1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.335 Conseguido 91% Faltan 16.440€

Sareb: anatomía de un desfalco

250.000 viviendas sufragadas con dinero público terminarán en manos de fondos de inversión dejando además una enorme deuda que será asumida por el Estado

Manuel Gabarre de Sus 19/11/2019

<p>Bloques de viviendas sin terminar en Seseña. / <strong>Gabri Solera</strong></p>

Bloques de viviendas sin terminar en Seseña. / Gabri Solera

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

“El banco malo nunca supondrá costes para los contribuyentes”.
Luis de Guindos

Los antecedentes

El Estado adquirió el patrimonio inmobiliario de las cajas de ahorros y de los bancos quebrados para rescatar al sistema financiero. Fue así también como se hizo con el mayor número de viviendas y de solares que haya tenido nunca. Sin embargo, el Estado ha eludido su condición de garante de lo público y ha malvendido este patrimonio a través de Sareb, que también es conocida como el banco malo. 

Sareb es la parte central de un entramado jurídico creado para distraer la atención del ciudadano sobre la privatización encubierta de decenas de miles de solares y de viviendas. A Sareb se le ha llamado el banco malo con el ánimo de confundir a la sociedad. En realidad, su naturaleza no tiene nada que ver con la de un banco. Simplemente se trata de una compañía propietaria de bienes inmobiliarios que además se encarga de su gestión.  Aunque haya pasado desapercibido, el fundamento de Sareb es algo tan simple como “coge el dinero y escapa antes de que se den cuenta”.

¿Qué es Sareb?

La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB) fue creada por el Estado y por el Consejo Europeo. Aunque Sareb es una entidad con una finalidad y con una financiación pública, está gestionada por entidades privadas. 

La finalidad de Sareb era la de actuar como un cortafuegos, hecho de dinero público, con el propósito de evitar que la crisis española se propagase por toda Europa. Este peligro provenía de que los bancos se encontraban fuertemente endeudados entre sí. Si entidades importantes como Bankia o Catalunya Banc no hubiesen devuelto los préstamos que habían recibido de otros bancos europeos, también los podrían haber arrastrado a la quiebra. En realidad, el sistema bancario funciona como un castillo de naipes en el que la quiebra de una entidad importante puede provocar el desmoronamiento de todo el sistema financiero.

Debido al riesgo de contagio, el Consejo Europeo prestó más de 50.000 millones de euros al Estado español con la obligación de que los emplease en pagar las deudas que estas entidades arruinadas tenían con otras entidades financieras. 

Sin embargo, esta operación todavía no ha sido contabilizada dentro de las ayudas públicas a la banca. Sareb fue constituida a finales de 2012 con un capital de  4.800 millones de euros. Más de la mitad de este capital era de origen privado (55%) y el resto era de origen público (45%). Pero la cuestión central es que Sareb iba a recibir un préstamo de más de 50.000 millones de euros por parte de la Unión Europea.

El capital público fue aportado a través del FROB. Hay que recordar que, además de las intervenciones a través de Sareb que se tratan en este artículo, el FROB ha socorrido a la banca sufriendo pérdidas que podrían alcanzar los 50.000 millones de euros. Por su parte, el capital privado vino aportado por las entidades financieras, quienes, por otro lado, compensarían parte de las pérdidas soportadas con los servicios que iban a prestar a Sareb.

¿Cómo estaba previsto que Sareb devolviese el préstamo que le había concedido la Unión Europea?

Hay que tener en cuenta que los fondos aportados a Sareb por el Estado a través del FROB y por las entidades financieras suponían menos de una décima parte del importe del préstamo que esta había contraído. Además, estaba previsto que el negocio fuese ruinoso. La finalidad de Sareb consistía en comprar bienes inmobiliarios para después tratar de revenderlos a fondos buitre por un precio mucho menor del que se había pagado. 

Lo que sucede en realidad es que todos los implicados en la constitución de Sareb eran conscientes de que esta entidad no iba a ser capaz de devolver el préstamo y sabían que el Estado sería quien finalmente asumiría la mayor parte de su coste. La obligación de que el sector público sea quien finalmente deba asumir la devolución del préstamo proviene de la imposición del Consejo Europeo, que obligó al Estado español avalar la deuda de Sareb durante el ataque especulativo que tuvo lugar en el verano de 2012, en el que la prima de riesgo se convirtió en la protagonista de la agenda mediática.

Por otro lado, Sareb se creó con un plazo de duración de quince años. Por eso también, desde 2013 se está deshaciendo vertiginosamente de sus bienes en un proceso de venta totalmente opaco. Pero, cuando ya no queden bienes que vender y Sareb no pueda afrontar las cuotas préstamo, se ejecutará el aval. Así es como el Estado deberá correr con la parte del préstamo que no se haya devuelto. En definitiva, es la sociedad española la que finalmente se hará cargo de la deuda de Sareb a través de los impuestos.

¿Por qué se decidió que Sareb fuese gestionada de manera privada?

Existen varios motivos. Uno de ellos es que su deuda no ha sido todavía contabilizada como deuda pública porque el Estado posee menos de la mitad de su capital y porque los avales públicos no se computan como deuda hasta su ejecución. 

Además, debido a que Sareb fue configurada como una entidad privada, se han podido evitar todos los controles de la administración pública y los procedimientos administrativos para vender sus bienes. De esta manera, Sareb ha podido deshacerse con total opacidad del mayor patrimonio de vivienda pública que haya tenido nunca el Estado. Por otro lado, al no ser una entidad pública se evitan las garantías que exige la aplicación de la legislación de contratos del sector público. Entre ellas se encuentra la de vender las viviendas a quien haya hecho la mejor oferta.

En el fondo, la estrategia acordada por el gobierno de España con la Unión Europea consistía en que, a través de Sareb, las entidades financieras quebradas se deshicieran de sus activos inmobiliarios mediante la venta masiva a fondos de inversión internacionales, que también son conocidos como fondos buitre. Las ventas se harían por una pequeña parte del coste que tuvieron estos activos para la banca. La diferencia entre el coste pagado por Sareb y el precio de venta a los fondos, es decir, la pérdida, sería asumida por el Estado español. 

Sareb gastó 50.782 millones de euros en adquirir los activos inmobiliarios de las entidades financieras quebradas

¿Para qué ha utilizado Sareb el préstamo que recibió?

Sareb gastó 50.782 millones de euros en adquirir los activos inmobiliarios de las entidades financieras quebradas. Sareb gastó el 22% de esta cantidad en adjudicaciones de solares, pisos terminados en venta, pisos en alquiler y obras en curso. En total adquirió 14.952 solares para edificar junto con 87.972 viviendas terminadas, que en algunos casos estaban sin alquilar y en otros estaban alquiladas. Estas viviendas provenían frecuentemente de desahucios.

El 78% restante lo gastó en comprar los préstamos y los créditos a promotores que estaban en poder de las entidades financieras que habían quebrado. Estos también tenían normalmente viviendas o suelo como garantía, por lo que Sareb en realidad adquirió de esta manera decenas de miles de viviendas. No obstante, Sareb no ha publicado ni qué viviendas concretas adquirió como garantía ni tan siquiera el número global de inmuebles.

Sin embargo, Caixabank (La Caixa), que es el segundo mayor accionista privado de Sareb, publicó un estudio llamado “Sareb: claves estratégicas” en el que se hacía un análisis de los bienes de esta entidad. Tomando este estudio como base del cálculo de los bienes adquiridos por Sareb, concluimos que Sareb adquirió 257.136 viviendas que eran la garantía de los préstamos que compró y viviendas provenientes de subastas judiciales.

¿Cómo funciona Sareb?

En un principio los bienes de Sareb eran gestionados por las entidades financieras que le habían traspasado sus activos inmobiliarios, aunque en 2014 Sareb abandonó este modelo de gestión. A finales de aquel año Sareb adjudicó el servicio de administración, gestión y venta de sus activos a cuatro intermediarios en el marco de un plan general que denominó Proyecto Íbero. Resultaron adjudicatarias de este servicio varias entidades vinculadas con el sector financiero: Haya Real Estate, Altamira Asset Management (Santander), Servihabitat (La Caixa) y Solvia (Banco de Sabadell). 

La venta de los bienes de Sareb se ha encomendada a las entidades que disponen del mayor poder de intervención en el mercado inmobiliario

A estas cuatro entidades se les encomendó la prestación de estos servicios por un periodo de cinco a siete años, por lo que el vencimiento de los contratos se produciría entre 2019 y 2021. Las entidades a las que se les ha encargado la venta de los bienes de Sareb son los socios que habían aportado la mayor parte de su capital privado: Santander, La Caixa y Banco Sabadell. La única excepción es Haya Real Estate, que no era una entidad financiera ni había realizado ninguna inversión. De esta manera, vemos cómo la banca ha logrado mitigar las pérdidas que la inversión en Sareb podía provocarle mediante el cobro de comisiones. Hasta 2018, Sareb había pagado a estas entidades 1.111 millones de euros en concepto de comisiones por la gestión y por la comercialización de sus activos.

Sin embargo, lo que resulta más preocupante es que la venta de los bienes de Sareb se haya encomendado a las entidades que disponen del mayor poder de intervención en el mercado inmobiliario, por lo que está servida la posibilidad de que se produzcan conflictos de intereses en la venta de los bienes de Sareb.

Por su parte, Haya Real Estate recibió la gestión de 52.000 préstamos vinculados con el sector inmobiliario. Estos provenían de los bienes de Bankia, que fueron adquiridos por Sareb. Estos préstamos suponían el 40 % del valor total de los bienes de Sareb.

Haya es una gestora perteneciente al fondo buitre Cerberus Capital Management L.P., cuya sede se encuentra en Nueva York y que es dirigido por antiguos altos cargos del Partido Republicano. A resultas de estas conexiones, Cerberus designó a José María Aznar Botella como consejero de Haya en España. Cerberus replicó, de esta manera, la estrategia que utiliza en Estados Unidos en su división española. Esta estrategia consiste en contratar políticos que unan a su capacidad de influencia un inverso sentido de la ética. A su vez, el presidente de Haya es Juan Hoyos Martínez de Irujo, cuya característica más notoria es ser amigo íntimo de Aznar, según asegura en sus memorias el propio expresidente. Las designaciones de estos consejeros por Haya se produjeron en octubre de 2013. Cabe preguntarse si es casual que la fecha de las designaciones coincida con la época en la se decidió modificar la gestión de Sareb para encomendársela a intermediarios.

La creación de la Socimi Témpore Properties 

En 2017 Sareb creó una Socimi, Témpore Properties, para gestionar 2.249 viviendas en régimen de alquiler, de las que más de un tercio se encuentran en la Comunidad de Madrid. Estas viviendas fueron tasadas en 339 millones de euros.

Sareb encomendó la gestión de su Socimi a Azora. Es preciso recordar que la Comunidad de Madrid vendió las 2.935 viviendas del Ivima (Instituto de la Vivienda de la Comunidad de Madrid) a Azora y a Goldman Sachs, en un proceso trufado de irregularidades en palabras del informe de la Fiscalía que está investigando esta venta.

En julio de 2019 Sareb acordó la venta del 75% de Tempore al fondo de inversión Texas Pacific Group Real Estate Partners. Por lo tanto, la venta de Témpore Properties a un fondo permite constatar que el cambio de gobierno no ha hecho variar ni un ápice la política consistente en la venta del patrimonio público de vivienda, a pesar de las grandes necesidades sociales que existen.

Conclusiones: una reflexión general sobre Sareb

Luis de Guindos manifestó que el banco malo nunca supondría costes para los contribuyentes. Sin embargo, esta afirmación no tiene ningún viso de cumplirse, puesto que en 2018 Sareb declaró que todavía debe 39.929 millones de euros, a pesar de que ha estado deshaciéndose de sus bienes vertiginosamente desde su creación.

Aunque todavía quedan por devolver casi 40.000 millones de euros, Sareb ha vendido la parte más sustancial de los recursos con los que contaba para hacer frente a esta devolución 

Sareb declaró que hasta 2018 había vendido bienes por valor de 24.343 millones de euros. A pesar de esto, los resultados de Sareb arrojan unas pérdidas de casi tres mil millones de euros. Esto se debe a que ha ido devolviendo una parte del préstamo que le concedieron las instituciones europeas. 

Lamentablemente, aunque todavía quedan por devolver casi 40.000 millones de euros, Sareb ha vendido la parte más sustancial de los recursos con los que contaba para hacer frente a esta devolución. Debido a todo ello, el Estado será quien con certeza asumirá su deuda en un futuro próximo, como avalista último del préstamo.

Sareb ha sido una de las principales operaciones políticas que ha tenido lugar en España durante los últimos años. De esta operación se han beneficiado los fondos de inversión extranjeros, que venían principalmente de Estados Unidos, la banca nacional y algunos personajes del panorama político como la familia Aznar Botella o Rodolfo Martín Villa, que fue consejero de Sareb desde su constitución.

La principal damnificada es la sociedad española en su conjunto. Hemos perdido la ocasión de disponer de un parque público de vivienda con un tamaño suficiente para hacer frente a la especulación llevada a cabo por las elites económicas. De hecho, desde 2014 venimos sufriendo otra subida generalizada y constante de los precios de la vivienda, que tiene consecuencias devastadoras para el desarrollo humano y económico de nuestra sociedad. Por ejemplo, en este período el precio medio de los alquileres ha subido un 51% en Barcelona y un 45% en Madrid. La subida se ha producido en buena medida por la falta de vivienda pública en alquiler social, lo que ha venido acompañado por el agravante de que las viviendas que se deberían haber destinado a este fin han sido malvendidas por el Estado a través de Sareb.

Dentro de unos pocos años, el Estado deberá afrontar el aval de Sareb. Cuando llegue ese momento, no estaría de más recordar quiénes han sido los responsables de este gran desfalco.

--------------------------

Este artículo se ha hecho a partir de extractos del libro Tocar fondo. La mano invisible detrás de la subida del alquiler que ha sido publicado recientemente por la editorial Traficantes de Sueños.

Ya está abierto El Taller de CTXT, el local para nuestra comunidad lectora, en el barrio de Chamberí (C/ Juan de Austria, 30). Pásate y disfruta de debates, presentaciones de libros, talleres, agitación y eventos...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

6 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Roberto

    Habría que darle una vuelta al contrato de ese crédito, a ver que condiciones y cláusulas tiene, porque en la ejecución de garantías quien pidió el crédito tiene la primera responsabilidad del pago, y si es 55% privada , esa proporción del crédito debería de reclamarse a los titulares de esas acciones

    Hace 4 años 11 meses

  2. Francisco

    Porque esos que llaman empresarios, banqueros, emprendedores son simplemente ladrones. Y sus aliados: ADmiistracion publica, ejercito y fuerzas del"orden" (el de los ricos que no el mio) y manporreros en general estan para atarnos las manos y que puedan seguir robando.

    Hace 4 años 11 meses

  3. Er Gabi

    gracias por contestar las preguntas que faltan de un entramado tan bien orquestado, y que nuestros politicos no se preocupen por dar a conocer , que triste, que nos vendamos a esos fondos por llenar nuestra barriga.

    Hace 4 años 11 meses

  4. FERDINAND

    Excelente resumen, señor Gabarre. Nos han tomado por idiotas y en realidad lo somos. Nos dejamos embaucar; pisar y explotar como borregos, sin ni siquiera abrir la boca. Decía en su día Victor Hugo que "Entre el gobierno que hace mal y el pueblo que lo consiente hay cierta solidaridad vergonzosa".

    Hace 4 años 11 meses

  5. Roberto

    Vale. Entonces la propaganda sobre la recesión para lo que está sirviendo es para prepararnos psicológicamente para cuando se ejecute el aval de la sareb.

    Hace 5 años

  6. Mónica

    Por qué????!

    Hace 5 años

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí