Extraño combinado
¿Por qué no ilusiona España?
Muchos aficionados se muestran poco interesados por la participación de la selección en la Eurocopa. De los 24 convocados, 14 juegan en el extranjero. Y es la primera venz, desde 1928, que no hay ningún jugador del Madrid
Ricardo Uribarri 11/06/2021
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No hay más que ver las redes sociales, leer los mensajes que llegan a los periódicos digitales, escuchar los comentarios que se mandan a las radios, o, simplemente, hablar con conocidos, para darse cuenta de que hay mucha gente, aficionados habituales al fútbol, que se muestran poco o nada interesados por la participación de España en la Eurocopa que se está disputando en diferentes sedes a través del continente. Mientras en otros países el apoyo que reciben sus respectivos equipos nacionales es prácticamente unánime cuando llega una gran cita, en el nuestro podemos encontrar hasta seguidores que reconocen estar más atraídos por otras selecciones en las que milita algún jugador de su gusto. ¿Por qué existe esa desafección, ese desapego hacia el combinado español?
Esta sensación resulta más llamativa, si cabe, por estar ante una de las citas, junto con el Mundial, más importantes a nivel futbolístico y que solo se celebran cada cuatro años. Ya no se trata de partidos de clasificación o de amistosos que tienen lugar durante la temporada y que molestan a algunos porque paralizan competiciones tan seguidas como la Liga o la Champions. La causa no es sencilla de encontrar, pero es muy posible que influyan motivos tanto deportivos y puntuales, que afecten a esta ocasión en concreto, como extradeportivos y estructurales de más largo recorrido.
Entre los primeros cabría incluir el poco consenso que ha habido con los elegidos para disputar esta Eurocopa. Es habitual que cada vez que el seleccionador de turno da una lista para un gran acontecimiento se produzca un debate por la decisión de llevar a algunos jugadores en lugar de otros que se han quedado fuera. Se suele decir que hay 47 millones de seleccionadores. Pero no recuerdo una convocatoria que haya ilusionado menos a tanta gente que la actual. En general hay poca afinidad de los aficionados con un número importante de los 24 seleccionados. ¿Por qué? Hay quien discute el nivel futbolístico y los méritos que han demostrado en los últimos meses varios de los convocados. Quizá también influya que hasta 14 jueguen en el extranjero y eso provoque que el seguidor español no se identifique con ellos y pierda ese componente extra de ver al jugador de su equipo, al que anima durante toda la temporada, en la selección.
Resulta llamativo que el club que más futbolistas aporta sea el Manchester City, con cuatro
Resulta llamativo que el club que más futbolistas aporta sea el Manchester City, con cuatro. Y luego hay representantes del Manchester United, Liverpool, Leeds, Chelsea, Wolverhampton, Napoles, Leipzig, Juventus o PSG, equipos que no son seguidos habitualmente por el aficionado medio español. Tan solo seis equipos son nacionales –Athletic, Valencia, Barcelona, Atlético, Villarreal y Real Sociedad– tienen presencia. Muchos echan en falta a jugadores con un nombre importante en el fútbol español, que además han rendido a buen nivel esta última temporada, como Navas, Hermoso, Canales o Aspas.
En esta lista se da, además, una circunstancia que no ocurría en una competición importante desde 1928: no hay ningún jugador del Real Madrid. Eso ha molestado a algunos aficionados del club blanco, mayoría en el país, que ven al seleccionador como alguien con poca simpatía por su equipo, cuando no directamente un antimadridista. La ausencia de Nacho después de sus buenas actuaciones y del capitán, Sergio Ramos, que ha estado lesionado buena parte de este año, ha sido el detonante para que haya madridistas que reconozcan no tener interés en la Selección. Curiosamente, hay quién lo perdió en el pasado por el motivo contrario: la excesiva identificación, a su juicio, de la selección con el equipo blanco, sustentada en la labor y el apoyo de un sector de la prensa. Ahora, en cambio, vemos seguidores de otros equipos, como los atléticos, que encuentran un mayor aliciente en seguir al conjunto nacional por no haber jugadores merengues. La polarización que existe con el Real Madrid y el FC Barcelona, a nivel de afición, pero, sobre todo, en los medios de comunicación, termina contaminando también a la selección.
Por otra parte, muchos echan en falta a futbolistas referentes, a estrellas que sean un aliciente para los hinchas. Ya no hay jugadores con el carisma de los que llevaron a España a ganar grandes títulos hace unos años, los Casillas, Puyol, Ramos, Xavi, Iniesta, Villa o Torres, entre otros. En Francia tienen a Mbappé, Griezmann o Benzema; en Portugal cuentan con Cristiano; en Bélgica se ilusionan con De Bruyne… En España hay muy buenos jugadores, pero no hay uno o dos que sobresalgan especialmente. Más bien al contrario, un buen número responde a un perfil más bien bajo de cara al seguidor. Se diría que el más mediático de España no está dentro del campo de juego, sino en el banquillo y se llama Luis Enrique.
La mala noticia de los positivos por covid de Busquets y Diego Llorente, que provocaron que el último partido amistoso previsto antes de la Eurocopa lo tuvieran que disputar integrantes de la sub 21, y la llamada por parte del seleccionador a otros jugadores que ya estaban de vacaciones para que entrenaran en burbujas aparte del grupo principal, no hizo más que generar sorpresa y confusión a los aficionados, que ya se pierden en esta sucesión de hechos anómalos y terminan por desconectar de la Selección. La polémica surgida tras estos contagios sobre si los internacionales debían recibir la vacuna contra el virus, una posibilidad que no es bien vista por un sector de la población, tampoco ha ayudado a crear el mejor clima posible en torno al equipo.
Estas son algunas de las razones de tipo deportivo y puntual que pueden estar detrás de la frialdad de los seguidores hacia el actual combinado nacional. Pero hay otras causas que vienen de tiempo atrás y que tienen más difícil solución. Empecemos por decir algo con lo que muchos hinchas se van a ver reflejados. España es un país más de clubes que de selección. Ejemplos de ello podemos encontrarlos en algunas opiniones vistas en estos últimos días en las redes sociales: “Cero interés por la selección. No encuentro ese sentimiento que me aporte algo inexplicable”; “Con mi equipo me emociono, sufro, disfruto, estoy deseando que juegue, Con la selección estoy tranquilo, sin tensión. Prefiero un partido de Liga”; “Me interesa poco, muy poco. La prensa me está generando muchísimo desinterés. Cada vez me hago más de mi club”; “Me interesa lo justo. ¿Motivo? Mi pasión es por mi equipo. A la selección no la vivo de la misma manera y muchas veces no me identifico con ella”. Y podríamos poner muchos más…
Hay otros países donde también los seguidores se identifican mucho con su equipo, pero, en cambio, existe un arraigado sentimiento hacia su selección nacional. Inglaterra, Italia, Alemania… por no hablar de los países sudamericanos. En Argentina, Uruguay o Brasil no influye, además, que la gran mayoría de sus internacionales jueguen en Europa, algo a lo que están acostumbrados, para hacer piña con sus futbolistas y que cuando juegue su selección sea lo más importante. Julen Lopetegui, durante su etapa como seleccionador, ya hizo mención a este asunto: “Es posible que en otros países haya otro tipo de actuaciones en torno a la selección nacional”. Aquí, en Madrid, se pita y se falta al respeto a Morata por fallar un gol y en el mismo partido se aplaude al defensa luso Pepe, integrante de la selección rival, por su pasado madridista.
El último partido de España en Cataluña fue hace 17 años. Y en el País Vasco hace nada menos que 54
Se suele decir que no hay que mezclar deporte y política, pero tampoco se puede obviar la realidad social de nuestro país, en el que hay regiones donde el nacionalismo local está arraigado en un número muy importante de personas, que no se identifican con la selección por representar al Estado. El último partido de España en Cataluña, por ejemplo, fue hace 17 años. Y en el País Vasco hace nada menos que 54. Resulta inevitable que esta cuestión salpique en ciertos momentos a la selección y juegue en su contra. No hay que olvidar que hace pocos años hubo un debate nacional sobre si Piqué debía ir o no vestir la camiseta nacional por su posicionamiento político.
Este cóctel de factores negativos solo tiene un bálsamo que podría mitigar sus efectos y que, ahora mismo, da la impresión de estar lejano: la victoria en la Eurocopa. Esta es la vez que menos opciones de ganar parece haber de los últimos grandes campeonatos. Pero quién sabe. De lograrse, entonces quizá volvería a aparecer aquel sentimiento de afinidad con la selección que hubo hace años con los triunfos en las Eurocopas y el Mundial. Aunque mucho me temo que su efecto sería temporal y que la herida podría volver a abrirse en cualquier momento.
No hay más que ver las redes sociales, leer los mensajes que llegan a los periódicos digitales, escuchar los comentarios que se mandan a las radios, o, simplemente, hablar con conocidos, para darse cuenta de que hay mucha gente, aficionados habituales al fútbol, que se muestran poco o nada interesados por la...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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