VITA NUOVA
Andalucía. Un análisis bajo el volcán
Ha ganado un PP tranquilo, alejado del PP ‘Sturm und Drang’ de Madrid/el volcán. Un PP cuyo líder, cuando el volcán de la corrupción vuelva a estar a punto, podrá ser el sacerdote que sacrifique el subidón al PP de Madrid
Guillem Martínez 22/06/2022
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1- El sufragio universal jamás se hubiera producido si no hubiera existido su contrapartida. No es la abstención. Es la posibilidad de que amplios grupos de personas voten en contra de sus propios intereses, de forma dramática, inapelable y lúdico-festiva.
2- El bienestar en España fue llevado a cabo por las autonomías. Lo que es una parte fundamental del milagro español: carreteras, hospitales, escuelas, centros de día con la bandera autonómica, aún inocente, en algún punto. En algún punto posterior a 2008, la función de las autonomías cambió radicalmente. Ya no era repartir el bienestar sino repartir, zas, la austeridad. Se dice rápido.
3- La pregunta es, dos puntos, ¿en qué consiste una campaña electoral en la que, básicamente, se vota quién seguirá implementando la austeridad? Evidentemente, no consiste en explicitar eso. O no votaría ni el gato. Consiste en un periodo mucho más largo que una campaña, una o varias legislaturas en las que se vertebran una serie de dinámicas sentimentales, comunicativas, que posibilitan que, como en Andalucía, simplemente no vote el 42% del electorado. Lo que es un éxito. En Francia, este finde, ha votado un porcentaje incluso inferior. En lo que, a su vez, solo es otro éxito.
4- Las autonomías, repartiendo estados de ánimo, pero no repartiendo bienestar, suponen una crisis estructural. En España, como se descubrió en el siglo XIX, la democracia es descentralización. Sin una descentralización capaz y con presupuestos funcionales, esa descentralización –esa democracia, por tanto– es un chiste. La crisis estructural de la democracia española es más perceptible en el tramo autonómico por eso mismo. También es perceptible a través del realismo mágico que gastan los partidos que suelen gobernar las autonomías. El independentismozzzz madrileño y/o catalán son la metáfora, un indicativo de que los sentimientos son el pegamento que une a la sociedad con sus instituciones más próximas. Imagínate con las otras.
5- Bueno. Elecciones andaluzas. Al turrón.
6- El PP ha ganado las elecciones andaluzas. Por K.O. Esto es, el PP ha ganado en una de las regiones europeas más pobres. Lo que nos lleva al punto 1, siempre fascinante, de este articulete.
El PP no posee un mapa de la época, ni una gran inteligencia colectiva. Cuando el PP se mete en problemas, sale de ellos por el Deep State, su hermano mayor
7- El PP, aunque no lo sepa, es la mayor estructura federal que existe en el Estado. Consiste en aunar diferentes comunidades de intereses, en ocasiones muy contradictorias, que precisan las instituciones para extraer un beneficio, al que no se accedería tan fácilmente por otra vía. No es muy edificante, pero es lo que se apunta en la sentencia de la Gürtel. Periódicamente, esas comunidades de intereses deben sacrificar al PP de Madrid, para que un volcán no estalle y acabe con todo. El PP no posee un mapa de la época, ni una gran inteligencia colectiva. De hecho, cuando el PP se mete en problemas, no sale de ellos por su propia inteligencia o pie, sino por el Deep State, su hermano mayor con estudios. Parece un partido de saldo, pero es el partido más capaz para gobernar en una democracia sin bienestar, sustentada, por tanto, en el mito, en el fake. El PP únicamente es un partido residual y sin futuro en Catalunya, donde hay partidos mejores para el rol que ejerce en el resto del Estado.
8- En ese sentido, en Andalucía ha ganado un PP tranquilo, alejado del PP Sturm und Drang de Madrid/el volcán. Un PP cuyo líder, cuando el volcán de la corrupción vuelva a estar a punto, podrá, si juega bien sus cartas, ser el sacerdote que sacrifique el subidón al PP de Madrid. En eso consiste ser secre general del PP. En ser el gallego, o el andaluz con el secreto gallego en la mirada que, llegado el momento, realiza el sacrificio humano ante el volcán.
9- Ese PP tranquilo andaluz, recordemos, dio el primer rol gubernamental en España a Vox. Y, también, tranquilamente, reduce el gasto en educación, sanidad y cosa social, y desprovee de presupuestos a líneas sugeridas por la extrema derecha. Desproveer de presupuestos es la vía europea para desmantelar el bienestar, pero también la vía de la extrema derecha española para vaciar de sentido leyes, sin entrar en desafíos e ilegalidades, y sin acabar en el trullo. A la vez, ese PP tranquilo ha sido elegido por el electorado para detener a la extrema derecha. Lo que a) tiene guasa, y b) nos lleva a hablar de Vox.
C’s, la única escisión no pactada en la derecha española, desaparece del Parlamento andaluz. Será divertido ver dónde acaban sus profesionales
10- Vox es un partido de soberanía dudosa. Es un experimento de FAES, que donó, incluso, el grueso de cuadros –tal vez también el pisito y la yogurtera–, entre los que se encuentran los autores de la revolución lingüística del PP de principios del siglo XXI, gente muy capaz de hacer una campaña que nos deje bizcos a todos. El experimento aludido consiste, por lo que se va viendo, en desunificar la derecha española, para que la parte separada –la extrema derecha formal, gorda y fea– presione, limpie y determine, en la lejanía, a su ex. Desde las elecciones de Castilla y León, la tendencia era la reunificación, muy costosa, en términos de imagen, para el PP. Tras una pésima candidata y campaña –ambas tan malas que es posible sospechar que hayan sido dos decisiones buenas y deseadas–, Vox se ha desactivado a sí mismo en Andalucía, mitigando el estrés del PP. Los populares han frenado a la ultraderecha, en tanto es el único partido que puede, pues Vox nació en el entorno PP para ser alentado o frenado, según el día.
11- El PSOE tiende, periódicamente, a ser sustituido por el PP desde los 90, cuando la corrupción del PSOE adquirió forma de volcán. El electorado parece identificar y necesitar al PSOE tras dos legislaturas del PP –cuando el volcán vuelve a estar cachondo; nunca antes–, momento en el que se vuelve a votar amabilidad frente a desmesura, psicopatía social y banderita-tu-eres-roja-banderita-tu-eres-gualda. Es sorprendente, no obstante, ese proceso de sustitución, rápida y efectiva, del PSOE por el PP en Andalucía, donde el PSOE era no ya el PRI, sino la envidia del PRI. Esta sustitución habla del drama y de los límites del PSOE, un partido que dispone de las mismas herramientas políticas y horizontes que el PP, ni una más, pero con dos menos: menor dominio de la mentira y el mito, y ausencia de lenguaje eléctrico. El vamos-a-tomar-esa-colina, cuando no hay, siquiera, colina.
12- C’s, la única escisión no pactada en la derecha española, desaparece del Parlamento andaluz. Será divertido ver dónde acaban sus profesionales. Parece ser que no será en el POUM.
13- La formación más determinante en la foto-finish de estas elecciones son varias formaciones/aka los Frentes Nacionales de Judea. Esas izquierdas han actuado en modo punto 1, contra sus propios intereses, proporcionando, con esa desmesura, varias coordenadas de su estado, y una gran metáfora de su cultura tras ocho años de tanto usarla.
14- Sobre las coordenadas aludidas. El 19J se dio la alineación de varios planetas estériles y sin vida, que provocaron una catástrofe cósmica. A saber: a) la propia dinámica de ruptura interna en Podemos, que provocó dos listas electorales del pack izquierda-a-la-izquierda-del-PSOE. La b) cerrazón en las negociaciones para una coalición, que provocó muchos tiempos muertos, hasta el cadáver final. Primero por parte de IU, el partido de mayor implantación en el territorio y, finalmente y de manera más determinante, por Podemos. El c) entorpecimiento del proyecto de coalición desde Madrid –esa ciudad-estado-de-ánimo–, por parte de dos o tres de los cuatro cuadros que quedan en Podemos, en tanto una lista era el primer ensayo descentralizado del proyecto de posible reunificación y ampliación de Yolanda Díaz. Y, tal vez, d) la decisión de Yolanda Díaz de no tirarse a la piscina y defender el proyecto frente a las injerencias de otros cuadros en lucha por su puesto de trabajo, de exhibir las diferencias, si las hay, respecto al proyecto anterior.
La debacle supone el desperdicio de la energía del 15M, la pérdida de la oportunidad de deshacer el empate eterno en la política española. De ganar
15- Sobre la metáfora. Es importante, pues las metáforas ahorran tiempo. Ahí va. En su día, una hora antes de que acabara el plazo para registrar una coalición electoral, Podemos abandonó el bloqueo en las negociaciones –inusitado, peligroso–, y se puso manos a la obra. Como saben, la cosa no culminó a tiempo, por lo que Podemos no pudo integrarse formalmente en la coalición. Pero brindó la aludida metáfora. La metáfora es esa hora de negociación, tiempo imposible para negociar nada, y que dibuja dinámicas internas, dilatadas, sustentadas en no negociar nada. En la ausencia de una cultura política. Y la existencia de una cultura prepolítica, en la que no se contempla la discusión, la negociación. La metáfora explica una precoz biografía de las Nuevas Izquierdas –todas; lo que excluye a IU, que ya no es nueva– hacia lo viejo, que es lo que volvió a nacer el 19J, ese día en el que no se materializaron errores de juventud, sino de senectud.
16- Un partido formulado en 2014, y que fue el beneficiario de la ruptura cultural del 15M, vio en su momento fundacional cómo en su interior se dibujaban tres almas –la errejonista, la pablista, la anticapi– en lucha por el aparato, lo que provocó la huida, expulsión y desinterés de las almas sin aparato/lo nuevo. Un desinterés llamativo ya en 2016, cuando Podemos, ensimismado en sus rollos y mitos internos, en vez de superar al PSOE, perdió, zas, un millón de votos de una tacada. Con ello Podemos e IU pasaron a ser algo que ya existía: IU. Los que nos choteábamos de la inoperatividad del PC de la Transi, vimos pulverizado su récord de velocidad. En esta ocasión, la debacle supone el desperdicio de la energía del 15M –ya muy lejana–, la pérdida de la oportunidad de deshacer el empate eterno en la política española. De ganar. De hacerlo a partir de votos extraídos de la abstención. Votos nuevos, y no de almas antiguas, previsibles y gastadas. De hacerlo –fue posible– a partir de la hegemonía, de la centralidad, y no de guerras culturales, esa prepolítica que simula movimiento y velocidad donde no hay de eso.
17- Hay, no obstante, dos buenas noticias en este análisis tan chungo. Noticia a): antes y después del 19J existe en la percepción de un amplio electorado, mayormente abstencionista hoy, la sensación de pertenencia a un espacio común. Lo que es un patrimonio denso, que no existía antes de 2011. Por eso mismo, y tras este desastre, b) no procede el tradicional combate izquierdista para ver quién es más puro, pues ha sido precisamente la pureza lo que lo ha fastidiado todo, desde hace años. Sería interesante solucionar el desastre, por primera vez en la historia, sin odios y ya-te-dijes. Callando. Cediendo el paso una vez se ha agotado –se ha agotado– a la vía iniciada en 2014 y finalizada en 2016. Nunca ha pasado. A ver ahora.
Parece que de Francia viene una corriente de ánimo hacia la izquierda antigua, pura, cabreada y con facilidad para hablar a cámara. Lo que podría ser una buena noticia
18- Vienen tiempos nuevos, no calculados ni experimentados. En guerra, en crisis climática, en crisis de combustibles, no se discute si habrá cierta planificación, centralización económica, capacidad de regulación y de reparto. Sino si eso lo harán las izquierdas o las derechas. Es decir, si se hará con criterios sociales, de igualdad y democráticos, o en modo evacuación del Titanic. Las elecciones andaluzas solo informan de Andalucía. En menor medida de las izquierdas andaluzas, y en gran medida de las izquierdas con domicilio fiscal en Madrid. Informan de cómo no deben ser las izquierdas, si quieren participar de la época y del conflicto. Informan de que la verticalidad y el aparatismo no le sientan bien. Informan de que la democracia transformadora existe y es potente, si bien ha vuelto a la abstención, donde se fue en 2016. Saber todo ello ya es un paso para adelante y positivo.
19- Parece que de Francia viene una corriente de ánimo hacia la izquierda antigua, pura, cabreada y con facilidad para hablar a cámara con frases pour épater l’électorat. Lo que podría ser una buena noticia para la izquierda antigua local. Si no fuera porque el ciclo que se cierra en las izquierdas españolas es, precisamente, el que tal vez, ya veremos, se está abriendo en Francia.
1- El sufragio universal jamás se hubiera producido si no hubiera existido su contrapartida. No es la abstención. Es la posibilidad de que amplios grupos de personas voten en contra de sus propios intereses, de forma dramática, inapelable y lúdico-festiva.
2- El...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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