La vita nuova
Lo anecdótico, lo categórico
Siendo trivial, tanto militar rajando no lo es. Es una excepción europea. Y el silencio del rey en este tema, otra
Guillem Martínez 8/12/2020
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1- El carácter extrovertido del exmilitar en Esp es a) trivial y b) categórico. Es a) un paisaje y b) una frontera.
2- Sobre el carácter trivial. Todos los gobiernos de UCD y socialistas han tenido alguna suerte de pronunciamiento militar oral, escrito, o en modo Rambo. Es, por tanto, una normalidad. Cuando no gobierna el PP. Consisten en uno o cientos de militares hablando sobre unidad nacional, un concepto depurado en la Restauración, no para aludir a movimientos secesionistas, que entonces como que no, sino al federalismo republicano y su gran aportación: tras la Revolución de 1868 quedó claro que la democracia, en Esp, es su descentralización. Un militar hablando de unidad nacional es, etimológicamente, un militar hablando contra la democracia. Y eso ha acabado siendo, glups, un paisaje. Ese paisaje es, por ello y estadísticamente, parte de la democracia esp. Lo que indica que la democracia esp tiene tramos inasumibles para un “Informe Semanal”, ese optimismo chachi y, si me fuerzan, piruli.
3- La trivialización de un militar largando ha supuesto, a su vez, la trivialización de más y mayores rasgos poco edificantes en la democracia esp. Un militar rajando no es más que el sello de la normalización de una frecuente injerencia de terceros en instituciones, su pérdida de neutralidad. Esa propensión a la injerencia ha supuesto un proceso constituyente más allá del estricto proceso constituyente, finalizado en el 78, y que ha afectado, incluso, a la interpretación de la CE78. Esta degeneración fue un proceso rápido, en los 80, con tramos apoteósicos desde el 96. Posibles jalones: la interpretación, a la baja, trivial, del 23F y la promulgación de la LOAPA –ambos sucesos en 1981; otra vez el problema de la cultura de la Restauración, el sedimento, vía Guerra Civil y CT, en verdad importante en la democracia esp–. Pero también la reformulación del Judicial en el 86 –su politización partidista definitiva, que hoy disfrutamos a tutiplén–. La revolución conservadora de Aznar, iniciada en 1996 –y, desde entonces, una permanencia y una evolución– fue relativamente sencilla gracias a esos cimientos, a la trivialización de la parcialidad de las instituciones, simbolizada en un militar largando. Ni siquiera fue descrita en la prensa, en tanto que la prensa no describió la anterior trivialización del yuyu en democracia que la hizo posible. Prefirió explicar, en ese sentido, lo que proponía la aznaridad: el progresivo deterioro de la unidad nacional de los XXXXXXX. Zzzzzz. Por lo mismo, hemos descrito poco el punto en el que se está cristalizando toda esa trivialización de lo aberrante. No es un militar largando, ese paisaje normalizado. Es en el Poder Judicial, el punto más y mejor preocupado por la unidad nacional etc, y en el que se producen los golpes de Estado de la nueva derecha en el siglo XXI, como atestiguan Brasil, Bolivia y, por los pelos, USA.
4- Un militar largando, esa cosa trivial, no lo es en absoluto en Europa. Un militar europeo largando recibiría, en primer lugar, la reprimenda de su esposa. Y, posteriormente, la depuración, el finiquito y un posible proceso judicial. La trivialización de un militar largando impide ver el carácter excepcional de todo eso que no pasa. Por lo mismo, impide ver la excepcionalidad europea del rey, el comandante en jefe del pack militar: el silencio. Un silencio excepcional. Radicalmente excepcional.
5- Un silencio anormal, si se piensa que el rey, que ahora calla, tomó la palabra el 3-O. Los servicios de inteligencia le debían haber informado, cabe suponer, que en aquel momento, el conflicto en el que intervenía –gangrenándolo, cerrando vías de escape y solución, apostando por un nacionalismo frente a otro, y no por un territorio democráticamente neutral– no era más que una mentira, un póquer, sin posibilidad alguna de resultado o de empoderamiento ciudadano. En esta ocasión, los servicios de inteligencia le habrán advertido de que, detrás de esta huelga japonesa de pronunciamientos, está Vox, el sector experimental de la derecha esp, más amplio que él mismo. Y que un cabo primera pronunciándose es más peligroso y estructural que varias docenas de políticos de la premier cat mintiendo a su sociedad como posesos para mantenerse vivos, esa tradición de la democracia esp.
6- Siendo trivial, tanto militar rajando, no lo es. Es una excepción europea. Y el silencio del rey en este tema, otra. Al parecer, no está previsto que diga nada hasta su discurso de Navidad. Mucho tiempo. Demasiado. Y, tal vez, para poco o nada. Le costaría poco o nada interrumpir su silencio para emitir, incluso, algo parecido al silencio, pero diferente. Para marcarse un Casado. Un Casado, definición: en la anterior moción de censura de Vox, Casado sorprendió diciendo lo que dijo Lincoln en Gettysburg para, luego, cinco minutos después, seguir haciendo lo que hizo el General Lee en Gettysburg. No es nada. Pero es mucho: un respiro.
7- La monarquía constitucional consiste en no ver ni oler al rey. Eso, paradójicamente, entraña su presencia esporádica. En este caso, para censurar, como poco, a los únicos que dan vivas al rey y, entre grito y grito, dibujan una reformulación aún más profunda de la democracia esp, a través de la defensa del rey y de la unidad nacional, ese trasto con el que, desde el siglo XIX, se nos arrea en la frente. Hasta el siglo XX, a través del Ejército. En el XXI, todo apunta a ello, a través de la Justicia.
8- El silencio real, desde el inicio del ruido involucionista, en el confinamiento, supone un silencio muy prolongado. Desde 1874, la Casa Real siempre ha tendido a ser trivial y silenciosa ante esa suerte de pronunciamientos. Sería deseable que en el siglo XXI, cuando esos pronunciamientos ya no son algo trivial en Europa, sea consciente de que son algo categórico. Una frontera. Que fija el margen de lo democrático.
1- El carácter extrovertido del exmilitar en Esp es a) trivial y b) categórico. Es a) un paisaje y b) una frontera.
2- Sobre el carácter trivial. Todos los gobiernos de UCD y socialistas han tenido alguna suerte de pronunciamiento militar oral,...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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