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Douglas Harper es delegado del Comité de Empresa de Amazon San Fernando por CCOO. El 21 y 22 de marzo participó junto con sus compañeros en una huelga histórica de 48 horas contra el gigante del comercio electrónico.

¿Qué evaluación hace de la huelga de 48 horas del pasado 21 y 22 de marzo?

Fue una jornada espectacular, conseguimos parar toda la producción, no salió ni un solo producto y participó más del 95% de la plantilla, que son 1.100 personas fijas y unos 900 trabajadores de ETT. Amazon juega con una alta temporalidad, con una alta rotación de personal. Por eso nosotros teníamos ciertas dudas de cómo iba a reaccionar el personal de ETT, pero se volcaron absolutamente a la huelga por sus condiciones de trabajo. En un día normal pueden salir del almacén de San Fernando 50.000 o 100.000 productos. Por lo tanto, decir que no salió ni un solo camión es un éxito total. 

¿Qué respuesta hubo de parte de Amazon?

El ambiente en la empresa es muy malo: desde el día 1 de abril ellos implantan un convenio sectorial que corresponde a la Comunidad de Madrid, el Convenio de Logística y Paquetería. Lo implantan de forma unilateral y con unas condiciones unilaterales. 

¿Por qué rechazáis el nuevo convenio?

Para nosotros una razón muy importante es la salud laboral. La segunda cuestión es que llevamos con el salario congelado desde el año 2016 y no se ha actualizado. Lo que ha hecho la empresa es poner unos márgenes del 1.4% o 1.1% y esa es una decisión unilateral. Y, por último, las medidas que teníamos en nuestro convenio para la conciliación de la vida familiar y la vida laboral ahora las cambia por unas fórmulas que son mucho más favorables para la empresa y mucho más rígidas para los trabajadores. También hacen desaparecer una categoría profesional completa. Nosotros decimos que Amazon quiere hacer una línea de negocios con nuestros derechos, quiere ganar dinero a costa de nuestros derechos.

En estos días habéis dado pasos muy importantes para la coordinación europea de los sindicatos de Amazon.

Los días 18, 19 y 20 de abril nos reunimos en Roma los sindicatos europeos. Llevamos dos años trabajando en la constitución del Comité de empresa europeo, nos hemos aliado con los sindicatos franceses e italianos y hemos hecho la comunicación a la sede europea de Amazon que está en Luxemburgo. Esto es algo muy reciente. A partir de ahí creamos un órgano de colaboración, de organización y de consulta. 

La otra parte es el contacto directo con otros centros de trabajo, que es algo que ya venimos haciendo. De hecho, un centro de Alemania que tiene 4.000 trabajadores secundó la huelga por solidaridad. 

¿Se viene una huelga europea contra Amazon?

Llevamos como propuesta que en una fecha clave como la semana del Prime Day en julio o la semana del Black Friday en noviembre se haga una huelga global a nivel europeo, para tratar de evitar el esquirolaje de la empresa. En la huelga de San Fernando, lo que hizo la empresa fue derivar parte de lo que se tenía que producir en nuestro centro a Francia, Italia y otros centros de España. Queremos una acción reivindicativa global, algo que sería una novedad. En esas fechas los centros están a tope, trabajan con todas las líneas de producción al 100%. En el momento en que caiga un centro, otro centro no puede trabajar al 120%. Si otros centros secundan la huelga, es muy difícil que los esquiroles puedan romperla, les pondremos muchas más dificultades. 

Mucha gente compra a través de internet, pero no se imagina cómo es el día a día de un trabajador de Amazon: ¿qué hay detrás del “click”?

Lo que hay detrás son condiciones precarias, condiciones duras a nivel de salud laboral. Hay algunas personas que para hacer su trabajo tienen que caminar 25 kilómetros diarios, o estar empaquetando en un cubículo de un metro cuadrado todo el día. 

¿Se podría decir que ese es el gran secreto de Amazon?

Si, recortar los derechos de los trabajadores, combinado con una gran publicidad para lograr una buena imagen, no tienen nada más. Ese es el sistema de Amazon: minimizar el coste en personal, introduciendo muchísima tecnología, y entonces nos vemos desbordados de trabajo.  Nos consideran como si fuéramos máquinas, pero somos personas.