1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Análisis

Un Gobierno de coalición con los grandes compromisos pendientes

Pese al entusiasmo con el que Sánchez presentó el Informe de Rendición de Cuentas, la reforma laboral, la Ley Mordaza, la vivienda, la transición ecológica y el blindaje de lo público siguen esperando

Diego Delgado 3/02/2021

<p>Abrazo entre Sánchez e Iglesias tras anunciar el preacuerdo para un Gobierno de coalición en noviembre de 2019. </p>

Abrazo entre Sánchez e Iglesias tras anunciar el preacuerdo para un Gobierno de coalición en noviembre de 2019. 

PSOE

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Poco más de un año después del inicio de la legislatura que puso a andar al primer gobierno de coalición progresista en más de ocho décadas, la sensación es que, si bien se han acometido diversas reformas, ninguna alcanza un nivel de transformación estructural que pueda justificar el entusiasmo con el que Pedro Sánchez presentó el pasado 29 de diciembre el Informe de Rendición de Cuentas.

La acción gubernamental debería haber estado marcada por una serie de ideas fuerza que articularon la mayor parte de los discursos de PSOE y Unidas Podemos durante sus campañas electorales, así como el Acuerdo de Coalición firmado por ambas formaciones. Derogar la reforma laboral, establecer una serie de políticas sociales en materia de vivienda que protejan a la ciudadanía de la especulación, eliminar la Ley Mordaza, transformar las estructuras socioeconómicas de acuerdo a los preceptos de la transición ecológica, afianzar desde las instituciones los avances del movimiento feminista y acometer el blindaje de lo público fueron sus principales señas de identidad. El presidente aireó con orgullo el porcentaje de compromisos activados sobre el total, que según el informe asciende hasta un voluminoso 90,9%, pero la realidad que oculta es mucho menos esperanzadora.

El resultado real de Cumpliendo (así se titula el informe) es un panorama político muy lejano al prometido por la coalición: la reforma laboral sigue vigente y su derogación va desapareciendo del programa de gobierno, sustituida por una serie de medidas concretas que aún siguen inactivas; la batalla declarada contra la especulación inmobiliaria se ha materializado en un intento –con la oposición de la parte morada del Ejecutivo– de blindar los intereses de fondos buitre y grandes tenedores durante la crisis desencadenada por el coronavirus; en 2020 se batió el récord de sanciones propuestas mediante la utilización de la Ley Mordaza; las devoluciones en caliente siguen a la orden del día; el Gobierno ha sido denunciado por varios colectivos ecologistas debido a su inacción climática; los 140.000 millones de euros enviados por Bruselas van a beneficiar, por encima de todo, a grandes empresas; y la máxima aspiración con respecto al sistema público de salud es revisar la ley que consagró la entrada del sector privado en este terreno. Al otro lado, brillan con luz propia algunos éxitos importantes en políticas feministas que, si bien no son más que el inicio de un camino largo, se ajustan con bastante precisión a los compromisos que alzaron a PSOE y Unidas Podemos.

Manifestación contra la reforma laboral de 2012. Foto: David Morales.

Los avances en el marco laboral, para 2021

La derogación de la reforma laboral impulsada por el PP en 2012 encabezó muchos de los actos electorales del PSOE y, sobre todo, de Unidas Podemos. España tiene uno de los mercados de trabajo más precarizados de toda la Unión Europea, siendo líderes en tasa de temporalidad y con un desempleo que nos coloca en segunda posición en tasa de paro. Los discursos en campaña se reflejaron en el Acuerdo de Coalición con una claridad meridiana: “Derogaremos la reforma laboral”. Sin embargo, tras un año de gobierno, el documento que recoge el estado de cumplimiento de todos los compromisos (un total de 1.274) no contiene ni una sola mención a la derogación de dicha ley. Cero. Se ha esfumado.

El documento que recoge el estado de cumplimiento de todos los compromisos (un total de 1.274) no contiene ni una sola mención a la derogación de la reforma laboral

Para más inri, de las seis iniciativas que se especifican en el acuerdo, solo se ha cumplido una: la eliminación del despido por absentismo. El resto se encuentran “no iniciadas”, un estado que comparten únicamente con el 9,1% de compromisos, según los datos que ofrece el informe.

El análisis acaba de arrancar y ya se ha topado con dos grandes disfuncionalidades. Por un lado, sirve de poco haber logrado un 90,9% de activación si en esa cifra no se incluyen las líneas maestras que deberían vertebrar la acción gubernamental. Es decir, importa mucho más la relevancia de lo cumplido que su volumen. Cuestionado acerca de esto, Francisco Martín Aguirre, director del Departamento de Planificación y Seguimiento de la Actividad Gubernamental, confirma a CTXT que “se están analizando con todo detalle las posibilidades que puede llegar a tener la priorización de compromisos”.

Por otro lado, es difícil entender la ausencia de la reforma laboral en la relación de compromisos adquiridos. Y aquí entra la batalla que mantienen Unidas Podemos y PSOE desde que, en mayo de 2020, una serie de declaraciones y rectificaciones embarrase un terreno que da lugar a pocas dudas: “Derogaremos la reforma laboral”. La introducción de aclaraciones como “los aspectos más lesivos” o el tono de Pedro Sánchez al supeditar la supresión de esta ley a los designios de lo que él llama “actores sociales”, sugieren una dirección que se aleja peligrosamente de lo prometido.

En el lado morado de la coalición la cosa está mucho más clara. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, no ceja en su empeño de recordar que el pacto habla de derogación, una línea discursiva que mantienen el resto de compañeros y compañeras. De nuevo, la realidad contradice los preceptos que, según Francisco Martín Aguirre, han regido la elaboración de Cumpliendo. Al ser preguntado acerca de la existencia de criterios que desentrañen situaciones como esta, en la que surgen disentimientos en el propio seno del Ejecutivo, asegura que “si se detectan compromisos contradictorios, se analiza quién es la persona competente para resolver esa materia”.

En cuanto a las cinco medidas paralizadas, las explicaciones apuntan hacia la emergencia pandémica como justificación y colocan en los primeros meses de 2021 el marco temporal para iniciar su puesta en marcha. De llevarse a cabo, anularán la limitación al ámbito temporal del convenio colectivo, eliminarán la prioridad aplicativa de los convenios de empresa sobre los sectoriales, limitarán la subcontratación a servicios especializados ajenos a la actividad principal de la empresa, revisarán el mecanismo de inaplicación de los convenios colectivos y reducirán la capacidad de modificación unilateral de las condiciones del contrato por parte de la empresa. Es decir, derogarán ciertos aspectos de la reforma laboral. No cabe duda de que sería un gran avance, tampoco de que eso no es lo pactado.

Concentración en la calle Argumosa 11, contra el desahucio de cuatro familias a finales de febrero de 2019 en Madrid. Foto: Nuria Alabao.

Desahucios y cortes de suministro básicos, medidas excepcionales

Si el trabajo es un factor determinante, la vivienda no lo es menos. Y su presencia durante este primer año de legislatura ha sido constante, sobre todo tras la entrada en escena de la crisis del coronavirus.

La protección de las familias más vulnerables ante un mercado inmobiliario que ha convertido el derecho a la vivienda en un elemento cada vez más privativo es uno de los principales caballos de batalla de la coalición. Tanto es así, que muchos de los enfrentamientos entre el sector más conservador del PSOE y la confluencia morada han estado protagonizados por el nivel de intervención estatal necesario para paliar este gravísimo problema de acceso a un techo digno. Al final, el acuerdo alcanzado contiene algunas de las medidas transformadoras más prometidas en campaña, como limitar las subidas abusivas de los precios de alquiler, asegurar el realojo inmediato a personas en situación de vulnerabilidad o regular la actividad fraudulenta de fondos buitre y grandes tenedores, entre otras.

La regulación de los precios aparece ligada a dos condicionalidades: solo puede llevarse a cabo en “determinadas zonas de mercado tensionado” y la decisión de ponerla en marcha estará en manos de “comunidades autónomas y/o ayuntamientos”. Según el informe, este compromiso está cercano a su cumplimiento, y el establecimiento del primer “Sistema estatal de Índices de Referencia del precio del alquiler de vivienda”, en el que se basarán las administraciones para identificar las mencionadas tensiones y poder intervenirlas, es un paso decisivo en esa dirección.

El trabajo realizado en este ámbito queda eclipsado por una serie de contradicciones que aprovechan la emergencia pandémica para apuntarse logros que, en la práctica, no son tales. El propio documento en el que se detallan los criterios metodológicos explicita que las medidas destinadas a reparar los impactos más graves del coronavirus no serán útiles en términos de cumplimiento de compromisos, “sino a efectos meramente enunciativos”. No obstante, tanto la paralización de los desahucios como la prohibición de cortes de suministros básicos aparecen reflejadas como iniciativas válidas, obviando que ambas están circunscritas al contexto de excepcionalidad y quedarán anuladas cuando este acabe.

El pacto de coalición recoge la promesa de revisar los conceptos de “vivienda vacía” y “gran tenedor” con la intención de “establecer las medidas más adecuadas para movilizar vivienda vacía, en un marco donde los grandes tenedores de vivienda colaboren con la administración competente para poner a disposición del mercado de alquiler la vivienda vacía a precios razonables”. Y la verdad es que sí se ha dado esa colaboración entre especuladores y Estado, pero en unos términos absolutamente opuestos a lo acordado. De no ser por la insistencia de Unidas Podemos, el Gobierno habría protegido los intereses de grandes tenedores, bancos y fondos buitre con una compensación del 100% del alquiler por la paralización de los desahucios durante el estado de alarma. Al final, esto solo ocurrirá cuando el arrendador pueda demostrar perjuicio económico, y nunca beneficiará a quienes tienen vivienda vacía en propiedad. En el informe, el compromiso destinado a sancionar la especulación está “En proceso”, pese al intento de blindar sus beneficios incluso en una situación de extrema necesidad para los arrendatarios.

Manifestación contra la Ley Mordaza en Madrid el 20 de diciembre de 2014. Foto: Carlos Delgado. Wikimedia Commons.

Récord de sanciones por Ley Mordaza

Si hay un elemento que representa con exactitud el crítico estado de la democracia española, ese es la Ley Mordaza. Quizá conscientes de ello, PSOE y Unidas Podemos se erigieron en firmes enemigos de esta regulación, prometiendo a diestro y siniestro que, de ser elegidos, procederían a eliminarla y a derogar, también, el artículo 315.3 del Código Penal. Sin embargo, lo que ha ocurrido durante este primer año de legislatura es que se ha batido el récord de sanciones propuestas mediante la utilización de la Ley Mordaza, con el pretexto de reforzar la seguridad y el orden en tiempos de confinamiento estricto.

En el PSOE se ha pasado de una oposición firme a las devoluciones en caliente a aprovechar su ratificación por parte del TC para afirmar que seguirán llevándolas a cabo

Además, en el PSOE se ha pasado de una oposición firme y pública a las devoluciones en caliente a aprovechar su ratificación por parte del Tribunal Constitucional para afirmar que seguirán llevándolas a cabo. El fallo del TC, por cierto, es consecuencia de un recurso impuesto en 2015 por una serie de formaciones políticas, entre las que se encontraba el propio partido socialista.

Todo ello no ha impedido que la sustitución de la Ley Mordaza y la derogación del artículo 315.3 aparezcan en el documento como “En proceso –con avances en 2º semestre”. De nuevo, se observa una distancia abismal entre la línea discursiva del Ejecutivo y la realidad de sus acciones.

Un Gobierno verde denunciado por inacción climática

Nada de lo que haga este Gobierno tendrá demasiado sentido si, por encima de todo, no se articula un marco legislativo transversal que supedite cualquier eje de transformación a las necesidades específicas de la lucha contra la crisis ecosocial.

En España, la creación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico dio cuenta de la aparente convicción del PSOE con esta lucha ya en 2018, algo que ganó en solidez tras el acuerdo con Unidas Podemos. La materialización del pacto en un programa concreto mantuvo ese aspecto verde, reservando uno de los 11 puntos del documento a la lucha contra el cambio climático y ofreciendo el firme compromiso de encarar una transición que no puede esperar más.

Lo primero que se puede observar al analizar la parte del informe dedicada a estas cuestiones es otra consecuencia de la ya mencionada falta de priorización. Medidas como la “Estrategia de descarbonización a largo plazo” o el “Plan de reducción de emisiones” engrosan la tasa de cumplimiento sin que el marco legislativo que debe ampararlas (la “Estrategia Industrial con el horizonte 2030”) haya siquiera iniciado su activación. Es innegable que ambas iniciativas son importantes, pero de nada sirve tapar algunas brechas sin tocar el modelo que las origina. Y esto no habla solo de contaminación. La revisión profunda del modelo industrial español aparece en el Acuerdo de Coalición como un compromiso por derecho propio, más allá de su papel en la transición ecológica, y destinado a aportar solidez a ese supuesto cambio de rumbo que, de momento, no se atisba por ninguna parte.

La aprobación del “Plan Nacional Integrado de Energía y Clima”, así como la avanzada fase en la que se encuentra la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, apuntalan el diagnóstico de este análisis, pues se trata de dos buenas noticias en lo discursivo que, en términos de política real, distan mucho de invitar al optimismo. En este caso, la jerarquización parece estar funcionando, ya que se han puesto en marcha las dos regulaciones más amplias e importantes en materia de transición ecológica; sin embargo, el problema está en sus contenidos.

“¡Hoy hemos hecho historia! Greenpeace España, Ecologistas en Acción y Oxfam Intermón hemos dado un paso decisivo en el procedimiento judicial contra la inacción climática del Gobierno”, puede leerse en la web de la primera de esas tres organizaciones. La noticia es del 16 de diciembre de 2020, y su influencia en la acción del Ejecutivo ha sido nula: el 11 de enero de 2021 –casi un mes después– se publicó en el BOE la declaración ambiental estratégica del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que mantiene, a pesar de las denuncias del sector ecologista, en un 23% la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990. En línea con las recomendaciones de la comunidad científica y la UE, para no superar el 1,5º de aumento global de la temperatura que podría traer consecuencias devastadoras, esa reducción debería situarse en un 55%. Más del doble.

La llegada del temporal ‘Filomena’ desmontó una estrategia discursiva vacía de contenido: los precios de la luz subieron un 27% en plena ola de frío

Por si esto fuera poco, hay que recordar que el impacto de la transición ecológica en la producción de energía es solo una de las caras de la moneda. Al otro lado está el consumo, un terreno resbaladizo que también ha dejado en evidencia las supuestas bondades de la acción gubernamental. PSOE y Unidas Podemos adquirieron el compromiso de “impulsar normas legales para reformar el mercado eléctrico”, especificando que dos de los objetivos prioritarios son “hacer el sistema más justo socialmente” y “conseguir unos precios asequibles para el consumidor”. El informe señala la convalidación del Real Decreto-ley 23/2020 como una iniciativa que avanza hacia dicho objetivo, pero la llegada del temporal ‘Filomena’ desmontó otra de las estrategias discursivas vacías de contenido real: los precios de la luz subieron un 27% en plena ola de frío, dejando incluso víctimas mortales de una pobreza energética que necesita mucho más que promesas y parches superficiales. Es más, la propia formación morada reconoció que “las medidas del programa acordado con el PSOE no bastan” para acabar con los abusos del oligopolio eléctrico.

En un contexto tan complejo, la llegada de los fondos europeos para la recuperación –conocidos como “Next Generation EU”– es una oportunidad para llevar a cabo una serie de cambios a nivel estructural que verdaderamente encaminen el Estado español hacia un modelo económico sostenible, social y feminista.

El pasado 30 de enero, diversos colectivos ecologistas y sociales se organizaron para protestar contra la gestión de los 140.000 millones de euros llegados desde Bruselas, regulada a través de un real decreto-ley (36/2020) que, a su juicio, consolida la colonización del terreno público por parte de empresas como ACS, Inditex o Endesa. Ni siquiera “el gobierno más a la izquierda en la historia reciente del país” parece dispuesto a poner la vida por delante de los intereses privados.

Una mujer sujeta una pancarta durante el día de la huelga feminista. 8 de marzo de 2018, Madrid. Foto: Manolo Finish.

El empuje feminista

Las políticas feministas son el gran triunfo en este primer año de legislatura. Dos de los compromisos cumplidos más relevantes son la aprobación del Real Decreto de igualdad retributiva entre mujeres y hombres en el empleo y en la ocupación, y la equiparación por ley de los permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferibles. Ambos con una influencia notable en esa política real que se contrapone a la superficialidad y que verdaderamente puede generar progresos difícilmente reversibles en cuanto que profundos. A pesar del ruido, la inminente aprobación de la conocida como “Ley Trans” se sumará también a esa lista de decisiones políticas que sobrepasan lo electoral y alcanzan las vidas de ciertas personas en situaciones de vulnerabilidad.

Las políticas feministas son el gran triunfo en este primer año de legislatura

La protección de las mujeres frente a las violencias machistas ha sido y es una de las banderas de este Gobierno, omnipresente en los actos electorales a través de la archiconocida fórmula “solo sí es sí”. La Ley integral para la protección de la libertad sexual y contra las violencias sexuales y la incorporación del Convenio de Estambul están ya a un paso de engrosar la tasa de cumplimiento. La reparación y recuperación de la autonomía para las víctimas de violencia de género, la formación en perspectiva de género para los y las profesionales que intervienen en procesos de denuncia y judiciales, y las iniciativas por los derechos sexuales y reproductivos son otros elementos a destacar.

No obstante, la lucha contra la brecha de género no está completamente libre de la mácula que supone la hegemonía de la posverdad como instrumento político. El compromiso “Garantizar la presencia equilibrada de mujeres y hombres en los organismos públicos y en consejos de administración en las sociedades públicas y en los órganos de toma de decisión sobre condiciones laborales” aparece “En proceso – con avances en 2º semestre”, pero la única iniciativa que justifica dicha activación cuenta con un valor político real mínimo: “Se ha expresado en diversas ocasiones el apoyo explícito de España a la transposición de la ‘Directiva sobre mujeres en los consejos de administración’, que obligaría a las empresas a tener un 40% de mujeres en las cúpulas empresariales”.

Manifestación de la Marea Blanca contra la privatización de la sanidad pública. Madrid, 2013. Foto: Barcex. Wikimedia Commons.

Casi 60.000 muertes son insuficientes

Por último, es obligado hablar sobre un sistema de salud que ha sido expuesto a una prueba de resistencia difícilmente imaginable hace solo unos meses. La apuesta por una sanidad pública robusta ya formaba parte de los principales ejes de transformación que dieron la victoria a la izquierda en las pasadas elecciones, así que la llegada de la pandemia solo ha servido para reafirmar este discurso y colocarlo en un lugar claramente prioritario. A esa urgencia parecen responder medidas como la eliminación del copago para más de seis millones de personas en situación vulnerable y el incremento del gasto público en el sector sanitario hasta el 6,9% del PIB. No obstante, produce vértigo la sensación de vacío que se experimenta al buscar una estrategia regulatoria que ataje el problema sanitario desde la raíz. Si bien el Acuerdo de Coalición apuntaba con precisión hacia “el blindaje de nuestro sistema público de salud, apostando por una sanidad que se base en la gestión pública directa”, la presencia de iniciativas que apuntalen dicho compromiso se reduce a un par de recursos discursivos.

El origen de la catastrófica privatización del sistema de salud que tantas vidas ha costado está en la Ley 15/1997, cuya derogación lleva pidiéndose más de una década por plataformas como Matusalén. Sin embargo, lo máximo a lo que se atreve la coalición progresista es a reflejar dos compromisos redundantes: “Impulsar la comisión creada para revisar la Ley 15/1997” y “Revisar la Ley 15/1997”. Aparte de la trampa que esto puede suponer a la hora de engrosar los porcentajes finales, la activación de ambas medidas se sustenta sobre supuestos “análisis internos” y “posibles inclusiones de reformas”. La que podría calificarse como transformación más relevante en una situación de crisis sanitaria brutal, queda representada en el informe por meras palabras sin una sola sujeción en términos de política real.

Mientras tanto, desde el Ejecutivo se echan las manos a la cabeza cuando comunidades como Madrid se apoyan en la propia Ley 15/1997 para seguir vendiendo al mejor postor una sanidad herida de muerte.

El beneficio de la duda

Pese a todas estas preocupantes disfuncionalidades, la existencia de Cumpliendo merece, per se, un reconocimiento acorde al nivel de innovación y progreso que implica. Aparte de ser el primer ejercicio de transparencia publicado en España, la implementación de dos mecanismos independientes del Gobierno que se encargarán de controlar los estándares de calidad, tanto de la metodología como de los resultados, puede llegar a colocar a este país en la vanguardia de la rendición de cuentas a nivel internacional.

CTXT ha hablado con Cristina Monge Lasierra, una de las expertas que conforma el Grupo de Análisis Metodológico (GAM), y de sus palabras se desprende esa misma sensación de que esto no es más que un primer paso en un camino nunca transitado: “Esto es un ejercicio primero, incompleto, imperfecto, pero se ha sembrado una semilla de que hay que hacer una rendición de cuentas de la acción del Gobierno de la forma más objetivada posible”, afirma la politóloga. Resulta tranquilizador leer las recomendaciones fruto de su trabajo junto al resto de componentes del GAM –todos miembros activos de la comunidad universitaria y ajenos al Ejecutivo–, pues ponen el foco en las principales fallas metodológicas que aquí se han destacado. Incorporar todas ellas sería un gesto institucional sólido de compromiso con la calidad democrática y con los órganos de verificación externa.

Queda mucho por delante y, según Francisco Martín Aguirre, todavía no ha entrado en juego “el trabajo más arriesgado, más innovador y el que realmente nos situaría en la vanguardia internacional”. Está hablando del grupo de expertos independientes que, una vez cumplido el cometido del GAM y consolidada la metodología, valorará “la bondad de los resultados, hasta qué punto son validables y correctos”. “En ese momento se habrá completado el trabajo”, concluye el director del departamento encargado de gestionar la rendición de cuentas.

Poco más de un año después del inicio de la legislatura que puso a andar al primer gobierno de coalición progresista en más de ocho décadas, la sensación es que, si bien se han acometido diversas reformas, ninguna alcanza un nivel de transformación estructural que pueda justificar el entusiasmo con el que Pedro...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Diego Delgado

Entre Guadalajara y un pueblito de la Cuenca vaciada. Estudió Periodismo y Antropología, forma parte de la redacción de CTXT y lee fantasía y ciencia ficción para entender mejor la realidad.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí