1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

ANGELIKA MALDONADO / PRESIDENTA DEL COMITÉ DE EMPRESA DEL SINDICATO DE TRABAJADORES DE AMAZON

“Amazon infunde miedo a los trabajadores. Veo a diario lo que sufrimos. Nos tratan como a robots”

Eric Blanc 13/04/2022

<p>Angelika Maldonado, a la izquierda, posa junto a Brima Sylla, líder sindical de Amazon Labor Union.</p>

Angelika Maldonado, a la izquierda, posa junto a Brima Sylla, líder sindical de Amazon Labor Union.

E.B.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Tras décadas de declive sindical, los trabajadores de Amazon en Staten Island han logrado la conquista laboral más importante en Estados Unidos desde el resurgir del sindicalismo en la década de 1930. Enfrentarse a Amazon y ganar es una historia de David contra Goliat, independientemente de quién dirija la iniciativa, pero es especialmente sorprendente que la exitosa campaña de sindicalización en el almacén JFK8 la emprendiera el Sindicato de Trabajadores de Amazon (ALU, por sus siglas en inglés), una iniciativa novedosa, independiente y encabezada por los propios trabajadores.

Entre los líderes de ALU hay tanto antiguos empleados, como por ejemplo Christian Smalls, que fue despedido del almacén JFK8 en 2020 después de organizar una huelga, como un pequeño grupo de líderes obreros dentro del almacén. Mientras gran parte de la atención de los medios de comunicación nacionales se ha centrado, comprensiblemente, en Smalls, todavía queda mucho por saber de esta extraordinaria historia, de cómo los trabajadores del interior del edificio han alcanzado esta impresionante y sorprendente victoria.

Pocas personas pueden contar esta historia mejor que Angelika Maldonado, de veintisiete años y presidenta del Comité de Empresa de ALU. Maldonado, una de las principales responsables de la histórica victoria, trabaja como empaquetadora del turno de noche en el departamento de envío de productos del JFK8. Tras la votación, se sentó con Eric Blanc, de Jacobin, para hablar de cómo lograron lo que parecía imposible y de las lecciones sobre organización sindical que, gracias a sus esfuerzos, pueden extraer los trabajadores de todo el país.

En primer lugar, ¿cómo estás?

Cuando me enteré de que habíamos ganado, me quedé sin palabras; tengo la sensación de que todavía estoy soñando. Incluso ahora mismo, al hablar de ello, me emociono pensando en lo que hemos conseguido.

¿Puedes hablar un poco de cómo te involucraste en la iniciativa para sindicalizar Amazon?

Empecé a trabajar en el JFK8 en 2018, pero hasta el pasado mes de octubre no me involucré en su sindicalización. Un día, saliendo del trabajo –después de mi turno de doce horas y treinta minutos– uno de los organizadores sindicales se me acercó y me explicó lo que estaba pasando. Sinceramente, me apunté de inmediato. Nunca había formado parte de un sindicato, pero mi madre pertenece al 1199SEIU desde que tengo uso de razón. Así que cuando oí que en Amazon se podía crear un sindicato, sabía por experiencia lo mucho que eso beneficiaría a todas las familias y a toda la gente que trabajaba allí. A partir de ese momento, lo he dado todo.

¿Hubo alguna injusticia concreta en el trabajo que te motivara a involucrarte?

Lo más importante para mí es la seguridad laboral. Aquí, el movimiento de personal es muy grande: te pueden despedir por múltiples razones. Cualquiera puede conseguir un aumento de sueldo, pero ¿de qué sirve si no puedes conservar el trabajo?

Un objetivo futuro es la asistencia sanitaria. Yo, por ejemplo, dedico 54 dólares a la semana de mi sueldo a mi asistencia sanitaria y la de mi hijo. No quiero ni imaginar lo que pagan otras familias monoparentales que tienen más hijos que yo, porque hay que pagar por cada persona a cargo. Hasta los veintiséis años no he tenido que pagar mi asistencia sanitaria porque mi madre está en el 1199SEIU. En el futuro me encantaría que todo el mundo en el edificio tuviera asistencia sanitaria gratuita.

¿A qué principales divisiones dentro de la plantilla tuviste que enfrentarte?

En el JFK8 trabajan personas de todo tipo; hay gran variedad de edades, razas y lugares de residencia, la gente viene de todas partes. Pero uno de los motivos principales de división era la edad. Hay que tener en cuenta que la edad media de un organizador sindical de la UAL es de unos veintiséis años y muchos trabajadores más mayores tendían a ser más escépticos respecto al sindicato.

El mundo de Amazon es muy intenso e intimidante, así que cuando muchos de los trabajadores más veteranos vieron por primera vez a un grupo de jóvenes intentando organizar algo tan grande, a algunos les costó entender que realmente sabíamos lo que queríamos y que sabíamos cómo conseguirlo. Por eso tuvimos que aprender nosotros mismos –y luego instruir a nuestros compañeros– sobre el modo exacto de hacerlo. Explicamos lo que podemos hacer como unidad, todos juntos.

Y superamos la brecha de edad sobre todo siendo cercanos y afables; sinceramente, así es como ganamos estas elecciones. Les preguntaba a los compañeros de trabajo: “¿Y si sus nietos tienen que trabajar aquí? ¿Y si son sus hijos los que tienen que trabajar aquí? Sí, puede que seas mayor que yo, pero yo también soy madre y queremos las mismas cosas, ¿no?”. Cuando se enteraron de que yo también era madre y de que estaba sacrificando todo mi tiempo libre para ayudar a crear un sindicato, muchos de ellos vieron de verdad lo serio que era esto.

¿Las diferencias de origen y nacionalidad también afectaron?

Sí, eso también: teníamos que llegar a los diversos orígenes étnicos del JFK8. Por ejemplo, muchos de nuestros compañeros proceden de diversos países africanos. Durante la campaña tuve una idea que acabó resultando genial: mi vecina también es africana y se dedica a hacer caterings, así que me dije: “Con la de comida que hemos repartido, ¿por qué no repartimos comida enfocada en la cultura de los trabajadores de Amazon?”. Así que un día le pedí a mi vecina que nos preparara un arroz frito africano, y eso atrajo la atención de un montón de trabajadores africanos hacia nosotros y, gracias a eso, ganamos un par de nuevos organizadores sindicales.

Yo diría que contar con organizadores sindicales de la misma etnia también fue crucial. Yo misma soy hispana –medio hispana– pero no hablo español, así que era más fácil que uno de nuestros organizadores sindicales hispanohablantes hablara con los trabajadores hispanos que tenían preguntas.

Lo que hicimos fue permitir que cualquier persona en el edificio que quisiera dedicarse a la organización sindical lo hiciera. Y eso realmente nos benefició, porque los miembros del comité de la UAL que tenemos ahora son un grupo diverso. Somos un grupo pequeño comparado con la cantidad de gente que tenemos en el edificio, pero somos plurales.

¿Cómo superaste la intimidación de la dirección?

Amazon realmente infunde miedo a los trabajadores. No sólo había carteles antisindicalistas por todas partes, sino que Amazon contrató a un montón de antisindicalistas que se paseaban constantemente por el edificio hablando con los trabajadores. Era intimidante. Los antisindicalistas básicamente mentían y les decían a nuestros compañeros de trabajo que éramos trabajadores externos. Pero en realidad éramos trabajadores como ellos. No veníamos de otro lugar para organizar el JFK8; literalmente trabajamos allí, somos un sindicato dirigido por los trabajadores.

Amazon realmente infunde miedo a los trabajadores

Mucho de lo que hicimos era arriesgado, pero sabíamos que al final daría frutos. Hicimos cosas como ir a las reuniones que ofrecían los antisindicalistas a un público cautivo incluso cuando no nos invitaban. Hablábamos en nombre de todos y contábamos la realidad. Rebatíamos lo que decían los antisindicalistas, explicándole a todo el mundo que iban diciendo mentiras. Por supuesto, nos pidieron que nos fuéramos porque no estábamos invitados: lo que hacen los antisindicalistas es sacar al azar a los empleados de sus puestos de trabajo para que vayan a esas reuniones. Pero en aquella ocasión entramos todos en grupo y exigimos contar nuestra versión.

El director general nos dijo que si no nos íbamos, seríamos amonestados por “insubordinación”. Pero nos mantuvimos firmes: nos quedamos y contamos la verdad a nuestros compañeros. Teníamos que arriesgarnos. En ese momento, todos teníamos un poco de miedo, pero teníamos que correr ese riesgo porque nuestros compañeros tenían que ver que podíamos plantarles cara. Aunque al final nos echaron, esa acción les demostró que hay ciertos derechos y ciertas leyes que nos protegen y que no debemos tener miedo de Amazon.

¿Puedes hablar más sobre los pasos específicos que disteis para movilizar a vuestros compañeros de trabajo?

En el equipo organizador éramos pocos, así que cualquier aportación era importante. Por mi parte, intentaba estar en el edificio todo lo que podía, todos los días que podía. Venía en mis días libres, pasaba menos tiempo con mi hijo... Requirió mucha dedicación, mucho sacrificio, mucho riesgo.

No podía hablar del sindicato durante las horas de trabajo, pero sí en mis descansos de la comida

No podía hablar del sindicato durante las horas de trabajo, pero sí en mis descansos de comida y en los de quince minutos. E incluso si no tenía tiempo para hablar con mis compañeros de trabajo en mi turno, siempre me aseguraba de conseguir sus números de teléfono y hablar con ellos en mis días libres. También les pedía que hablaran del sindicato a los miembros de su familia que trabajaban allí, así como a sus amigos. Le decía a todo el mundo: “Si tenéis alguna pregunta, podéis llamarme cuando queráis, y si alguien más tiene alguna duda, pasadle mi número”. Y si no sabía la respuesta a una pregunta concreta, les daba el número del presidente de la UAL [Chris Smalls] para que le preguntaran directamente.

¿Cómo os asegurabais de hablar con el mayor número posible de trabajadores y cómo mediáis el apoyo para ver si teníais mayoría?

Personalmente, tengo muy buena memoria, así que mi objetivo era que si no había visto una cara antes, siempre me acercaría a esa persona y mantendría una conversación. Era importante tener un grupo de organizadores unido y mantener el contacto con todos los trabajadores que estaban a favor del sindicato. Pero otro de nuestros objetivos clave era hablar siempre con gente nueva cada día.

Ese era el objetivo: hablar con gente nueva cada día, hacer que se pusieran en contacto

Y después de hablar con ellos, les pedíamos que hicieran cosas como unirse al chat de Telegram o que nos dieran su número de teléfono o que vinieran a una reunión o que rellenaran una encuesta. Ese era el objetivo: hablar con gente nueva cada día, hacer que se pusieran en contacto.

¿Cómo eran esas conversaciones?

Les preguntaba cosas como: “¿Has oído hablar de la UAL?”. Y si necesitaban alguna respuesta o información, hacía lo posible por responder, y les decía: “Somos un sindicato dirigido por los trabajadores. Si en algún momento quieres convertirte en organizador sindical, puedes hacerlo”. Algunos querían, otros no. Pero al final, el objetivo inmediato era algo más sencillo, como que entraran en el gran chat de Telegram con todos los simpatizantes del sindicato o que llevaran una camiseta de la UAL. Cosas así demostraban que había muchas personas en el edificio que querían tener un sindicato, no solo los mismos cinco trabajadores que veían en la mesa de la sala de descanso.

Utilizábamos el gran chat de Telegram para informar de novedades o para avisar a la gente si ocurría algo en el edificio en otro turno. El turno de día y el de noche son a veces como dos mundos diferentes, así que era útil tener una forma de comunicarse con todo el mundo. Pero, para ser sinceros, el chat no nos preocupaba tanto; lo principal era interactuar cara a cara. Creo que eso fue lo que realmente impulsó al sindicato.

El turno de día y el de noche son dos mundos diferentes, fue útil tener una forma de comunicarse con todo el mundo

Esas conversaciones en persona fueron muy importantes porque Amazon le dijo a mucha gente que éramos trabajadores externos. Y al final, eso les perjudicó. Al principio los trabajadores se acercaban a nosotros y decían: “¿Cómo podéis estar en el edificio? Ni siquiera trabajáis aquí”. Entonces les mostrábamos nuestra identificación y les decíamos: “Sí trabajamos aquí, todos los que están en el sindicato ahora mismo trabajan aquí”. Y en ese momento sentían curiosidad. Y al final de nuestras conversaciones, a menudo se sentían engañados por Amazon porque se daban cuenta de que les habían mentido.

Las conversaciones cara a cara eran la forma de conectar. Le decía a la gente que era madre soltera, que trabajaba en turnos de doce horas y treinta minutos, y que estaba allí en mi día libre, ¿sabes? También era vulnerable: explicaba lo que me sacrificaba, lo que todos nos sacrificábamos al estar ahí para asegurarnos de que todo el mundo en el edificio tuviera mejores condiciones de trabajo.

Cuando faltaban unas dos semanas para las elecciones, gracias a esas conversaciones, estaba segura de que íbamos a ganar. Lo sabía por la gente con la que hablaba, por el creciente apoyo que veía y porque los otros organizadores sindicales hablaban con su gente y su gente hablaba con la gente y mi gente hablaba con la gente. Todo el mundo hablaba con todo el mundo.

Al final de nuestras conversaciones se sentían engañados por Amazon, se daban cuenta de que les habían mentido

Además de las conversaciones, ¿hiciste alguna otra cosa para que tus compañeros de trabajo sintieran que no estaban solos? ¿Y cómo hizo un seguimiento del nivel de apoyo?

Hacia finales del año pasado, la UAL empezó a repartir camisetas del sindicato. Así que cuando algunos empezaron a llevar las camisetas en el edificio, fue realmente cuando mucha gente empezó a ver el apoyo que había. Después de eso, tuvimos que conseguir más y más camisetas nuevas para todo el mundo. Y a medida que se acercaban las elecciones, intensificamos nuestro juego: lo último que hicimos en la campaña fue conseguir cintas para llevar la identificación, unas tres o cuatro mil. Repartimos un montón de cintas durante los cambios de turno, para que la gente viera el apoyo que había.

Durante todo ese tiempo íbamos consiguiendo los números de teléfono de nuestros compañeros de trabajo y los recopilábamos en una gran lista para saber cómo iba el apoyo y, de este modo, hacer un seguimiento en los bancos de datos telefónicos regulares que teníamos en la oficina del sindicato en Manhattan. Y como organizadores sindicales, nos coordinamos; por ejemplo, cumplíamos unos horarios para saber quién de nosotros estaría en el edificio o revisando el chat en diferentes momentos.

Y cuando digo dedicación, quiero decir dedicación: los que estábamos en el comité, estábamos en el edificio siete días a la semana, veinticuatro horas al día. Incluso en nuestros días libres estábamos en el edificio; después de recoger a mi hijo del colegio y cuando era mi día libre, siempre me dirigía directamente al edificio.

Los del comité estábamos en el edificio siete días a la semana. Incluso en nuestros días libres.

Como no podíamos hablar del sindicato en horario de empresa, la mesa de la sala de descanso era especialmente importante. Entablé relaciones con compañeros de trabajo que nunca habría conocido si no hubiera estado allí. Cuando estaban en su descanso para comer o en un rápido descanso para merendar, hablaba con ellos todo el tiempo que tenían. Y una vez que conocían a uno de nosotros, nos conocían a todos porque, como organizadores, siempre intentábamos establecer relaciones con todo el mundo. Eso es lo que entendemos por ser afable.

¿Y la dirección no trató de echaros?

No, porque estábamos protegidos por la ley. Conocíamos nuestros derechos y estábamos en contacto con un buen abogado laboralista. Los que éramos trabajadores podíamos estar en el edificio realizando labores sindicales. Estábamos protegidos por la ley siempre que no lo hiciéramos en horario de trabajo.

Conocíamos nuestros derechos y estábamos en contacto con un buen abogado laboralista

A veces intentaban hacernos retroceder un poco; por ejemplo, una vez intentaron que quitásemos nuestra mesa de la sala de descanso diciendo que infringía las normas de la covid. Pero justo el día anterior habían puesto su propia mesa en la sala de descanso, así que no nos echamos atrás. Aunque la verdad es que no intentaron nada demasiado descabellado porque a esas alturas ya se habían dado cuenta de que sabíamos mucho sobre las leyes que nos protegían.

Antes de convertirme en organizadora sindical de ALU no tenía ninguna experiencia sindical o de organización, así que cuando me involucré me sentaba a escuchar a los organizadores que llevaban más tiempo que yo en esto. Y retenía la información, porque sabía que sería vital para los trabajadores que vinieran a preguntarme.

Así que con esa reunión con público cautivo en la que intervenimos, pedí consejo porque no sabía qué hacer, no conocía mis derechos. Fue entonces cuando llamé al presidente de nuestro sindicato, que me dijo que, en virtud de un determinado apartado de la ley, estamos protegidos. Y después, cuando uno de mis compañeros me dijo: “He oído que os han echado de una reunión con público cautivo. ¿Os van a despedir?”. Les expliqué que no, que no nos iban a despedir porque estábamos protegidos.

Felicidades de nuevo por la increíble victoria, ¿te importaría acabar con alguna reflexión final sobre lo que habeis logrado?

Aunque soy nueva en la organización sindical, mi objetivo era sindicalizar el JFK8 y el almacén de Staten Island. Veo cada día lo que sufrimos todos los que trabajamos en Amazon. Es agotador y nos tratan como a robots. Tengo amigos con los que fui al colegio que también trabajan aquí y muchas de sus familias –que son básicamente como mi familia– también trabajan aquí. Solo si trabajas dentro del edificio sabes lo que es trabajar en Amazon. 

Y ahora también he visto por lo que han pasado todos los organizadores sindicales con los que he trabajado. Hemos tenido que lidiar con muchas cosas para contribuir a lograr un cambio. Para nosotros, los organizadores sindicales, esto ha significado falta de sueño, ha supuesto no estar en casa. Y además lo hemos hecho trabajando todo el tiempo en Amazon.

Así que el hecho de que hayamos ganado hoy es increíble, me siento como si estuviera en una dimensión desconocida. Estoy muy orgullosa y agradecida a todos los trabajadores que han votado a favor y a todos y cada uno de los organizadores sindicales que han aportado su trabajo. Poder celebrar nuestra victoria hoy es básicamente lo mejor del mundo. Hemos hecho historia, ¿verdad?

-----------------

Esta entrevista se publicó originalmente en Jacobin.

Traducción: Paloma Farré

Tras décadas de declive sindical, los trabajadores de Amazon en Staten Island han logrado la conquista laboral más importante en Estados Unidos desde el resurgir del sindicalismo en la década de 1930. Enfrentarse a Amazon y ganar es una historia de David contra Goliat, independientemente de quién dirija la...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Eric Blanc

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí