Decamerón LIX
Jornada potracá+n: reyes en lo suyo
En el acto del jueves, el rey fue dócil en ese tipo de ceremonias para las que no ha sido educado. Prosigue su reeducación. Culminará cuando realice el gesto que se le solicita. Sólo sabemos que será la pera, ejemplar, trascendental
Guillem Martínez 17/07/2020
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1- “Per i chiodi di Cristo, puoi rimuovere il Manzanero delle palle?!” Hola, les presento a mi hijo, un melómano que ha venido unos días a MAD. Y, ahora, si me permiten, prosigo berreando, como una Anna Magnani masculina, sexy, pero siempre culta y elegante. “Vaffanculo! E lascia il cazzo del telefonino. Morirai con il telefonino in mano. E, se mi arrabbio, in bocca”. “Speriamo ci! Cosí mangeremo qualche cibo di marca in questa casa di merda!” “Sta 'zitto! E lava i piatti, per l'amor di Dio!” “Lo sto facendo, con il potere delle mente." "Madonna Santa! Io mi ammazzo!” “Promesse, promesse..”. Y así toldía. Es difícil que te guste Manzanero si no te han roto el corazón. Y es difícil que te rompan el corazón por Instagram –”Ma non impossibile. Attende il conto wifi”; ay–, que es lo único que les hemos dejado a varias generaciones en lugar de la vida, con ese regalo llamado época y covid. Me estoy poniendo melancólico. Bueno, al turrón.
2- Sobre el concepto época/covid. La cosa se desparrama en general, y en concreto en Cat y Aragón. En Aragón van tirando con la cosa fases. En Cat, el territorio de la Europa Occidental más dado a la propaganda –es decir, con menos prioridad del técnico; salvo el técnico en propaganda; trabajan en departamentos de prensa; estos días te cuelgan el teléfono– todo es pura época. Lo que nos permite mirar la época a los ojos.
El sistema sanitario cat es el más privatizado de la Península. Por decisión política. Y no existe la Agencia de Salut Pública
3- En este momento, L'Hospitalet –L'H, a partir de ahora– y Lleida han accedido a medidas de distanciamiento, avaladas por mandato judicial, como propuso el Gobierno a la Gene. Las medidas más importantes –como no salir de casa– son recomendaciones, no prohibiciones. No se puede hacer otra cosa sin a) estado de alarma, o b) liderazgo, es decir, cierta legitimación y autoridad social. Y la Gene no tiene ni a) ni b) en este tema. Las medidas son más rigurosas en Lleida que en L'H. Por varias razones. Porque el juez del ramo así lo decidió, porque se trata de dos topos distintos –uno es procesista by a tube; es decir, más dado a recibir órdenes sin explicaciones, esa cosa que, como todo, tiene un límite– o/y, tal vez, por iniciativa de Jacobo Mendioroz, como quien dice el único técnico que queda en el búnker –desde el inicio de la crisis han dimitido tres, por motivos personales/el Ejército Rojo a las puertas de Berlín–. Mendioroz ha hecho cosas interesantes. Lo que es un indicativo de que esas cosas no existían desde marzo. Ha automatizado e interconectado el sistema de vigilancia, desde lo local hacia arriba. Apuesta por romper la cadena de contagio. Es decir, que esto ya es transmisión comunitaria, imposible de trazar. Ha anunciado que se contratarán 500 personas para el tema trazabilidad. Muy pocas. Pero un indicativo de que no se había hecho eso en, guau, los últimos cuatro meses, en los que la Gene se postulaba para el Nobel de Medicina. Es importante saber que esas 500 personas irán a parar a la cosa CAPs, que es lo que pedían los sanitarios. Otro dato: se desprecia la cosa app, que se ha revelado como inútil, propagandística y que sólo sirve para el control ciudadano. Y para pasar info a Ferrovial, o a quien la haya pagado. Parece que Mendioroz apuesta para que la salud pública gane musculatura. Algo a la vez fácil y, paradójicamente, imposible. A saber. No existe. El sistema sanitario cat es el más privatizado de la Península. Por decisión política. Y no existe la Agencia de Salut Pública. Por decisión etc. Se jubiló en los recortes, se recuperó hace un año. Desde entonces ha estado de cuerpo presente, visto lo visto.
4- Está por ver si esta coordinación entre técnicos y poder político tiene futuro. No existe, en todo caso, coordinación entre el poder político consigo mismo. La Gene no se coordina –informa mal, tarde, nunca o a medias– con ajuntaments. Anécdotas de todo ello: uno de esos ajuntaments es el de BCN, la mayor ciudad europea que no es capital de Estado. El otro es el de L'H, segunda ciudad de Cat, y con un barrio, La Torrassa, que es el más denso de Europa. Y, agárrense. Por lo que veo, en la Gene no sólo están satisfechos, sino orgullosos de su gestión. Lo que habla de un círculo de élites cerrado, formado por líderes, cuadros y pelotaris –ese oficio en un sistema propagandístico–. Todos se alimentan de su wasap, en el que todo son logros históricos. Un sistema propagandístico, en fin, es también, y mucho, interno. Potencia la selección negativa de líderes y cuadros, y la incapacidad para ver la realidad no señalada. Se intensificó en 2012. En 2017 impidió la toma de decisiones amparada en la realidad. En 2020 se ha aplicado a una pandemia. Wala. El resultado es el que todos disfrutamos hoy. Y, por el mismo precio, una bancarrota ética. No afecta al independentismo, que sigue sin desprecintar, y que era lo de menos en toda esta juerga. Afecta al procesismo. Un sistema propagandístico autoritario y neolib. Un Govern y pico, varios partidos, dos asociaciones, varios medios de comunicación, miles de profesionales sustentados en/por la mentira.
5- Sobre la falta de coordinación en el poder político. Ha trascendido –vía Planta Baixa, un programa muy razonable de TV3; una seta– que el primer brote en Lleida es del 22 de mayo. Y que el sistema de rastreo, es un decir, se activó a mediados de junio. También ha trascendido, por otro lado, que desde principios de junio Sanidad ofreció ayuda a la Gene. Y que fue desestimada. Boom. También ha sido desestimada la ayuda de los ajuntaments –los ayuntamientos, desde marzo, independientemente de su color, son instituciones que han estado, estadísticamente, a la altura, también ahora, en Lleida o en el área de BCN–. Ayer, la alcaldesa de Barcelona proponía a la Gene una serie de medidas de restricción de contactos –para las que no tiene competencia; son de la Gene–, y ofrecía personal municipal para seguimientos. Y que si quieres arroz, Catalina. Interrumpo aquí este punto, que me dicen que ha habido sorpresa en Balaídos.
6- Parece que fue ayer cuando escribía, en el punto 4, “está por ver si esta coordinación entre técnicos y poder político tiene futuro”. Pues bien, no tiene futuro. Mientras escribía el punto 5 –esto es un no parar– ha habido solemne rueda de prensa. Han comparecido los consellers de Portavocía, Interior –que clama al cielo– y Sanitat, en vez de ceder la escenografía a Mendioroz, e intentar elaborar una voz autorizada, técnica, sustentada en el conocimiento y lo razonable –un liderazgo sanitario, civil y democrático, vaya–. Más contentos que unos chinches, sin respaldo técnico –o, si lo hay, estamos perdidos–, y disculpándose por no tener soberanía plena –frente al Judicial; ni se dan cuenta de lo que dicen, ni dónde les ubica– para hacer lo que les pide el cuerpo, han presentado un plan para BCN y su área, sustentado en la estética L'H. En eso, me llama, piticlín-piticlín, Casandra, más encendida que un mechero. “Ma che cosa vuole questa gente che non riescono a trovare il suo culo con entreambe mani!”. Casandra, no sé si se lo dije, es italiana. Y si algo me ha enseñado la vida es a no interrumpir a una italiana jurando en arameo. Mientras se desfoga, me voy a preparar la comida. Cordero al chilindrón. Como hay tiempo, les paso la receta. Se coge un cordero, se le agrega chilindrón con generosidad y todo eso a la turmix. “Magari ci siano friskis in frigo”. Ese es mi hijo, poco familiarizado aún con la cocina experimental. Vaya, Casandra vuelve en sí. Lo pongo en manos libres, para que la oigan. De fondo escucharán pajaritos y violines. No se asusten, que es normal.
En Cat no se hace un boletín epidemiológico. La Gene hace comunicats. No se especifica número de hospitalizados, de enfermos en UCI, de nuevas curas, de brotes
7- “Lo de que hable Interior, y no Mendioroz, ni te lo comento. Ilustra que no quieren liderazgo, sino autoridad. Y que no tienen respaldo técnico, y que todo esto viene de Protecció Civil/Interior. Otro dato que recalca eso: ayer, Carme Borrell, la gerente de la Agència de Salut Pública, una persona competente, habló de las medidas a seguir en BCN. Y eran otras y más específicas. Es decir, no la han escuchado. El Ajuntament de BCN tampoco ha estado en la toma de decisiones. Que se dice pronto”. “Es especialmente preocupante que las medidas se comuniquen antes de su aprobación por el Judicial. Despista. Desorganiza. La confusión entre recomendación –el grueso importante de decisiones– y prohibición es un lío, y una invitación a la inseguridad jurídica. Esto es un estado de alarma encubierto, y que será difícil de aplicar”. “Hay contradicción, arbitrariedad, se prohíben actividades, privadas o públicas, para más de 10 personas, pero se permiten actividades, por otro lado, que pueden suponer más de 10 personas. Se penaliza el comercio. Esto será una ruina”. “En vez de medidas específicas, que al parecer deberían centrarse en el ocio nocturno, se traslada toda la responsabilidad a 4M de personas. Es decir, se elude la responsabilidad pública y política”. “Se opta por el autoritarismo encubierto. Una suerte de es-tu-responsabilidad-que-yo-no-tengo-ninguna. Es una dejación de funciones, que repercute en la libertad”. “Dicho todo esto, hay un craso error del Gobierno Central. Al contrario que en Alemania, no ha acordado un máximo en el índice de reproducibilidad de la infección, en el que tomar una serie de acciones en los territorios. Eso ha sido una bicoca para esta gente”. “Esto se ha desparramado. No sé qué pasará con estas pésimas, ilógicas, recomendaciones, y con su efectividad. Esto es transmisión comunitaria, a la que se ha llegado tarde, mal y por decisión política. La única forma humana de frenar una transmisión comunitaria, tras toda esta inoperancia, es con confinamiento. Algo doloroso. Ya veremos”.
8- “Vete a saber cual es el índice de reproducción en Cat. La opacidad es máxima. Sé más de USA, o Alemania, que de Cat”. Me explica esa opacidad. “En Cat, al contrario que en los países o CC.AA. serios, no se hace un boletín epidemiológico. Son importantes para la toma de decisiones gubernamentales y de la opinión pública. La Gene hace comunicats. Para medios. No se especifica número de hospitalizados, de enfermos en UCI, de nuevas curas, de brotes. MAD miente por otro lado y tiene una astucia más sofisticada, pero elabora un Informe Epidemiológico semanal, serio. Asturias hace actualización diaria, perfecta, fantástica. Lo que pasa en la Gene es la denegación de la democracia. Es autoritarismo”.
9- Hoy ha anunciado su dimisión Mònica Terribas, una periodista muy valorada, que ejerce en la radio pública. Desde 2017 ha sido determinante en la transmisión de la cosmovisión gubernamental, que culmina, o no, estos días. No dimite por asuntos personales, ha dicho, sino porque “els engranatges grinyolen” –“los engranajes chirrían”, en cast; “gli ingranaggi stridono”, en cat extremo-oriental/italiano–. Lo que es, como es habitual en el periodismo cat, un soneto, no una info. ¿Qué engranajes? ¿Lo de la cafetera de la redacción? ¿Los engranajes gubernamentales en los medios? ¿Chirrían porque son muchos, o porque deberían ser más? ¿Chirría la obra de esos engranajes en pandemia? ¿Chirría ahora y no antes? La derecha y la izquierda procesista han reído la gracia y la han apoyado. Denuncian que los engranajes chirrían. Sea lo que sea eso. Esta semana, el vicepresi Aragonès –ERC– decidió engrasar los ejes de TV3 y Cat Ràdio con 15,5M. Procedentes –ay, uy– del fondo para los efectos de la covid, otorgado por el Estado. Por lo que sea, esa estafa social no chirría.
10- Más engranajes que chirrían. Esta semana The Guardian y El País publican que los teléfonos de algunos procesistas, como Ferràn Torrent y Ernest Maragall –ambos de ERC– y Anna Gabriel –CUP– fueron intervenidos por un programa israelí al que sólo tienen acceso los gobiernos. Algo –sólo se venden armas a gobiernos, no se vende alcohol a menores– relativo. En el punto de mira está, por tanto, el Gobierno. O, peor, el Estado. O mucho peor, el deep-State –tenemos muchos y muy profundos–. U otro gobierno. U otro Estado. O un Govern en el exilio. Recordemos que el Govern, en su día, investigó –es decir, se peló los derechos– de varios usuarios del 15-M. Podría haberse interesado ahora por la opinión de partidarios de rebajar la tensión procesista.
11- Más engranajes que chirrían. El jueves se realizó el homenaje a las víctimas de covid. Todos estos ejercicios de rentabilización del cadáver son porno. En este caso, no obstante, se moderó al máximo la disciplina, que quedó muy soft. Poca bandera, ninguna iglesia, discursos moderados y reivindicativos. Estéticamente primaron dos indicios, indicativos del futuro. El rey a) no presidió, no invitó oficialmente al acto, y se sentó en un círculo, sin jerarquía. Pero presidió el Palacio Real. Glups. Algo más grande y antiguo. Lo que habla de la apuesta gubernamental de futuro. El otro objeto llamativo fue el b) pebetero, en el que ardía una llama. Una presencia, una cita, de Gas Natural/Felipe González, que no fue, pero que siempre está defendiendo que el chirrido de los engranajes no chirría.
12- La monarquía está seriamente enferma. Con el caso Noos –de Nos, yo en mayestático real– empezó una percepción contrastada de una política familiar de extracción. Que en cada caso afecta a una persona –primero Urdangarín, ahora, el anterior rey–, y nunca al conjunto. La monarquía, una tradición, una continuidad para unas cosas, en caso de marrón resulta ser una suerte de casos individuales, por lo que se ve. El sumario del caso Pujol, en el que se califica a toda una familia –los activos y los pasivos, los que sólo recibieron monto y los que saltaron al cuello, presumiblemente, por él– como organización criminal, parece ser más efectivo, acertado y rápido ante un fenómeno estructural y sostenido de corrupción.
El actual rey que unió su futuro a la ultraderecha local, y que dilapidó su neutralidad en su discurso del 3-O, puede verse rechazado por parte de esa derecha
13- El actual rey, que también parece ser que estuvo en la mani de Colón, que unió su futuro a la ultraderecha local, y que, en esa lógica, dilapidó su neutralidad en su discurso del 3-O, puede verse rechazado, paradójicamente, por parte de esa derecha. Feijóo el futuro de un PP no muy diferente al PP, pero con otro tono, abierto al concepto plurinacionalidad, está, o puede llegar a estarlo, si la cosa huele, se nota y traspasa –ya ha empezado a suceder todo eso, de hecho– a por otras. La derecha esp no tiene mucho que perder ante un giro republicano si la cosa se pudre más. Y algo que ganar. Una institución nueva. La jefatura del Estado. La monarquía está, como siempre, en manos del PSOE. Permaneció con ella en 1923, se unió a don Juan en el 46, a JCI en el 78 y, más aún, en el 81 –para no salir movidos en la foto–. Se hizo parte fundamental en el 2014, cuando González y Rubalcaba ocultaron posible información de delito, y facilitaron el engrase de engranajes para la abdicación. En el acto del jueves, el Rey –uno de esos seres para los que hasta la vida privada es ficticia; es decir, son personas y actividades difíciles de describir; y de concebir–, que aún no ha matado al padre, como le pidió el Gobierno, fue dócil en ese tipo de ceremonias para las que no ha sido educado. Prosigue, por tanto, su reeducación. Culminará cuando realice el rasgo que se le solicita. De ese rasgo o gesto sólo sabemos que será la pera, ejemplar, finísimo, trascendental. Como siempre. Los mecanismos nunca suelen chirriar. Hasta la próxima vez que chirrían. “I bambini fanno quello che vedono fare agli adulti. Questo può spiegare Pujol, Cat, etc”, dice mi hijo, un gamberro que va y me complica la vida.
1- “Per i chiodi di Cristo, puoi rimuovere il Manzanero delle palle?!” Hola, les presento a mi hijo, un melómano que ha venido unos días a MAD. Y, ahora, si me permiten, prosigo berreando, como una Anna Magnani masculina, sexy, pero siempre culta y elegante. “Vaffanculo! E lascia il...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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