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General Dávila: filofascista y analista militar en grandes medios
¿Cómo puede ser que televisiones y periódicos españoles concedan espacio a un ultraderechista y negacionista que, en Alemania, no solo no sería general, sino que estaría en prisión?
Luis Gonzalo Segura / Sergio Gálvez Biesca 20/10/2022
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Es muy posible que muchos de ustedes sepan quién es el general Rafael Dávila Álvarez, debido a que se ha convertido en el analista militar fetiche de La Sexta –en especial ‘Más Vale Tarde’ y ‘El Objetivo’– y Antena 3, además de múltiples diarios –El Mundo, El Confidencial o 20 Minutos–. Ahí van unos pocos ejemplos: “No nos engañemos, esto es una guerra entre Estados Unidos y Rusia”, en 20 Minutos el 18 de septiembre; “El análisis del general Rafael Dávila sobre la estrategia de Putin en la guerra de Ucrania: ‘Puede ocurrir cualquier cosa’”, en Antena 3 el 22 de septiembre; “Las razones por las que el exgeneral Rafael Dávila cifra en un 8,5 sobre 10 su preocupación sobre la guerra en Ucrania”, en La Sexta, en el programa Más Vale Tarde de Iñaki López y Cristina Pardo el 23 de septiembre; o “El general Dávila define a Putin como un hombre ‘primario y peligroso’, y advierte: ‘Es absolutamente impredecible’” en El Objetivo de Ana Pastor el pasado 6 de octubre.
Además, en los últimos días, su presencia ha aumentado todavía más. Y existe una razón para ello. El general Dávila va a publicar un nuevo libro, el segundo, en esta ocasión sobre el arte de la guerra, una especie de adaptación a la actualidad de la mítica obra de Sun Tzu. Su título es poco pretencioso: El nuevo arte de la guerra. Y ya se sabe: a más minutos en televisión, más ejemplares vendidos –los presentadores de televisión son fábricas expendedoras de libros–. Pero ¿quién es el general Dávila y por qué tanta promoción?
La alargada sombra del general Dávila
Más allá de sus acertados análisis –aseveró, el 12 de marzo en El Confidencial, que “no es verdad que Rusia esté cometiendo errores militares en Ucrania”– o sus templadas advertencias –“El aviso del General Rafael Dávila sobre las amenazas de Putin: ‘Es para asustar’”, en Más Vale Tarde, el 13 de octubre–, que están haciendo las delicias de no pocos medios de comunicación españoles y creando considerable confusión y alboroto, el general Dávila tiene una larga trayectoria desde que decidiera pasar al retiro.
El general Dávila es hijo del general franquista del mismo apellido y nieto del general golpista que combatió junto a Franco
Desde su blog, siempre escorado a la ultraderecha, el general Dávila promocionó a una hermandad legionaria relacionada con Joachim Fiebelkorn, un neonazi que tuvo relaciones con Klaus Barbi, el Carnicero de Lyon. A Barbi y los suyos se le atribuyen el envío de más de 7.000 personas a campos de concentración, el asesinato de más de 4.000 personas y el arresto y asesinato de casi 15.000 combatientes de la Resistencia francesa. A finales de los años ochenta fue juzgado en Francia y condenado a cadena perpetua, aunque solo por las deportaciones, pues los crímenes de guerra habían prescrito. Fiebelkorn, como muchos nazis y neonazis, terminó en la Legión española y ahora comparte mesa y mantel con gran cantidad de mandos militares de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil. Solo hay que visitar su página de Facebook.
Cualquiera, y con razón, podría pensar que sí, que el asunto es execrable, pero que es humano caer en el error de promocionar a quien no lo merece. ¿Quién no ha apostado por alguien y después ha descubierto un lado oscuro que le ha hecho arrepentirse? No parece que ese sea el caso del general Dávila.
En diciembre de 2015, Rafael Dávila escribió una carta abierta en el diario ABC a la entonces alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, para quejarse por la retirada del nombre de su abuelo del callejero de Madrid. El general Dávila es hijo del general franquista del mismo apellido y nieto del general golpista que combatió junto a Franco contra la democracia durante la Guerra Civil (1936-1939) en el Frente del Norte.
Es cierto que se puede ser hijo y nieto de franquista y no suscribir la misma ideología, aunque no es menos cierto que protestar por el cambio de nombres de las calles de Madrid en aplicación de la Ley de Memoria Histórica no suena muy bien. Desde luego es, cuando menos, un posicionamiento adoptado con gran frecuencia por los más ultraderechistas.
El general Dávila es abiertamente un aventajado alumno del revisionismo y negacionismo de crímenes como el bombardeo de Gernika
Sin embargo, cuando uno tiene la paciencia de leer La Guerra Civil en el frente del Norte, su primer libro, descubre que el general Dávila es abiertamente un aventajado alumno del revisionismo y negacionismo de crímenes de lesa humanidad como el bombardeo y la destrucción de Gernika el 27 de abril de 1937 por parte de los nazis alemanes, los fascistas italianos y los franquistas españoles. Y eso, ya sí, son palabras mayores. Tan mayores que en Francia (Ley Gayssot) o Alemania serían objeto de investigación y persecución penal.
En primer lugar, desliza que las viviendas bombardeadas por los nazis y los fascistas eran de “gente de derechas”:
“Comenta el general Solchaga que las casas que arden, es gran casualidad, son de gente de derechas. (...) Todos tenemos un disgusto grande –escribe el general Solchaga– con la destrucción de Guernica; no conducía nada más que ayudar a la propaganda roja (...)”.
Acto seguido exonera a los franquistas para responsabilizar a los italianos y alemanes, ya que el bombardeo, sea como fuera, aconteció sin que la cúpula militar franquista supiera nada:
“El día 28 la aviación avisa de que Guernica está destruida. Mola monta de nuevo en cólera y da la orden de que se averigüe qué es lo ocurrido y quién ha dado la orden de bombardear. Cree que ha sido obra de los aviadores italianos”.
“Le explican que ha sido la aviación (italiana y alemana), que sin orden la han bombardeado (...)”.
Y, para finalizar, culpabiliza a “los rojos”, pues los bombardeos de los nazis y fascistas no fueron la causa de la destrucción de Gernika (ni Irún):
“A primeras horas de la tarde del día 30 la 4ª Brigada ocupa Guernica, que es un montón de escombros. Hablan con los supervivientes, que coinciden en que después del bombardeo quedaban casi todos los edificios en pie, posteriormente empezaron los incendios y se oyeron muchas explosiones. Indudablemente, comentan, fueron incendiando y robando, como en Irún, los propios rojos”.
Fíjense en el insólito escenario en el que nos sitúa el general Dávila: 1) Los nazis y fascistas bombardearon las casas de las gentes de derechas; 2) lo hicieron por su cuenta; y 3) la mayor parte de la destrucción, pues la mayoría de los edificios estaban en pie, fue causada por los rojos. Es decir, los rojos destruyeron sus propias casas, porque las de las gentes de derechas ya habían sido destruidas por los nazis y fascistas, pero tampoco mucho, no se vayan a creer, puesto que estaban casi todos los edificios en pie tras los bombardeos. Sun Tzu no lo habría explicado de forma más coherente, rigurosa y brillante.
Una pista más: su nuevo libro se promociona en la página web de la AME, la Asociación de Militares Españoles, una asociación ultraderechista que hace apología del franquismo y que fue financiada por la cúpula militar cuando gobernaba el PP. No sé, pero los franquistas no parecen el tipo de tribu urbana que fomenten ideas diferentes a las suyas ni promocionen a personas que no sean de los suyos o se muestren cercanas.
La invención de una nueva interpretación antihistórica al respecto de la destrucción de Gernika
Más allá del despropósito argumental de la versión del general Dávila (carente de cualquier base documental primaria), que oscila entre el esperpento y el ridículo al contradecirse a sí mismo, lo cierto es que la misma, aunque hubiera sido presentada de forma más coherente, se cae por su propio peso frente a las decenas de investigaciones firmadas por acreditados historiadores y académicos desde hace décadas. Ya en su momento fue rebatida por los corresponsables que vivieron la guerra. George Steer escribió en The Times el 6 de mayo de 1937: “La declaración publicada por Salamanca según la cual Guernica ha sido destruida por los rojos es absolutamente falsa. Personalmente hablé con más de 20 refugiados de Guernica en los alrededores de la ciudad la noche de la destrucción. Excepción hecha del número de aviones que la bombardearon, todas las declaraciones coinciden en todos sus detalles”.
El problema de convertir a un general negacionista en Sun Tzu
La principal consecuencia de convertir a un general revisionista, negacionista y ultraderechista en el Sun Tzu español, más allá de la credibilidad de sus actuales análisis –sobre todo, habida cuenta de su ridículo argumental–, es que sus ideas ultraderechistas llegarán a cientos de miles de personas gracias a medios como La Sexta, Antena 3, El Confidencial, El Mundo, 20 Minutos o una editorial como La esfera de los libros. Estos medios le están concediendo legitimidad y credibilidad, además de visibilidad, tanto a sus análisis como a sus ideas. Además, en el caso de Ana Pastor, Iñaki López o Cristina Pardo, es decir, en el caso de La Sexta, ello le permite alcanzar un público que, de otra manera, sería bastante más complicado de captar.
Su nuevo libro se promociona en la página web de la AME, una asociación ultraderechista que hace apología del franquismo
Por lo demás, será interesante verificar el grado de cumplimiento por parte del Ejecutivo de la Ley de Memoria Democrática recientemente publicada en el BOE: mal casa lo expuesto con su artículo 15. “Derecho de las víctimas a la verdad”. Y, de forma concreta, su punto 3 sobre el “fomento de la investigación histórica”. No solo hablamos de la negación de la comisión sistemática de la vulneración de los Derechos Humanos, sino de las obligaciones del Reino de España con el Derecho Internacional (Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de No Repetición), como de forma insistente han señalado los relatores especiales de Naciones Unidas (Pablo de Greiff y Fabián Salvioli). También resulta de interés preguntarse por las causas por las que la Fiscalía General del Estado no ha actuado todavía de oficio, pese a lo expuesto en la Circular 7/2019, de 14 de mayo, al respecto de las “pautas para interpretar los delitos de odio tipificados en el artículo 510 del Código Penal” (BOE, 24/05/2019). Otro tanto sucede con el Gobierno vasco: no se tiene constancia de ningún tipo de movimiento o declaración. Como también sorprende el silencio de investigadores e historiadores. Quizás este sea el silencio que resulte más grave: si bien una cosa es no entrar al trapo para no darle más publicidad –y algo se aprendió hace tiempo con los “Pío Moa”–, otra cuestión harto diferente es que se esté cuestionando directamente un amplio conjunto de consensos historiográficos y aquí no pase absolutamente nada: ¿dónde quedó la función social del historiador comprometido con su país?
Para finalizar, cabría preguntarse cómo puede ser que los medios de comunicación españoles concedan espacio a un ultraderechista y negacionista que, en Alemania, no solo no sería general, sino que estaría en prisión; cómo puede ser que llegase a general y que, entre todos los generales retirados que hay, los medios hayan elegido a un filonazi –igual no son la minoría que nos quieren hacer creer–; y, por último, ¿cuál puede ser la consistencia de los análisis de un general que difunde –con mucho desacierto, además– que la destrucción de Gernika fue, o pudo ser, obra de “los rojos”, promociona a neonazis o abronca a una alcaldesa de Madrid por aplicar la Ley de Memoria Histórica? Parece ser que, en España, son tan brillantes como los de Sun Tzu.
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Luis Gonzalo Segura es exteniente del Ejército de Tierra.
Sergio Gálvez Biesca es doctor en Historia Contemporánea.
Es muy posible que muchos de ustedes sepan quién es el general Rafael Dávila Álvarez, debido a que se ha convertido en el analista militar fetiche de La Sexta –en especial ‘Más Vale Tarde’ y ‘El Objetivo’– y Antena 3, además de múltiples diarios –El Mundo, El Confidencial o 20 Minutos–....
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