Mercado laboral
Más de la mitad de los trabajadores ocupa puestos donde hay riesgo de contagio por coronavirus
La OCDE señala que cerca del 56% de los empleados en España desarrolla su actividad en entornos de riesgo, el porcentaje más alto de 24 países analizados. Las mujeres, los jóvenes y los trabajadores de bajos ingresos son los más expuestos
ctxt 8/07/2020
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Espacio realizado con la colaboración del |
|
Durante las últimas semanas, varios brotes de coronavirus en empresas cárnicas, agroalimentarias o entre los trabajadores del campo han lanzado los primeros avisos serios contra las prisas que impone una vuelta a la normalidad acelerada y descontrolada. Según todos los expertos, la pandemia todavía está muy lejos de ser controlada, mientras que los riesgos se multiplican en un país donde el sistema productivo está marcado por la temporalidad y el presencialismo. Tanto es así que, según un documento publicado en los últimos días por la OCDE, en España cerca del 56% de los trabajadores desarrolla sus actividades en ambientes donde existe riesgo de infección, el porcentaje más alto entre 24 de los países analizados por el organismo.
Según los expertos, la pandemia está lejos de ser controlada, y mientras los riesgos se multiplican en un país marcado por la temporalidad y el presencialismo
En concreto, España se sitúa hasta ocho puntos por encima de la media del organismo en esta medición, si bien la mayoría de los países también superan el 40% en el riesgo de contagio en el ámbito laboral. Existen, esos sí, diferencias importantes en la composición ocupacional de cada mercado laboral, con rasgos que marcan el mayor o menor riesgo de infección: desde imposibilidad del realizar las tareas desde el hogar a la proximidad física que se tiene con los compañeros en el lugar de trabajo, pasando por la necesidad de interactuar de cara al público.
En este sentido, España también aparece en los últimos puestos de la OCDE si se analiza el nivel de integración del trabajo telemático: apenas el 24% de los puestos de trabajo que existen en España permiten la formula del teletrabajo, un porcentaje que solo es más bajo en Eslovenia. De nuevo, la distancia con el resto de países es grande, y se sitúa por encima de los siete puntos si se compara con la media del organismo, del 31,7%.
A esto se une, como suele ocurrir con todo lo relativo al mercado laboral, las brechas y sesgos que disparan las situaciones de desigualdad laboral. Así y si bien más de la mitad de la fuerza laboral ocupa puestos donde existe riesgo de contagio, son las mujeres, los jóvenes y los trabajadores más precarios los que más expuestos están ante estas situaciones: según cifras de la organización, una persona del cuartil con mayor renta tiene un 50% más de posibilidades de poder trabajar desde casa que una persona con bajos ingresos.
Otros factores, como la cobertura por baja médica –que evita que los trabajadores se vean obligados a volver a su puesto enfermos– o las ocupaciones de cuidados en el hogar –muchas veces orientados al grupo de mayor riesgo, los mayores– también son esenciales a la hora de planificar una desescalada donde se intente paliar la incipiente crisis económica a la vez que se proteja la salud de los trabajadores.
El desempleo estimado para finales de 2020 será del 19.2% si no se da ningún brote más, y del 20.1% en caso de que suceda una segunda oleada
El extensísimo documento de la OCDE, que ofrece una mirada radial de la situación laboral de los países del organismo en el contexto de la pandemia, también ofrece una valoración concreta sobre las medidas adoptadas en España durante los últimos meses y recoge proyecciones de los efectos de la crisis sanitaria sobre el mercado laboral. La organización reconoce los esfuerzos realizados a la hora de ampliar las prestaciones por baja laboral ocasionada por el virus, la generalización de los ERTE o la aprobación del Ingreso Mínimo Vital.
En cuanto a las proyecciones sobre contratación y paro para los próximos meses, la OCDE se muestra muy pesimista, haya o no una segunda oleada del virus: el desempleo estimado para finales de 2020 será del 19.2% si no se da ningún brote más, y del 20.1% en caso de que suceda una segunda oleada. Más allá de los despidos, frenados por algunas de las medidas excepcionales puestas en marcha por el Gobierno, el frenazo en la contratación – cercano al 40% a principios de junio– es una de las principales preocupaciones de la OCDE, entre otros motivos por la alta concentración de temporalidad que sufre el país.
La valoración del organismo donde se agrupan los países más poderosos del mundo llega en los mismos días en los que se ha hecho publico otro documento internacional sobre la situación en nuestro país, esta vez a cargo del Relator de Extrema Pobreza de Naciones Unidas, Philip Alston. El informe, más exigente y centrado en los aspectos sociales y en el desarrollo de políticas publicas, denuncia los altísimos niveles de desigualdad y pobreza que aún arrastra el país, y asegura que la pandemia ha puesto todavía más en evidencia la necesidad de reformar un sistema de protección roto y deficiente, aunque también reconoce los esfuerzos realizados en torno al IMV o para proteger el empleo.
Durante el mes de junio, el Gobierno encabezado por Pedro Sánchez ya aprobó algunas medidas encaminadas a paliar el riesgo del que alertan las cifras de OCDE, como era la obligatoriedad de que las empresas aseguraran el distanciamiento social en su centro de trabajo, la disposición de medidas de ventilación, limpieza y desinfección y el acceso a material de protección.
Más recientemente, y tras los brotes y las denuncias sobre la situación en distintos centros de trabajo, el ejecutivo ha ampliado estas disposiciones incorporando duras sanciones a las compañías que no cumplan con las medidas de desescalada impuestas hace unas semanas.