El concepto de bienestar suele asociarse con servicios como la sanidad, la educación, la protección social, el empleo de calidad o el nivel de desarrollo. La felicidad, como resultado último de esta realidad, se suele relacionar con aspectos materiales –por ejemplo, la renta– derivados de estos factores. Sin embargo, también existen evidencias empíricas que indican la fuerte relación que existe entre la felicidad y aspectos más subjetivos del bienestar de la población, como la participación en actividades culturales y de ocio.

Según el artículo "El impacto de la cultura y el ocio en la felicidad de los españoles" del Observatorio Social ‘la Caixa’, los datos sobre consumo y felicidad muestran la importancia de ciertos logros sociales para alcanzar este bienestar. Entre ellos, la importancia del apoyo público a las artes, del mismo modo que ocurre con las políticas basadas en facilitar el acceso a la cultura, como por ejemplo la conciliación de horarios.

El análisis de indicadores alternativos de desarrollo, así como de los componente no material de la felicidad y del bienestar, permite valorar el impacto de estas políticas y la distribución de los recursos. De esta forma, si bien unos ingresos bajos generan una mayor percepción de infelicidad, el caso contrario, un ingresos elevados, no garantiza la máxima felicidad. En España, la encuesta del CIS arroja una valoración media de la felicidad del 7,3 (de una escala del 1 al 10), un resultado similar al de otros países desarrollados.

En el caso del efecto de la cultura y el ocio en la felicidad, actividades como ver la televisión, ir al cine, escuchar música o leer tienen un efecto positivo en el bienestar. Según datos del CIS, la población española da un puntuación de entre el 7,29 y el 7,5 (sobre 10) a este tipo de actividades. La frecuencia con la que se practican es más dispar: hasta un 97,5% ve la televisión –que además logra la menor puntuación–, mientras que ir al cine o el teatro baja hasta el 61,9%, pero obtiene la segunda mejor calificación.

La encuesta del CIS también muestra la importancia que se da a la realización de estas actividades en compañía. Después de la salud, tener una buena relación con la familia y tener buenos amigos ocupan el segundo y tercer lugar en la lista de aspectos vinculados a la felicidad, con un 10,2% y 5,9%, respectivamente.

Sin embargo, hay importantes diferencias a la hora de preferir realizar estas prácticas de forma individual dependiendo del tipo de actividad: un 73,4% de los encuestados por el CIS prefiere leer solo, mientras que solo un 1% declara esto si se trata de asistir a un concierto.

Algo parecido ocurre si se pregunta por la participación en actividades dependiendo del tipo de compañía: si se trata de amistades, los encuestados respondían que prefieren ir a bares y discotecas (38%) o jugar a algo (29,5%), mientras que actividades como ver la televisión (37,3%) o ir al cine y al teatro (36,3%) se prefieren hacer en pareja.

Pese a ello, la norma general es que haya un mayor porcentaje de personas que se perciben como felices o bastante felices cuando están en compañía realizando actividades culturales o de ocio.

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Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en el texto El impacto de la cultura y el ocio en la felicidad de los españoles, de Nela Filimon, del Departamento de Economía de la Universitat de Girona, publicado en el Observatorio Social de “la Caixa”.