1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Biosfera

Tenemos un Problema

Hoy hemos dejado de comprender que somos parte de la naturaleza, y eso nos convierte en un peligro para la vida y para nosotros mismos

Joan Benach 23/04/2022

<p>Fotografía de la Tierra desde el Apolo 11 (1969).</p>

Fotografía de la Tierra desde el Apolo 11 (1969).

Archivo del Proyecto Apolo

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Es el 20 de julio de 1969. La misión espacial tripulada Apolo 11 aluniza en nuestro satélite y pocas horas más tarde Neil Armstrong da sus primeros pasos sobre la superficie lunar llenando de asombro y admiración al mundo. Con él emerge la profunda emoción de sentir una íntima unión con una Tierra que nos impele a amarla y protegerla. Es el hogar de todos los humanos que hemos conocido y, con gran probabilidad, conoceremos.1 Cuatro años antes, Aleksei Leónov, el astronauta ruso realizó el primer paseo espacial de la historia expresando que la Tierra es “nuestra casa, pequeña, azul y enternecedoramente solitaria”. Un punto perdido en la envolvente oscuridad cósmica.

La preparación del primer viaje a la Luna, su realización y seguimiento posterior fue un proceso largo, costoso, difícil2, pleno de logros, pero también de muchas dificultades. “Un pequeño paso para el ser humano, un gran salto para la humanidad” dijo Armstrong al pisar la Luna simbolizando la enorme proeza humana. Pero otra expresión, a menudo usada jocosamente cuando hacemos frente a una contrariedad, se ha hecho incluso más popular: “Houston, tenemos un problema”3. Hoy no es el Apolo sino la Tierra quien tiene un Problema con mayúsculas. Claro está, la humanidad enfrenta muchas dificultades: la creciente desigualdad social, el peligro de guerra nuclear, el avance hacia una sociedad autoritaria y plutocrática sometida a un férreo control tecnodigital global, el ascenso de los neofascismos, la emergencia de pandemias, un masivo control y vigilancia social, nuevas adicciones colectivas, los riesgos geopolíticos globales derivados del declive del imperio norteamericano y la emergencia de China, y tantos otros más. Ese globo azul suspendido en un espacio infinito y oscuro tiene hoy un problema aún mayor si cabe, el mayor reto al que nunca antes tuvimos que hacer frente. Un reto que llama con insistencia a nuestra puerta: la crisis socioecológica. No, no se trata sólo de limpiar nuestros ríos, plantar árboles, cuidar bosques, reciclar productos o incentivar el uso de energías renovables, iniciativas todas ellas imprescindibles y urgentes. Tampoco significa el crucial hecho de tener que enfrentarnos a una emergencia climática que está ya teniendo consecuencias calamitosas. Nuestro Problema es más complejo, es otra cosa.

La Tierra es nuestra casa. Nuestro planeta es el único mundo conocido en que con certeza sabemos que la materia del Cosmos se ha hecho viva y consciente, aunque no necesariamente tiene por qué ser el único que pueda estar habitado4. La primera ocasión en que la humanidad contempló “nuestra pequeñez” tuvo lugar en la vigilia de Navidad de 1968 durante la misión del Apolo 8 cuando una fotografía hizo estallar nuestra conciencia de especie.

Amanecer de la Tierra, fotografía tomada por el astronauta del Apolo 8, William Anders, el 24 de diciembre de 1968.

 

Ese día el poeta Archibald MacLeish escribió:

“Ver la Tierra, tal y como realmente es, pequeña y azul y bonita, en este silencio eterno en que flota, es vernos a nosotros mismos juntos como jinetes sobre la Tierra, hermanos en aquella brillante belleza en el frío eterno, hermanos que saben, ahora, que son hermanos de verdad.”5

En sus libros y programas de televisión, el astrónomo y gran divulgador científico Carl Sagan recordaba que somos el legado de 15.000 millones de años de evolución cósmica y que tenemos el placer de vivir en un planeta donde hemos evolucionado para poder respirar el aire, beber el agua y amar a la naturaleza que nos rodea. Nuestras células han sido forjadas en el corazón de las estrellas. “Somos polvo de estrellas”, decía. Hoy nos enfrentamos a una circunstancia absolutamente nueva, sin precedentes en la historia humana. Hemos creado una civilización en la que hemos hecho progresos sociales y logros tecnológicos formidables pero donde, voluntaria o involuntariamente, hemos alterado profundamente (y cada vez con más rapidez) el entorno global y la vida del planeta. Hoy hemos dejado de comprender que somos parte de la naturaleza, y eso nos convierte en un peligro para la vida y para nosotros mismos. El poeta chileno Nicanor Parra advirtió que hemos cometido el error de “creer que la Tierra era nuestra cuando la verdad de las cosas es que nosotros somos de la Tierra”, y que seguimos teniendo una manera de pensar antropocéntrica, científico-tecnológica y narcisista basada en la “ego-conciencia” en lugar de en una “eco-conciencia”.

Tendemos a ser ciegos, a atenuar lo que nos amenaza, a amortiguar lo nocivo o negativo, a no mirar lo que no nos gusta. A pesar de estar cada día frente a nuestros ojos, no vemos, no sentimos, no comprendemos; no queremos tomar plena consciencia de la atroz crisis socioambiental en la que estamos inmersos. Nos cuesta creer las incesantes y aterradoras advertencias que los científicos nos lanzan continuamente. Vale decir que hay muchas razones para desoír las voces, y hay muchas personas, grupos sociales e instituciones que hacen todo lo posible para impedir que oigamos. No basta con disfrutar de los bienes, recursos y bienestar que nos da la naturaleza, debemos también comprenderla y entendernos. Esa consciencia debe provenir de una mirada limpia, humana, a la vez científica, ético-política y espiritual. No basta con disfrutar de la luz eléctrica, decía el fraile dominico brasileño Frei Betto, hay que entender cómo y por qué se produce: “Solo quien tiene formación de electricista sabe mirar eso con otros ojos, porque comprende cómo llega la luz a la sala… eso es la conciencia política: ver los hilos, saber lo que pasa por detrás”. Lo primero es saber. En un conocido ensayo, el filósofo ilustrado Immanuel Kant recordaba una vieja consigna acuñada por Horacio (siglo I a.c.). Sapere Aude, decía: “Quien ha comenzado, ya ha hecho la mitad: atrévete a saber, empieza”.

 —

Durante mucho tiempo, el planeta nos pareció inmenso, el único mundo explorable. Durante un millón de años la humanidad creyó que éramos el centro del mundo, que aparte de la Tierra no había ningún otro lugar. Hoy la Tierra se ha hecho muy pequeña. En la última parte de la vida de nuestra especie sobre el planeta, nos hemos dado cuenta de que vivimos en un mundo diminuto y frágil perdido en la inmensidad y en la eternidad que está a la deriva en un gran océano cósmico.

El 14 de febrero de 1990, la sonda espacial Voyager 1 fotografió la Tierra desde 6.000 millones de kilómetros de distancia.6 Un punto de luz casi imperceptible.

La Tierra a una distancia de 6000 millones de kilómetros de la Tierra por la Voyager 1 en 1990.

Carl Sagan explicaba con emoción sus sensaciones:

“Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él, todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que alguna vez escuchaste, cada ser humano que ha existido, vivió su vida. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, niño esperanzado, inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol. La Tierra es un escenario muy pequeño en la vasta arena cósmica… Nuestras posturas, nuestra importancia imaginaria, la ilusión de que ocupamos una posición privilegiada en el Universo... es desafiada por este punto de luz pálida.”

Los seres humanos vivimos en un medio que modelamos y que a la vez nos modela a nosotros. Habitamos un mundo natural creado durante miles de millones de años por los procesos de la física, la química y la biología. Somos una más de las especies.7

Somos capaces de construir cómodas casas para cuidar a nuestros ancianos y también inmensas autopistas de 26 carriles. Inventamos libros o la red global Internet, y también construimos mortíferas armas nucleares, podemos explorar los polos y visitar la Luna o Marte, crear belleza musical y desarrollar elegantes y potentes teorías científicas y tecnologías de gran eficacia. Rehacemos la naturaleza a nuestra medida... Somos una especie capaz de casi todo, pero no somos una especie más.8

Vivimos en dos mundos en constante interacción: la ecosfera o biosfera natural, la fina piel global compuesta por el aire, el agua, la tierra y las plantas y animales que viven en ella, y la tecnosfera creada por el ser humano, con todos los artilugios y productos que hemos sido capaces de inventar. Dos mundos que están en guerra, como nos recordaba el gran biólogo y ecologista Barry Commoner en Making peace with the planet.

La capacidad humana actual de tener el poder suficiente como para intervenir de forma determinante sobre la naturaleza tiene su origen en la revolución industrial capitalista que se inicia a finales del siglo XVIII. En el último siglo hemos asistido a la expansión de un capitalismo fosilista imparable, y en las cinco últimas décadas al triunfo económico e ideológico de un capitalismo neoliberal y cognitivo, capaz de crear crecimientos exponenciales y tecnologías maravillosas, pero también de destruir lazos sociales y de solidaridad muy profundos, difundiendo el consumo masivo y el entretenimiento vacío como forma de vida y “realización” personal. El triunfo del capitalismo neoliberal ha sido amplio, muy profundo, a todos los niveles, en todas partes.

Hoy el sistema capitalista no parece capaz de crear “Estados de bienestar” para toda la humanidad, ni siquiera, como recordaba el añorado urbanista y ecologista Ramón Fernández Durán, “simulacros de bienestar”. El capitalismo destruye, construye, y consume una materialidad que lo abarca todo. La mercantilización se extiende desde el microcosmos al macrocosmos a todos los ámbitos y cosas: la sanidad, la educación, la naturaleza, el conocimiento, la cultura, el arte, el deporte, el cuerpo… El cuerpo se analiza, fragmenta, comercializa y finalmente se vende como una mercancía más. Se patentan genes, bacterias, semillas, tejidos y animales modificados genéticamente, se trafica y compran órganos, se alquilan úteros, familiares y hasta novias/os, y se venden parcelas en la Luna o en los planetas.9 10 Y es también un modo de vida inmaterial. El capitalismo emocional es la causa última de una patogénesis generalizada que entra en nuestros cuerpos y mentes. Penetra en nuestros cerebros, insertándonos ideas, relatos y ficciones que cambian nuestras mentes y transforman las relaciones humanas. Las empresas farmacéuticas, vivas rastreadoras de todo beneficio que se precie, identifican todo tipo de malestares, adicciones, neurosis, trastornos, preocupaciones, dolores, humillaciones y miedos causados por el propio capitalismo, para crear todo tipo de síndromes y enfermedades y vender sus productos. Sin embargo, para una gran parte de la humanidad, disponer de fundamentos vitales tan básicos como comer alimentos, beber agua o respirar aire en condiciones higiénicas y saludables es aún un sueño inalcanzable.

Tenemos los medios y recursos para reeducar nuestra mente, para ver nuestro Problema, pero necesitamos de la decisión y el valor, personal y colectivo, para hacerlo. No podemos resignarnos a no pensar y sentir al mismo tiempo. Debemos usar esa palabra tomada por el sociólogo colombiano Orlando Gals Borda de los pescadores de San Benito Abad en el municipio colombiano de Sucre: el “sentipensar”.

La innovación básica de la revolución científica del siglo XVI y XVII fue hacer preguntas y descubrir nuestra ignorancia, darnos cuenta de que no teníamos todas las respuestas. Aprender que con esfuerzo, tiempo, y recursos podíamos investigar y conocer más cosas, ganando en poder para cambiar la tecnología, la cultura, la economía y el medio natural. La ciencia, el conocimiento y la solución de problemas se inician y nutren continuamente a partir de hacernos preguntas. Albert Einstein apuntaba que la formulación de un problema es más importante que su solución; el escritor Marc Twain señalaba que el problema no es lo que no sabemos sino lo que creemos que es cierto y no lo es; el artista y escritor John Berger nos instaba a vivir con los ojos abiertos sin dejarnos derrotar por el nihilismo, el odio y la desesperación. ¿Seremos capaces de mirar (y cambiar) nuestro Problema?



Notas

1. Esa emoción se conoce como “efecto general” (overview effect). Al ver el planeta bañado en la oscuridad del espacio, las fronteras se borran y todos somos ciudadanos de la Tierra. Ron Garan, un ex astronauta de la NASA que pasó dos semanas trabajando en la construcción de la Estación Espacial Internacional dijo: "Para mí fue una epifanía en cámara lenta…. un profundo sentido de empatía y comunidad, la voluntad de renunciar a tener una recompensa inmediata y tener una perspectiva de progreso multigeneracional… es el hogar de todos los que alguna vez vivieron y de todos los que serán." Ver: Ian Sample. Scientists attempt to recreate 'Overview effect' from Earth. The Guardian. 26 diciembre 2019.

2. El coste económico fue de unos 288.000 millones de dólares de 2019, gastados durante poco más de una década. En 1965 el programa llegó a su cenit, con una inversión equivalente al 2% del PIB de EE.UU. de entonces. Antonio Turiel. Cincuenta años del primer hombre en la Luna. 26 julio 2019.

3. La frase no es exacta ni se dijo durante el primer viaje sino un año más tarde, en el Apolo 13 pero así ha quedado registrada en el imaginario popular. "Houston, we have a problem" es una popular pero errónea cita de una frase del Jack Swigert durante el accidentado viaje del Apolo 13, justo después de observar una luz de advertencia acompañada de un estallido,1​ a las 21:08 CST del 13 de abril de 1970. La frase de Swigert fue: “Bien, Houston, hemos tenido un problema aquí ("Ok, Houston, we've had a problem here"). A la que siguió la de su compañero Jim Lovell al decir “Ah, Houston, hemos tenido un problema. ("Uh, Houston, we've had a problem").

4. Carl Sagan, uno de los mejores divulgadores de la ciencia y el Cosmos lo dijo con estas palabras: “Hay cien mil millones de galaxias y mil millones de billones de estrellas. ¿Por qué debería ser este modesto planeta el único habitado? Personalmente, creo que es muy posible que el Cosmos rebose de vida e inteligencia. Pero “Hasta ahora, todo ser vivo, todo ser consciente, toda civilización que hayamos conocido vivió allí, en la Tierra. Bajo esas nubes se desarrolla el drama de la especie humana… Las fronteras nacionales no se distinguen cuando miramos la Tierra desde el espacio. Los chauvinismos étnicos o religiosos o nacionales son algo difíciles de mantener cuando vemos nuestro planeta como un creciente azul y frágil que se desvanece hasta convertirse en un punto de luz sobre el bastión y la ciudadela de las estrellas.” Ver: Cap 1 de la serie de 13 documentales Cosmos, basada en el libro Sagan C. Cosmos. Barcelona: Planeta, 1980.

5. Gore A. Una veritat incòmode. Barcelona: Gedisa, Edicions 62, 2006:12.

6. La Voyager 1 es una sonda espacial robótica de 722 kilogramos lanzada el 5 de septiembre de 1977 que es el objeto humano más alejado de la Tierra. Su misión es localizar y estudiar los límites del sistema solar y explorar el espacio interestelar inmediato. En junio de 2021 estaba a 22.909.417.919 km del Sol y le quedan unos 17.702 años para salir de la nube de Oort, donde entrará en el siglo XXIV.

7. Ward B, Dubos R. Only one Earth. New York: Ballantine Books, 1972:XIX.

8. Si bien el ser humano es una especie humana más, no es una más de las especies. “La especie [humana] ha desarrollado en su evolución, para bien y para mal, una plasticidad difícilmente agotable de sus potencialidades y sus necesidades. Hemos de reconocer que nuestras capacidades y necesidades naturales son capaces de expansionarse hasta la autodestrucción. Hemos de ver que somos biológicamente la especie de la Hybris, del pecado original, de la soberbia, la especie exagerada.” Ver: Sacristán M. Pacifismo, ecologismo y política alternativa. Barcelona: Icaria, 1987:10.

9. El empresario norteamericano Dennis Hope registró en 1980 la Luna a su nombre. Hope aprovechó un vacío legal, ya que si bien existe un tratado internacional que indica que ningún país puede reclamar la propiedad de la Luna u otro planeta, este no dice nada sobre personas o empresas privadas. El satélite fue dividido iniciándose la venta de parcelas mediante la Lunar Embassy. Mediante su empresa Lunar Embassy Hope vende pedazos de terreno lunar y lo mismo podría pasar con Marte, Mercurio y Plutón.

10. Ver por ejemplo, I. Wallerstein. El capitalismo histórico. Madrid, Siglo XXI, 2012 (2 ed), p. 90 [ed. original 1988]; Y. Varoufakis. Economía sin corbata. Barcelona, Destino, 2013, p. 34 (ed. orig. 2015).

Es el 20 de julio de 1969. La misión espacial tripulada Apolo 11 aluniza en nuestro satélite y pocas horas más tarde Neil Armstrong da sus primeros pasos sobre la superficie lunar llenando de asombro y admiración al mundo. Con él emerge la profunda emoción de sentir una íntima unión con una Tierra que nos impele...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Joan Benach

es profesor, investigador y salubrista (Grup Recerca Desigualtats en Salut, Greds-Emconet, UPF, JHU-UPF Public Policy Center UPF-BSM, Ecological Humanities Research Group GHECO, UAM).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Fernando

    Gracias por este artículo tan vital, a pesar del "problema". Volver a casa desde el espacio es volver a La Tierra, sin límites ni fronteras. Recordar la mirada y la humildad, entre otros de Sagan y Berger, es una buena manera de salir del nihilismo al que conduce la hipocresía de quienes nos venden el discurso cerrado de la propaganda bélica.

    Hace 1 año 10 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí