1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Tribuna

Tomándonos en serio la pluralidad nacional del siglo XXI

Tan contingente y legítimo es el marco institucional vasco o catalán como el propio Estado. Las reivindicaciones canalizadas institucionalmente, es decir, la vivencia del hecho político nacional no es exclusiva de los nacionalistas

Ander Errasti 1/02/2017

<p>Cartel del ‘Aberri Eguna’ de 1934.</p>

Cartel del ‘Aberri Eguna’ de 1934.

euskalherrian

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Estamos desarrollando un proyecto para una publicación mensual en papel. ¿Nos ayudas a financiarlo?

Donación libre:

Suscripción:

En un excelente artículo del 28/12/2016 (El pluralismo nacional en serio) el profesor Jorge Cagiao y Conde abordaba la cuestión, latente en buena parte de las disputas políticas y jurídicas presentes en el estado, del pluralismo nacional en España. Lo hacía, de ahí el calificativo de excelente, desde un rigor que por lo general brilla por su ausencia en el panorama mediático (véase al respecto el análisis, más o menos exhaustivo, planteado por Ignacio Sánchez-Cuenca en La Desfachatez Intelectual). Ya sea por exceso de vinculación emocional - en el mejor de los casos - o por intereses políticos o partidistas que poco o nada tienen que ver con la materia, la cuestión de la diversidad nacional en España rara vez es abordada con la profundidad que requiere. El artículo del Profesor Cagiao y Conde, en ese sentido, resulta una grata excepción.

En el señalado artículo, el autor presenta la siguiente cuestión: ¿existe, realmente, el pluralismo nacional en España? En caso afirmativo, ¿en qué consiste? Es decir, ¿a qué nos referimos cuando afirmamos que España es un Estado Plurinacional? Plantea el interrogante, además, dejando de lado con buen criterio una pregunta que abarca otra cuestión posterior: una vez definido en qué consiste, ¿qué hacemos con el pluralismo nacional? ¿cuál es la forma más adecuada de canalizarlo? No obstante, si bien ambas cuestiones están estrechamente ligadas (tal vez más de lo que se desprende del artículo del profesor Cagiao y Conde), el análisis sobre la primera cuestión no necesariamente define la respuesta a la segunda pregunta. Siendo así, ¿en qué consiste, de acuerdo con el citado artículo, el pluralismo de naciones en España? La respuesta que plantea, grosso modo, es que se trata de un conflicto entre nacionalismos. 

La convivencia entre diversos podrá generar tensiones que el marco político deberá encauzar, pero en ningún caso se llega a cuestionar la legitimidad del propio marco político

Para llegar a esta conclusión el artículo sostiene (siguiendo a Bikuh Parekh) que no debemos confundir pluralismo nacional con diversidad cultural. Esto último se refiere a los conflictos que pueda haber entre distintas visiones de la sociedad que conviven en un mismo marco político, citando el feminismo y el ecologismo como ejemplos de este tipo de diversidad. Tampoco debemos confundir, prosigue (en base a los planteamientos de Will Kymlicka), pluralismo nacional con diversidad étnica o polietnicidad. Este tipo de diversidad resulta, por lo general, del flujo migratorio y la pluralidad de comunidades etno-religiosas resultantes que conviven en un mismo marco político. Una circunstancia que, conforme indica, se podría aplicar igualmente a la presencia de sujetos de nacionalidades ajenas a la del marco institucional (un Español en Francia, por ejemplo) que no hacen de ese marco un contexto plurinacional. En todos estos casos que presenta el artículo, sostiene el profesor Cagiao y Conde, la convivencia entre diversos podrá generar tensiones que el marco político deberá encauzar, pero en ningún caso se llega a cuestionar la legitimidad del propio marco político. Circunstancia que, de acuerdo con la postura sostenida en el artículo, sí ocurre en el caso del pluralismo nacional o de nacionalismos.

Ahí reside precisamente el elemento problemático del análisis: en la idea de que hay un marco político neutro o a priori en el que se dan, como si se tratara de factores exógenos al propio marco político, conflictos entre filiaciones nacionales. Este análisis, que bien pudiera servir para estudiar la formación de las comunidades nacionales durante el siglo XIX y hasta bien entrado el XX – es decir, la formación de la actual división entre estados-nación -, difícilmente es aplicable en un entorno de creciente complejidad e interdependencias como el actual. 

A pesar de la pluralidad de diagnósticos que se hayan podido plantear sobre el origen de las naciones y del nacionalismo (siendo Ernest Gellner, Erik J. Hobswam y Anthony D. Smith los referentes más citados), es indiscutible que la vinculación entre Estado y Nación tuvo un desarrollo relativamente estándar que se corresponde con lo planteado por el profesor Jorge Cagaio y Conde. En ese sentido, la configuración del actual marco institucional está basada o es el resultado de conflictos entre nacionalismos. Unos nacionalismos que, asimismo, se sostenían en tres principios clave: la homogeneización a través de la estandarización cultural, una lógica perfectamente delimitada de inclusión del “propio” y exclusión del “ajeno” (la visión de la sociedad como contenedor, siguiendo a Ulrich Beck) y una interacción de suma cero con el resto de naciones del mundo (es decir, lo que yo gano lo pierden otros y viceversa). Todo ello sostenido sobre la creación de una comunidad de destino compartida, necesariamente ficticia (o imaginaria) auspiciada, siguiendo a Michael Billig, por elementos banales o cotidianos como la bandera, la nomenclatura del callejero o el deporte.

La configuración del actual marco institucional está basada o es el resultado de conflictos entre nacionalismos

Si bien es cierto que esas expresiones nacionalistas propias de la primera fase de la modernidad continúan estando presentes en buena parte del panorama político actual (como prueba el nuevo auge del nacionalismo en Europa, en sus expresiones más o menos radicales), no tengo claro que sirvan para analizar los casos de las naciones minoritarias, al menos en el caso de España. En primer lugar, porque las reivindicaciones - que no derechos - nacionales que existen en el estado no son otra cosa que la institucionalización de un hecho social: los colectivos de vascos y catalanes que, en su diversidad interna e independientemente de que se proclamaran o no como naciones, eran previos a la existencia del Estado. La institucionalización de ese hecho social es la que hace, precisamente, que las naciones vasca o catalana, no teniendo efectivamente la dimensión material de una piedra o un árbol, puedan considerarse hechos políticos objetivables. Tan objetivables como el propio Estado o el régimen de integración europea, dado que en todos los casos su institucionalización ha avanzado en paralelo a las de las naciones que contienen, llegando hasta el actual grado de confluencia o cohesión.  Frente al caso vasco y catalán, no todos los hechos sociales se constituyeron como naciones, es decir, se institucionalizaron. Analizar esos casos y determinar si exigen de algún tipo de reparación es una discusión relevante. Sin embargo, en los casos vasco y catalán la institucionalización, con todas las variaciones que hayan podido tener (desde el consejo de ciento o los parlamentos forales, pasando por los gobiernos en el exilio hasta la pertenencia a la Unión Europea), es una realidad sostenida en el tiempo.

En ese sentido, lo que el artículo no parece asumir es que tan contingente y legítimo es el marco institucional vasco o catalán como el propio Estado, sin que reconocer esta realidad implique necesariamente conflicto. Precisamente porque reconocer el pluralismo nacional no implica reconocer el cuestionamiento del “marco general de la comunidad política nacional” o “proponer otro marco nacional en sustitución”, sino plantear su interacción en términos menos jerárquicos, más bilaterales, más complejos. La contingencia del marco general hace que su legitimidad dependa en buena medida de su interacción con las partes que lo componen, así como de su interacción con otros marcos. La legitimidad de los marcos institucionales, sean del ámbito que sean, es contingente y está siendo permanentemente negociada. Asumir que las naciones minoritarias en España son el resultado ad hoc de una dinámica nacionalista que promueve el conflicto entre naciones y nacionalidades implica ignorar la realidad socio-política de aquellos territorios en los que se generan estas reivindicaciones. Una realidad que poco o nada tiene que ver con la del auge de los estados-nación en el siglo XIX-XX.

La contingencia del marco general hace que su legitimidad dependa en buena medida de su interacción con las partes que lo componen, así como de su interacción con otros marcos

Las naciones ya no tienen un anclaje territorial como entidades aisladas o aislables. Como tampoco los ciudadanos que forman parte de esa reivindicación nacional reflejan un patrón estático y estanco, una pauta homogénea. La relación entre las instituciones, los territorios sobre los que rigen las instituciones y los ciudadanos que canalizan sus reivindicaciones a través de esas instituciones se ha vuelto más plural y porosa. Se ha cosmopolitzado. En la Euskadi o Catalunya del Siglo XXI esas reivindicaciones canalizadas institucionalmente, es decir, la vivencia del hecho político nacional no es exclusiva de los nacionalistas. Como tampoco lo son en el caso de Escocia o de Quebec, incluso cuando las ciudadanas consideraron necesario refrendar si sus reivindicaciones podían continuar canalizándose a través del marco institucional compartido. De hecho, el propio nacionalismo ha asumido otra dimensión: primero abandonando el paradigma de la primera modernidad en la que constituirse como Estado era un fin en sí mismo. Segundo, asumiendo que la preferencia por un marco institucional determinado - el propio - no debe impedir reconocer su contingencia, la relativa arbitrariedad y porosidad de su delimitación (con los consiguientes deberes de justicia para quienes no compartan esa delimitación) así como los retos compartidos a los que están sujetos sus ciudadanos. Autores como Daniel Innerarity, Joxerramón Bengoetxea, Neus Torbisco, Alain Gagnon, Nicola McEwan o Patti Lenard dan buena cuenta de esa transformación. Eso no impide que aún haya rémoras, a veces muy sonadas y exaltadas (“Espanya ens roba”, “Alde hemendik” o “Españoles, hjijos de p…”), de un nacionalismo que se corresponde con la taxonomía presentada por el profesor Cagiao y Conde. Cualquier ideología está expuesta a dinámicas extremas y execrables. Unas rémoras que adquieren una dimensión preocupantemente visible en el caso del nacionalismo español o castellano liderado por el Partido Popular y ciertos sectores jacobinos del Partido Socialista Obrero Español, si bien también se comienza a percibir su inexorable transformación. Sin embargo, no son más que eso, dinámicas que debemos trabajar por superar y no tanto características inherentes a ninguna nación o expresión nacionalista que debamos asumir como ineludibles.

Siendo así, compartiendo la pretensión del artículo de abordar con rigor el debate sobre la pluralidad de naciones en el Estado, considero que el profesor Cagiao y Conde lo hace desde unas categorías que no se corresponden con la nación y el nacionalismo vasco y catalán del siglo XXI. Unas naciones que dejaron de ser patrimonio exclusivo de los nacionalistas, en el sentido afirmado en el artículo, y cada vez más pertenecen a sus ciudadanos y ciudadanas. Así como sus respectivos nacionalismos hace tiempo dejaron de ser excluyentes, homogeneizadores e insolidarios para pasar a defender la coexistencia pacífica y cooperativa de las instituciones que defienden como propias con el resto de marcos institucionales comunes, ya sean municipales (cada vez más relevantes), nacionales, estatales o supranacionales. Porque el nacionalismo del Siglo XXI no se define en contraposición ni como rechazo, sino como una interacción justa y mediada entre la pluralidad de reivindicaciones que los ciudadanos canalizan a través de una pluralidad de instituciones. Que esa pluralidad genere beneficios para todas las partes o termine por perjudicar a todas las ciudadanas dependerá de cómo se canalice. No cuestionar su existencia y aceptar el reto de abordar la cuestión desde el rigor académico no implica resignarse y limitar el análisis a las categorías del Siglo XX. Porque es evidente que la pluralidad de hechos políticos que denominamos como “nación” sigue siendo relevante. Siendo igual de evidente que se ha transformado. Asumir, analizar y encauzar debidamente esa transformación es uno de los grandes retos y obligaciones del Siglo XXI. Eso sí sería tomarse en serio la pluralidad. Y buena falta nos hace. 

------------------------

Ander Errasti Lopez. PhD candidate in Ethics and Political Philosophy. Universitat Pompeu Fabra. Visiting Doctoral Student (2016) University of Oxford. Project Manager. European Project SIforAGE. Grup Interdisciplinar de Reflexió i Solucions Matemàtiques per a Entitats. Universitat de Barcelona. Globernance (Instituto de Gobernanza Democrática de San Sebastián) Ikerlaria.

Estamos desarrollando un proyecto para una publicación mensual en papel. ¿Nos ayudas a financiarlo?

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Ander Errasti

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí