En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
El partido ante la Real Sociedad no pasará a la historia por el juego desplegado por el Atleti para lograr la victoria. La imagen que ofreció el equipo distó mucho de ser brillante y se limitó, con orden y entrega, a defender la ventaja que tenía en el marcador desde los primeros minutos. Pero si por algo quedará en el recuerdo el encuentro disputado en Anoeta, será por el maravilloso gol marcado por Griezmann, posiblemente el mejor que ha logrado desde que viste la rojiblanca, y por la acción en el último minuto del uruguayo Giménez, lanzándose de cabeza a ras de césped para impedir que el brasileño Jonathas se hiciera con un balón dentro del área.
“Giménez se tiró a por la pelota en un acto heroico”, declaró Simeone al final del encuentro cuando fue preguntado por ese lance, que provocó las protestas de los aficionados donostiarras al considerar que podía haber sido penalti. Más allá de que se señalara o no la pena máxima (ni siquiera los distintos árbitros que analizan las jugadas polémicas en los medios se ponen de acuerdo), ha llamado mucho la atención el recurso utilizado por el defensa colchonero para abortar el peligro. Donde no sirve la colocación se pone el corazón, donde no llega la pierna, se pone la cabeza, aun a costa de que te la puedan abrir de una patada. Porque él se tira sin saber lo que pasa detrás. Si el rival va a meter el pie y le va a golpear, o salta y le pisa con los tacos. No había tiempo para pensar en esas minucias.
Y lo curioso es que no es la primera vez que Giménez se juega el físico de esa manera. La pasada campaña, ya hizo lo mismo en el partido ante el Getafe en el Calderón para taponar un disparo de Fredy Hinestroza. El valor, como decían en el servicio militar, no se le supone a Giménez. Lo demuestra con hechos. Algunos dirán que es la osadía de la juventud. Puede ser. Pero si por algo se caracteriza el charrúa es por jugar como si fuera un veterano a pesar de tener tan sólo 20 años. “Siempre digo que juega como si tuviera 30”, decía de él recientemente su compatriota Diego Godín. Y sobre todo, lo que demuestra, es compromiso con una causa. El mismo que tanto se echó en falta en muchos de los que se pusieron la camiseta colchonera en funestas épocas pasadas. Será mejor o peor (que es muy bueno), tendrá días mejores o peores, pero desde luego lo que no se le puede echar nunca en cara es la entrega que pone cada vez que disputa un partido. Así los quiere el Cholo.
Giménez lo paso mal cuando llegó al Atleti. Dejó su país y a su familia con apenas 18 años para cruzar el charco y apenas jugar dos partidos en toda una temporada. Una situación que desquiciaría a cualquiera. Pero él supo esperar su oportunidad y convencer al técnico en los entrenamientos de que sabría responder cuando la dupla Godín-Miranda le dejara un resquicio. Y ese hueco empezó a llegar la pasada campaña, en la que ya disputó 28 partidos entre todas las competiciones. Otro quizá se habría rendido pero José María estaba convencido de que podía triunfar en el Atleti y ahora que se ha hecho con un puesto de titular está dispuesto a defenderlo con uñas y dientes.
La cantidad de experiencias que le ha tocado vivir tanto dentro como fuera del campo siendo tan joven (fue padre con 19 años) le ha hecho madurar mucho más que a otros chicos de su generación. En apenas tres años ha llegado al fútbol de élite, se ha convertido en titular de la selección uruguaya, ha jugado una Copa América y un Mundial. A ver si encuentran muchos futbolistas en el panorama internacional con este bagaje a su edad. “Si sigue creciendo, puede ser el mejor zaguero de los últimos 30 años del fútbol uruguayo”, comentó hace poco el que fuera durante muchos años una referencia mundial en su puesto, Paolo Montero.
Giménez es uno de esos casos raros, que se dan de vez en cuando, en los que el Atleti encuentra petróleo antes que los demás. Por sus cualidades, la progresión que se le supone, su carácter y los años de carrera que tiene por delante, se puede convertir en uno de los fichajes más rentables de los últimos lustros en la entidad. Hay que recordar que apenas costó un millón de euros y que, según algunas informaciones, hace un año el City ofreció ya 22 millones por su contratación. El alto nivel que está mostrando en el Calderón ha hecho que muchos grandes de Europa tengan anotado su nombre de cara al futuro. Por algo la empresa Soccerex, que analiza a los mejores futbolistas jóvenes y su valor, le colocó como el quinto jugador más prometedor a nivel internacional, tasándole en 30 millones de euros.
A su lado tiene al mejor profesor posible, su compatriota Diego Godín, un dúo conocido ya popularmente por la hinchada como el “Comando G”. Juntos forman una de las mejores parejas de la Liga, que es como decir del mundo. Hasta el punto de que un internacional como Savic apenas ha podido jugar hasta ahora 90 minutos en lo que llevamos de temporada. Y lo va a tener difícil para entrar en el equipo porque la confianza de Simeone en la dupla uruguaya es absoluta.
"Tiene talento natural, es rápido, con buen golpeo de pelota, buen marcador y con clase para sacar el balón". Así le definió José Luis Pérez Caminero cuando se confirmó su contratación y desde luego no iba desencaminado el director deportivo rojiblanco. Todas esas cualidades las ha ido demostrando en los apenas 39 partidos que ha disputado con el Atleti. Pero no habló de una que es quizá de las mejores: su carácter. Ese que pese a ser el último en llegar no le impide medirse de tú a tú con los Cristiano, Messi, Neymar y compañía, ni hacer frente a una bronca de su compatriota Luis Suárez, ídolo en su país, ni plantar cara a una vaca sagrada como Sergio Ramos en unos cuartos de final de la Champions si siente que tiene que defender lo suyo y a los suyos. No creo que al andaluz se le vuelva a ocurrir decirle que se dé la vuelta para verle el nombre en la camiseta como si fuera un desconocido. José María Giménez ya es presente, pero sobre todo es futuro. Y todo hace indicar que será muy brillante.
El partido ante la Real Sociedad no pasará a la historia por el juego desplegado por el Atleti para lograr la victoria. La imagen que ofreció el equipo distó mucho de ser brillante y se limitó, con orden y entrega, a defender la ventaja que tenía en el marcador desde los primeros minutos. Pero si por algo quedará...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí