VIVIR LIBRE
El coraje de romper el tabú de la homosexualidad en el deporte
El baloncestista argentino Sebastián Vega explica en una carta pública que es gay y relata sus miedos a contarlo. “Siempre recuerdo que lo hacía llorando. Como si hubiese algo mal”
Ricardo Uribarri 23/04/2020
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Pocas frases son tan adecuadas para definir esta historia como la de “la verdad os hará libres”. Por algo la eligió el baloncestista argentino Sebastián Vega para encabezar el escrito que hizo público hace unos días, en el que a sus 31 años reconoció su condición de homosexual. No es el primero que lo hace. Seguramente no será el último. Quizá haya quien piense que en la sociedad actual esto ya no es noticia. Pero seguramente hay muchas otras personas en el ámbito del deporte que aún no se han animado a dar el paso y a los que les viene bien tener ejemplos que les pueda ayudar a entender hasta qué punto perjudica cargar con esa mochila. Este es uno de ellos.
Vega tiene una larga trayectoria en el baloncesto de su país. Debutó en la máxima categoría con 16 años en el Central Entrerriano, pasando posteriormente por algunos históricos equipos argentinos, como Peñarol, Boca Juniors, Libertad de Sunchales o Quimsa. Desde 2018 milita en el Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia. Muchos clubes distintos, muchos cambios de ciudad, nuevos compañeros y amistades. En todas esas etapas siempre hubo algo en común. Aparentar algo que no era, que no sentía, contando mentiras sobre supuestas amigas o novias que no existían o viajes con amigos que no eran verdad. Mientras eso ocurría, él vivía una lucha interna que le tenía atormentado.
“Me debatía entre mis deseos de estar con otro hombre y todo lo demás. Sufría, reprimía sentimientos, me sentía en falta. No podía comprender cómo me atraía una persona de mi mismo sexo, eso no estaba bien, eso no era lo ‘normal’. Y yo quería ser normal. Fue un momento de quiebra. (…) Eran meses de absoluta confusión personal. Me mentía a mí mismo, negaba la realidad, estaba frustrado, triste. No entendía por qué me pasaba eso a mí, yo quería ser uno más, quería encajar. Quería ser como mis compañeros y amigos. Y me empecé a hundir”, cuenta Sebastián en el texto. Lo pasó tan mal que llegó a pensar en dejar “lo que más amo en la vida, el baloncesto” con tal de llevar una vida más tranquila, menos expuesta. Las consecuencias de aquella batalla que libraba consigo mismo y de cara al exterior no sólo le pasaban factura anímicamente. También físicamente. Llegó un momento, la temporada 14/15, en la que no paró de lesionarse. “Mi cuerpo evidentemente me estaba gritando que algo iba mal, que tenía que cambiar”.
Una de las situaciones más comunes en estos casos es la del miedo al qué dirán, a la reacción de las personas más cercanas, como los familiares, en el momento de contar la realidad. Eso retrasa muchas veces la decisión de abrirse, alargando la etapa de sufrimiento. Sin embargo, lo que le pasó a Vega demuestra que no hay que tener pensamientos negativos ni esperar de forma inevitable un rechazo en el receptor. “Tras arrancar terapia, decidí tomar las riendas de mi vida y le comuniqué la novedad a mi familia. No me olvido más: encaré a mi papá y fui decidido a contárselo, con mucho miedo (terror diría), dando por sentado que me iba a echar de casa. Fui preparado para lo peor. No obstante, para mi total sorpresa, su reacción fue de amor. Fue una escena dura, él casi se desvanece mientras le contaba, pero lo aceptó. Tuve que entender que era un proceso para él y para mi mamá. Y lo respeté. Fue un tremendo alivio encontrar respaldo en mi familia, más allá de que les costara asumirlo”.
Alivio. Una palabra tan buscada y deseada en este proceso. La mochila empezaba a pesar menos pero aún tenía muchas piedras dentro. Tras contárselo a la familia, quedaba otro paso importante: los amigos y el entorno profesional. Le dolía no abrirse con su círculo más cercano, no ser sincero con ellos. “Estaba cansado de tener que mentir. (…) ¿Qué clase de amistad les daba a mis amigos ocultando todo? No estaba siendo honesto con ellos ni conmigo”. Empezó a contárselo a los más íntimos, pero confiesa que cada vez que lo hacía le pasaba lo mismo. “Siempre recuerdo que lo hacía llorando. Como si hubiese algo mal”. Un sentimiento de culpabilidad sin motivo que también le hizo temer por su actividad laboral.
Quería y necesitaba sentirme más libre. Había pasado demasiados años en la sombra. Ellos también me respaldaron, me demostraron que no iba a cambiar nada
Sin embargo, la realidad fue otra bien distinta. Primero se lo contó a un jugador de otro equipo con el que tenía amistad, Lucas Pérez. “Temblando pude decirle que era gay. Su reacción fue súper natural”. El siguiente paso fue decírselo a su entrenador y a los que son sus actuales compañeros. “Quería y necesitaba sentirme más libre. Había pasado demasiados años en la sombra. Ellos también me respaldaron, me demostraron que no iba a cambiar nada, que las cosas seguirían igual. Que mi orientación sexual no modificaría mi situación personal, lo que yo era (y soy) como persona. Tenía mucho miedo a quedarme sin trabajo. Y en eso los dirigentes del club fueron los primeros en respaldarme. Percibir aquella protección grupal e institucional me permitió ganar en confianza y estabilidad. Ya no tenía que seguir viviendo en las sombras”.
Atrás quedaban años de incertidumbres, dudas, inseguridades y mentiras. De miedos impuestos. Cosas que habían convertido a Sebastián en una persona distinta de la que era, con todo lo negativo que eso supone. “Fueron años durísimos. Años donde llevé una mochila muy pesada sobre mis hombros. Y no la quería tener más. No quería ocultarme más. No estaba haciendo nada malo, no había matado a nadie. Fueron años agobiantes donde el miedo directamente me paralizaba. Me daba terror que alguien sospechara que era gay. Me volví una persona cerrada. Me aislaba para no tener que dar explicaciones y hasta dejé de hacer cosas que me gustaban para no exponerme a nada. Lloré y me maldije durante muchísimo tiempo”.
Tras dar a conocer la carta en la que confesaba su homosexualidad, Vega no ha parado de recibir muestras de apoyo, especialmente de compañeros argentinos, como la de Manu Ginobili, posiblemente el mejor jugador de baloncesto del país de la historia, muchos años en la NBA estadounidense, que le dijo: “Tu coraje va a ayudar a mucha gente, Seba. Ya está muy cerca el momento en que nadie tenga que anunciar su sexualidad para sentirse libre”. O el del madridista Facu Campazzo, ex compañero de Vega en Peñarol, que escribió: “Te admiro mucho por la valentía de sacar esta carta y también me duele que hayas sufrido tanto. Tenemos que avanzar, la sexualidad de cada persona no debe ser cuestionada”.
Vega no es el único deportista argentino que ha dado este paso en los últimos meses. También lo hizo el jugador internacional de voleibol Facundo Imhoff y el portero de fútbol Nicolás Fernández, que juega en la quinta división. Sebastián espera que su decisión pueda tener en otras personas el mismo efecto positivo que tuvo en él la declaración de Imhoff. “¿Cuál es el objetivo de todo esto? ¿Qué quiero lograr? Lo más importante es poder cerrar una etapa y sentirme libre de una vez. Libre de culpa, de sentirme en falta. Demostrarles a todos, y a mi mismo, que mi profesión y mi vida personal o sentimental pueden ir por el mismo camino. Que puedo ser gay y seguir jugando al basket con el compromiso que tuve desde que debuté en la Liga. Soy el mismo de siempre. También me gustaría poder ayudar a otras personas que tal vez están o estuvieron en una situación semejante. Ayudar en ese recorrido, para que sea, al menos, un poco más liviano. Menos traumático”.
El caso de Sebastián Vega es un granito más para acabar con el tabú de la homosexualidad en el deporte masculino. Un proceso que aún parece largo, especialmente en deportes como el fútbol, donde apenas se conocen casos. ¿Alguien cree que entre los miles de jugadores de élite que hay en el mundo no va a haber homosexuales? Como afirmó el futbolista argentino Matías Vargas, actualmente en el Espanyol, al ser preguntado al respecto: “Los habrá. Por una cuestión estadística es imposible que no sea así. Y esas personas estarán sufriendo”.
Pocas frases son tan adecuadas para definir esta historia como la de “la verdad os hará libres”. Por algo la eligió el baloncestista argentino Sebastián Vega para encabezar el escrito que hizo público hace unos días, en el que a sus 31 años reconoció su condición de homosexual. No es el primero que lo hace....
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí