La injusta segmentación del mercado de trabajo español
Los trabajadores más precarios tienen dificultades para progresar y son más vulnerables a las crisis
Carlos Vacas Soriano 18/07/2020
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La segmentación laboral es un tema de gran presencia en el debate político por sus importantes consecuencias. Las personas afectadas por ella pueden verse atrapadas en trabajos precarios con salarios bajos, limitado acceso a formación, cobertura social o vivienda y, en general, un menor nivel de satisfacción. A un nivel más general, la segmentación laboral incrementa las desigualdades y está asociada a turbulencias del mercado de trabajo y menor productividad, crecimiento económico y movilidad social, lo que amenaza la cohesión y la estabilidad política.
El concepto de segmentación laboral
Se habla de segmentación laboral cuando el mercado de trabajo está dividido en sub-mercados con diferentes condiciones de trabajo y trayectorias profesionales, con dificultades para que los trabajadores puedan moverse entre estos segmentos. Es normal que haya diferencias entre las condiciones laborales de los trabajadores: por ejemplo, un joven accediendo a su primer trabajo tenderá a tener peores salarios. Pero se habla de segmentación laboral cuando dichas disparidades no se pueden atribuir exclusivamente a diferencias de productividad de los trabajadores, por ejemplo debido a menores niveles educativos.
Los esfuerzos políticos en materia laboral deberían dirigirse a reducir la gran cantidad de contratos temporales, que no está justificada por la estructura productiva de nuestro país
Esta segmentación puede deberse a varios factores, como el origen de los trabajadores (migrantes/no migrantes), normas que no se aplican (economía formal/sumergida) o las regulaciones de los diferentes tipos de contrato (fijos/temporales). La discusión política europea sobre segmentación laboral ha estado muy vinculada a las diferentes condiciones de trabajo existentes entre los trabajadores con contrato fijo y aquellos con contrato temporal. Ello se debe a las reformas que tuvieron lugar en muchos países europeos durante la década de 1980, cuando se intentó luchar contra el desempleo modificando principalmente las regulaciones laborales para facilitar la creación de empleo temporal, lo que resultó a menudo en la emergencia de empleo precario.
España tiene una enorme presencia de contratos temporales y una gran desigualdad de oportunidades entre los diferentes grupos en el mercado de trabajo. Simplificando esta dualidad, existirían dos grandes grupos con limitada permeabilidad entre ellos: los trabajadores con mejores condiciones de trabajo y perspectivas de carrera, normalmente con contratos fijos; y los trabajadores más precarios con perspectivas de carrera limitadas, típicamente con contratos temporales. Esto explica que España sea un ejemplo de referencia internacional cuando se habla de segmentación laboral.
Una visión ampliada de la segmentación laboral
Un reciente informe de Eurofound explora la existencia de segmentación observando cómo se desarrollan las trayectorias laborales y qué cambios experimentan las condiciones de trabajo de los individuos a lo largo de su vida. El estudio define una serie de posibles estados que una persona puede ocupar en el mercado de trabajo, que dependen no sólo del tipo de contrato, sino también de las horas trabajadas, la categoría profesional y el salario recibido. Estos estados están asociados a unas condiciones de trabajo que van de mayor a menor calidad: desde un trabajador con contrato indefinido a tiempo completo con un salario y categoría profesional elevados (estado A) a uno típicamente sin contrato fijo (temporal y/o a tiempo parcial) y con un salario y categoría profesional más bajos (estado E), o que se encuentra desempleado.
Los gráficos muestran una comparación entre España, Alemania y Reino Unido respecto a la frecuencia de los movimientos ascendentes (Gráfico 1) y descendentes (Gráfico 2) que experimentan los individuos entre los diferentes estados en los mercados de trabajo. Las tasas de transición entre los diferentes estados se muestran conjuntamente y cada una de ellas puede alcanzar un valor máximo de 1 (significando el 100%): por ejemplo, la tasa de transición del desempleo al empleo en España (0.3) significa que anualmente alrededor del 30% de las personas que no tenían un empleo consiguen encontrar uno (Gráfico 1).
Gráfico 1. Tasas anuales de movilidad laboral ascendente
Gráfico 2. Tasas anuales de movilidad laboral descendente
Las notables divergencias que emergen entre los tres países reflejan la debilidad de nuestro mercado de trabajo:
– Alemania tiene una tasa de movilidad laboral ascendente bastante alta, a la vez que la menor tasa de movilidad descendente, lo que refleja el buen momento del mercado de trabajo alemán en los últimos años.
– Reino Unido tiene el mercado de trabajo más dinámico, caracterizado por las mayores tasas de movilidad tanto ascendente como descendente, aunque las últimas son de menor magnitud y afectan significativamente también a aquellos que ocupan las mejores posiciones en el mercado de trabajo.
– España emerge como el país donde las divergencias laborales entre los diferentes grupos son más agudas. La tasa de movilidad laboral ascendente es la más baja, dando pocas oportunidades de mejora a aquellos con las peores condiciones de trabajo. A la vez, la tasa de movilidad descendente es bastante alta y, aunque inferior a la del Reino Unido, afecta sobre todo a aquellos que ocupan las posiciones más precarias en el mercado de trabajo, mientras que los que ocupan las mejores posiciones tienen muchos menos riesgos de empeorar sus condiciones de trabajo o perder su empleo.
Un modelo injusto e ineficiente que urge reformar
España es un ejemplo de manual de mercado de trabajo segmentado que pone de manifiesto sus ineficiencias y desventajas especialmente en épocas de crisis. Alemania sufrió una mayor contracción económica en el año 2009, pero consiguió mantener sus niveles de empleo gracias a la reducción en las horas trabajadas, en vez de recurrir a despidos. Por el contrario, en España se produjo una gran reducción del número de personas empleadas. La historia parece que se va a repetir ahora, pues las últimas previsiones económicas dicen que España va a ser de nuevo el país de la UE con el mayor aumento de desempleo en 2020 como consecuencia de la crisis de la covid-19. Las pérdidas de empleo afectan desproporcionadamente a los trabajadores con contratos temporales, que tienden a incluir en mayor medida a jóvenes, migrantes, mujeres, trabajadores poco cualificados o que trabajan en empresas pequeñas.
Debido a las ineficientes turbulencias generadas por las características del mercado de trabajo español, estos grupos tienden a tener unas carreras profesionales más inestables, combinando trabajos precarios con periodos de desempleo y con limitadas posibilidades de progresar hacia empleos con buenas perspectivas profesionales y condiciones de trabajo.
Una opción que podría suscitar el consenso necesario entre los diferentes agentes sociales es limitar los supuestos bajo los cuales se podrían usar contratos temporales
Los esfuerzos políticos en materia laboral deberían dirigirse a reducir la gran cantidad de contratos temporales, que no está justificada por la estructura productiva de nuestro país. Las principales políticas de empleo en esta materia en las últimas décadas (el fomento de la contratación indefinida mediante reducciones de las cotizaciones sociales y la reducción de la diferencia en los costes de despido entre los diferentes tipos de contrato) no parecen haber surtido efecto, pues España es líder europeo en tasa de temporalidad (casi el 30%).
Tal vez sea el momento de apuestas más valientes. La propuesta de crear un contrato fijo único genera posiciones enfrentadas sobre la regulación de la indemnización y las causas del despido asociado a dicho contrato. Una opción que podría suscitar el consenso necesario entre los diferentes agentes sociales es limitar los supuestos bajo los cuales se podrían usar contratos temporales. Medidas que ofrezcan una mayor flexibilidad (horaria o de funciones) podrían ser beneficiosas no solo para los trabajadores, sino también para los empresarios, que podrían reducir las horas de trabajo en sus empresas en vez de recurrir a despidos en caso de caída de su actividad económica. Las opciones de intervención son múltiples y deben ser valoradas y comparadas entre ellas, pero no debería haber ninguna duda sobre la necesidad de abordar de una forma decidida la segmentación laboral de nuestro mercado de trabajo y sus negativas consecuencias. Es una historia que se repite en cada crisis económica importante y que emborrona el futuro laboral de una generación.
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Carlos Vacas Soriano es investigador de la Fundación europea para la mejora de las condiciones de vida y trabajo (Eurofound), doctorado en economía aplicada por la Universidad de Salamanca.
La segmentación laboral es un tema de gran presencia en el debate político por sus importantes consecuencias. Las personas afectadas por ella pueden verse atrapadas en trabajos precarios con salarios bajos, limitado acceso a formación, cobertura social o vivienda y, en general, un menor nivel de satisfacción. A...
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Carlos Vacas Soriano
Es investigador de la Fundación europea para la mejora de las condiciones de vida y trabajo (Eurofound), doctorado en Economía aplicada por la Universidad de Salamanca.
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