“La reconquista comienza en Granada”
Pablo Casado hace suyo el llamamiento de la ultraderecha en la capital andaluza
Manuel Gare 25/04/2019
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Los niños se impacientan. “Papá, no viene”. Ha pasado una hora y Pablo Casado no aparece. En los Jardines del Triunfo de Granada se concentran unos cuantos centenares de personas para escuchar al candidato del PP a las próximas elecciones. El cerco de banderas de España y de banderas del PP se ve a lo lejos. “Yo me la he traído de casa, por si acaso”, dice una mujer mientras saca su bandera rojigualda. Algunos ondean una combinación de ambas banderas, atadas una a continuación de la otra, en una consumación de lealtad patriótica y de partido.
La vestimenta habitual de los populares hace gala en Triunfo. El chaleco y los náuticos se entremezclan con uniformes de colegio concertado. De vez en cuando, pequeñas representaciones del pueblo llano rompen con la norma. Etiqueta transversal, pero no mucho. Un padre le explica a su hijo que España antes era un imperio. “Nunca se ponía el sol”, le dice, resplandeciente. “Filipinas, Cuba... Luego la empezaron a cagar. Llegó el PSOE y la cagaron”. Se termina la clase de historia.
A punto de cumplirse la hora y media, Celia Santiago, alcaldesa de La Peza, sube al estrado para disculparse por el retraso de Casado. “Que no viene en Falcon, viene andando”, exclama. Uno se imagina a Casado con unos gemelos como los de CR7 y siente un poco de grima. “Este país no se merece a un PSOE que quiere dar un golpe de Estado”, continúa diciendo. “Hemos cometido muchos errores, pero es un nuevo Partido Popular el que tenéis enfrente”, señala antes de dar paso a Sebastián Pérez. Glups.
¡Sebastián Pérez! Candidato del PP a la alcaldía de Granada. Concejal en Granada desde 1991. Presidente del Partido Popular de Granada desde 2004. Teniente de Alcalde entre 2003 y 2011. Dimitido de tal cargo en 2011, tras el escandaloso caso de corrupción que sentó al exalcalde popular Torres Hurtado en el banquillo y del que, según se ha podido saber recientemente, era plenamente conocedor. El nuevo Partido Popular que tenéis enfrente.
Pérez hace de telonero de Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, a quien adula largo y tendido. “Tenemos un problema en Granada: tenemos un alcalde socialista”, farfulla. Se le olvida decir que el PSOE llegó al poder en la ciudad tras conocerse la corrupción de su partido. Sale Juanma Moreno. Centra su discurso en la eliminación del impuesto de sucesiones, baluarte electoral del PP en Andalucía. “¡Ole tus cojones!”, le grita un asistente.
Juanma Moreno hace el repaso de indepes, etarras y otros indeseables con los que pacta el PSOE. Y, de repente, se pone a hablar de ETA. “El PP es el único partido que se ha enfrentado de tú a tú con el terrorismo de ETA. Lo hemos derrotado”, dice. Son las seis y algo de la tarde; hace un frío invernal en Granada. Aún así, el atril se mantiene caliente. A cada palabra, a cada ondeo de bandera, el ambiente se caldea. La excitación se roza con los dedos. Pablo Casado está a punto de salir.
“La reconquista comienza en Granada”, vocifera el líder del PP, en un torpe intento por hacer suya esa reconquista a la que Vox lleva meses haciendo alusión. Justo hace una semana, Santiago Abascal llenaba el Palacio de Congresos de Granada con más de 2.000 personas, una cifra que supera con creces al encuentro intimista de Casado en Triunfo, a pesar de que la ciudad es un nicho habitual del PP.
A partir de ese momento, Pablo Casado da comienzo al debate. Un debate del que se sabe el único participante. Repite las proclamas que horas atrás pronunciaba frente a Rivera, Iglesias y Sánchez. El eco de su voz rellena los oídos de los presentes, ya convencidos de lo que tiene que decirles. Casado se relaja al mismo tiempo que se deshinibe. Lentamente, va dando forma a un mitin onanista en el que su imaginación da rienda suelta a todo tipo de fantasías, esta vez sin gráficas de por medio.
En plena vorágine, Casado vuelve a sacar a ETA. A punto de explotar, el líder del PP condena la falta de beligerancia de la ley con los etarras. Se pone del lado de las víctimas. Denuncia que aún hay quienes no saben quién mató a sus familiares. Denuncia que tienen derecho a saber. Esta paja tampoco va de Memoria Histórica.
Termina el mitin. Banderas al aire. Casado desaparece, exhausto. Un grupo murmulla que ellos, en realidad, votarán a Vox. Más allá, un adolescente, con la mochila aún colgada en la espalda, manda muchas banderas de España por WhatsApp. Otros aprovechan para hacerse una foto de grupo. “Parece que va a llover”, dice alguien.
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Manuel Gare
Escribano veinteañero.
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