1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.335 Conseguido 91% Faltan 16.440€

TRIBUNA

Los costes de la unilateralidad, la persistencia del independentismo

Nos acercamos a una situación en la que Europa vuelve a aparecer como remedio a la falta de inteligencia política del gobierno central y los poderes que lo sostienen

Ander Errasti 15/11/2017

<p>Agujero</p>

Agujero

La Boca del Logo

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito durante un mes. Puedes ver el tráiler en este enlace y donar aquí.

Dada la aceleración y multiplicación de elementos en juego a la que estamos asistiendo, resulta difícil plantear un análisis sereno que no deje al margen aspectos relevantes o plantee una interpretación parcialmente sesgada de los acontecimientos. Sin duda este artículo no escapa de esos defectos. Sin embargo, las circunstancias hacen más necesarias que nunca dos cuestiones: la defensa tanto de matices o dudas, como de planteamientos que, por más comprometidos que puedan ser, mantengan las formas necesarias para una deliberación cívica. Este artículo aspira, sin pretensión de exhaustividad, a contribuir a ese debate y tratar de entender mejor una parte de lo que pueda estar ocurriendo en Catalunya y en el conjunto del estado. Es extenso, sin embargo, porque aun incluyendo visiones marcadas por la ideología, su objetivo no es defender una idea/opinión, sino contribuir a que la ciudadanía se forme la propia (de ahí la inclusión de múltiples hipervínculos). Lo hace partiendo de un hecho: desde el 27 de septiembre del 2015, cuando las fuerzas políticas partidarias de la independencia perdieron el plebiscito, pero ganaron la mayoría parlamentaria, el independentismo ha centrado su estrategia en explorar la vía de la unilateralidad. Lo ha hecho, además, cargándose de razones que pudieran amparar la legitimidad democrática de esta vía, fijando el referéndum del 1 de octubre como hito fundamental de su estrategia. Esta opción promovida por la mayoría parlamentaria partidaria de la independencia se justificaba en tres pilares frecuentemente olvidados en el debate público: 

(1) Las múltiples crisis (económica, cultural, política) que vivimos desde el 2008 han llevado a la politización acelerada de una parte sustancial de la sociedad catalana. Una transformación que, además, venía fraguándose desde la década de los 90. Esa politización ha llevado a la parte más activa de la ciudadanía catalana a desarrollar y reivindicar un modelo social y democrático que a todas luces requiere de una profunda transformación institucional. Prueba de ello serían las nuevas dinámicas de interacción público-privadas; la porosidad de las instituciones públicas a la hora de implementar la innovación y el conocimiento basado en evidencia proveniente de la esfera académica; el impacto y capacidad transformadora de multiplicidad de movimientos asociativos horizontales y heterogéneos; la radicalidad de la distribución pluralista del poder político entre los distintos ámbitos institucionales en la comunidad (con especial énfasis en el auge del municipalismo); o una aspiración de consensuar un estándar democrático más elevado que el promovido desde la transición (en términos de hospitalidad, rendición de cuentas, tolerancia/civismo, participación ciudadana, igualdad de género, derechos de los animales o memoria histórica). No todos los actores que participan de ese proceso de cambio son partidarios de la independencia, ni siquiera están restringidos al ámbito territorial catalán. Sin embargo, parece razonable pensar que en el caso de la ciudadanía catalana quienes promueven la transformación sí que son partidarios – de forma más o menos explícita – de reclamar la autonomía necesaria para dar cauce a sus aspiraciones. Se trata, en definitiva, de una transformación que, si bien no debe llevar a ignorar la existencia en paralelo de dinámicas, actores y estructuras resistentes al cambio, así como de dudas y objeciones teóricas razonables, no debiera obviarse en un contexto democrático.

(2) El reclamo de esa transformación ha llevado a la reconfiguración del sistema de partidos, que posiblemente continúa en proceso de definición. En una sociedad que históricamente ha mostrado un profundo pluralismo ideológico, con el consiguiente reflejo en la pluralidad de partidos políticos, resulta particularmente destacable, por su trayectoria y relevancia históricas, la erosión de dos de las corrientes fundamentales en la estructuración política catalana: el nacionalismo/comunitarismo y el catalanismo. El primero está viéndose forzado a replantear los fundamentos para la cohesión de una comunidad política eminentemente cosmopolita o cosmopolitizada. Las referencias históricas, lingüísticas o culturales, pudiendo tener bases tan verosímiles como controvertidas y siendo relevantes para explicar el actual contexto político catalán, ya no sirven para definir la nación o comunidad política catalana. Por el contrario, parece imperar la idea del carácter instrumental y pragmático al que debe aspirar el nacionalismo del Siglo XXI, alejado de cualquier pretensión esencialista, excluyente u homogeneizadora. Una transformación que está en marcha ya sea por convicción, por oportunidad o como consecuencia de la pérdida de credibilidad del nacionalismo tradicional resultante de los casos de corrupción en los que se ha visto implicado. En el caso del catalanismo, teóricamente partidario de un acomode federal de Catalunya en el estado, la incapacidad de dotar a sus discursos federalistas de un poso de viabilidad práctica/instrumental les ha llevado a posicionamientos difícilmente coherentes con su trayectoria. No en vano, refleja al menos dos paradojas: (1) enarbolar la bandera de la defensa de la democracia legalista justificando actuaciones que, además de estar lideradas por un gobierno que ellos mismos cuestionaban por las sospechas delictivas que les rodean, parecen atentar contra el correcto funcionamiento del sistema democrático y (2) plantear el conflicto en términos (casi) estrictamente identitarios, sumándose a un nacionalismo estatal que no solo ignora o rechaza las transformaciones que observamos en la sociedad catalana (probando, una vez más, que continúa anclado en planteamientos más propios del Siglo XX) sino que, además, parece primar la unidad de destino nacional (española) frente a cualquier otra consideración.

(3) En lo que respecta a la independencia, la convicción profunda (épica, por momentos) de estar amparados por la legitimidad democrática de su reivindicación, así como de la bondad de los medios que pretendían utilizar para tales fines, ha marcado el devenir de los acontecimientos. Más allá de los graves, y en algunos casos políticamente reprobables (como el procedimiento parlamentario del 6 y 7 de septiembre o la votación de la república del 27 de octubre), errores estratégicos, la reivindicación de la independencia no es ilegítima en sí misma. Tampoco lo es querer alcanzar ese objetivo a través de un referéndum. Se puede considerar que ni el fin (independencia) ni el medio (referéndum) son óptimos, incluso que no proceden, pero no que sean ilegítimos. Amparándose en esta convicción, el independentismo ha pretendido enfrentarse a un Estado y estructura de estados-nación que negaban la legitimidad de ese fin y, por tanto, el propio medio. He ahí el principal error de la posición independentista: haber considerado que la vía unilateral podía materializarse sin una confrontación directa con el estado en la que se ponderan costes, no principios o legitimidades. Si los costes de la confrontación se vuelven inasumibles para la comunidad internacional (como sería el caso de una escalada violenta por parte del estado con riesgo de víctimas mortales), efectivamente el derecho de causa justa podría terminar amparando la secesión unilateral. Sin embargo, por más que nos podamos oponer a la cerrazón ejercida por los poderes del estado (que trascienden al Partido Popular) desde el 2006, resulta razonable afirmar que el nivel de bienestar actual de Catalunya difícilmente justificaría forzar esa vía: sin restar valor a la reivindicación, el sacrificio sería demasiado elevado. A lo largo del mes de octubre, con la reiterada vulneración de derechos y las pulsiones autoritarias por parte del estado, pareciera que esa balanza empezaba a no estar tan clara. Sin embargo, incluso en tal caso sería pertinente preguntarse si era inevitable continuar en la dinámica de confrontación hasta llegar a comprobarlo. En cualquier caso, tras el último gesto simbólico de dignidad realizado por las fuerzas independentistas en defensa de sus planteamientos, insisto legítimos, parece constatado que la vía de hechos o unilateral no es ni deseable ni sostenible. Ni siquiera en el caso de que ésta fuera apoyada por una amplísima mayoría de la sociedad.

Este último punto ha llevado a la situación actual, a la necesidad de configurar tanto nuevas mayorías como nuevos cauces para la resolución del conflicto. Aparentemente, con la convocatoria de elecciones la confluencia perversa que se había generado en torno a la vía unilateral quedaba superada. Es decir, se abandonaba el marco de conflicto en el que la confrontación democrática sobre el estatus de Catalunya y la confrontación jurídico-institucional confluían en un único debate. Una confluencia que ha dejado agravios (como las muestras de autoritarismo del estado, con especial énfasis en la actuación del 1-0) y víctimas (destacando la privación injustificada de libertad de los líderes de Omnium y la ANC, Jordi Cuixart y Jordi Sánchez), lo que sin duda dificulta considerar la situación actual como idónea para la resolución ordenada del conflicto. La convocatoria de elecciones por parte del Gobierno Central, previa aplicación de dudosa constitucionalidad del artículo 155, no se ha dado en circunstancias que podamos considerar neutras. Sin embargo, la aspiración de mantener la resolución de la dimensión jurídico-institucional del conflicto lo más separada posible de la resolución democrática del mismo continúa siendo deseable. De lo contrario, volveremos a una lógica del cuanto peor, mejor, en la que lamentablemente no ganan aquellos a los que asisten principios o legitimidades más sólidas, sino quienes dispongan de más poder o estén dispuestos a sacrificar más. Una lógica en la que siempre acaban perjudicados los ciudadanos más vulnerables y afecta al conjunto de la ciudadanía estatal.

La cuestión central, por lo tanto, es ver cómo se resuelve la confrontación democrática una vez la vía unilateral parece intransitable. En este aspecto, habrá al menos dos elementos clave por resolver: la cuestión de fondo y la cuestión de los procedimientos. En lo que respecta al fondo, habrá que dilucidar cuál es la posición mayoritaria de la ciudadanía catalana. Todo apunta a que esa transformación sociopolítica que viene desarrollándose en la sociedad catalana no sólo no ha menguado, sino que sigue ampliándose. No obstante, es igualmente cierto que es una transformación que continúa definiéndose. Estas elecciones serían una excelente oportunidad para continuar avanzando en ese proceso y cuantificar dos cuestiones: el número de ciudadanas catalanas que apoya la necesidad de constituirse como sujeto político para dar cauce a esa transformación sociopolítica y, no menos importante, el sentido específico en el que cada uno de estas ciudadanas conciben la transformación. Cabe la posibilidad, en definitiva, de que nos encontremos con una amplia mayoría que defienda la existencia de Catalunya como sujeto político, pero, a su vez, esa amplia mayoría deba iniciar un proceso transversal (que incluya a la minoría) y a veces contradictorio para definir las características de ese sujeto político.

En lo que respecta al medio, una vez superada la unilateralidad, como afirma Daniel Innerarity, únicamente queda la vía del pacto. Sin embargo, hay un matiz que considero necesario incorporar a su propuesta: si bien es cierto que no podemos definir el estatus relativo del demos catalán y estatal ex-ante, esto no significa negar la existencia de estos demos como tales. Más bien al contrario, precisamente porque existen dos demos ex-ante (hechos políticos o naciones que, por más contingentes, reflexivos y porosos que puedan ser, no dejan de ser), debemos exigir el pacto para que puedan definir su estatus relativo. Es decir, el mayor déficit normativo de la vía unilateral era obviar que la independencia no es una decisión que afecta únicamente a la ciudadanía del demos catalán, sino también a la del demos español (y, aunque en menor medida, al europeo). Siendo así, si somos coherentes con el reclamo de una concepción transnacional de la autodeterminación, una concepción que obligue a cada demos a tener en consideración los intereses de aquellas ciudadanas que no pertenecen al propio demos, lo que se sigue es exigir que una potencial independencia tenga en consideración los intereses de la ciudadanía más allá del demos catalán. Esto no significa que se deba decidir por voto directo de toda la ciudadanía estatal o europea, puesto que no sólo no resolvería el conflicto, sino que promovería la dictadura de la mayoría. Significa que el procedimiento para la toma de decisión, pudiendo ser original, así como la distribución de los costes/beneficios de la decisión que se adopte deben haber sido necesariamente acordados. Una opción que quedaba descartada de facto en la unilateralidad, pero que con la convocatoria de elecciones parece volver a ser viable. Al menos si se asume que requerirá un largo proceso de negociación difícilmente compatible con el cortoplacismo observado estos últimos meses.

A día de hoy el demos catalán comparte con el estatal una estructura institucional, cultural, social, económica y jurídica. En ausencia de pacto, la lógica es de confrontación y la defensa de los intereses se plantea en términos de victoria o derrota, impidiendo construir de forma ordenada un nuevo marco institucional que gestione esos ámbitos que seguiremos compartiendo. Como se suele afirmar, sea cual sea el estatus de Catalunya respecto a España y la Unión Europea, estas últimas seguirán existiendo. Ello hace imprescindible que sea cual sea el resultado de la transformación en marcha, deba encontrar cauces para mantener una interacción razonable con su entorno. El movimiento independentista, al menos en boca de sus representantes más relevantes, no parece negar ese debate: lo ha hecho en la cuestión identitaria (aceptando la radical multiculturalidad y plurinacionalidad de la sociedad catalana), en la cuestión distributiva (aceptando la importancia de mantener flujos de solidaridad con el conjunto de ciudadanos del estado y europeos) e incluso en la cuestión institucional (aceptando no sólo medidas como la doble nacionalidad sino, incluso, una posible libre adhesión al Estado que permita promover la cooperación e incluso el enriquecimiento mutuo del proceso de transformación democrática en marcha). Sin embargo, esta disposición aparentemente positiva (pese a la ya común falacia del muñeco de paja) debe concretarse tanto internamente en Catalunya como a través de un proceso de pacto con el estado, donde necesariamente habrá cesiones por ambas partes.

Las elecciones del 21D son una excelente oportunidad para profundizar en ese debate en Catalunya, abandonado durante los últimos meses por la confrontación inherente a la vía unilateral. Parece difícil negar que la vía unilateral ha probado sus limitaciones y fracaso (por principios, pero, sobre todo, por sus consecuencias). No obstante, al mantener un abrumador respeto por los derechos humanos, libertades cívicas y defensa de la movilización pacífica, el proyecto independentista como tal y, sobre todo, la transformación democrática que en buena medida pretende canalizar, mantienen intacta su legitimidad. La duda, por lo tanto, está en saber si los interlocutores estatales están por la labor de abordar ese debate sin dar nada por sentado, ni siquiera el demos estatal (que no la nación española, que como tantas otras veces puede re-definir su estatus relativo sin por ello desaparecer, aunque ello requerirá más inteligencia política que la mostrada hasta la fecha). Las previsiones electorales estatales, los términos en los que en la esfera pública estatal se continúa abordando la cuestión y la persistencia en la estrategia judicial por parte de los partidos Estatales generan dudas razonables, si bien signos en sentido contrario serían honestamente bienvenidos por quienes defendemos la necesidad de un pacto para cualquier salida ordenada al conflicto. Las actuaciones de la fiscalía y la decisión adoptada al respecto por la Audiencia Nacional resultan, en ese sentido, no solo jurídicamente cuestionables y políticamente disparatadas en una democracia liberal, sino posiblemente alentadoras para quienes pretendan dar continuidad a una vía unilateral que ya ha probado sus elevados costes. Porque España podrá continuar siendo un estado democrático homologable, pero no así algunas de las derivas que está tomando en relación al conflicto catalán. En esta encrucijada nos acercamos, como sostuvo el Lehendakari Urkullu en su artículo en el The Guardian, a una situación en la que Europa vuelve a aparecer como remedio a la falta de inteligencia política del gobierno central y los poderes que lo sostienen. No para legitimar la vía unilateral, que ya se asume descartada por otros motivos, sino para garantizar la posibilidad del pacto. Para ello, será determinante el proceso que lleve al independentismo hasta el 21D y el resultado que obtengan las fuerzas partidarias de dar cauce a la transformación democrática, sean independentistas o no.

-------------------------------

Ander Errasti Lopez  es Doctor en Ética y Filosofía Política. Investigador del Instituto de Gobernanza Democrática de San Sebastián (http://globernance.org/)

Investigador de la Universitat de Barcelona y de la Universitat Pompeu Fabra

@ander_errasti

CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito durante un mes.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Ander Errasti

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí