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Una selección de éxito que oculta la realidad del rugby español

La Federación recluta a españoles nacidos y formados en otros países para mejorar el nivel del conjunto nacional

Ricardo Uribarri 12/03/2018

<p>Jugadores de la selección española de Rugby, durante el partido de clasificación para el Mundial contra Alemania. </p>

Jugadores de la selección española de Rugby, durante el partido de clasificación para el Mundial contra Alemania. 

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La selección española de rugby está a un paso de clasificarse por segunda vez en su historia para el Mundial. Después de las meritorias victorias alcanzadas ante Rumanía y Alemania, sólo le queda superar el próximo domingo 11 a Bélgica para certificar su participación el año que viene en Japón, que llegaría 20 años después de la anterior. Nadie duda de la importancia que puede tener para el despegue de este deporte en nuestro país su presencia en esta cita, la tercera que más audiencia televisiva tiene en el mundo tras el Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos. ¿Pero refleja esta selección el potencial real del rugby nacional? Viendo su composición, no lo parece.

Para conseguir estar entre las 20 selecciones clasificadas, la Federación se ha visto obligada a reclutar a una gran mayoría de jugadores nacidos y formados en otros países con el fin de elevar el potencial del conjunto que entrena Santiago Santos. La normativa de la Federación Internacional (World Rugby) permite a los jugadores ser convocados por países distintos a los de su nacimiento siempre que sus padres o sus abuelos tengan ese origen y ellos posean también esa nacionalidad. También pueden ser llamados los que lleven al menos 36 meses en las competiciones del país que les convoca (a partir del próximo año se eleva la cifra a cinco años). En ambos supuestos, no deben haber jugado previamente con las selecciones absolutas de sus países de nacimiento.

Así, se ha dado la circunstancia de que sólo nueve de los 31 convocados ante Rumanía, apenas un 29%, habían nacido en nuestro país. La lista se completó con 14 jugadores nacidos en Francia, cuatro en Argentina, dos en Nueva Zelanda, uno en Gran Bretaña y uno en Fiji. Frente a los germanos sólo fueron siete sobre 30, un porcentaje aún menor, el 23,3%.

Hay selecciones que disponen de tantos jugadores de primer nivel, como por ejemplo Francia, que resulta imposible que todos ellos sean internacionales. De esta forma, los que cuentan con antepasados españoles tienen la oportunidad de jugar con un país con el que les une lazos familiares y que, como puede ser ahora el caso, les da la oportunidad de disputar un torneo como el Mundial. Al mismo tiempo, España recurre a ellos para elevar el nivel de su equipo nacional y poder optar a participar en competiciones que, de otra manera, serían inviables. El beneficio es mutuo.

Estamos pues ante una opción perfectamente legal y que no sólo aprovecha España. Muchos combinados de primer nivel también recurren a ella aunque no en la cantidad que el nuestro. Distinta cuestión es si resulta fácil o no identificarse con una selección en la que la gran mayoría de sus jugadores presentan esta característica. ¿Se imaginan que el 77% de la selección de fútbol estuviera formada por jugadores nacidos en otros países aunque sean tan españoles como los de aquí? ¿Sería aceptada por los aficionados? Pero más allá de este aspecto, está el motivo por el qué la Federación se ve obligada a exprimir al máximo esta posibilidad. Y la respuesta está, como tantas veces en el mundo del deporte, directamente relacionada con la cuestión económica.

para conseguir más subvenciones, resulta imprescindible tener una selección que obtenga resultados positivos y que compita en la élite

Las federaciones deportivas tienen posibilidad de recibir más dinero por parte del Consejo Superior de Deportes y de las federaciones internacionales si sus equipos nacionales alcanzan unas metas. Por lo tanto, para conseguir más subvenciones, resulta imprescindible tener una selección que obtenga resultados positivos y que compita en la élite. De ahí que sea el propio sistema que utilizan estos organismos, vinculado a los resultados, el que provoca de alguna manera que las federaciones se vean forzadas a tener que formar una selección con una mínima representación oriunda si es la única vía para elevar su nivel.

El presidente de la Federación Española de Rugby, Alfonso Feijoo, reconoce a CTXT que “está claro que los buenos resultados producen ayudas. El Consejo prima a los equipos de las federaciones que consiguen unos resultados concretos, lo que indirectamente influye en el presupuesto, que de esa manera puede aumentar. Si se alcanzan unas metas da algo más, aunque no sea suficiente para cubrir la preparación de un Mundial. Pero además, la Federación Internacional, en su objetivo de igualar las diferencias entre los países, tiene estipulado conceder una subvención económica que sería importante para nosotros, ya que tendríamos oportunidad de preparar el equipo profesionalmente, aunque hasta final de marzo no sabremos cuanto será. No es que con ese dinero vayamos a dar un salto cualitativo importantísimo, pero si nos servirá para acercarnos un poco al resto en la preparación”.

Feijoo explica que “cogimos hace tres años una Federación con dos millones de deuda y tenemos el compromiso de eliminarla lo antes posible, de hecho ya sólo debemos 450.000 euros, pero manteniendo el nivel deportivo. Ahora tenemos un presupuesto de 3,9 millones y cualquier club de Segunda división francés tiene entre seis y ocho millones. En esta situación no teníamos otra vía que echar mano de los de fuera para ser competitivos. Nosotros estamos formando a nuestros jóvenes pero todavía tienen que llegar, hay que darles tiempo para que maduren y puedan recalar en el equipo nacional absoluto. El nivel de nuestro torneo aún está lejísimos como para poder optar a un Mundial con los jugadores de aquí”.

El responsable federativo tiene claro lo que aportan al combinado hispano los internacionales reclutados en otros países. “En la liga hay jugadores talentosos, pero los partidos no son del nivel de los que juegan estos señores todas las jornadas en sus campeonatos. Los que vienen de fuera son profesionales, viven de ello y están acostumbrados a jugar con mucha presión, a cara de perro cada fin de semana. La velocidad de juego y la velocidad de reacción son muy diferentes. Nuestra competición tiene que mejorar, tenemos buenos jugadores pero no están todo el día en el gimnasio ni preparándose como los que juegan en Francia, que son profesionales y dedican su vida a esa actividad”.

Feijoo no es ajeno al debate que ha suscitado la composición del equipo español y acepta que haya opiniones desfavorables, porque él es el primero al que le gustaría que la situación fuera distinta. “Yo entiendo perfectamente que haya gente que le cueste identificarse con esta selección, pero es el producto de unos momentos oscuros en España en los que muchas familias tuvieron que emigrar, unos por causas económicas y otras por causas políticas, y las leyes permiten que los podamos acoger en nuestros equipos nacionales. Evidentemente a mí me gustaría que todos los jugadores internacionales vivieran en España y jugaran aquí, porque eso haría la Liga muy competitiva. También es verdad que gracias a nuestra política deportiva, actualmente ocupamos el puesto 12 a nivel mundial en resultados cuando estamos en el 25 a nivel económico. Eso quiere decir algo”.

La cuestión monetaria ha impedido poner en marcha medidas que en la Federación consideran que podrían ayudar a que este “mal necesario”, que es tener que recurrir a esta filosofía para el equipo nacional, cambie en el futuro. “Nos gustaría tener a una selección ‘B’, compuesta únicamente por jugadores de nuestra Liga, que pueda disputar competiciones a nivel internacional en las que se exige el 120% para que cojan experiencia, pero de momento no lo podemos hacer porque nos faltan recursos y tenemos que priorizar”, afirma Feijoo.

Viendo los resultados que están cosechando, resulta complicado cuestionar el compromiso de los jugadores que llegan de fuera cuando se ponen la camiseta nacional

Viendo los resultados que están cosechando, resulta complicado cuestionar el compromiso de los jugadores que llegan de fuera cuando se ponen la camiseta nacional. El presidente quiere resaltarlo y para ello ofrece unos datos muy reveladores. “Estos chicos sienten la Selección como propia. Cuando ganan lloran de emoción y cuando pierden de rabia. Si alguien duda de que son jugadores con corazón español no tiene más que verles en el campo. Hay algunos a los que sólo les podemos pagar 75 euros al día cuando están con nosotros, mientras que en sus clubes están cobrando de 5.000 a 12.000 euros al mes. Aquí vienen perdiendo dinero y a veces ganándose problemas con sus clubes. El año pasado tuve que recorrer diez mil kilómetros en coche por Francia con Jean Michael Aguirre, ex internacional galo que hace las labores de intermediario entre la Federación y los clubes, para visitar a 25 presidentes y managers con el fin de conseguir que estos jugadores pudieran competir con España”.

Feijoo era el seleccionador nacional en la anterior presencia de España en el Mundial, en 1999. Él reconoce que entonces no se aprovechó la ocasión para dar un impulso al deporte. Ahora, si se consuma la clasificación, espera que sí se haga. “Es otra oportunidad que tenemos y esta vez con un reconocimiento social, con el apoyo de los medios y mentalizados en que podemos hacerlo. Tenemos una base importante de niños y jóvenes a los que debemos esperar. Estos últimos partidos han demostrado que este deporte gusta a mucha gente y que cuando se les ofrece algo bueno, con interés, responden. Ver el campo lleno me produjo una gran emoción y pensé que era el premio al trabajo que están desarrollando estos jugadores, el cuerpo técnico, los clubes y las escuelas. Sería bueno potenciar la competición nacional, como estamos intentando, porque haría crecer a la selección”.

En el actual momento de efervescencia que vive el rugby español, con los medios prestando atención especial al equipo nacional, con la selección femenina que acaba de ganar su sexto Europeo, el cuarto desde 2010, y con una numerosa afición deseosa de vivir nuevas emociones, se pudo pensar en llevar el compromiso ante Alemania a un escenario más grande, como el Vicente Calderón, por ejemplo, ahora sin uso. Feijoo reconoce que llegó a hablar de este tema con el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo. “Me dijo que se podía llegar a un acuerdo pero que el campo llevaba un año sin utilizar y que acondicionarlo iba a suponer un gasto que era imposible de afrontar por la Federación. Además, las cosas hay que hacerlas despacio, controladas, no podemos improvisar y en 15 días dar un salto enorme porque ganamos a Rumanía. Vamos poco a poco porque no queremos ser unos ídolos con pies de barro”.

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Ricardo Uribarri

Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.

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2 comentario(s)

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  1. Arfeon

    Una selección... de éxito? Después del numerito con el árbitro contra rumanía les queda el de selección vergonzosamente "futbolera". Lo que hicieron al insultar e intentar agredir al árbitro les degrada más que cualquier derrota. Yo, como muchos, pasé verguenza (lo vimos unos cuantos amigos franceses).

    Hace 5 años 10 meses

  2. Lucio

    España está en el puesto 20, no el el 12. Y entre el 12 y el 20, hay muchísima diferencia.

    Hace 6 años 1 mes

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