblación del rural, primero por la emigración a Europa y después a las ciudades, y más recientemente, por las directrices pactadas con la UE, hace que los jabalíes lleguen al entorno de las ciudades. Un terreno no habitado/cultivado arde más, porque vale menos y porque no hay gente para reducirlo en cuanto se produce. El hecho de que los cuatro fallecidos superasen los 70 años es revelador de quien queda en el campo, o en el entorno aldeano periurbano no residencial.

B. Los eucaliptos. Esta planta que trajo de Australia un benedictino de Tui en el XIX, con las mejores intenciones, es ahora el más abundante en los montes gallegos. Tanto que puebla el doble de la superficie que tenía en 1986, y no es que de cien hectáreas haya pasado a doscientas. Este árbol, un auténtico yonqui del agua, ocupa (recuerden el “ocupa”) 425.000 hectáreas de bosque. El Plan Forestal de Galicia, que data de 1992, establecía como previsión 245.000 hectáreas… para 2032. La responsable del área ha argumentado que era “una estimación”, no una obligación, y que la Xunta ya no promueve la plantación de eucaliptos desde hace dos décadas (hasta entonces, en algunos casos, desbrozaba el terreno y lo plantaba gratis et amore).

Desde 2012 (aquí viene el “ocupa”) la Ley de Montes sí prohíbe plantar eucaliptos en terreno agrícola, en los márgenes de los ríos, en la proximidad de las casas y limitaba su presencia en zonas de Red Natura y en áreas de especial interés paisajístico (un 10% del territorio). Pueden comprobar el cumplimiento de la ley en su propia casa, con Google Earth o incluso con Google Street.  

Lo malo del eucalipto es que no depende del ser humano para expandirse ―o sí, pero no de forma legal―. Es un un árbol pirófito o pirófilo, los que se ven beneficiados de alguna forma por el fuego. Es muy combustible, las llamas contribuyen a expandirlo, y sobre todo, eliminan la competencia. Por esa razón, pese a que uno de cada dos incendios en España se producen en Galicia, las autoridades se ufanan en asegurar que la superficie arbolada crece. Se encargan de ello las llamas. El eucalipto, pese a Fray Rosendo Salvado, el monje de Tui, era un árbol residual en Galicia, más propio de jardines y ornato urbano, hasta que en 1957 se plantó ―en todas las acepciones― la planta de Ence en plena ría de Pontevedra. ENCE es un grupo español que es el segundo productor mundial de pasta de celulosa y primer propietario de plantaciones de eucalipto de Europa. En su consejo de Administración está una exministra de Medio Ambiente (Isabel Tocino) y un exconselleiro del ramo (Carlos del Álamo). La factoría, condenada por diversas infracciones medioambientales (y eso que el olor no es delito ni falta), y advertida de traslado por diversas administraciones finalizaba su concesión en 2017. El pontevedrés Mariano Rajoy utilizó discrecionalmente sus poderes de presidente en funciones para renovársela.

Para finalizar, a raíz de los incendios de Pedrogão, en los que murieron 64 personas al comienzo de este verano, el gobierno de Portugal estableció una moratoria en la plantación de eucaliptos. Inquirido al respecto sobre una medida similar, el presidente gallego, con su demostrada habilidad de soslayar el fondo de los asuntos, contestó que aquí no se podrían producir situaciones semejantes. Tomando buena nota, las celulosas portuguesas decidieron expandirse allende la frontera, Galicia y Zamora, sobre todo.

C. Lo demás. No solo arden eucaliptos, claro. También otras especies. Asimismo, el fuego ha sido un sistema de creación de pastos tradicional, pero ahora lo practican más los masáis que los gallegos. Otra causa puede ser para que salgan a la luz los marcos. No los que traían los emigrantes en Alemania, la mayoría volatilizados en la privatización de las cajas, sino las piedras que dividen las propiedades, ya difícilmente indistinguibles de por sí, y que ahora están cubiertas de maleza. Si tienes unas propiedades y los árboles no te dejan ver sus límites, el fuego lo resuelve. Agotado lo antropológico (sobre todo porque hasta comienzos de los 70, que era cuando el campo estaba habitado, no se producían apenas incendios), queda el sospechoso número uno: el urbanismo. Quizá en otras partes, el interés por construir en Ancares o Xurés es, desgraciadamente nulo. La nueva normativa prohíbe la recalificación de terrenos quemados, excepto que antes del fuego fuesen objeto de planeamiento, entre otras excepciones. Y no todo lo que se construye se hace precisamente de forma legal, claro. Es más, en el informe de la fiscalía superior de Galicia de 2006 (el único intento serio de la justicia por establecer las causas de incendios, y que coincidió con el bipartito PSdeG-BNG), no solamente se concluía que la intencionalidad era inferior a la que se creía (del 87% se bajaba al 60%) y tampoco se descubrió que obedeciese a motivaciones económicas como madereras o urbanísticas. El fiscal, Carlos Varela, matizaba que, sin embargo, “no se descartaba que en un futuro puedan aparecer indicios de lo que hoy se descarta”.

¿Quién o quiénes queman?

Esta mañana telefoneé a mi aldea, la sede del clan, para ver cómo estaba la cosa. “Bien, de momento no ardió nada, aunque no se respira con la ceniza”, me contestó un vecino, “pero como venga ‘o tolo’ estamos arreglados”. No se refería a un “loco” concreto, sino a cualquiera que prendiese fuego. Cuando, con la confianza que dan las redes sociales, escribir algún reportaje desplazado, o la de, en alguna ocasión, ser miembro del Gobierno, se critica la presunta omertà que reina en el campo, se olvida que una cosa es presumir, o incluso saber con certeza, quien prende, y otras tener pruebas para acusar a alguien con el que te cruzas a diario. Sin esa traba, en Vigo señalaron a los ocupantes de una moto negra, cuya matrícula se facilitó en redes. Los dos motoristas pasaron por comisaría, hasta que se determinó que no tenían ninguna relación con los incendios que asolaban la ciudad.

El informe del fiscal Varela establecía que la mayoría de los incendiarios eran gente mayor, algunos con problemas de alcoholismo o inestabilidad mental. A mí me parece que esa sería la misma estadística que haría un león ―vamos, una leona― sobre las gacelas que caza: viejas, lisiadas… Es decir, es la estadística de aquellos a quien se pudo detener. Ancianos que no sopesaron el peligro a la hora de quemar rastrojos, o sus fuerzas para controlar el fuego (hay bastantes casos de muertes en ese momento), borrachos con el mechero alegre… Es más difícil detener a alguien que va plantando velas o artefactos incendiarios con retardo (basta con un cigarrillo, cerillas y cinta aislante) que no provocarán el fuego hasta que esté en su casa o en la taberna comentando la jugada.

Lo que parece claro es que, pirómanos y amantes del espectáculo de la extinción ―que los hay, y la difusión de imágenes los motiva―, lo lógico es que quien planta fuego lo haga por un beneficio económico, sea para sí o por encargo. La teoría del brigadista es la más extendida: lo importante es que no falte trabajo. Y en este sentido, hay fanboys de la autoridad que señalan a los cerca de 500 trabajadores antiincendios no renovados como los culpables de la proliferación (en este año, en todo caso, claro). Pero un brigadista cobra tanto si está en su casa como si está arriesgando el pellejo en un incendio. Y el contingente de trabajadores se fija en el plan anual, no depende de si arde más o menos (lo que no deja de tener su aquel, la verdad). Lo que sí es cierto es que han sido detenidos miembros de dispositivos antiincendios (uno este mes y algún otro en veranos anteriores).

No se saben (no se han dado a conocer), sin embargo, los motivos por lo que los incendiarios plantan fuego. Y hay testimonios de personas ―incluso en programas de televisión― a las que les han ofrecido dinero por prender lumbre. En el caso que me contaron, remuneración según resultados.

Quizá no sean precisamente los brigadistas los que más dependan de que haya fuego. Según contaban un agente forestal Xosé Arca y un miembro de una brigada helitransportada, David Iglesias a la web Quinteiro do Umia, hace años los trabajadores antiincendios estaban contratados por la Xunta, fijos que fuera de la temporada de fuegos, hacían trabajos de desbroce y limpieza, y otros discontinuos que reforzaban en la temporada de incendios. Cuando el bipartito, en 2005, adjudicó esos trabajos a Seaga. La vuelta del PP al poder supuso que los trabajos de prevención y extinción se fueran privatizando. “Yo tengo compañeros que antes tenían 40 obras [de limpieza y desbroce] en una comarca. Ahora no está abierta ninguna”, decía Arca. También que fuesen los ayuntamientos los que contratasen trabajadores, cada uno con los criterios que quiera, una fuente obvia de clientelismo en lugares donde las principales aportaciones del PIB son las pensiones de los viejos.

La parte del león del gasto no la llevan los hombres que combaten las llamas con apagafuegos. Los servicios aéreos también han sido progresivamente externalizados. El dispositivo de este año cuenta con 25 helicópteros (sobre 6.000 euros la hora). Y después está el aprovechamiento de lo ardido: la madera quemada tiene menos valor, pero lo tiene, y si está quemada, tiene que venderse sí o sí, con lo que una razón para incendiar también es remover el apalancamiento de los propietarios de bosques. O vendes o vendes (por menos).

Motivaciones las hay múltiples. Lo que parece más raro es que haya tramas organizadas (excepto que, además de estar muy bien organizadas, sean lo suficientemente extensas como para quemar Portugal, Galicia y Asturias, por no salir de la costa atlántica de la Península). Lo de “los terroristas” lo dejamos para la parte política.

¿Gestión, politización?

El domingo a media tarde, Twitter se llenaba de impotencia. Cientos de personas, sociedades, empresas, alertaban de incendios y pedían medios. El dispositivo que siempre se anuncia bombo y platillo al comienzo del verano resultó ser insuficiente. O ineficiente. “Los trabajos de prevención programados para el año 2017 todavía sin hacer, la mayoría de las casetas de vigilancia de incendios cerradas, las brigadas de extinción en casa o bajo mínimos, distritos con la mitad de los agentes forestales que había hace diez años...174 millones de euros en 2017 convierten a Galicia en el territorio de Europa que más dinero invierte en la extinción de incendios. ¿Dónde está la prevención? ¿Dónde el cuidado de nuestros montes? ¿Dónde entierran el dinero? Aviones, helicópteros, asistencias técnicas, el ejército, técnicos que hacen de emisoristas, aviones no tripulados, guardia civil a caballo, policía montada, multitud de cargos de libre designación con la administración forestal más politizada de la Unión Europea…” Este panorama lo pinta desde su whatsapp, desde Ourense, un trabajador forestal Xosé Santos Otero. Todas las fuentes sindicales del sector lamentan la inexistencia de un mando único, que produce una enorme descoordinación. “Una vez le pedimos agua para la motobomba a un camión cisterna de la UME [Unidad Militar de Emergencia]. Se lo tenían que consultar a un mando, y este a otro… Acabábamos antes yendo a cargar al río”, contaba el agente Xosé Arca. La situación de descontrol, y no solo por la gente luchando con sus propios medios, recuerda enormemente a otro fiasco del Estado: el Prestige.

Lo recuerda porque, además de la gestión, la información es otro caballo de batalla. La innovación comunicativa de Feijóo fue sustituir la información en tiempo real de todos los fuegos activos por la difusión, intermitente, de los incendios que únicamente superasen las 20 hectáreas. Así el ciudadano no se sobresalta sin necesidad. Sin embargo, cuando pasa lo del domingo, el ciudadano pasa a ser advertido por todos los medios públicos y concertados de que “Galicia sufre un ataque mortal de los terroristas que queman el monte”. En esas informaciones, que una de las dos autovías de acceso a Galicia tuviese que ser cortada, con vehículos atrapados en túneles, tenía la misma relevancia tipográfica o de tiempo que la polémica por dos desafortunados tuits de Pablo Echenique y Albano Dante Fachin.

Menos mal que están las hemerotecas. “Es indigno culpar de los fuegos a la sociedad civil” y “Con nosotros no moría gente en los incendios, y con ellos, cuatro personas”. Lo decía Alberto Núñez Feijóo, jefe de la oposición, en 2006.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Xosé Manuel Pereiro

Es periodista y codirector de 'Luzes'. Tiene una banda de rock y ha publicado los libros 'Si, home si', 'Prestige. Tal como fuimos' y 'Diario de un repugnante'. Favores por los que se anticipan gracias

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

19 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. alvaro

    A culpa e do bipartito

    Hace 7 años 1 mes

  2. GalegoGZ

    Quizás el negocio de la extinción, tenga mucha más relevancia en todo esto, como menciona este otro interesantísimo artículo, repleto de estudios y referencias. http://oirveryrayar.tumblr.com/post/166549779174/haberaqueprenderlle

    Hace 7 años 1 mes

  3. PEPETE

    Para JOSE de Valencia. Yo también fui brigadista. En GALICIA hay dos tipos de brigadistas: los que se quedan todos el año (que son un puñado que han aprobado una oposición), que apenas pueden hacer prevención en invierno... y los temporales (que son los fijos discontínuos que suelen empezar a contratarlos por semana santa y los de la campaña de verano que van contratando según las necesidades del servicio). Normalmente el grueso de efectivos están entre Junio- Julio y el 30 de Septiembre. El 30 de septiembre se echa a todo el mundo a la calle, menos a los fijos de todo el año. Así esté el campo más seco que nunca y no haya llovido en meses. Las opciones de esta gente una vez que el 30 de septiembre los han echado es irse a cobrar el paro si tienen derecho o quedarse en casa "a velas vir" como decimos por aquí. En verano sí, es cierto si no trabajas cobras igual. Tienes las horas extra pagadas. Pero si te despiden, se te acaba el contrato te vas para casa y no cobras nada. Se acabó la campaña. Esta forma de contratación está basada en la ley de la oferta y la demanda. Si arde mucho se contrata y si no arde pues se echa a la calle. No es la primera vez que llueve en septiembre y a 15 de septiembre se echa a todo cristo a la calle para ahorrar pasta.

    Hace 7 años 1 mes

  4. jose maria

    En todo el país hace falta una conciencia ecológica, incluso como asignatura en las escuelas, deberíamos intentar que este país tan castigado fuera un país verde. Evidentemente nos e quienes han sido los causante, pero las sospechas van a los brigadistas, pues fue quitar contratos y salir fuego, las empresas de extinción necesitan trabajo, una forma de evitarlo es ampliar el parque de bomberos notablemente que cobren todo el año lo mismo si apagan que si no.

    Hace 7 años 1 mes

  5. francisco

    http://www.farodevigo.es/multimedia/videos/gran-vigo/2017-10-17-130800-fueron-eucaliptos-responsables-oleada-incendios-vigo.html

    Hace 7 años 1 mes

  6. Jose

    Para pepete,. No sé en Galicia,pero en Valencia un brigadista gana lo mismo apagando fuego que quedándose en casa. SI. Estuve 11 años en brigadas antiincendios de refuerzo de verano. Y aparte del sueldo normal del mes,ya se pagaban horas extras,que se cobraban tanto si las hacías como si no las hacías. ¿¿¿Entonces qué me interesa??? Cobrarlas sin tener que hacerlas,lógicamente.

    Hace 7 años 1 mes

  7. Silvia

    A ver, un momentiño, como que os brigadistas gañan o mesmo na casa que apagando lumes? Logo non sei que pintaron tanto tempo acampados diante de San Caetano. Hai que puntualizar: gañan o mesmo mentres teñen contrato. Pero que casualidade que acabaran de despedir a uns centos deles. E, se non hai relación, por que a xente o primeiro que cuestiona ante esta vaga de lumes son precisamente os despedimentos? Síntoo, pero a verdade é que soa todo a extorsión mafiosa: soldos a cambio de protección. E, por suposto, non xeralizo a todo o colectivo.

    Hace 7 años 1 mes

  8. Xosé Manuel Pereiro

    Efectivamente, Maquila. Se me pasó lo de los montes en man común (la propiedad colectiva-no privada de los montes, que son la mayoría en Galicia) es un ítem fundamental. Y también la inmediata Ley de Predación, como se le llama, pueda ser decisiva. Por lo demás, si un problema complejo tiene una solución fácil o el problema no es complejo, o más habitualmente la solución es falsa. Gracias!

    Hace 7 años 1 mes

  9. pepete

    La teoría del brigadista también tiene sentido. Al brigadista le interesa que haya fuego, sino se queda sin trabajo. Es como decir que un mecánico de coches gana lo mismo sin arreglar un coche que metiéndole mano a 20 coches. Un brigadista no cobra lo mismo estando en casa que apagando fuego. Desde junio a septiembre se contratan nuevas brigadas, ayuntamientos reciben subvenciones para montar sus propias brigadas. Hay gente que espera como agua de mayo la llegada del verano para que lo contraten. Si ves que a 30 de septiembre te echan a la calle, que hace un calor de la leche y que puede arder o te vas a cobrar el paro (si lo tienes) o si no coges un mechero y te tiras al monte. Es la ley de la oferta y la demanda. Si arde tengo trabajo y si no arde no lo tengo y no cobro. La teoría del brigadista se sustenta en la ley del silencio. Todo el mundo sabe quién es el que planta el fuego, pero callan. Por amistad, por compañerismo o por lo que sea. El problema es la política de contratación de la Xunta desde siempre. Intentaron arreglarlo con las oposiciones y tampoco arreglaron nada. No llega el personal que tienen en invierno para hacer las labores de prevención que toca. Si la mayor parte de los equipos de extinción que tienen en verano (no digo el 100%, digamos el 50 %), se quedase en invierno el tareas de prevención, de limpieza de masa forestal, el monte estaría más limpio y la gente no tendría que andar con estas tonterías.

    Hace 7 años 1 mes

  10. Miguel

    En la Mariña lucense llovió unos 100 litros por metro cuadrado en septiembre y, usualmente, tiene temperaturas mucho más suaves que el sur de Galicia. Por otra parte, allí la masa forestal de eucalipto no coexiste con otras especies... Pero en el sur de Galicia, con lluvias mínimas en los últimos meses, los eucaliptos consumen tres o cuatro veces el agua que consume una especie de crecimiento lento -precisamente porque crece muy rápido, no porque haga un uso ineficiente del agua. Lo que significa que el eucalipto reseca el terreno en que se asienta, amén de ser una especie pirófita. Con menos lluvias, más espaciadas, temperaturas más altas... tenemos que plantearnos en serio que queremos en nuestros bosques. El que multipliquemos por 2 la presencia de eucalipto prevista para 2032 da que pensar.

    Hace 7 años 1 mes

  11. maquila

    He leído con atención todo el artículo y me gustaría incidir en un punto, más importante a mi entender que el urbanismo y la externalización de los servicios, que se aborda someramente en el apartado C. El nuevo decreto de montes vecinales en mán común, una figura jurídica de gran arraigo en Galicia (también en el Norte de Portugal y Asturias) prioriza las delimitaciones de los terrenos afectos en la elaboración de los planes de ordenación que permitan a los comuneros gestionar los recursos forestales de su propiedad, además de optar a cualquier tipo de ayudas y subvenciones. Ante la gravedad de los hechos del pasado fin de semana es necesario que cada uno de los actores asuma con honestidad brutal su parte de responsabilidad en la búsqueda de soluciones. https://topografiarural.wordpress.com/2016/04/19/nuevo-decreto-montes-vecinales-problemas-lindes/

    Hace 7 años 1 mes

  12. Andrés

    Achacar al eucalipto todos los males y no hablar de la mariña lucense, la zona con mayor masa forestal de eucalipto y con menos incendios... no sé.

    Hace 7 años 1 mes

  13. kukute

    Está bien, pero mendigo lo explica mejor y más detallado: http://incendios-forestales.blogspot.com.es

    Hace 7 años 1 mes

  14. andres

    Todo lo que dices tiene sentido pero estamos hablando de 176 incendios en un fin de semana , el 90 % han sido provocados ha habido incendios en el centro de ciudades(plaza de españa vigo)(Parque Eiris Coruña) y en zonas muy concretas y elegidas . En mi opinion EN ESTE FIN DE SEMANA no son quema de rastrojos ni son especulaciones inmobiliarias ni ventas de la madera , es una protesta de un pequeño grupo . Con ganas de venganza.

    Hace 7 años 1 mes

  15. Xavier

    ¡Vigorro, qué fácil es hablar sin saber! Baltasar Gallego, ¿Qué pasa con FINSA? ¿Para que quiere FINSA madera quemada?

    Hace 7 años 1 mes

  16. Marta

    A mi tampoco me ha ayudado mucho el artículo. Todo vuelve a quedarse en tierra de nadie muy propio de los gallegos. Nadie señala por evitar ser señalado....a esperar las lluvias a que lo arreglen. O los gallegos se lo toman muy en serio y se unen para resolver el problema o acabarán en un desierto de aldeas. Un día muy triste para los que amamos esa tierra mágica.

    Hace 7 años 1 mes

  17. Vigorro

    Aparte de los nombrados (politicos, empresas, piromanos, constructores, etc.) se le ha olvidado uno bien importante: los habitantes del medio rural, o sea ganaderos que no quieren arboles y si pastos, y agricultores que no quieren brozas en sus terrenos... tambien, en menor medida, peleas por lindes, fuegos simplemente para despejar y ver dichas lindes, venganzas entre familias... y todo esto viene dado por la cultura del minifundio, que hace que haya miles de fincas que nadie sabe ni de quien son y que estan descuidadas a mas no poder...

    Hace 7 años 1 mes

  18. Baltasar Gallego

    Aparte de la mega-factoría de celulosa ¿nadie se ha fijado en Fimsa? Es sorprendente el contraste entre lo que se cuchichea en Galicia y la aparente inexistencia de esa empresa en los medios.

    Hace 7 años 1 mes

  19. Torquemado

    No me ha ayudado nada. Lo digo "sin acritú".

    Hace 7 años 1 mes

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí