1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Política sexual radical

Ideas para una lucha LGTBIQ antifascista

Vox experimenta con un discurso homonacionalista que busca el voto gay. ¿Cómo lo confrontamos?

Nuria Alabao 4/10/2021

<p>Manifestación del Orgullo Crítico en Madrid (2017). </p>

Manifestación del Orgullo Crítico en Madrid (2017). 

Nicolas Vigier

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

La homofobia y las agresiones a personas LGTBI se han convertido en preocupación social. Aunque es cierto que la emergencia de los discursos de extrema derecha está relacionada con una legitimación de estas posiciones y quizás con su posible aumento, no está de más recordar que las agresiones en este país no son algo nuevo. En cualquier caso, cuando las imágenes de manifestaciones nazis en Chueca y las posiciones antiderechos u homonacionalistas de Vox asaltan los medios y las redes, las luchas LGTBIQ adquieren una nueva centralidad. 

En un artículo pasado explicábamos cómo Vox está intentando imitar a otras extremas derechas de Europa occidental copiando su discurso, que culpa a los migrantes o a los musulmanes de las agresiones –y de la inseguridad en general–. En otros países, este discurso nacionalista donde los homófobos serían “de otras culturas” se está demostrando útil para conseguir aceptación social para sus ideas racistas e incluso para obtener voto gay, aunque a Vox todavía le queda mucho que pulir para que resulte creíble como partido gay-friendly.

En realidad, el término homonacionalismo no nació para describir estrategias discursivas de las nuevas extremas derechas sino del liberalismo estadounidense. En Ensamblajes terroristas, Jasbir Puar, la teórica que acuñó el término, explicó cómo en los EE.UU. post 11 de septiembre el nuevo discurso racista y patriótico justificaba una guerra librada “por el bien de los homosexuales y las mujeres” en Afganistán o Irak. De esta manera, según ella, se produjo una convergencia en los intereses del nacionalismo y de un sector de los homosexuales. Algunas figuras públicas y un sector de la comunidad LGTBI apoyaron la guerra a cambio de políticas favorables a su causa. Si el nacionalismo estadounidense se afirmaba a partir de la idea de una nación excepcional –una más avanzada capaz de llevar la libertad a los pueblos subyugados por la barbarie y el atraso– reforzar esa idea quizás daría lugar a la consecución de nuevos avances. Según Puar, estos avances incluyeron a una parte de las personas LGTBIQ al Estado nación a través del matrimonio gay y el parentesco reproductivo.

Israel, paraíso gay

Puar insiste en esta idea, homonacionalismo no sería otra manera de llamar al racismo gay, sino un término que quiere explicar cómo se ha producido un cambio histórico “donde (algunos) cuerpos homosexuales se han designado como dignos de protección por parte de los Estados-nación” y otros no. Desde que se formuló se ha utilizado, por ejemplo, para describir las políticas de relaciones públicas gay-friendly del Estado de Israel. La inversión publicitaria y la celebración de un gran Orgullo en Tel Aviv enmarcan la ocupación de Palestina en una narrativa de avance civilizatorio que se mide por la tolerancia sexual. Israel como el único paraíso gay de Oriente Próximo frente a los “retrógados musulmanes” sirve de legitimación ideológica a los abusos cometidos sobre los palestinos. No es accidental tampoco que precisamente Vox sea el partido español que con más firmeza apoye al Estado de Israel y sus políticas de guerra precisamente como la avanzadilla de Occidente en la región y con una retórica que vincula el Islam a fundamentalismo y terrorismo. De hecho, muchas activistas LGTBIQ han criticado al Orgullo oficial en Madrid por su complicidad con esta política homonacionalista del Estado israelí

“Nuestros gays”

En muchos países de Europa occidental, lo gay (normativo) está tan aceptado que se ha incorporado a la identidad nacional. Tanto en Suecia como en España, las marchas del orgullo incluyen a dirigentes de todos los partidos, así como a funcionarios de alto rango –incluso al arzobispo en el caso de Suecia–. Para el partido de extrema derecha Demócratas Suecos, la aceptación de los homosexuales es precisamente un signo de superioridad nacional frente a otras culturas. Si este es el marco, Vox tiene que hacer esfuerzos por no parecer homófobo de forma frontal, mientras al mismo tiempo agita a la contra para tratar de quedarse con sus votantes y bases católicas y ultras. 

El nacionalismo sexual se puede y se debe confrontar. En el 2010, la teórica Judith Butler rechazó un premio del Orgullo berlinés porque algunos de sus organizadores estaban relacionados con discursos y organizaciones xenófobas. “Aunque podemos encontrar homofobia en muchos lugares, también en minorías religiosas y raciales, estaríamos cometiendo un error muy grave si intentáramos luchar contra la homofobia propagando imágenes estereotipadas y degradantes de otras minorías”, dijo. Aunque por ahora parece que estas convergencias entre reivindicaciones LGTBI y la ultraderecha no están sucediendo en España, tenemos que estar alerta. 

Una parte de los movimientos LGTBI –quizás no la que tiene más visibilidad– ya ha rechazado públicamente la vinculación que hace Vox entre migraciones y agresiones, algo que debería generalizarse. También es esencial tender puentes con los movimientos antirracistas y contra las fronteras, como sucede en los orgullos críticos o alternativos. Nunca hay que permitirles enfrentar unos grupos oprimidos contra otros porque eso implica dejar caer también a las personas LGTBIQ racializadas o inmigrantes.

Arriba las mamarrachas

Vox dice no ser homófobo, pero a sus miembros se les escapan cosas como que el Orgullo es una “caricatura denigrante” de las personas LGTBIQ “donde hay exhibiciones poco decorosas”, como dijo Rocío Monasterio. ¿Qué es poco decoroso del Orgullo? ¿La fiesta, la exhibición de cuerpos, los disfraces y los vestidos que desafían al binario de género? Las estrategias homonacionalistas también están relacionadas con el establecimiento de marcos normativos, que definen formas “correctas” o “aceptables de ser gay”. No cualquier homosexual sirve para inflar nuestro orgullo nacional. En el caso de Vox está claro: son gay-friendly siempre que los gays no se visibilicen demasiado y permanezcan en segundo plano con discreción, sin reivindicaciones ni confusiones. Algo que, a pesar de todo, puede conectar con un sector conservador de lo LGTBI que rechaza la politización de la identidad sexual –en un sentido transformador– y que piensa que el sector más radical, el queer, da mala imagen de los homosexuales.

Los gays “respetables” serán aceptables para algunas ultraderechas siempre que se adapten a un binario de género concebido de forma estática –hombres o mujeres según los roles–. Es decir, la homosexualidad se puede tolerar solo como una identidad estable, unitaria y bien definida; aquellos que pueden encajar en una idea de nación idealizada e unificada donde no caben ni las “locas” del Orgullo ni las personas queer o aquellas que desafían las casillas de sexo o género. Según Patrick Wielowiejski, todo lo que cuestiona, mezcla o hibrida las nociones de identidad, ya sea una política de fronteras abiertas o una persona queer que no se conforma a los roles de género, sigue siendo problemático a los ojos de la extrema derecha. Para este autor, “cuanto más se integra la homosexualidad en las narrativas conservadoras nacionales, más se construye un nuevo enemigo que incluye lo queer, el feminismo, las personas trans no binarias, las drag queens –y los kings–”. La política de la extrema derecha es una política de vigilancia de fronteras: las de la nación, la raza y el género. A Vox no le ha gustado la ley de autodeterminación de género, la buena noticia es que el movimiento LGTBIQ en nuestro país ha estado del lado de las personas trans y no las ha dejado caer a pesar de cierto clima reaccionario impulsado por una parte del PSOE y de la izquierda conservadora.

En este marco, romper la normatividad homosexual, la plumofobia y cualquier regla que diga cómo tenemos que ser o desear –y dar espacio a aquellos que cuestionan el binario de género– también parece una tarea política fundamental para un movimiento LBTBIQ antifascista. Como dijo, Stuart Hall, el futuro pertenece a los impuros.

La clase importa

A Vox le molesta la bandera gay porque está al servicio de los “lobbys”, argumenta. Es decir, de los colectivos LGTBIQ que luchan por derechos, aceptación social y contra la violencia. Saben que estas organizaciones están asociadas a los valores de izquierda, vínculo que tratan de quebrar para ganar votos. Pero también hay una parte del movimiento de las disidencias sexuales conformado por aquellos que piensan que sus luchas están vinculadas con un orden de género que hay que derrotar y que este es inextricable de un sistema de desigualdad, donde la heteronorma es otra línea que se entrecruza con las de capacidades, raza/origen migratorio, o género… Elementos que fragmentan las poblaciones para su mejor organización y explotación dentro del sistema productivo. Nuestra extrema derecha no oculta su apuesta por un sistema neoliberal desencarnado. 

El telón de fondo que sirve de base material de las posiciones homonacionalistas se ancla en la comercialización de los movimientos feminista y LGTBIQ. Esta base material supone una barrera a la hora de generar articulaciones políticas con aquellas personas LGBTI que no pertenecen a la clase media y a quienes no llegarán los beneficios de la mayoría de demandas del movimiento mainstream. Muchos de ellos además coinciden con esos homosexuales que nunca serán aceptados por la derecha porque no encajan en la imagen de “buen gay o buena lesbiana”. Por lo tanto, y aunque la comercialización de los movimientos LGTBIQ es ambivalente porque ha conducido también a cierta aceptación social por la vía del consumo, avanzar en reivindicaciones que pongan en el centro a las de más abajo es más importante que nunca. Las agresiones a mujeres trans –muchas de ellas trabajadoras sexuales– son cotidianas y nunca aparecen en los medios ni los partidos muestran su indignación públicamente. Simplemente no existen.

Contra la agenda securitaria

Ante declaraciones que no nos gustan, incluso manifestaciones que pasean su odio por las calles, el primer impulso a menudo es pedir la intervención del Estado. Pero los delitos de odio ya sabemos que hoy se están aplicando para proteger a Guardias civiles, e incluso a los propios nazis, y que se usan para ampliar penas de gente que protesta. La activista feminista Pamela Palenciano está enfrentando una inusitada querella por delito de odio contra los hombres. Es hora de hacer una evaluación de cómo está funcionando este nuevo instrumento legal. ¿Está sirviendo para proteger a las personas LGTBIQ o racializadas? ¿Más penas van a impedir que nos agredan? Dar más mecanismos legales a jueces y fiscales conservadores no parece estar saliéndonos muy bien. Quizás lo que necesitamos son más herramientas colectivas, más organización y cuidado mutuo antes que más policía.

Eso implica afirmar que la calle también es nuestra, reclamar un espacio público para todas donde no hay espacio para las exhibiciones de odio. Evidentemente, cómo responder a una manifestación nazi como la que recientemente tuvo lugar en Chueca implica una evaluación de contexto y de las propias fuerzas de los movimientos que operan sobre el terreno. Tampoco hay recetas.

Lo que está claro es que uno de los frentes de batalla más importantes ya está establecido en el homonacionalismo. La respuesta es que ninguna libertad, ningún derecho, puede ser conseguido o defendido a costa de otros. Las personas migrantes también sufren violencia neonazi –más aún las migrantes LGTBIQ– así como identificaciones por perfil racial, lo que implica acoso policial. Las violencias que sufrimos están entrelazadas. Por tanto, no puede haber una política sexual radical que no se oponga al racismo.

La homofobia y las agresiones a personas LGTBI se han convertido en preocupación social. Aunque es cierto que la emergencia de los discursos de extrema derecha está relacionada con una legitimación de estas posiciones y quizás con su posible aumento, no está de más recordar que las agresiones en este país no son...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Nuria Alabao

Es periodista y doctora en Antropología Social. Investigadora especializada en el tratamiento de las cuestiones de género en las nuevas extremas derechas.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí