“Madrid es el refugio de lo que el populismo expulsa”. Con esta contundente frase, Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid, ha prometido llevar a la capital de España la gigantesca noria que el Ayuntamiento de Valencia, vaya usted a saber por qué, ha rechazado. Contra los populismos, la noria más grande de Europa. Begoña Villacís ha presentado así en redes sociales el lema de una campaña social ilusionante, que pretende interpelar y hacer partícipes a esos madrileños sensibilizados con la problemática de la ausencia de norias XL en la capital. 

Si la cosa sale adelante, una gigantesca estructura metálica con inmejorables vistas acabará presidiendo Madrid Río. El Manzanares disfrutará, como ya lo hace el Támesis de Londres, de la compañía de la gran atracción circular. Madrid Eye, podríamos llamarla por aquello de que inventen otros. Desde lo más alto, uno podrá superar por elevación la boina de contaminación y respirar un aire puro que nos hará pensar que estamos de fin de semana en la Alpujarra granadina. El Madrid Eye nos situará tan cerca de los preciosos cielos de la capital que el visitante tendrá la íntima sensación de haberlos privatizado durante unos instantes. La PP Experience, lo llamarán. El esqueleto gigantesco será, a su vez, el ojo que todo lo vea en la Villa de Madrid. Desde ahí arriba, uno podrá observar, como si de diminutos muñecos se tratase, el desfile judicial de todos los imputados de la Púnica que haya en 15 kilómetros a la redonda. También se podrán apreciar con gran angular los planes urbanísticos de la ciudad. Desde las alturas, cualquier macropelotazo de Florentino parecerá poco más que una canica.

Aún queda camino por recorrer para que esta conquista social se produzca, pero es difícil no proyectarse desde ya en el futuro para imaginar la inauguración de la mayor noria de Europa. No habrá que escatimar pompa. El momento bien lo merecerá. Tras una demostración de la Patrulla Águila por toda la ciudad y un concierto de Marta Sánchez a orillas del Manzanares, el alcalde Martínez Almeida colgando de los cielos de la capital hará de anfitrión de una selecta lista de invitados a dar la primera vuelta en el Madrid Eye. No faltará nadie. Desde Vargas Llosa a Bertín Osborne, pasando por Morante de la Puebla o Alaska, todos acudirán vestidos con sus mejores galas. “De Madrid al cielo ya no es un dicho”, ahora es una realidad por y para los madrileños, dirá el alcalde, y el estruendo de la ovación se escuchará en Móstoles. “No es una simple noria, es el corazón de Madrid latiendo contra los populismos”, añadirá Villacís, que hará la observación de que, desde allí arriba, el Madrid Central de Carmena bien parece el Madrid periférico. Todos reirán la brillante ocurrencia. Con la noria ya en marcha e iluminada por los colores rojigualdos, condición impuesta por Vox, Ortega Smith levantará una copa y, con la fórmula de los tercios de Flandes, brindará por la España que más alto es capaz de subir. “Un acto precioso y una noria que nos sitúa a la vanguardia mundial en el mundo noria”, titularán al día siguiente los principales diarios de referencia. Ensoñaciones futuras aparte, cualquiera que desayune en tazas con frases motivacionales sabe bien que el futuro pertenece a aquellos que creen en sus sueños. Por eso, Madrid, nunca dejes de soñar. Porque Madrid bien merece una noria.