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[En el capítulo anterior: se aborta la operación Pedro Sánchez nuevo secretario general. El coche de nuestro protagonista sufre un accidente que le deja postrado en un hospital durante dos meses. Susana Díaz gana las primarias socialistas y consigue luego ser presidenta del gobierno con los votos de Pablo Casado y Albert Rivera (el causante indirecto del accidente). Pedro y su gabinete (Berta Lento y Bernie Sanders) descansan en un baserri gipuzkoano. Preparan a Pedro para un futuro asalto a la Moncloa].
Resumen de los años elipsis:
2017. Accidente de Pedro, adiós a su carrera por Ferraz.
2018. Elecciones generales. Gana Susana Díaz. Nombra vicepresidente a Suárez Illana (PP).
2019. No pasa nada reseñable.
2020. Llega una pandemia y el gobierno deja la sanidad pública en manos de Federico Trillo. España es el país con más muertos, más infectados y menos ayudas a los trabajadores.
2021. Susana Díaz cede la presidencia (como fue pactado) a Suárez Illana. ¡Ah!, no hemos contado que Pablo Casado se retira de la política cuando se da cuenta de que alguien de su partido ha intentado tirarle por unas escaleras.
2022. Año de nuevas elecciones. Pedro Sánchez calienta motores, quiere lanzar un nuevo partido, pero su opinión contará bien poco.
28 de Febrero de 2022. Bergara (Gipuzkoa). Agroturismo Lamano Etxeberri.
Pedro Sánchez duerme plácidamente en la habitación Zeru Txiki. De repente, oye un ruido, abre los ojos y, delante de la cama, ve a dos adolescentes.
– Hola, soy Alba.
– Hola, soy Laura.
Pedro se frota los ojos, está aturdido.
Una de ellas le pega un bofetón para despertarlo.
– Somos las padawan de Bernie Sanders, a partir de ahora no harás nada que nosotras no querramos.
– Te vamos a hacer presidente del gobierno.
– Sí, Pedro, no nos mires así, somos las hijas de José Luis, de Zapatero.
– ¿Pero no erais góticas?
– Ya no somos góticas, somos marxistas.
– Somos obreras.
Yo estaba sentada en una esquina de la habitación, en la sombra.
Descorrí las cortinas y empecé a contarle a Pedro lo que se le venía encima.
– Vamos a refundar el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y tú serás su Andreu Nin.
– ¿Me va a asesinar el PCE? Paso –dijo Pedro mientras se dirigía a la ducha.
–Tenemos que volver a los orígenes del PSOE, sacarnos a la CIA, a Willy Brandt, al traidor de Felipe –proseguí.
– Porque tú sabes Pedro que a Felipe, de alguna manera, lo puso Franco, ¿no? –soltó Alba.
– Porque tú sabes, Pedro, que a Felipe nunca lo torturaban en la DGS, ¿no?, que era un paripé para que sus compañeros creyeran que él era el verdadero líder –continuó Laura.
– Porque tú sabes, Pedro, que la campaña de Felipe del 82 se fraguó el 23F y la financió Pablo Escobar, ¿no? --volvió a la carga Alba.
– ¿Y vosotras creéis que bajo las siglas POUM nos va a votar alguien?
Intervine de nuevo.
– Todos y todas a los que falló la Transición, todos y todas a los que falló el invento de Podemos.
–La gente busca certezas, alguien que les hable sin tapujos. Coño, somos marxistas, cantamos La Internacional. ¿Qué pasa? --me interrumpió Alba.
– Lo único que te pedimos es que no seas un Pablo Iglesias dos, no puedes hacer lo que te dé la gana y estar depurando enemigos todo el rato. En eso mandamos nosotras.
– ¿Pero puedo tener en mi equipo a Marga Robles?
Alba le pegó una bofetada con la mano abierta que dejó a Pedro en el suelo, sangrando por la frente.
– ¿Marlaska, Nadia Calviño?
Laura le remató con una patada en el bajo vientre. Pedro lloraba de dolor.
– Si quieres, puedes robarle a Ada Colau a Podemos o a Xavi Domenech.
– Estamos hablando del POUM, Pedro. Despierta, la vieja política ha terminado.
Al fin me dejaron hablar.
– Pedro, levántate, dúchate y seguimos hablando.
Tocaron a la puerta, era Yolanda Díaz.
Ah, no os habíamos contado que Pedro se había separado de Begoña y vivía en un piso del Puente de Vallecas con Yolanda.
Habían tenido un hijo y le habían llamado Rodolfo, en homenaje a Rodolfo Llopis.
– ¿Ha salido ya del shock, chicas? --preguntó la exlíder de Podemos.
– Espera que se duche y se cure la herida de la frente.
– ¿Ha dicho lo de Margarita Robles? Ya le vale --dijo Yolanda entre risas.
Cuando Pedro salió en albornoz y se sentó al borde de la cama, se encontró con la figura alargada de su mujer delante de él.
– A ver, cariño, somos marxistas, somos obreras, puede que no quedemos primeras en las elecciones pero si quedamos segundas y podemos entrar en el gobierno…
– Joder, me tenéis frito con lo de marxistas, en Europa nos van a mirar raro. Yo puedo levantar el puño cuando suena La Internacional, puedo pensar en la gente que lo pasa mal, pero decir a los cuatro vientos que soy marxista…
Laura le metió otra bofetada con la mano abierta, en el otro lado de la cara. Pedro quedó tumbado en la cama unos cinco minutos.
Yolanda me apartó.
– No pasa nada, es la única manera de que entienda.
– A ver chicas, necesitamos formar un equipo, lanzar el partido, y ponernos manos a la obra. A Pedro ya le tenemos en el bote --dije mientras intentaba reanimar al candidato.
Bernie Sanders, que nos espiaba desde la ventana, al fin la abrió desde fuera y dejó caer una de sus frases lapidarias.
– Pedro, they shall not pass (No pasarán), Andreu would be very proud of you (Andreu estaría muy orgulloso de tí). Por cierto, está aquí Oskar Matute, dijo en un español que sonaba más a mexicano.
Logramos sacar a Pedro al porche para la txapa que iba a recibir del diputado Matute.
– A ver, Pedro, no me enrollaré mucho que veo que te han puesto fino.
– Puntos innegociables: referéndum de autodeterminación para Euskal Herria, Catalunya y Sáhara Occidental. Apertura de todas las fosas y cunetas por parte del Estado y sin intermediarios. Reparación de las víctimas del franquismo. Justicia para los verdugos aunque sea a título póstumo. Desaparición de los fondos buitres, la SAREB, los desahucios, y la concha de su madre.
– Joder, Matute, eso no es marxismo, eso es anarquismo.
– That’s right! --aprobó Bernie desde fuera-- That’s why the killed Nin (por eso mataron a Nin). In a way he was another Durruti (de alguna manera, era otro Durruti).
– Berta Lento, cada vez que oigo el nombre Durruti sé que estás tú detrás.
– ¿Queréis actuar como un partido libertario, pero enmascarado bajo las siglas de un partido marxista, en 2022? ¡Estáis como cabras! --gritó Pedro mientras tapaba la sangre que le corría por la frente camino a las cejas.
Matute siguió.
– A ver, Pedro, no vamos a incluir nada en el programa que no tenga cualquier socialdemocracia escandinava que se precie, o Canadá, o Escocia.
– ¿Qué me vais a pedir también la disolución de la Guardia Civil?
–Sí, y la reparación de las víctimas del terrorismo de Estado. El acercamiento de presos.
– Matute, queréis arreglar 46 años de democracia en un día, sois la leche. Si quieres, volvemos a meter a Tejero en la cárcel también.
– Con que metáis al emérito me conformo.
– Al emérito le podemos hacer un Barrionuevo, un Armada… poco más.
De repente, apareció en esa parte del prado que mira a Bergara, Fernando Simón, con un chándal igualito al de Maduro, de la misma talla también. Le quedaba holgado, muy holgado.
– Presidente…
– Fernando, no me llames presidente, que trae mala suerte.
– Pedro, ¿te das cuenta de que si Susana Díaz no te hubiera dejado fuera de combate esa noche en esa carretera yo me hubiera comido la pandemia contigo?
– Sí, y hubiéramos pillado un porrón de millones de la Unión Europea, pero no… ahora estamos aquí debatiendo si somos marxistas o somos anarquistas.
– Yo soy marxista y, si me lo permites, seré tu ministro del Deporte y Salud Mental.
– Fernando, de ministro de Deporte quería poner a Baldoví, que es profe de Educación Física.
– ¿Y de Salud Mental?
– Celia Villalobos, no te jode.
– Bueno, vale… pues me pido ministro de Defensa.
– Pero si eres pacifista.
– Desmontaré una por una cada fábrica de armamento en este país. Se acabó eso de vender armas a Israel para aniquilar al pueblo palestino y a Marruecos para mantener a raya a los saharauis y rifeños.
– Joder, otro anarquista, ¿pero hay alguien que tenga dos dedos de frente en este equipo?
– Hola, soy Nicolás Redondo Terreros, creo que nos conocemos…
Detrás de un árbol, apareció Nicolás, Redondo, Terreros.
– Chicas, sacadlo de aquí como mejor sabéis hacer.
Laura y Alba sacaron a Redondo Terreros del baserri al más puro estilo Kill Bill.
– Ya sólo queda que aparezca Corcuera, dijo Pedro.
– A ver chicas, vale… ya no soy el Pedro Sánchez pintón de 2016, el Pedro Sánchez superficial, soy el marido de Yolanda Díaz, el heredero de Largo Caballero, pero de ahí a encabezar el POUM en pleno siglo XXI, me parece un despropósito.
– Pedro, sólo tú puedes hacerlo. Pablo Iglesias se ha metido a presentar un programa parecido a lo de Hombres, Mujeres y Viceversa, pero de política. Solo quedas tú --le insistió Simón.
– ¿De qué va el programa? --preguntó Pedro.
– Tíos y tías enfermos de la política que usan la política para ligar y follar. Obsesos de Gramsci que usan sus teorías para encandilar a tíos o tías y terminar en la cama con ellas, o con ellos --maticé.
– ¿Pero Pablo es presentador o concursante?
Tuve que pasar del tema para hacer la pregunta que nos rondaba a todos en la cabeza.
– Pedro escucha, ¿lo quieres hacer o no? ¿Quieres ser tú el candidato?
El exdueño del Peugeot, el examigo de Iván Redondo, el ex de Begoña… estaba como un flan. No sabía qué decir. Resopló, se mordió los labios…
– Pedro, no te agobies… si no lo quieres hacer tú, tenemos a otra persona que lo querría hacer.
– ¿Quién?
– Rozalén.
––––––––––
En el próximo y último capítulo: ¿cederá Pedro el testigo a Rozalén? ¿Quién compondrá el himno del partido?
*Los sucesos y personajes retratados en este relato no son completamente ficticios. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, o con hechos reales no es pura coincidencia.
[En el capítulo anterior: se aborta la operación Pedro Sánchez nuevo secretario general. El coche de nuestro protagonista sufre un accidente que le deja postrado en un hospital durante dos meses. Susana Díaz gana las primarias socialistas y consigue luego ser presidenta del gobierno con los votos de Pablo Casado...
Autor >
Willy Veleta
Es nuestro reportero multimedia, en Lou Grant hubiera sido "Animal". Donde hay una manifestación por la Sanidad Pública, por l@s pensionistas o contra los fondos buitres allí estará micrófono en ristre. Ha trabajado en todos los canales de TV privados de este país (e incluso en la CNN en Atlanta). Confiesa que en CTXT se siente como en casa. No sabemos si es por la pizza de los miércoles. Todavía estamos esperando que le den un premio de Periodismo por sus coberturas en CTXT sobre memoria histórica.
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