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Querida suscriptora, querido suscriptor:
Contaba el gran José Martí Gómez en El oficio más hermoso del mundo algunas anécdotas sobre su época de reportero. Narraba cómo, en su inocente juventud, aparecía por la redacción del periódico local entusiasmado con una historia bajo el brazo que a él le parecía un bombazo y a sus jefes un dolor de cabeza innecesario. Esto no podemos darlo, José, nos podrían dar el toque desde el Ministerio de Información. Esto tampoco, José, cabrearía a los anunciantes. El oficio más hermoso del mundo cuenta la experiencia vital de un periodista que descubrió pronto que, además de ser el más hermoso, el periodismo es de los pocos oficios en los que hacer bien tu trabajo te puede suponer no un ascenso, sino una carta de despido. Entre los inicios de Martí Gómez, en pleno franquismo, y el día de hoy han cambiado muchas cosas en España, en el mundo y también en el periodismo, pero no algunas de las fundamentales. Quien entra a una redacción con una historia digna de ser contada sigue encontrándose con las mismas trabas que se encontró Martí Gómez, si no son mayores. Esto podría molestar a El Corte Inglés, a Endesa o al Banco Popular, así que date media vuelta y vete a buscar un perro montando en patinete, querido. Quien paga, manda. Entonces y ahora.
En CTXT pagáis quienes recibís esta carta. Las suscriptoras y suscriptores sois nuestro Corte Inglés, Endesa o Banco Popular, y perdón por la comparación. Esta semana, a raíz de una polémica generada en redes a cuenta de un par de piezas publicadas en CTXT sobre el modelo educativo en España, un grupo de suscriptores de la revista ejerció su derecho a sentir cabreo con los textos y anunciar que se daban de baja. Todo el respeto y ni un solo pero que ponerles, porque cuando decimos que los lectores son nuestros jefes es porque así lo sentimos y aceptamos, con sus ventajas y sus inconvenientes. En la última reunión del Consejo Editorial de CTXT debatimos, entre otros, sobre este asunto. Un asunto poco transitado en el periodismo, porque no hay aún historias como las de Martí Gómez que transcurran en este escenario ya entrado un siglo XXI en el que no somos muchos los medios que tenemos como jefe a quien nos lee. En la reunión llegamos a tres conclusiones básicas que, aunque ya practicábamos en el día a día, quizá nunca habíamos ordenado y teorizado como se merecían. La primera es que CTXT no tiene línea editorial en absolutamente todos los ámbitos de la sociedad. Por ejemplo, no la tiene sobre los métodos y estrategias educativas en nuestras aulas. Más allá de una defensa de una educación pública y de calidad que para esta revista es innegociable, es nuestra obligación –y aquí llega la segunda conclusión– abrir debates públicos en los que aparecerán posturas encontradas. Unas podrán gustarnos más y otras menos. Nos sentimos orgullosas de ser de los pocos medios que ofrecen tribunas abiertas y públicas a quien, habiéndose sentido ofendido, cabreado o simplemente en desacuerdo con un artículo publicado, quiera contrarrestar con argumentos. El periodismo es debate. La tercera conclusión fue que debíamos escribirles esta carta para proponerles un pacto, un contrato jefes-empleados que sirva de guía en este modelo de periodismo en el que no hay llamadas de El Corte Inglés, pero puede haber suscriptores descontentos.
El contrato que les proponemos consiste en ser honestos con ustedes. En decirles que dependemos de su suscripción, pero que haríamos mal recordándolo a la hora de hacer nuestro oficio. En recordarles que, cuando les toque de cerca una pieza con la que estén en desacuerdo, sepan ustedes que tienen todo nuestro respeto si deciden marcharse. Pero que antes de hacerlo recuerden que pueden usar su derecho a réplica, a escribirnos para que publiquemos su crítica con argumentos de ese artículo que les molestó o que consideran un error. Sepan también que si creemos en este modelo en el que el jefe es el lector es porque nos sentimos más libres y protegidos con ustedes de lo que nos sentiríamos dependiendo de las grandes empresas de este país y sus intereses. Que estamos convencidos de que, si han llegados ustedes hasta aquí, es porque tienen una visión democrática de la vida y también de la prensa que incluye estar preparados para que, a veces, los medios en los que confían puedan meter la pata o, sin meterla, ponerle por delante una información que no comparta. Pediremos disculpas cuando nos equivoquemos y les abriremos las tribunas cuando lo pidan. Pero seguiremos trabajando, desde nuestra línea editorial de defensa de los derechos humanos, de lo común y lo público, sin miedo a abrir debates que pueden resultar incómodos. Con la tranquilidad de que están ustedes detrás para proteger esa libertad necesaria, de que ejercerán su derecho a intervenir cuando lo consideren y de que sabrán entender los errores que podamos cometer en mitad del camino. Gracias por seguir ahí. ¡Un abrazo y mucha salud!
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Contaba el gran José Martí Gómez en El oficio más hermoso del mundo algunas anécdotas sobre su época de reportero. Narraba cómo, en su inocente juventud, aparecía por la redacción del periódico local entusiasmado con una historia bajo el brazo que a él le...
Autor >
Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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