religión 2.0
El ocio del pueblo
El evangelismo pentecostal está de moda. Entre sus devotos, dos figuras antagónicas como Justin Bieber y el clan Montaner. Son la muestra del nuevo acercamiento a la religión: con menos sermones y más música, con menos dogmas y más Snapchat
Galia Moldavsky (Revista Anfibia) 14/06/2021
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El vídeo empieza con plano secuencia. La pantalla muestra a Ricardo Montaner, que mira hacia arriba, donde está la cámara.
Canta:
Hey, estés donde estés
necesito que vengas ahora
que mi mundo está al revés
Hey, eso ya lo sé
que sólo te busco y te llamo
cuando no me dan los pies
La canción podría estar dedicada a un amigo, un amante, una pareja. Pero no. Está dedicada a Dios. Se llama Amén y ya tiene más de 134 millones de reproducciones en YouTube.
El vídeo ahora enfoca a la hija de Ricardo, Evaluna Montaner. Sigue el plano secuencia y filma a Mau y Ricky Montaner, sus otros dos hijos, y a Camilo, cantante y pareja de Evaluna.
El estribillo dice:
Que nadie me cuida
como tú me cuidas
que nadie me ama
como tú me amas
que nadie se mueve
sin que tú estés viendo
que nadie se salva
si no está en tu reino
Amén, Amén
aquieta mi inquietud, te pido
Amén, Amén
y quítame el dolor
La familia Montaner es muy creyente. A Ricardo se lo ha visto en varios actos evangélicos, como en los del pastor argentino Dante Gebel. Se acercó a la religión después de conocer a un niño que estaba en terapia intensiva a punto de ser desconectado. Rezó un padre nuestro, que era la única oración cristiana que conocía. Esa noche, el niño bostezó y una semana después estaba de vuelta en su casa. Un “milagro”, en sus palabras. Esta es una de las características de la rama pentecostal del evangelismo: la presencia de Dios en la tierra. Te puede curar, te puede hacer crecer económicamente y te puede cambiar tu suerte. “El Espíritu Santo, lejos de ser una metáfora como solemos considerar desde una lógica secularizada, es una entidad con agencia en sus propios términos: se manifiesta en el cuerpo como una presencia, hace a las personas hablar en lenguas, tener profecías, cura enfermedades, mejora las relaciones intrafamiliares y también favorece el éxito personal en exámenes, negocios y la vida cotidiana”, escribieron Nicolás Viotti y Pablo Semán en esta nota anfibia.
Marlene Rodríguez es productora musical, así conoció hace 35 años a su pareja, Ricardo Montaner. Fue la directora del clip “Amén”. “Este vídeo como todos los que hago estuvo puesto desde el día 1 en las manos de Dios”, les escribió a 905 mil seguidores de @marlensaome, su cuenta de IG.
El caso Montaner es una muestra del nuevo acercamiento a la religión para las nuevas generaciones. Específicamente, al evangelismo pentecostal. Un acercamiento cool. Se presenta como alternativa a las viejas instituciones: a la Iglesia conservadora, a los cánticos anticuados, al plan familiar y aburrido. Incluye a famosos hollywoodenses, stories de instagram, parejas jóvenes, consejos para la vida cotidiana, un vínculo más personal con lo espiritual y –en apariencia– dogmas menos estrictos.
Mau y Ricky, los hijos más grandes de Ricardo y Marlene Montaner, conforman una de las bandas de reggaeton en pleno ascenso en América Latina. Si bien las letras de sus canciones tienen un contenido más sexualizado y menos religioso, también han declarado en entrevistas su devoción por Dios.
Se marcan y desmarcan. Es decir, manejan un lenguaje de acuerdo a la audiencia a la que se dirigen. “La desmarcación es que vos mantenés un cierto registro cuando le hablás al público masivo con valores genéricos más universalizables. Mientras que cuando le hablás a un público de la Iglesia aparecen las referencias bíblicas o la estética acorde al espacio”, explica Joaquin Algranti, sociólogo y autor del libro La industria del creer: Sociología de las mercancías religiosas.
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La hija menor de la familia Montaner, Evaluna (23), eligió llegar virgen al matrimonio. A principios del 2020 se casó con el músico Camilo Etcheverry (26) en una boda oficiada por el pastor evangélico pentecostal Rich Wilkerson Jr., de la iglesia VOUS de Miami. La canción que sacaron Camilo y Evaluna después de su casamiento se llama “Por primera vez” y tiene 139 millones de reproducciones en Spotify y 313 millones en YouTube. Es una de las parejas más populares entre adolescentes: su canal de YouTube tiene más de dos millones y medio de seguidores. Durante sus primeros años lo llenaron de contenido con recomendaciones para otras parejas. ¿El primer tip? Tener a Dios en el centro de la relación.
Camilo es uno de los cantantes más exitosos de América Latina. Tiene casi 19 millones de seguidores en Instagram, 25 millones de oyentes mensuales en Spotify y este año ganó un Grammy Latino a “Mejor canción Pop” por su tema “Tutu”. En la entrega de premios y frente a miles de personas que seguían por live stream la transmisión desde el inmenso American Airlines Arena de Miami, Camilo se acercó al micrófono:
– Wow, gloria a Dios padre, gracias, wow. Qué fuerte esto. Dios me reconoce en público porque yo lo busco en lo privado y en lo secreto. Ese es el único secreto que hay.
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El caso Bieber es otra muestra.
Domingo 15 de noviembre de 2020. Primera actuación en vivo de Justin Bieber en el año del coronavirus, en un anfiteatro vacío. Está solo en el escenario. Tiene un look rapero: pantalones de jean anchos, musculosa morley blanca al cuerpo, camisa cuadriculada abierta y gorra de lana naranja. La cámara apunta a su alianza de matrimonio. Suena el teclado, se prenden tres cruces hechas de luces led.
Canta:
Escucho muchas cosas sobre los pecadores
No creas que seré un santo
Pero puedo bajar al río
Porque la forma en que el cielo se abre cuando nos tocamos
Sí, me está haciendo decir
Que la forma en que me abrazas, me abrazas, me abrazas, me abrazas, me abrazas
Se siente tan sagrada, sagrada, sagrada, sagrada, sagrada
En Dios
Corriendo al altar como un atleta
No puedo esperar un segundo más
Porque la forma en que me abrazas, me abrazas, me abrazas, me abrazas, me abrazas
Se siente tan sagrada
Justin tenía 12 años cuando salió segundo en un concurso local de canto en Stratford, Canadá –donde se crió– y su madre empezó a subir vídeos de él cantando a YouTube en el sillón de su casa, en bares, en las escaleras de un edificio. Temas de Alicia Keys, Ne-Yo, Chris Brown. El manager estadounidense Scooter Braun lo descubrió y lo invitó a Estados Unidos. Junto al artista Usher, lo ficharon a sus 14 años. Meses después editó su primer disco: My World. El resto es historia conocida: estrellato pop, giras por el mundo, apariciones en programas de televisión, premios, un romance con mucha exposición con la artista teen Selena Gómez, posters y merchandising por doquier.
Pero todo ascenso tiene una caída. La de Justin Bieber fue a partir del 2014, a los 19 años. Lo detuvieron por manejar borracho, lo vieron agarrándose a las piñas en la calle, unos vecinos lo denunciaron porque les tiraba huevos, insultó a fans en medio de sus shows, tuvo que cancelar giras…y la lista sigue. Justin Bieber contó que su equipo de seguridad tenía que tomarle el pulso todas las noches porque vivía al borde de la muerte: batallaba con el consumo de alcohol y de drogas.
En medio de una depresión galopante, Justin se acercó a la religión. Acercarse es un decir, porque su madre, Pattie, siempre fue una cristiana devota.
En el 2017, suspendió una gira que lo habría llevado por seis continentes. “I canceled my tour because of Christ”, lo citó el sitio TMZ en la nota que contó que Bieber había podido cambiar su vida gracias al pastor Carl Lentz, de la Iglesia Hillsong, una Iglesia Cristiana pentecostal que pertenecía a la Alianza Evangélica Mundial.
Desde ese momento, Justin se retiró de la escena pública para dedicarse a su recuperación. Anunció el comienzo de su abstinencia sexual y se lo vio asistiendo a misas de la iglesia Hillsong. El uso de sus redes sociales también cambió: se llenaron de fotos con Carl Lentz, y de frases como “Yo sigo a Jesús” o “Dios nunca cambia”. En 2018, anunció que estaba en pareja con la modelo Hailey Baldwin. Tres meses después llegaron los anillos. ¿Por qué tan rápido? Entre otros motivos, por el sexo: habían decidido no tener relaciones antes del matrimonio.
Bellos, jóvenes y casados, rápidamente se transformaron en una pareja IT. Es la mujer que hizo volver a Justin del derrape. Es el retorno del niño prodigio. El amor romántico, el amor para siempre, el final feliz. “Tener ese lazo de fe y espiritualidad es muy importante para nosotros. Seguir a Jesús juntos es todo”, dijo Hailey Baldwin (ahora Bieber).
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En este giro cumple un rol clave otro actor: las nuevas Iglesias y sus pastores.
Si una hace el esfuerzo de graficar en su cabeza la idea que tiene de una Iglesia seguramente aparezcan largos sermones tediosos, un promedio de edad por encima de los 50 años, colores pasteles, canciones clásicas. Pero Hillsong no es nada de eso: luego de que Bieber se sumara, la institución pegó un salto de fama en el mundo. Empezaron a asistir famosos como Selena Gómez, las hermanas Kardashian y Bono. Se creó un sector VIP y empezó a haber un código de vestimenta; un Lollapalooza de la religión. Se convirtió en un espacio de socialización en sí mismo con filas de gente esperando afuera para asistir.
La música es otra pieza clave de su atractivo. Hay una banda en vivo, shows de luces, pantallas con las letras de las canciones. La actriz Vanessa Hudgens lo llegó a comparar con ir a un recital de Arcade Fire.
La iglesia Hillsong nació en Australia en 1983. Hoy tiene congregaciones en 6 continentes y una asistencia de 150 mil personas por semana. Desde 2018 no pertenecen más a las Asambleas de Dios, la congregación de iglesias pentecostales más grande del mundo. En su justificación plantearon que se consideran una rama más “contemporánea” o “carismática” que “pentecostal clásica”.
Carl Lentz, el histórico pastor de Hillsong, tampoco responde al imaginario. Es jóven, está tatuado, está trabado. Usa chupin, tiene el pelo rapado a los costados y lleva anteojos hipster. Sube posteos a Instagram con Justin Bieber tomando shots, fue entrevistado por Oprah Winfrey. Sus sermones están mezclados con humor y anécdotas. Se ve como alguien cercano, como el amigo que te hace pasar en la fila del boliche.
Otra iglesia que forma parte de esta nueva corriente es VOUS. Ahí, los pastores son Rick Wilkerson Jr y Dawnchere Wilkerson, su pareja. Fundaron la iglesia a finales de 2015 en Miami. Él saltó a la fama en 2014 después de oficiar el matrimonio de Kim Kardashian y Kanye West en Italia. El 8 de febrero de 2020 casó a Evaluna Montaner y Camilo. Viene de una familia de pastores evangélicos: abuelo, padre y primo.
En sus misas convoca a sus seguidores a subir vídeos a Snapchat e Instagram. No se reúnen en templos: lo hacen en auditorios, teatros o incluso bares de las grandes ciudades de Estados Unidos. Hace sermones inspirados en canciones como “Drunk in Love” de Beyoncé o “Style” de Taylor Swift. Y evita usar la palabra religión. Usa la palabra relación. En sus pies de foto, pone: “¿Qué fue lo mejor que le escuchaste decir a un predicador? Compartilo en los comentarios”.
Estas iglesias se presentan como el vehículo de tu vínculo personal e individual con Dios, con la Biblia como máxima autoridad por encima de cualquier persona que pueda llegar a proclamar que tiene la palabra divina. Fomentan que generes tu vínculo con el Espíritu Santo por fuera de los dogmas duros del pasado, de las reglas y de las limitaciones que hicieron que muchos jóvenes se alejaran de las iglesias en un primer momento. Menos juicio, menos culpa, menos bajada de línea constante. No tenés que hacer algo para que Dios te quiera. Dios ya te quiere.
“Uno puede habitar más el núcleo duro o la periferia. Las organizaciones que son fuertemente proselitistas y salen a evangelizar manejan todo el tiempo el registro de ablandar las reglas para llegar a las personas. Y eso no es algo estrictamente del mundo evangélico. Hay organizaciones judías como Jabad Lubavitch que también lo hacen”, agrega el sociólogo Joaquín Algranti.
Es un acercamiento a la religión instagram-friendly. Ir a misa dejó de ser el plan al que te obligaban tus padres o al que asistían las personas que no tienen mejores cosas para hacer. Ahora podés conectarte con Dios y estar a la moda, salir la noche anterior e ir medio fisura, formar parte de una tendencia, encontrarte un famoso, subir una story. Tu pastor es un influencer, te lo cruzas en un bar o en un partido de básquet y te da consejos sobre tu vida cotidiana. Algranti lo explica: “Logran juntar dos cosas que antes estaban separadas: la idea de religión y de ocio, de entretenimiento, de tiempo libre. La idea de que esos dos aspectos puedan formar parte de un tipo de propuesta. Menos ritualista. Este es un registro que te dice que podes tener vida religiosa y también consumir productos culturales que te hablan en clave de entretenimiento”.
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Hace algunos años, Justin Bieber invitó a uno de sus fans, que era gay, a una misa en Hillsong, argumentando que las puertas estaban abiertas. Sin embargo, en 2015, la sede de Nueva York destituyó al director del coro de su cargo por ser homosexual. Brian Houston, el líder de Hillsong Australia, dijo que las disidencias eran bienvenidas en la iglesia pero que no apoyaban ese estilo de vida. Y que por eso no podían tener roles de liderazgo. En 2018, Carl Lentz dijo que “el sexo prematrimonial no es ni remotamente una opción”. Y que a la homosexualidad y al aborto los trataban como a cualquier otro pecado.
Muchas mega iglesias evitan responder preguntas sobre estos temas acentuando el discurso desmarcado. La ambigüedad forma parte de su estrategia de comunicación. Por eso se creó la página https://www.churchclarity.org/, donde recopilan las declaraciones públicas e institucionales de iglesias alrededor del mundo para que sepas claramente cuáles son sus políticas y principios.
El evangelismo pentecostal está en pleno ascenso. En Brasil se convirtió en la primera minoría religiosa. En Argentina, son un 15%. En América Latina, entre 1910 y 2014, los católicos pasaron de 94% a 69% de la población y los evangélicos, de 1% a 19%, según Nuso.
Las maneras de crecer y los motivos son muchos: porque sus iglesias se reproducen a una gran velocidad, por su vínculo con las creencias populares, por su presencia en los medios de comunicación y ahora, a través de influencers. Pero aunque en estos casos la fachada sea moderna, ligera y a medida, en cuanto se hace zoom aparecen los mismos principios que han generado polémica en el pasado. La homosexualidad es un pecado, aunque te dejen ir a misa. El sexo prematrimonial es incorrecto, aunque Dios te perdone. Las puertas están abiertas, pero no apoyamos tu estilo de vida ni queremos que seas un líder dentro de nuestro espacio. En noviembre del 2020, Carl Lentz fue despedido de Hillsong después de unas filtraciones que demostraban que le había sido infiel a su esposa.
Vivimos en una época de armo-mis-creencias según lo que me resulte cómodo o afín. Apoyo lo que me parece bueno y rechazo lo que me parece malo. Bienvenido sea todo lo que nos haga tener una vida más llevadera. Pero ojo con creer que algunas instituciones desaparecieron. Tienen otras formas y se modernizan, pero siguen formando parte de nuestra vida. Y siguen creyendo en lo mismo.
Ahora sí, elegí tu influencer. Y bienvenido a la era de la espiritualidad.
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Este texto se publicó inicialmente en Revista Anfibia.
El vídeo empieza con plano secuencia. La pantalla muestra a Ricardo Montaner, que mira hacia arriba, donde está la cámara.
Canta:
Hey, estés donde estés
necesito que vengas ahora
que mi mundo está al revés
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Galia Moldavsky (Revista Anfibia)
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