2018, año ‘cero’ de la emancipación juvenil
Apenas 19 de cada 100 menores de 30 años lograron independizarse durante el año pasado. Es la cifra más baja de la última década
ctxt 26/07/2019
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Si quieres vivir solo, debes destinar cerca de un 90% de tu salario a pagar el alquiler. No se trata, aunque pueda parecerlo, de una exageración o de una aproximación a situaciones extremas. Es, por el contrario, el resultado de cruzar los datos del precio medio del alquiler y los ingresos habituales de cualquier persona de entre 16 y 30 años que vive en España. Como consecuencia, no es de extrañar que apenas 19 de cada 100 jóvenes lograra emanciparse en nuestro país durante el año pasado, la cifra más baja de la última década.
Estos son solo algunos de los datos publicados recientemente en el Observatorio de Emancipacióndel Consejo de la Juventud de España. Un documento que supone la última actualización al estado de un problema del que se ya se lleva advirtiendo largo tiempo en nuestro país: los jóvenes cada vez lo tienen más complicado para abandonar el hogar de sus padres, hasta el punto de que la edad media de emancipación en España ya ha superado los 30 años de edad.
Un fenómeno que guarda mucha relación con las altas tasas de desempleo que aún sufre este grupo de población, aunque este no sea el único factor que lo explica. El Consejo de la Juventud señala, de hecho, que no existe una relación automática entre “la creación de empleo y la emancipación de las personas jóvenes”. De esta forma, y pese a que la tasa de empleo entre jóvenes ha superado el 40% por primera vez en una década, el cierre de 2018 ha colocado también en mínimos históricos los ratios de emancipación.
Difícil que sea de otra forma cuando se comprueba, por ejemplo, que más de la mitad de los trabajadores jóvenes tienen un contrato temporal. O que emanciparse supone aumentar considerablemente las posibilidades de caer en situaciones de vulnerabilidad y de grave deterioro económico y social. Y lo que es peor: es aún más probable que esto ocurra de lo que lo era hace una década. En 2009, menos del 30% de los jóvenes independizados de entre 16 y 29 años estaba en riesgo de pobreza y exclusión social. En 2017, este porcentaje ya era marcadamente superior al 40%.
Según el Consejo de la Juventud, los crecientes problemas asociados a la emancipación también han intensificados los cambios en las tendencias de acceso a la vivienda. Si bien el alquiler sigue siendo la fórmula más común para que los jóvenes se emancipen –seis de cada diez usan esta vía–, 2018 fue el primer ejercicio en el que el arrendamiento perdió algo de terreno después de varios años en tendencia ascendente.
Esto no se ha traducido, sin embargo, en un aumento de la compra de vivienda, sino en el acceso a través de otra fórmula, la de la cesión de viviendas. Hoy, en España, ya hay más jóvenes que han logrado independizarse de esta forma de los que viven en una casa comprada y sin pagos pendientes.
Esto, asegura el organismo, no es casualidad. La compra o alquiler de vivienda se sitúan en la actualidad tremendamente lejos del alcance de muchos jóvenes en el país, por lo que la cesión es en muchos casos la única opción. Tanto es así que, entre 2017 y 2018, el alquiler aumentó casi un 10% en el conjunto del país, y el coste de acceso al alquiler se come, de media, el 50% de los ingresos de un hogar joven.
Por su parte, haría falta un salario de cerca de 1.880 euros –más de doble de los ingresos medios de las personas jóvenes– para que el pago de una hipoteca no suponga un sobrecoste en los hogares jóvenes. Esto es, que no se destine más del 30% de los ingresos mensuales al pago de la vivienda.