El Hacha
Simplemente, José María Giménez
Perfeccionista, entusiasta, valiente y determinado a triunfar, el jugador sigue trabajando duro, en la sombra, esperando su gran oportunidad. El suyo es un desafío de largo recorrido en el Atlético de Madrid
Rubén Uría 30/11/2017
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Comprometido, aguerrido, valiente y sin miedo a fallar, José María Giménez, inasequible al desaliento, sigue su proceso de crecimiento. Aprovecha cada oportunidad que tiene, siempre suma y sea cual sea la trascendencia del partido o su carácter, sea Liga, Copa, Champions o amistoso, rinde como si fuera una auténtica final. Garra charrúa y carácter definido, Giménez es un baluarte silencioso en el engranaje atlético. Si actúa como central, es una póliza de seguros. Si le colocan de lateral, hace un esfuerzo, se adapta, y tras cuerpear al extremo, acaba los partidos en área contraria. Si el equipo tiene una plaga de lesiones y el entrenador le pide que sea mediocentro, se ocupa de toda la intendencia con espíritu renovado y saca la escoba para barrer. Multiusos Giménez, en plenitud de condiciones físicas, es uno de los mejores jugadores del Atlético de Madrid. No hace demasiado ruido, no destaca por sus declaraciones, no tiene demasiada prensa y no es portada de los periódicos. Ni falta que le hace. Sus actos le definen. Nunca se esconde. Siempre responde.
Sus prestaciones no son un secreto. Están en boca de muchos. En el Atlético se siente valorado, pero mientras sigue compitiendo con Godín, Savic o Lucas para hacerse un hueco en la impenetrable zaga colchonera, pretendientes le sobran. A José María le han querido y quieren Chelsea, Manchester City, Roma, Real Madrid, Juventus y Arsenal. Todos, en algún momento, han tocado a la puerta del uruguayo y todos se han llevado la misma respuesta. No está en venta, es feliz en el Atleti y tiene contrato hasta 2020. Se trata de un futbolista que se ha ganado todo lo que tiene a base de sudor, trabajo y superación personal, desde el convencimiento de que su camino siempre ha tenido una base, la ética del trabajo. Perfeccionista, entusiasta, valiente y determinado a triunfar, José María sigue trabajando duro, en la sombra, esperando su gran oportunidad. El suyo es un desafío de largo recorrido. Una maratón de tenacidad. Siempre que juega, cumple. Siempre que se le necesita, acude. Y siempre que se trata de demostrar que está preparado para cumplir con cualquier misión que le encomiende Cholo, está a la altura.
Ingresó en el Atlético como central de futuro, progresó hasta ser el heredero natural del cacique Godín y hoy, pese a que no juega los minutos que desearía, es un seguro de vida en la defensa atlética. Cara de niño y alma de veterano, Giménez es uno de los mejores centrales del mundo. Nadie alimenta más la competencia interna entre los centrales que José María. Nadie ha demostrado estar tan preparado para jugar de todo como José María. Y nadie se merece más la titularidad que José María. Con apenas 22 años, José María Giménez parece que lleva jugando toda una vida. Llegó al Atleti como recluta prometedor, hizo el servicio militar a las órdenes de Simeone y se ganó un lugar entre los soldados de elite del Cholo. Programado para cualquier escenario, nunca decepciona.
Ahora, partido a partido, está pidiendo a gritos que le suban el rango, porque lo merece. Giménez no protesta, no pone malas caras, no da un solo problema y nunca se queja. Es un hombre de pocas palabras y muchos hechos. Un tipo que entrena, trabaja, rinde, se supera y espera, con una paciencia inaudita, tener un papel importante en el equipo. Si hay un entrenador justo, que no se casa con nadie y que siempre trata de apostar por lo que necesite el equipo, ese es Simeone. Para él, no hay nada ni nadie por encima de lo que pida el partido o demande el equipo. Su lema de vida se conoce en el vestuario, no importa el número de minutos que un futbolista tenga, sino la calidad de esos minutos. Ni el propio Simeone podría discutir que la calidad de los minutos de José María Giménez es sobresaliente. No se trata de reivindicar a José María. Ni siquiera de hacer una cruzada a favor de Giménez. Simplemente, se trata de valorar, como merece, su entrega. Viene de serie. Y merece un reconocimiento público. Su comportamiento, dentro y fuera del campo, es ejemplar. Se merece todo lo bueno que le pase. Y lo bueno que le está por suceder. Giménez es un soldado de Simeone. Y pide, a gritos, más galones.
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Rubén Uría
Periodista. Articulista de CTXT y Eurosport, colaborador en BeIN Sports y contertulio en TVE, Teledeporte y Canal 24 Horas. Autor de los libros 'Hombres que pudieron reinar' y 'Atlético: de muerto a campeón'. Su perfil en Twitter alcanza los 100.000 seguidores.
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