FÚTBOL Y DERECHOS
“No queremos gritar gol junto a un torturador”
Hinchas del Peñarol se movilizan para que el club retire el carné de socios vitalicios a los exmilitares Jose Gavazzo y Manuel Cordero, condenados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura uruguaya
Ricardo Uribarri 16/05/2021
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Compartir la condición de afiliado a un equipo de fútbol con personas que están condenadas por crímenes de lesa humanidad es algo inaceptable para un grupo de seguidores, socios y asambleístas del Club Atlético Peñarol que, bajo el nombre de Hinchas con memoria, han impulsado junto con el movimiento ‘Gol contra la impunidad’, una iniciativa para que la histórica institución uruguaya retire la condición de socios vitalicios a los exmilitares José Nino Gavazzo y Manuel Cordero, condenados a nivel nacional e internacional por homicidios, tortura y privación ilegítima de libertad durante la dictadura que sufrió el país charrúa entre 1973 y 1985. Una solicitud presentada hace varias semanas y que, de momento, no ha tenido respuesta por parte de la entidad deportiva de Montevideo.
El Plan Cóndor fue una campaña de represión política instaurada a partir de 1975 por los regímenes dictatoriales del Cono Sur de América. Esta operación promovió el asesinato y la desaparición de miles de opositores. Entre los países participantes estaba Uruguay, donde desarrollaron su carrera militar el teniente coronel José Nino Gavazzo y el coronel Manuel Cordero. El primero fue uno de los responsables desde 1976 del Servicio de Información y Defensa, organismo que en aquellos años se caracterizó por la represión a gran escala de los opositores políticos. En 2009 fue condenado a 25 años de cárcel por 28 delitos de homicidio especialmente agravado, incluyendo el secuestro y ejecución del maestro Julio Castro y la tortura y desaparición del militante estudiantil Roberto Gomensoro, una pena judicial a la que se sumaron otras que llegaron posteriormente. Por su parte, Cordero se integró en la Oficina Coordinadora de Operaciones Antisubversivas, llevando a cabo interrogatorios y torturas en el centro clandestino Automóviles Orletti, de Buenos Aires. Huyó a Brasil en 2004 y cinco años más tarde fue extraditado a Argentina, donde en 2016 fue juzgado y sentenciado a 25 años de cárcel por privación ilegítima de la libertad de 11 desaparecidos.
Cuando se enteraron de que los dos torturadores seguían siendo socios vitalicios de Peñarol, un grupo de aficionados aurinegros (como se denomina a los adeptos del equipo) decidieron movilizarse e iniciar una campaña de recogida de firmas, de la mano de la iniciativa ‘Gol contra la impunidad’, para presentarlas a los dirigentes del club con la solicitud de que a Gavazzo y Cordero se les retire esa condición. “Nos parecía indignante que uno de los clubes más importantes de América, que se dice de origen obrero y popular, tenga a estos represores como socios vitalicios. Es increíble que no se haya tomado alguna decisión al respecto hace tiempo. Pero, lamentablemente, en nuestra sociedad esto pasa en muchos ámbitos, porque los crímenes de la dictadura no recibieron el castigo que corresponden, y los represores siguen ocupando espacios de todo tipo. La mayoría siguen sueltos, pueden ser empresarios prósperos, abuelos en el parque jugando con sus nietos o profesionales…siguen ahí. Imaginemos que fueran los nazis luego de la guerra, pero sueltos, libres entre nosotros. Eso es el problema de no haber cerrado correctamente ese capítulo de nuestra historia, entonces nos queda la condena social, buscarlos, ubicarlos y expulsarlos a donde sea que vayan. Eso fue lo que pasó en este caso, estaban en el padrón de socios de un club y se había normalizado su existencia allí, hasta ahora”, explica el portavoz de estos seguidores, Ignacio Couto, a CTXT.
La petición, que se preparó con el asesoramiento de instituciones especializadas en la materia, ha recibido numerosas muestras de apoyo por parte de diversos colectivos y asociaciones, tanto del mundo del fútbol como de fuera de él. “Recibimos el asesoramiento del Observatorio Luz Ibarburu, que ha impulsado muchos juicios contra los militares de la dictadura. Tanto Gavazzo como Cordero se encuentran actualmente pagando condena por mucho menos de lo que hicieron, en condiciones de privilegio. Está todo documentado y hemos reclamado a las autoridades del club que se nos reciba para presentarles los fundamentos. Actualmente, contamos con el apoyo de más de 40 organizaciones sociales, las principales del país, los familiares de detenidos desaparecidos, la central de trabajadores, la federación de estudiantes y las cooperativas de vivienda. Hay personalidades de la cultura etc. Pero también es muy fuerte el apoyo desde dentro de las agrupaciones de Peñarol, los distintos grupos de la hinchada, los barrios y los socios, estamos en este momento superando el millar de firmas en pocos días. Todo esto se lo vamos a presentar al club si es que nos reciben”, cuenta Couto.
Desde que se presentó la solicitud han transcurrido varias semanas y, hasta ahora, Peñarol, cuyo presidente es el empresario Ignacio Ruglio, no ha dado ningún tipo de respuesta, una situación que a estos aficionados les “defrauda bastante. Esta directiva actual ha llegado con el lema de reivindicar la obra social, el origen obrero y popular del club. Y, sin embargo, pasan los días y sentimos un silencio inquietante”. En caso de que la directiva no dé ningún paso, a los seguidores les queda la vía de buscar una resolución de la Asamblea de Socios, que debe celebrarse a lo largo de este año, siempre y cuando ese asunto se incluya en el orden del día. Con una mayoría simple se podría conseguir la expulsión del club de Cordero y Gavazzo.
Cordero además es el responsable de la desaparición de Alberto Mechoso, abuelo de un futbolista que actualmente milita en la primera plantilla de Peñarol, Ezequiel Mechoso
Cordero además es el responsable de la desaparición de Alberto Mechoso, abuelo de un futbolista que actualmente milita en la primera plantilla de Peñarol, Ezequiel Mechoso. “No hemos hablado con el jugador, sabemos que su familia se ha comprometido con la causa, pero evaluamos que por el momento no íbamos a exponer a Ezequiel a que tenga que involucrarse públicamente hasta que el mismo no lo decida. Entendemos que es un jugador joven, que salió de un barrio humilde y justo ahora tiene toda una carrera por delante con grandes posibilidades y no es nuestra intención ponerlo en una encrucijada complicada. Ya lo contactaremos en su momento. Nosotros en cambio tenemos menos para perder, estamos en la tribuna, no tenemos que lidiar con compromisos y podemos decir cosas, podemos contar la historia del abuelo de Ezequiel, podemos señalar el absurdo que tenga que jugar con el secuestrador de su abuelo en el padrón. Ezequiel es jugador y tiene que hacer goles, y nosotros podemos decir que no queremos gritar un gol junto a un torturador”, afirma Couto.
No es la primera vez que en Uruguay se promueve una campaña para sacar a una persona relacionada con la dictadura de los ámbitos deportivos. En 2018, ‘Gol contra la impunidad’ ya logró que el jefe de seguridad de la selección de fútbol, Miguel Ángel Zuluaga, dejara su puesto tras comprobarse que durante los años de la represión alcanzó el rango de subcomisario de Inteligencia, actuando como interrogador en la Dirección Nacional de Información e Inteligencia, donde se cometieron secuestros, torturas y violaciones. Fue reconocido por muchos de los detenidos que pasaron por allí. “Los testimonios de las cosas en las que había participado ese represor eran terribles, muy oscuras, contrastaba con las imágenes de alegría y pasión deportiva que se vivían con la selección. Era demasiado, no se podía digerir la foto de ese comisario comiendo asados con Luis Suarez o Cavani, y a la vez leer los relatos de los presos políticos que habían sido vejados y torturados año tras año en los calabozos donde ejercía este criminal. La experiencia para expulsar a Zuluaga de la selección fue exitosa, marcó un rumbo y fue contagiando gente de muchos clubes, y no solo del fútbol”, señala el portavoz de Hinchas con memoria.
Esta iniciativa va a coincidir en el tiempo con una nueva celebración de la Marcha del silencio, que tiene lugar cada 20 de mayo en Montevideo y otros lugares de Uruguay para pedir que se esclarezcan las desapariciones y asesinatos impunes durante la dictadura. En relación a esto, el grupo de seguidores Bolso Antifacista, perteneciente al otro gran club de Montevideo, el Nacional, ha pedido también que los hinchas compartan su vivencia sobre lo que fue ser seguidor en tiempos de dictadura. Un camino que hace pocos meses siguieron los dos grandes del fútbol argentino. River Plate y Boca Juniors firmaron un comunicado conjunto el pasado mes de marzo donde se pedía a las víctimas de la dictadura militar que se pusieran en contacto con los clubes “con el objetivo de conocer sus historias de vida y reivindicar su condición societaria en el marco de una política de memoria, verdad y justicia”.
Estos ejemplos demuestran cómo el fútbol puede trascender más allá de lo deportivo y de cómo cada vez resulta más necesario que los clubes muestren una política clara sobre derechos humanos. Al respecto de esto, Couto añade que “queremos recorrer ese camino. En nuestro país, como en muchos otros, el fútbol es parte de la cultura popular, y atraviesa todos los ámbitos. Llega a todos los rincones y edades. La política no estuvo nunca separada del fútbol, para bien y para mal. Podemos decir que muchos socios de Peñarol, o de otros clubes, sostuvieron esa pasión deportiva incluso tras las rejas, en el exilio, esa pasión por el fútbol los acompañó tanto como la otra…la de luchar por un mundo mejor. Y las dictaduras sabían esto, y trataron de explotarlo bochornosamente, como en el Mundial de Argentina 78 o el Mundialito de Uruguay 80, muchas veces los espectáculos deportivos se transformaron en manifestaciones políticas, para un lado y para otro”.
Viendo el resultado positivo que tuvieron campañas como la de Zuluaga, y el apoyo y la repercusión que está teniendo la actual, los integrantes de Hinchas con memoria ya piensan en futuras acciones de reivindicación con el fin de hacer justicia. “Tenemos la intención de que los espacios sociales de los clubes se involucren en futuras iniciativas, no solo de expulsar represores de los clubes. Una vez que logremos sacar a los victimarios del padrón, estamos pensando en restituir simbólicamente la condición de socio a los desaparecidos vinculados al club, porque sería contradictorio tener en el mismo padrón a secuestradores y desaparecidos. Queremos homenajear a las víctimas y los familiares devolviéndole la calidad de socios, son gente que, si no hubiera desaparecido, seguro que estaría con nosotros en la tribuna. Estamos juntando información de esas historias, como también historias de hinchas que siguieron al club a pesar de la cárcel y el exilio. Mantuvieron esa pasión a pesar de la tragedia por la que fueron obligados a pasar”.
Compartir la condición de afiliado a un equipo de fútbol con personas que están condenadas por crímenes de lesa humanidad es algo inaceptable para un grupo de seguidores, socios y asambleístas del Club Atlético Peñarol que, bajo el nombre de Hinchas con memoria, han impulsado junto con el movimiento ‘Gol contra...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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