vulnerabilidad
La crisis de la covid llevó a grupos nuevos a acudir por primera vez a la asistencia social
Según Cruz Roja, en 2021 recurrieron a sus servicios más personas jóvenes y familias con niños
ctxt 16/03/2022
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Cruz Roja asegura haber atendido a más de cinco millones de personas a través de su plan especial para la pandemia. En el estudio ‘El impacto de la COVID-19 en la población atendida por el Plan Cruz Roja RESPONDE’ se analizan las características sociodemográficas de quienes han solicitado su asistencia, la problemática que enfrentan y cómo ha ido variando a lo largo de estos dos años. Los datos pueden ayudar a conocer cómo ha afectado la crisis de la covid a la población vulnerable en España.
La ONG señala que el perfil de las personas atendidas ha variado entre 2020 y 2021. Ahora hay más jóvenes y familias con niños. En el primer año de pandemia, el 44,5% de quienes acudieron a ellos fueron mayores de 65, mientras que en 2021 este grupo representó el 34,9%. Por el contrario, los jóvenes de entre 18 y 30 años pasaron de representar el 5,6% de los atendidos en 2020 al 13,3% en 2021.
El personal de la organización explica que durante 2020 y especialmente en los meses de confinamiento estricto, las personas mayores requirieron ayuda para realizar todo tipo de tareas, algunas básicas, como la compra, y sufrieron las consecuencias de la soledad y el aislamiento, especialmente aquellas que ya vivían solas o tenían una red de apoyo débil. En 2021 aparecieron situaciones nuevas que llevaron a distintos grupos a recurrir a la asistencia de la ONG. Un 33,8% de los solicitantes acudieron a ellos por primera vez, cifra muy superior al 21,6% de 2020.
Entre quienes se vieron más afectados destacan aquellos jóvenes que desarrollaban actividades en la economía sumergida o estaban contratados de forma irregular, además de autónomos del sector de la hostelería y el comercio, que hicieron frente a una caída de los ingresos sumada en muchos casos a deudas, lo que les llevó a recurrir a una asistencia social que hasta entonces desconocían. Otro grupo especialmente afectado ha sido el de las personas que se dedican a la prostitución, muy impactadas por las medidas anticovid y el aumento de la vigilancia policial. Los técnicos advierten de que en muchos casos se trata de mujeres migrantes y madres solas.
Las familias con niños pequeños son uno de los grupos que más ha sufrido esta crisis, especialmente las monoparentales y aquellas de origen migrante en situación administrativa irregular o precaria. Las familias monoparentales destacan en los indicadores de pobreza, sobre todo las encabezadas por una mujer. El 40% de ellas ha requerido ayuda alimentaria por parte de la organización, cifra muy superior al 26,9% del total de atendidos.
El 23,4% de las personas encuestadas ha sido diagnosticada con covid, el 5,4% ha sido hospitalizada y el 7% arrastra secuelas. La incidencia entre los migrantes ha sido cinco puntos mayor que la media. Por otro lado, el 5,3% declara tener algún miembro de su hogar que ha visto empeorado su estado de salud por la dificultad de acceso al sistema sanitario, por la suspensión de un tratamiento durante la pandemia o por no poder costearlo. Un 16% asegura haber tenido depresión. Los problemas de salud mental se correlacionan con la pobreza.
La brecha digital ha representado un problema importante, muy unido al de la paralización de la atención presencial en las administraciones públicas, los retrasos y el aumento de la complejidad de los procesos. El 30% de los hogares con niños tuvo problemas para seguir las clases online por falta de equipos, de conexión o de competencia de los adultos responsables, por lo que la organización alerta de una “brecha educativa” creciente.
Aunque el acceso a la vivienda no es considerado un problema mayoritario entre las personas atendidas por Cruz Roja, un 11,8% de las mismas ha tenido que mudarse durante la pandemia y el motivo principal ha sido no poder hacer frente a los gastos. El personal ha detectado un auge de la “economía sumergida de la vivienda”, relacionada con los altos precios y las barreras de acceso, que incluye prácticas como el subarriendo de habitaciones, el arriendo de viviendas en un estado de habitabilidad deficitario y la ocupación de viviendas vacías sin suministro de agua ni electricidad. Además, aumentó el número de personas sin hogar, debido al cierre de albergues y pensiones. Muchas familias se han reagrupado en una misma vivienda por la bajada de los ingresos. Un 33% de los encuestados ha sufrido apuros para pagar la vivienda o los suministros básicos.
Con muchos servicios públicos en parte paralizados durante la pandemia y todavía ralentizados, Cruz Roja asegura que la familia ha quedado reforzada como centro de los cuidados, lo que no significa que no haya habido conflictos en ella. El 5% de las mujeres atendidas ha sufrido violencia de género y más de la mitad se ocupa en exclusiva del trabajo doméstico. Las amistades y las redes vecinales también crecieron en importancia. Por eso mismo, aquellos que carecían de ellas o eran débiles han sufrido especialmente.
Aunque en muchos casos existen perspectivas de recuperación de la situación anterior a la crisis, estas se ven ralentizadas por algunos factores, como la subida de los precios.
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