Que los ultraderechistas han vuelto para mandar y para destruir lo que queda de democracia es una realidad en el mundo que afecta de manera muy especial a España y a América Latina. Los lectores de CTXT conocen bien a nuestros ultras patrios. Abascal, Olona, el marqués Espinosa de los Monteros, la condesa Aguirre, la marquesa Cayetana Álvarez de Toledo, Isabel Díaz Ayuso… Son nombres de ultraderechistas españoles que tienen, han tenido o podrán tener un notable poder político en España (con todo, incomparablemente menor al poder que ya atesora la ultraderecha judicial, militar, policial y mediática).

En España también son conocidos otros ultras internacionales famosos como Trump, Bolsonaro y últimamente se empieza a hablar y a escribir sobre Giorgia Meloni, que podría convertirse en breve en primera ministra de Italia. Pero hoy les quiero hablar de un ultra chileno quizá menos conocido: José Antonio Kast. Me sigue mucho en redes sociales y le gusta comentar mis actividades, así que se ha ganado una justa reciprocidad. No es cualquiera, estuvo cerca de ser presidente de Chile este año.

Sé reconocer a los nazis, aunque les confieso que distinguir a José Antonio Kast como tal no tiene mucho mérito. Kast es hijo de un nazi con carnet del partido nazi alemán que, como otros nazis, huyó a América Latina e hizo dinero en Chile. José Antonio Kast sabía que su padre militó en las juventudes hitlerianas y en el partido nazi, pero nunca lo quiso reconocer y lo presentaba como un simple soldado del ejército alemán movilizado forzosamente. Pero en 2021 apareció el carnet del partido nazi del padre de Kast y los historiadores recordaron que la militancia en este partido era voluntaria y que si le habían permitido entrar en el partido meses antes de cumplir los 18 era porque venía de militar en las juventudes nazis.

El nazi Michael Kast, reconvertido en un próspero empresario de embutidos alemanes en Chile, fue un ferviente opositor a Salvador Allende y celebró con alegría el golpe de Estado de Pinochet. Y como no podría ser de otra manera, con la dictadura de Pinochet la familia Kast prosperó mucho y algunos de los hijos del nazi se convirtieron en reputadas figuras políticas de la dictadura. Miguel, uno de los Chicago boys chilenos que aplicaron a sangre y fuego el neoliberalismo en Chile por la vía violenta, fue ministro de la dictadura y presidente del banco central. Además, los Kast son también conocidos por haber cooperado con los militares que asesinaron a demócratas chilenos.

En 2015, los periodistas Javier Rebolledo y Nancy Guzmán publicaron un estudio sobre el rol de los civiles colaboracionistas con la dictadura de Pinochet. Abogados, médicos, ingenieros, políticos, periodistas y por supuesto grandes empresarios fueron cómplices y cooperadores de los crímenes de la dictadura. La investigación reveló la participación en la represión de algunos miembros de la familia Kast en la zona de Paine, donde hubo un exterminio masivo de campesinos pobres favorecidos por la reforma agraria de la Unidad Popular.

La descendencia del patriarca nazi produjo también varios diputados de la ultraderecha y, finalmente, al candidato presidencial que perdió las elecciones frente a Gabriel Boric: Jose Antonio Kast. Ferviente defensor de Pinochet desde su juventud, llegó a decir en 2017 que Pinochet, de vivir, votaría por él como presidente de la República y que tomarían té en La Moneda. Por suerte, Kast no llegó a La Moneda y los restos de Pinochet son, como los de Franco, alimento de voraces gusanos. No está el hombre para tomar té.

Por lo demás, la biografía política de Jose Antonio Kast no se diferencia demasiado de la de sus amigos ultras españoles y americanos. Involucrado en casos de cohecho y fraude fiscal, de financiación ilegal de su partido, aficionado a tener sociedades en Panamá como todo buen patriota para robar dinero a los chilenos, homófobo y antifeminista declarado, difusor de fake news, amigo y protector de torturadores y agentes de la DINA… En fin, básicamente un nazi del siglo XXI, sin el valor físico del que presumía la generación de su padre y con una habilidad muy contemporánea para los “negocios”, la corrupción y las fakes news.

Ni un nazi con poder sin su matrícula.