1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.340 Conseguido 91% Faltan 16.270€

prioridades

Racionamiento racional e irracional en la Era del Descenso Energético

Tenemos que decidir qué priorizamos: si los derroches de energía o el combustible para tractores y cosechadoras, si los casinos o los hospitales, si Amazon o la tienda del barrio

Antonio Turiel / Juan Bordera 11/08/2022

<p>Un joven mirando su reflejo en un escaparate</p>

Un joven mirando su reflejo en un escaparate

Helena Callejón

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Imagina que una noche dura se avecina. Tienes cuatro hijos, solo una barra de pan y dos opciones: racionar a partes equitativas o dejar que el más fuerte se coma el trozo que le dé la gana, aunque los otros se mueran de hambre. Lo humano, lo honesto, es lo primero, ¿verdad? No hace falta decir mucho más, cualquiera haríamos lo mismo. Bueno, cualquiera no.

Unos pocos dirigentes políticos están demostrando que Einstein intuía correctamente que la estupidez humana era lo único que no conocía límites. Estos dirigentes están patinando sobre hielo muy fino. La principal razón es que el decrecimiento ya no se puede esconder ni detrás de una bandera, ni detrás de un espejismo luminoso. Las personas no comemos banderas y sabemos ver qué es un despilfarro. De ahí el esfuerzo de los grandes poderes económicos en invertir y controlar medios que adulteren tanto la realidad. 

Pero el espectáculo está empezando a ser difícil de esconder, y cada vez aparecen más y más artículos, periodísticos y académicos, mejores y peores, que comentan y demuestran una realidad incontestable: tanto el cambio climático como la escasez están haciendo desaparecer el tabú del decrecimiento. Hasta presidentes como el finlandés no han dudado en ponerlo en palabras cristalinas para quien quiera escuchar: la gente en Finlandia y en otros países de la UE tendrán que acostumbrarse a que la economía no crezca todos los años.

Por eso las medidas de ahorro energético propuestas por el Gobierno y aprobadas en el Consejo de Ministros, aunque van en la buena dirección, en realidad se quedarán cortas ante lo que va a venir, y deberían ser tomadas como algo racional y permanente. Algo que deberá ir siendo acompañado por medidas más profundas de redistribución de la riqueza, o de otro modo, habrá problemas.

En la Era del Descenso Energético que estamos empezando a transitar, con el tiempo, estas medidas –que no son algo exclusivo de nuestro país– se van a ir normalizando y ampliando, y haríamos bien en asumirlo con rapidez.

No es un gran sacrificio limitar las horas en las que tener encendidas las luces o moderar la temperatura de la climatización

No es un gran sacrificio limitar las horas en las que tener encendidas las luces o moderar la temperatura de la climatización. Pero claro, hay otra opción para los que dicen ser “amantes de la libertad” cueste lo que cueste. Una opción muy evidentemente perversa: dejar que la sabia mano invisible del mercado asigne los recursos que escasean eficientemente. ¿Hay menos energía disponible? Pues para los –cada vez menos– que puedan pagarla. ¿Que porque unos derrochan combustibles fósiles o tienen beneficios extraordinarios otros no pueden ni calentarse un plato de sopa? ¡Libertad! Desde que el mundo es mundo.

Es curioso cómo la palabra racionamiento significa cosas distintas según el suelo que pisas. En España es sinónimo de pobreza, y para muchos, de derrota. Que el racionamiento se alargase tanto –el pan se racionó hasta 1952 durante una posguerra que fue eterna para los que la sufrieron– mientras en el resto de países occidentales no existía, aumentó la sensación de episodio a olvidar que nunca ha de repetirse. Ese fantasma va a ser agitado por los panfletos de extrema derecha, el temible e indeseable racionamiento (que vino de su propia mano) vuelve. Sin embargo, hay otros casos: los ingleses recuerdan el racionamiento como algo más positivo, ya que les ayudó a “vencer” a los nazis. Las experiencias no son solo lo que son, sino lo que significan.

Quizá por eso, con excesiva frecuencia, la mala política no apela a lo racional, sino a lo emocional. Tratan así de usar lo emocional como una manera de camuflar lo irracional y poco justificable de muchas de sus decisiones. ¿Corrupción? ¿Muertes en residencias? ¿Cierre de hospitales y degradación de los servicios públicos básicos? Nada de eso importa: lo importante es que el Gobierno no os quite la libertad, hombres de poca fe.

Pero entre broma y broma, la verdad asoma: quien pone en peligro tu libertad no es quien te quieren hacer creer. Ni es la Agenda 2030 ni el socialcomunismo. Es el mercado, amigo. En la defensa a toda costa de un neoliberalismo que cada vez será más disfuncional está inserta la inevitable destrucción de lo público. En tiempos de menor energía disponible, seguir las recetas neoliberales de siempre no va sino a exacerbar los problemas, por la propia naturaleza del sistema que los ha originado. 

El ejemplo de racionamiento del principio es una caricatura, una simplificación que nos ha ayudado a clarificar la diferencia –material, pero también moral– entre las diferentes opciones, pero en la Era del Descenso Energético en realidad no estamos delante de un dilema, sino de un trilema: tenemos que escoger una entre tres opciones.

La primera opción es la de las Medidas Coyunturales. En este caso se piensa que los problemas con la energía son pasajeros y se trata de racionar lo justo para afectar mínimamente a la economía. Se mantiene la economía de mercado y salvo por los recortes todo sigue igual. Tiene el inconveniente de que si las cosas siguen yendo a peor se van tomando más y más paquetes de medidas del mismo estilo, cada uno rectificando el anterior, causando el escepticismo, la incomprensión y el hartazgo de la población. Éste es el enfoque mayoritario en el mundo, y el que se defiende desde la UE y desde el Gobierno de España. Dentro de estas medidas también caben las elitistas, que buscan recortar más a quien menos tiene. No hace falta poner un ejemplo de esto (con nombre y dos apellidos), una persona que está dispuesta hasta a ir –otra vez– contra la cúpula de su propio partido y contra la cordura más básica.

La segunda opción es la de tomar Medidas Estructurales. En este caso se acepta que los problemas son permanentes. Se hace una previsión de cuánto se va a disponer y se toma una decisión sobre cómo se asigna (cuánto se da y a quién se le da). Obliga a tomar muchas medidas adicionales, disposiciones, supervisiones, regímenes sancionadores, etc. Estas medidas son extraordinariamente complejas de adoptar y costosas de implementar, y tienen el inconveniente de que si el descenso energético prosigue pronto se vuelven obsoletas. Este tipo de racionamiento es por ejemplo el que se está dando en países prácticamente colapsados, como el Líbano o Sri Lanka.

La tercera opción sería la de adoptar Medidas Decrecentistas. Implica aceptar que los problemas no son solo permanentes, sino que irán progresivamente a peor. Se necesita por tanto un esquema de racionamiento flexible, que se adapte a la disponibilidad (o indisponibilidad) de los recursos según ésta va cambiando. Obliga también a abrir un debate en profundidad con la sociedad, clave para hacer comprender qué está pasando, para que se puedan tejer complicidades y cooperaciones sobre un objetivo común compartido por la mayoría, elegir sectores esenciales y sostenerlos con fuerza, incluso incrementarlos, pero también exige asumir que habrá otros que tendrán que reducirse. Es prioritario repartir tanto la carga fiscal como garantizar unos mínimos de calidad de vida. Aunque haya que racionar, el buen vivir es posible y más deseable que nunca.

El problema con las Medidas Decrecentistas es la tentación por parte de ciertos sectores de implementarlas de manera autoritaria, sin necesidad de buscar un consenso social democrático, ya que obviamente sería más sencillo imponerlas por la fuerza; y eso más que a un esquema de racionamiento decrecentista a lo que nos llevaría es al ecofascismo. Ningún país del mundo está adoptando este tipo de racionamiento, aunque algunos países podrían estar deslizándose hacia un ecofascismo que –en formas de baja intensidad– ya está latente.

Quede claro que ninguna opción de racionamiento es buena. Estamos hablando de racionar, y racionar quiere decir limitar. No hay suficiente y se tiene que elegir cómo se reparte. No es una situación que nadie pueda desear. Pero es una situación que no va a ser negociable y que tenemos que enfrentar como adultos, ayudándonos de la inteligencia colectiva.

También es importante dejar claro que hay muchas maneras aceptables de adaptarse al Descenso Energético, pero todas requieren de cierto tiempo. Por ejemplo, uno de los grandes problemas actuales es la falta de fertilizantes nitrogenados debido a la carestía y escasez de gas natural. Y si bien es sabido que el abuso de los fertilizantes nitrogenados lleva a la degradación de los suelos y las aguas, y que tenemos que emprender el camino a otras formas de agricultura realmente sostenibles y resilientes (especialmente destacable el trabajo de la investigadora del CSIC Marta Rivera y de Eduardo Aguilera), también es verdad que no podemos transformar nuestro sistema agrícola de la noche a la mañana mientras seguimos alimentando a la población. 

No podemos suprimir los enormes insumos energéticos de la alimentación y de tantas otras cosas de golpe, porque, al igual que una persona adicta a una droga, la falta repentina de la sustancia que generó la dependencia podría causarle más mal que bien. Necesitamos un plan de descenso adecuado, un plan de transición lento y pausado, con mucho trabajo a pie de campo, mucho ensayo y error, hasta poder conseguir que las cosas funcionen sobre el terreno, en todos los ámbitos, desde el sector primario hasta el industrial y de los servicios.

Pero sea como sea, tenemos que irnos desenganchando de la droga de los combustibles fósiles antes que ella nos abandone por la Geología y la Física. Y las renovables serán nuestra metadona. Esencial, para pasar el mono, pero ni por asomo podrá ser igual que la droga original. 

Mientras estemos ofuscados en esquemas coyunturales, discutiendo qué sector es más importante por la cantidad de PIB o de empleo que genera, dando por hecho que vamos a poder mantenernos en los paraísos artificiales que crearon los combustibles fósiles, peor lo pasaremos cuando, de repente, se nos corte el suministro de estas sustancias de las que somos tan dependientes. Este es el debate que como sociedad tenemos que abrir. Tenemos que racionar, no nos queda más remedio. Y dado que el racionamiento no va a ser optativo, hay que intentar que sea lo más racional y justo posible.

No se trata de escoger entre un mundo oscuro y deprimente o uno iluminado a miles de vatios de potencia: se trata de escoger entre un mundo donde la mayoría de la gente pueda vivir con dignidad, o uno en el que unos pocos disfrutan y la mayoría está sumida en la miseria abyecta. Y, spoiler, esos pocos no van a disfrutar mucho de una ciudad insegura (o un país, o un mundo). Si la mayoría lo pasa mal, nadie lo pasa del todo bien, eso es lo que hay que entender de una vez.

Tenemos que decidir qué priorizamos, si los derroches de energía o el combustible para tractores y cosechadoras, si los casinos o los hospitales, si Amazon o la tienda del barrio, si el metro y los servicios básicos esenciales o los espejismos brillantes que no pueden durar. No va a haber para todo, y por eso, democráticamente, racionalmente, tenemos que tratar de escoger lo mejor para crear una nueva sociedad que, a partir de los despojos y los errores de la actual, logre renacer con fuerza. Nada está perdido, como algunos quieren hacer creer que decimos.

Imagina que una noche dura se avecina. Tienes cuatro hijos, solo una barra de pan y dos opciones: racionar a partes equitativas o dejar que el más fuerte se coma el trozo que le dé la gana, aunque los otros se mueran de hambre. Lo humano, lo honesto, es lo primero, ¿verdad? No hace falta decir mucho más,...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Antonio Turiel /

Investigador Científico en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC.

Autor >

Juan Bordera

Es guionista, periodista y activista en Extinction Rebellion y València en Transició. Es coautor del libro El otoño de la civilización (Escritos Contextatarios, 2022). Desde 2023 es diputado por Compromís a las Cortes Valencianas.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

2 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. savers66

    Contundente y necesaria reflexión de Antonio y Juan. O nos ponemos a trabajar ya o el paso del tiempo será proporcional al sufrimiento humano, empezando por los colectivos más débiles. O se genera un movimiento amplio entre todos los colectivos verdaderamente democráticos o los poderes oligárquicos transitarán desde el neoliberalismo a un neofascismo progresivamente represor y violento. Una legislatura da para poco pero puede acometer un programa de mínimos que, además de atender de forma contundente la reducción de la desigualdad, acometa el blindaje de todo lo público y plante las semillas de una nueva constitución y las bases de un proyecto para el decrecimiento.

    Hace 2 años 3 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí