Deporte y política
Damiano Tommasi: el alma cándida del fútbol conquista la alcaldía de Verona
El que fuera jugador de la Roma y del Levante ha puesto fin al dominio histórico de las derechas al ganar las elecciones para ser el nuevo regidor de la ciudad, liderando una lista cívica apoyada por partidos de centroizquierda
Ricardo Uribarri 14/07/2022
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Damiano Tommasi no respondió nunca al perfil de futbolista metido en su burbuja que evita hablar o comprometerse con causas sociales que le son ajenas. Al margen de su actividad deportiva, en la que llegó a ser un ídolo de la Roma e internacional con Italia en 25 ocasiones, también fue conocido por su faceta solidaria, mostrando en numerosas ocasiones su apoyo a personas necesitadas, siendo defensor de los inmigrantes y colaborando en actividades filantrópicas. Esa conciencia de mejorar la vida de los demás le llevó hace unos meses a dar un paso importante: presentarse a las elecciones a la alcaldía de Verona encabezando una lista cívica que recibió el apoyo de varios partidos de centroizquierda. Muchos no eran optimistas con sus posibilidades en una ciudad que históricamente ha estado gobernada por la derecha. Más de uno se estará arrepintiendo a esta hora de haberle subestimado.
El entrenador Fabio Capello definió en su día a este centrocampista que se caracterizaba por su despliegue físico como un jugador “atípico”, y no hay mejor palabra para definir la campaña realizada por Damiano para ganarse la confianza de los votantes. Rechazó transmitir sus propuestas en los clásicos mítines, optando por recorrer a pie los distintos barrios de la ciudad para hablar con los vecinos cara a cara. Se centró en hacer llegar sus ideas de la forma más cercana posible, atendiendo las demandas de la gente sin perder el tiempo en entrar en polémicas con sus adversarios ni faltar el respeto. Tenía claro cuáles eran las pautas: “Intentamos proponer un modelo diferente de hacer política, más cívico, auténtico y participativo. Algo magnífico y sencillo que hoy pocos se comprometen a poner en práctica: escuchar”.
Con esa filosofía, Damiano se convirtió en el nuevo regidor de Verona al lograr el 53,4% de los votos, superando a su rival, el exalcalde, Federico Sboarina, de Fretelli d' Italia, que logró el 46,66%. También le favoreció la división entre los partidos de la derecha. Sboarina y Flavio Tosi, otro candidato de esa ideología que tenía el apoyo de Forza Italia, no se pusieron de acuerdo para presentarse en una única lista, lo que favoreció la dispersión del voto en la primera vuelta de los comicios, en la que ya se había impuesto Tommasi con el 39,7% de los votos. El hecho de que ningún candidato llegara al 50% obligó a que se celebrase una segunda ronda, en la que Sboarina no logró arrastrar el número suficiente a los votantes de Tosi, propiciando un vuelco histórico en la ciudad. Hay que tener en cuenta que, con una excepción de cinco años, entre 2002 y 2007, la derecha ha gobernado en Verona desde 1994. La promesa que hizo si ganaba las elecciones espera a Tommasi: subir en bicicleta el paso de montaña pavimentado más alto de los Alpes orientales, el Monte Stelvio (2.757 metros).
Fue el primer jugador profesional italiano en convertirse en objetor de conciencia, supliendo el servicio militar por actividades sociales
Padre de seis hijos y de profunda fe católica, Tommasi, nació hace 48 años en Negrar, una localidad situada a 16 kilómetros de Verona. Jugó en el Hellas Verona entre 1991 y 1996. En esa misma época resultó ser el primer jugador profesional italiano en convertirse en objetor de conciencia, supliendo el servicio militar por la realización de actividades sociales. “No quiero servir a mi país sosteniendo un rifle”, aseguró. Posteriormente ficharía por la Roma, equipo en el que estuvo 10 años y en el que ganó una Liga. En 2006 recaló en el Levante, en el que militó dos años, y después jugó en el Queens Park Rangers inglés y en el Tianjin Teda chino. Hay una anécdota de su época de futbolista que define perfectamente su personalidad. Cuando estaba en la Roma sufrió una grave lesión en un amistoso en 2004 que le tuvo un año casi entero sin jugar. En el verano de 2005 aceptó renovar su contrato por una temporada con una condición que él mismo impuso: cobrar el salario mínimo, apenas 1.500 euros al mes. “El futbolista obrero” le empezaron a llamar.
No fue el único apodo por el que se le conocía. Cuando la Roma jugaba como local y anunciaban a los jugadores por la megafonía del campo antes de los partidos, el locutor siempre le presentaba con el sobrenombre de Alma Cándida por su bondad dentro y fuera de los campos. Llegó a decir que si le daban un codazo en los partidos no respondería “porque sería solo un mal ejemplo sumado a un mal ejemplo”. En una entrevista en el Messaggero Sant Antonio de su época de jugador señalaba que “el hecho de que muchas personas, especialmente jóvenes, nos observen y de alguna manera traten de imitarnos es un aspecto importante que no debe subestimarse. Cada uno transmite entonces lo que es: no hay que inventar ni fingir. Los jugadores también deberíamos entrenar para cambiar algunos de nuestros comportamientos; debemos entrenarnos para no reaccionar, para no insultar, para aceptar ciertas decisiones”.
En el verano de 2005 aceptó renovar su contrato por una temporada con una condición que él mismo impuso: cobrar el salario mínimo
En el año 2000 se hizo acreedor a ganar el Premio Nacional Altropallone, que reconoce a los que durante un año trabajaron en el mundo del deporte en acciones de solidaridad y protección de la niñez y la adolescencia. En su caso se lo concedieron por promover proyectos de ayuda en la antigua Yugoslavia. En concreto, utilizó las multas internas a los jugadores de la Roma para construir un campo de fútbol para niños de Kosovo. También convenció a sus compañeros y directivos para que el dinero que utilizaban en intercambiarse regalos de Navidad lo destinasen a dos asociaciones que luchaban contra la leucemia. Y le dijo a su marca deportiva que, en vez de darle dinero, le proporcionara material como botas o vestimenta, que luego él donaba a institutos o escuelas deportivas.
Tan identificado se vio con el apelativo de Alma Cándida que, cuando en 2018 presentó su candidatura a presidente de la Federación Italiana de Fútbol, lo hizo con un discurso en el que afirmó: “Soy un alma cándida y por eso quiero dar representación a aquellos que no aman esta forma de entender el fútbol” en referencia a la opción que representaba su contrincante, Gabriele Gravina. Esa aventura no la culminó con éxito.
Años antes había conseguido ser el presidente del sindicato de jugadores italianos, cargo que ocupó entre 2011 y 2020. Al poco de llegar convocó una huelga ante la negativa de los clubes a firmar la renovación del convenio colectivo de los futbolistas. Curiosamente, el que fuera su compañero en el Levante y actual presidente de la Federación Española, Luis Rubiales, que era en ese momento presidente de la AFE (asociación de futbolistas españoles), también convocó en aquel inicio de la temporada 2011-2012 una huelga en la liga española.
Siempre tuvo claro que “no seré yo quien cambie el fútbol, pero el fútbol seguro que no me va a cambiar a mí”. En un artículo que escribió en el año 2000 a raíz de un episodio de cánticos racistas en un estadio afirmó cosas como “Me avergüenzo de este fútbol”; “A veces uno siente vergüenza de estar en esta profesión: la violencia en las gradas, en el campo, en la sala de prensa, los insultos, los escupitajos, los cantos racistas. ¿De verdad merece la pena vivir para el fútbol?”
Luchó para hacer de su deporte un espacio mejor y más solidario y ahora espera hacer lo mismo desde su nueva e importante responsabilidad como alcalde. Por delante tiene unos años en los que su labor tiene por meta la misma cita con la que se presentaba en la página web de su campaña: “No hemos heredado el mundo de nuestros padres, sino que nos lo han prestado para nuestros hijos y tenemos que devolverlo mejor de como lo encontramos”.
Damiano Tommasi no respondió nunca al perfil de futbolista metido en su burbuja que evita hablar o comprometerse con causas sociales que le son ajenas. Al margen de su actividad deportiva, en la que llegó a ser un ídolo de la Roma e internacional con Italia en 25 ocasiones, también fue conocido por su faceta...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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