baloncesto
Yelena Leuchanka: cuando criticar al poder te lleva a la cárcel
La baloncestista bielorrusa fue recluida en condiciones infrahumanas por participar en manifestaciones contra el régimen de Lukashenko acusado de fraude electoral, persecución a los opositores y violación de derechos humanos
Ricardo Uribarri 1/12/2020
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Podría vivir sin preocupaciones en otro lugar del mundo. Podría buscar a sus 37 años un epílogo tranquilo a su brillante carrera deportiva, en la que destaca su nominación a mejor pívot del mundo en 2010 y finalista de la WNBA (la liga estadounidense de baloncesto femenina) ese mismo año, además de ganar campeonatos en Lituania, Rusia y Polonia, ser dos veces olímpica y lograr varias medallas con su selección en el Europeo. Podría haberse hecho eco de la situación que atraviesa su país, Bielorrusia, desde la distancia, sin correr riesgos. Pero Yelena Leuchanka decidió arriesgarlo todo e involucrarse sobre el terreno en las protestas contra el autoritario presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, sin importarle los riesgos que asumía. Y esa decisión le ha supuesto experimentar en primera persona la represión del régimen.
Falta de libertades, persecución a los opositores y violación de derechos humanos son algunas de las principales acusaciones que se le hacen a Lukashenko, en el poder desde 1994 tras haber sido reelegido como presidente en seis ocasiones entre constantes denuncias de fraude electoral por parte de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Los últimos comicios tuvieron lugar el pasado 9 de agosto, en los que se impuso con un 80,23% de los votos. Todos los demás candidatos presentaron apelaciones pidiendo la invalidación de la votación. La propia Unión Europea señaló que “no reconocía los resultados falsificados”, por lo que el nuevo mandato “carece de toda legitimidad democrática”. Además, los líderes de la UE han impuesto sanciones a 59 personas en Bielorrusia, incluido su presidente, por la represión contra la oposición democrática. “Gobernar con estilo autoritario es una característica mía y siempre lo he admitido”, declaró hace años Lukashenko.
La Leuchanka es una de las integrantes de la Asociación Libre de Atletas Bielorrusos, creada para denunciar la violencia y la arbitrariedad de las autoridades
En ese contexto, Leuchanka participó junto a miles de personas en dos manifestaciones multitudinarias en Minsk, la capital, los pasados 23 de agosto y 27 de septiembre en protesta contra el Gobierno. La baloncestista es una de las integrantes de la Asociación Libre de Atletas Bielorrusos, creada hace unos meses para denunciar la violencia y la arbitrariedad de las autoridades y que el pasado 25 de septiembre publicó un video en el que denunciaban que “los organismos estatales violan a diario y en todas partes la Constitución, las leyes y la Carta Olímpica y los derechos humanos básicos: intimidan, detienen, reprimen y torturan a las personas”. El nombre de Yelena también está entre los más de 800 deportistas que firmaron una carta abierta a las autoridades y funcionarios de seguridad sobre las violaciones electorales y la necesidad de poner fin a la violencia contra los manifestantes. En la manifestación del día 27 se la vio portando una pancarta en la que se leía “El pueblo campeón”.
Leuchanka también ha sido muy crítica con el decreto emitido por el ministro de Deportes, Serguei Kovalchuk, que obliga por contrato a los deportistas a aprenderse el himno nacional y a no hacer declaraciones a la prensa sin la autorización de su club o federación. Al mismo tiempo, este solo permite que utilicen la bandera nacional y no la enseña de color roja y blanca, símbolo de las protestas. La jugadora afirmó que “según el artículo 33 de la Constitución, cada persona tiene libertad de opinión, convicción y expresión. Nadie puede ser obligado a expresar sus opiniones o renunciar a ellas. Es decir, se está violando la Constitución. ¿Cómo es posible? En el siglo XXI no es posible adoptar estos métodos en el centro de Europa”.
La respuesta gubernamental a los actos de protesta que tienen lugar cada domingo desde los comicios electorales ha sido la detención de más de 18.000 personas, de las que unas 900 se enfrentan a cargos penales, según la organización de derechos humanos Vesna.
Leuchanka tenía previsto viajar a París el pasado 30 de septiembre para tratarse de una lesión de rodilla, pero fue detenida en el aeropuerto y llevada al centro de detención de Okrestina, donde opositores del régimen han denunciado ser objeto de malos tratos. La acusación que recayó sobre la deportista fue la de haber participado en manifestaciones no autorizadas y desobedecer la autoridad policial, cometiendo una infracción administrativa, por lo que un tribunal la condenó a estar 15 días recluida. Cuando parecía que iba a ser puesta en libertad, la retuvieron de nuevo al presentarse nuevos cargos, y solo fue liberada tras un segundo juicio en el que fue condenada a pagar una multa de 810 rublos (314 dólares). El relato que dio en aquel momento da una idea de la pesadilla vivida: “Han puesto en peligro mi salud. Me requisaron el colchón y las sábanas y tuve que dormir sobre vigas de hierro. No había agua caliente ni calefacción. No me permitieron ducharme durante 13 días. Estuvieron cinco días sin sacarme a pasear. Bloquearon la cadena del váter. Esto es un nido de bacterias. Tengo piojos. Es asqueroso”.
Hay deportistas que pertenecen al ejército, a la Agencia de Seguridad del Estado o al ministerio del Interior, que todavía no se atreven a apoyar las protestas por miedo
La detención de Yelena, que llegó a jugar en 2007 en el Estudiantes madrileño, junto a la de otros deportistas contrarios al régimen, como Anton Saroka, Andriy Kravchenko, Ivan Ganin, Alexandra Sitnikova, María Shakuro y Yuri Bulat, se entiende como una advertencia del Gobierno al mundo del deporte sobre lo que puede pasarles si expresan su opinión. El equipo de balonmano del Vityaz de Minsk lo sabe bien. Se negó a jugar un partido en solidaridad con Yelena y el Gobierno lo ha expulsado del campeonato nacional. Por eso, y teniendo en cuenta que hay deportistas que pertenecen al ejército, al KGB – la Agencia de Seguridad del Estado– o al ministerio del Interior, hay quién todavía no se atreve a apoyar las protestas por miedo a las consecuencias. Una de las disidentes, la exnadadora Aliaksandra Herasimenia, ganadora de tres medallas olímpicas, ha preferido exiliarse a Lituania, donde ha creado el Fondo Bielorruso de Solidaridad Deportiva, una fundación que se dedica a prestar ayuda legal, logística y económica a los deportistas que han sido detenidos o no pueden seguir entrenando en Bielorrusia.
Herasimenia, en representación de todos los deportistas bielorrusos críticos con el Gobierno, entregó hace unos días una carta firmada por 900 de ellos al Comité Olímpico Internacional (COI) en la que se pedía que se suspenda a Bielorrusia por no cumplir la Carta Olímpica y actuar con discriminación y violencia contra los deportistas. La exnadadora considera que el COI debería dejar fuera al país de las competiciones y permitir que los deportistas compitan en los Juegos de Tokio bajo la bandera olímpica.
La respuesta del presidente del organismo deportivo, Thomas Bach, ha sido enviar una carta a Lukashenko “pidiéndole que confirme que los deportistas bielorrusos podrán seguir preparándose para los Juegos Olímpicos, cualesquiera que sean las opiniones que hayan podido expresar durante estos tiempos difíciles”. El dirigente del COI señala que el organismo “tiene el mandato de asegurar que sus deportistas estén disfrutando de todos sus derechos, en cumplimiento con la Carta Olímpica. Esto significa en particular que no se les discrimina por sus opiniones políticas. Reforzaremos nuestra investigación para determinar si el comité de Bielorrusia ha cumplido con sus obligaciones hacia los deportistas. De apreciarse cualquier infracción, se aplicarán las sanciones oportunas”. Bach reconoce que también ha preguntado por el caso específico de Leuchanka, recibiendo la respuesta por parte del Comité local de que “ella ya no es miembro del equipo nacional desde principios de 2018, pero que si pide apoyo, está dispuesto a considerarlo”.
Bielorrusia tiene concedida la celebración del Mundial de hockey sobre hielo, para los meses de mayo y junio del próximo año, de forma conjunta con Letonia, pero Herasimenia y otros deportistas están haciendo campaña para que la Federación Internacional elija otra sede. La plataforma social Golos, al frente de la que está el ingeniero programador Pavel Liber, creador de un programa de observación digital que probó la falsedad de los resultados de las elecciones, ha hecho una encuesta entre la población bielorrusa en la que el 90% de las personas consideran que el campeonato debería posponerse.
La experiencia sufrida en prisión no ha hecho mella en la voluntad de Yelena, que ahora mismo se encuentra en Grecia intentando recuperarse tras haber sufrido covid-19 y ponerse en forma para volver a jugar. Además, está decidida a seguir luchando por lo que cree justo. “No he cometido ningún crimen. Me detuvieron solo porque tengo voz y no podía quedarme callada. Me detuvieron porque tengo ojos y he visto cómo se golpea a la gente en las calles todos los días. Me detuvieron porque tengo un corazón llamando a la puerta de la verdad. Y si todos avanzamos juntos, el éxito vendrá sólo”.
Podría vivir sin preocupaciones en otro lugar del mundo. Podría buscar a sus 37 años un epílogo tranquilo a su brillante carrera deportiva, en la que destaca su nominación a mejor pívot del mundo en 2010 y finalista de la WNBA (la liga estadounidense de baloncesto femenina) ese mismo año, además de ganar...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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