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En 1944 publica Borges su obra Ficciones, un conjunto de cuentos que inaugura Tlön, Uqbar, Orbis Tertius. Este arranca con una cita que evoca Bioy Casares en la sobremesa de una cena en una casa al fondo de cuyo pasillo hay un inquietante espejo. Bioy Casares recuerda que un heresiarca de Uqbar afirmaba que “los espejos y la cópula son abominables porque multiplican el número de los hombres”. Borges se flipa con la cita y quiere comprobarla en una enciclopedia que hay en la casa. Nada, no aparece Uqbar por ninguna parte. Bioy Casares se despide avergonzado mientras Borges piensa que qué buen tipo, que se ha inventado una cita fantástica con heresiarca y todo y que, por modestia, no quiere reconocer que es de su autoría. Al par de días Bioy Casares llama a Borges para decirle que en su enciclopedia sí que aparece Uqbar. A partir de ahí empiezan a buscar por bibliotecas de todo el mundo y dan con el onceno tomo de una enciclopedia de Tlön en el que ya se profundiza en las claves de la sociedad del planeta en que se sitúa Uqbar, los desconcertantes fundamentos de sus lenguas, la orientación de su filosofía, bueno, páginas de Borges efervescente para toda la familia. “Los metafísicos de Tlön no buscan la verdad, ni siquiera la verosimilitud: buscan el asombro. Juzgan que la metafísica es una rama de la literatura fantástica”.
Tlön se basa en el idealismo, el materialismo es una abominación en tanto que presupone que un objeto encontrado es el mismo que fue extraviado y eso equivale a deducir que, si varias personas sienten un dolor agudo, ese dolor es el mismo.
Borges y su red de colaboradores siguen investigando el origen de esta rara obra y acaban averiguando que es el resultado del esfuerzo combinado de una serie de intelectuales que se conjuraron hace décadas para crear ese país inventado y colarlo en la realidad. En el siglo XIX el proyecto se revitaliza incluyendo a un tal Buckley, un norteamericano, esclavista, que considera que crear un país es una racanería pudiendo crear un planeta entero, y de Uqbar saltamos a Tlön. Todos estos especialistas, reunidos en torno al proyecto Orbis Tertius, acuerdan ir introduciendo a Tlön en el mundo real paulatinamente. El relato se cierra con una coda escrita siete años más tarde en la que ya han sido encontrados todos los demás tomos de la enciclopedia de Tlön y, desconcierto máximo, empiezan a filtrarse en el mundo real, siempre con Borges como testigo, desde elementos heráldicos en objetos insospechados hasta un cono de unos centímetros elaborado en un material increíblemente pesado que apenas puede ser levantado por una persona adulta.
A partir de ese momento las lenguas antiguas de Tlön, los edificantes relatos de su historia y de su mitología, comienzan a reemplazar en las escuelas a las narrativas tradicionales de la historia de la Humanidad, y Borges acaba preconizando la desaparición de las lenguas que conocemos en favor de las inventadas, y afirma su resistencia traduciendo un texto de Thomas Browne.
Leo estos días en los periódicos cuestiones dirigidas a miembros del gobierno sobre asuntos que no han sucedido, y en el parlamento se piden comparecencias y se plantean preguntas sobre situaciones que no han tenido lugar en una escalada, esta sí, de interpretaciones sobre interpretaciones.
Nuestro Orbis Tertius patrio pergeña un mundo alternativo colando artículos en enciclopedias apócrifas y dejando la heráldica de su arcadia iliberal grabada en miríadas de tuits escupidos por bots remotos que afirman una cosa y la contraria. Los hechos solo son especulares, como las abominables imágenes que multiplican a los hombres.
Ya se están colando en nuestro mundo, que pronto será olvidado, los elementos que las generaciones de Orbis Tertius han ido sabiendo colar
“Este monismo o idealismo total invalida la ciencia. Explicar (o juzgar) un hecho es unirlo a otro; esa vinculación, en Tlön, es un estado posterior del sujeto, que no puede iluminar o afectar el estado anterior. Todo estado mental es irreductible: el mero hecho de nombrarlo –id est, de clasificarlo– importa un falseo”
Ya se están colando en nuestro mundo, que pronto será olvidado, los elementos que las generaciones de Orbis Tertius han ido sabiendo colar en la conciencia digital, los periódicos impresos y los diarios de sesiones.
“Una dispersa dinastía de solitarios ha cambiado la faz del mundo. Su tarea prosigue.”
¿Qué final nos espera a quienes buscamos la verdad o, aunque sea, la verosimilitud frente a quienes solo persiguen el asombro?
En 1944 publica Borges su obra Ficciones, un conjunto de cuentos que inaugura Tlön, Uqbar, Orbis Tertius. Este arranca con una cita que evoca Bioy Casares en la sobremesa de una cena en una casa al fondo de cuyo pasillo hay un inquietante espejo. Bioy Casares recuerda que un heresiarca de Uqbar...
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Alicia Ramos
Alicia Ramos (Canarias, 1969) es una cantautora de carácter eminentemente político. Tras Ganas de quemar cosas acaba de editar 'Lumpenprekariat'. Su propuesta es bastante ácida, directa y demoledora, pero la gente lo interpreta como humor y se ríe mucho. Todavía no ha tenido ningún problema con la Audiencia Nacional ni con la Asociación Española de Abogados Cristianos. Todo bien.
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