1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Francisco Martínez López, El Quico / Guerrillero antifranquista, el último maqui

“Los guerrilleros no estábamos en el monte, eso es una deformación. Estábamos en las casas del pueblo”

Ritama Muñoz-Rojas 15/11/2022

<p>El Quico en Valladolid en 2016.</p>

El Quico en Valladolid en 2016.

Foto cedida por el entrevistado

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Hubo en España diez mil hombres para los que la guerra no terminó en 1939 y que, desde 1936 y hasta 1952, permanecieron armados y luchando, casi siempre cuerpo a cuerpo, contra el franquismo y sus tropas. A ese grupo de combatientes, conocido como el maquis o la guerrilla, perteneció durante catorce años Francisco Martínez López, El Quico, hoy único superviviente del movimiento guerrillero, la única voz que puede hablar en primera persona de aquella lucha para la que tan importante fue el apoyo de una parte de la sociedad, aunque la Historia, la que nos ha llegado mutilada y desfigurada, se haya decantado por una versión que tiene más que ver con bandoleros decimonónicos de la serranía de Ronda que con un grupo político organizado y con una base popular. Otra víctima más, el maquis, de la desmemoria impuesta por la dictadura y sus coletazos. Es lo que no se cansa de repetir El Quico en esta entrevista, realizada por teléfono, en la que este señor leonés del Bierzo, nacido en Cabañas Raras hace 97 años, desborda inteligencia, conocimiento, sentido del humor y ningún problema a la hora de hablar claramente de su experiencia en la guerrilla. 

Entre los muchos datos de su biografía, decir que a Francisco Martínez, el Quico, se le condenó a muerte con 20 años, que se exilió en Francia tras catorce años de guerrilla, que formó parte del Comité Central del Partido Comunista de España, que regresó del exilio en el 77, y que ha escrito varios libros, el último, Caminos de resistencia.

¿Qué era un guerrillero?

El guerrillero es un combatiente que no tiene nada que ver con las formas clásicas del ejército, porque pertenece a una organización que es del pueblo. La lucha del movimiento guerrillero va en contra de un poder determinado, pero siempre apoyada en una estructura popular. Si se defiende una causa y no hay una sociedad que la apoye y que esté inmersa en ese proyecto, no tiene mucho sentido esa lucha. El movimiento guerrillero, el maquis de los años cuarenta en España, fue algo anclado en una sociedad, que requería recursos logísticos que dependían del trabajo de una red de apoyo del pueblo; por ejemplo, para conseguir armas, para tener casas en las que ocultarse, para obtener información o infiltrarse en los canales del propio sistema y para investigar la capacidad que ese sistema tenía para exterminarnos.

Cuéntenos algún recuerdo del guerrillero.

Una vez estuve cercado con tres compañeros durante catorce horas en un pueblo; estábamos rodeados por ciento y pico guardias civiles,  convencidos de que no salíamos vivos; catorce horas reflexionando sobre cómo ibas a morir. Ocupamos todo un barrio; ellos se acobardaron, pero tenían mucho material de guerra, morteros, quemaron casas. Nosotros conseguimos resistir, nos escapamos, y salimos sin un rasguño; pero entre ellos hubo algunas bajas, porque, bueno, tenías que defenderte. Más tarde se vengaron, asesinaron a los dos jóvenes de 19 y 21 que eran los de la casa en la que nos habíamos escondido. Aquello era una tragedia. Todos éramos muy jóvenes. Estaban también los veteranos, que eran los que tenían 30 años.

En el 42, en la provincia de León se creó la primera federación de guerrillas, en la que ya se elabora una estrategia de grupo

La guerrilla surgió antes de terminada la guerra.

Sí, desde el primer momento hubo gente clandestina en las zonas ocupadas por el franquismo. Al principio, empezó por la necesidad de huir y de defenderse; después, va surgiendo un movimiento organizado que trabaja en la clandestinidad y que, poco a poco, se va armando; y luego viene el otro periodo en el que el movimiento está muy organizado, ya de una forma mucho más amplia. Por ejemplo, en el 42, en la provincia de León se creó la primera federación de guerrillas, la Federación de Guerrillas León Galicia, en la que ya se elabora una estrategia de grupo, mejor dicho, de grupos, porque estábamos diseminados en la sociedad.

Guerrilleros en el congreso para la fundación de la federación en Ferradillo en 1942. Imagen cedida por el entrevistado.

¿Cómo se pudo organizar un movimiento guerrillero en los primeros años del franquismo en los que la maquinaria de la represión era tan eficaz?

Apoyándonos en la experiencia de la clandestinidad, de los topos; poco a poco ibas adquiriendo experiencia sobre cómo burlar al enemigo, siempre con el apoyo popular. Desgraciadamente, no teníamos el apoyo de todo el mundo, pero había sectores, por ejemplo, en Galicia o en León, en los que todo un pueblo estaba de acuerdo con la guerrilla, y hasta te podías permitir hacer un congreso allí. Elaboramos una estrategia global, la estrategia principal de la lucha frontal, siempre con perspectiva política, porque la perspectiva política era fundamental y necesaria. Según esta estrategia, cada grupo tenía un espacio y todos estaban coordinados con la Federación. Pero lo importante para la organización de la guerrilla no fue tanto la lucha armada, como la red de apoyo popular.

Lo importante para la organización de la guerrilla no fue tanto la lucha armada, como la red de apoyo popular

¿Había algún partido detrás del movimiento guerrillero?

En mi zona había partidos políticos, pero locales, sin vinculación con un aparato central. Había comunistas, socialistas, anarquistas, y todo era un componente de resistencia plural. Sin embargo, en Levante el movimiento lo organizó principalmente el Partido Comunista después del fallo del Valle de Arán; la guerrilla de Levante tuvo otro origen y otros referentes, que eran el francés y el soviético. Ellos se llamaban guerrilla comunista, y yo creo que eso limitaba el campo de acción. Nosotros éramos un movimiento plural, y teníamos las puertas abiertas a todos los republicanos.

¿Cuál era el objetivo de la guerrilla, del maquis?

Acabar con Franco, claro [se ríe]. Había que continuar la lucha. Más aún cuando llegó la victoria de los aliados, porque pensamos que con un boicot internacional por el carácter fascista y colaborador de Franco con Hitler y Mussolini cambiaría nuestra situación, surgiría un auge de entusiasmo y de participación popular, y las fuerzas franquistas se desmoralizarían. Y así fue, porque en el año 46 o 47, la guardia civil tenía con nosotros un comportamiento diferente al que tuvo más adelante, cuando ya estaban seguros de que Franco estaba reconocido.

¿Qué quiere decir “un comportamiento diferente”?

Si podían evitar el enfrentamiento con nosotros, lo hacían. Nos respetaban más, aunque, claro, también era por salvar el pellejo. Al fin y al cabo, no todos los guardias civiles eran unos sanguinarios, torturadores. El que estaba ahí para ganar el pan tampoco se quería destacar cuando veía el clima violento. También muchos falangistas, algunos tan activistas y tan criminales en el primer momento, trataron de borrar su pasado. Hubo varios que colaboraron con nosotros. Y también hubo guardias civiles que nos apoyaban.

¿En qué consistía ese apoyo?

Cuando estás vinculado a la sociedad, hay una cantidad de familias que tienen un familiar cura, un familiar guardia civil, un familiar que es o ha sido falangista. Para nosotros era muy importante cuidar nuestra red de apoyos, porque era el elemento fundamental de vida; parte de nuestro trabajo era buscar apoyos, gente en la sociedad que colaborara con nosotros; y así, te encontrabas de pronto con que alguien te ponía en contacto con un falangista que estaba dispuesto a ayudar. Yo estuve en contacto, por lo menos, con tres guardias civiles que eran amigos o familiares de alguien, y que nos prestaban servicios como conseguirnos armas, munición y también, muy importante, información. Y hubo cantidad de curas que colaboraron con la guerrilla en aquella zona, en León y Galicia. Yo he parado en muchas casas de curas.

Yo estuve en contacto, por lo menos, con tres guardias civiles que eran amigos o familiares de alguien, y que nos ayudaban

Insiste usted sin parar en la importancia que tuvo el apoyo del pueblo para la organización del movimiento guerrillero, del maquis.

Eso fue fundamental. Yo tengo muchas reservas sobre cómo han tratado algunos historiadores el tema del movimiento guerrillero, porque no han entrado en estos matices que son fundamentales, y han dado una visión de la guerrilla como si hubiera sido cosa de unos cuantos que andaban sueltos por el monte, o como dos ejércitos que se encuentran, uno muy débil y otro muy fuerte, pero no era eso. El movimiento guerrillero era también la mujer de un pueblo que nos recogía en su casa y después la torturaban o la asesinaban. Incluso tratábamos de educar a los niños de las casas en las que parábamos para que también jugaran un papel de complicidad con nosotros. En una buena descripción histórica de lo que fue el movimiento guerrillero, no hubieran quedado aparcadas las mujeres como pasa tantas veces. Pero es que, además, hubo una transición política que se hizo con los torturadores del franquismo, que echó el velo sobre todo eso, organizó el silencio, y quedaron muy pocos testimonios de lo que fue todo ese movimiento. Nadie sabe ahora quiénes eran sus miembros, porque eran clandestinos y no se conocían sus nombres. Oficialmente, para el régimen éramos bandoleros, y eso deformó mucho la concepción del movimiento. Francisco Aguado, que era un guardia civil torturador, fue el primero en escribir un libro sobre los maquis [El maquis en España: su historia, 1975], justamente para contribuir a esa deformación de que en España no hubo resistencia, que eran cuatro bandoleros que estaban por ahí. Tampoco ha habido la cultura de buscar testimonios hasta hace muy poco, y ahora quedan ya muy pocos como el mío.

Háblenos del papel de las mujeres, tan ignorado.

Fue fundamental. La guerrilla sin mujeres en aquella zona [León y Galicia] era imposible. Tú parabas en las casas, y en las casas estaban casi siempre las mujeres. Ellas hacían la propaganda, la distribuían. Las mujeres en León y Galicia eran las guerrilleras del llano; y había más mujeres que hombres en la lucha contra el franquismo. Sin las mujeres, el movimiento no hubiera durado 16 o 17 años clandestino. Cuando las descubría la policía o la guardia civil, las torturaba con mucha más saña que a los hombres; no concebían que las mujeres estuvieran en temas políticos. Es un concepto muy machista y patriarcal de la sociedad.

Sin las mujeres, el movimiento no hubiera durado 16 o 17 años clandestino

¿Cómo entró usted en el movimiento guerrillero?

Porque yo era pueblo. Yo era niño cuando la guerra, pero ya en ese momento los niños teníamos un papel importante en las redes que ocultaban a los que estaban perseguidos por el franquismo. Desde muy jovencito yo participé en esas operaciones, y en una de ellas nos descubrió la policía; a mi amigo, que tenía 19 años, le aplicaron la ley de fugas y le pegaron un tiro. Éramos jovencísimos, pero daba igual. A mi hermano le torturaron con 16, y a muchos otros, por apoyarnos. Pero el franquismo, la policía, tampoco tenía una visión muy amplia del tema. A ellos solo les preocupaba el hecho de que hubiera gente armada, y se les escapaba el papel político de esos grupos que, aunque estaban armados para la autodefensa, también estaban organizando al pueblo, que era lo fundamental.

¿Cuándo cogió usted un fusil?

Cuando me descubrió la policía. Entonces me incorporé al grupo clandestino y tenías que ir armado.

Y se fue al monte.

¡No! Eso del monte es otra de las deformaciones. Yo no estaba en el monte; los guerrilleros estábamos en la sociedad, en las casas de la gente, del pueblo. Mi casa, la casa de mis padres, era un lugar de vivencias de la guerrilla. Y la casa de mis vecinos, también. Cuando me incorporé a la guerrilla, estuve en otras casas, en pueblos en los que nunca había estado. Cuando te convertías en clandestino, te incorporabas en un grupo, todos los grupos eran itinerantes; el mío, por ejemplo, cubría Orense, Lugo, León, algo de Zamora y llegaba hasta Portugal. Nos tocaba estar en cientos de casas.

La casa de Cabañas Raras donde nació Francisco Martínez López, casa de apoyo durante la Guerra Civil. Imagen cedida por el entrevistado.

A usted nunca le detuvieron.

No, no claro. Al que detuvieron y torturaron fue a mi hermano, con 16 años; y a mi padre, mis hermanas, a mi madre. Sabían que yo estaba en la guerrilla, y les trataban como cómplices. A mis vecinos y a mis amigos, que no tenían ni idea de mi paradero, les llevaban a la cárcel y les pegaban para que respondieran a lo que no sabían. Nosotros éramos muy disciplinados. A nadie le contabas nada. En mi pueblo, por ejemplo, había diez casas en las que parábamos los guerrilleros, pero no se decía quién estaba en tal casa o en otra.

¿Cómo se financiaba la guerrilla y las redes de apoyo?

Para financiarnos, pues mire, echábamos multa a alguna gente que era pudiente, que era de derechas, y se les pedía que apoyaran como pudieran. Nunca a criminales, porque a esos no se les aceptaba ni siquiera para que aportaran. Ese dinero que íbamos recogiendo se daba en las casas que nos acogían, casas que eran muy pobres; el dinero era para la comida, porque el peligro no lo pagas. Recuerdo que eran 25 pesetas por persona y día.

Supongo que cuando “echaban la multa” era obligatorio pagar. 

Sí, sí claro. Pero había algunos que lo hacían voluntariamente. A lo mejor les molestaba, pero preferían estar a bien con la guerrilla.

Cuatro guerrilleros en 1941: Manuel Zapico, El Asturiano; Francisco Martínez, El Quico; Pedro Méndez, El Jalisco y Silverio Yebra, El Atravesado. Foto cedida por el entrevistado.

Para terminar, ¿qué hizo cuando dejó la guerrilla?

Me exilé en Francia en enero del 52. Pero desde octubre, había estado en la cárcel de la Legión Extranjera, en Marsella, porque en ese momento Francia estaba en guerra con Indochina, y querían combatientes extranjeros, porque los franceses no querían ir. Nos hicieron la vida imposible, presionando para que fuéramos a la guerra. Se hizo una campaña de solidaridad con nosotros. Y luego ya como exilado, a trabajar de lo que fuera. Me inventaron una profesión que no conocía, en la industria metalúrgica; había que ser muy audaz para aprender cualquier profesión y adaptarse a estar en el extranjero. Luego pasé a la construcción, después, pasé a la industria química, y al final terminé con un puesto permanente en el Partido Comunista de España, trabajando en los vínculos con la gente del interior. Creamos también una asociación que se llamaba Iberia Cultura. Esto era en París. Estuve muy involucrado en el movimiento asociativo, sobre todo desde la llegada de los emigrantes económicos. Cuando llegué a España me involucré en la creación de grupos de Memoria. Ahora milito en la Asociación Archivo Guerra y Exilio. Todo ello contiene mi experiencia acumulada en tantos años.

Hubo en España diez mil hombres para los que la guerra no terminó en 1939 y que, desde 1936 y hasta 1952, permanecieron armados y luchando, casi siempre cuerpo a cuerpo, contra el franquismo y sus tropas. A ese grupo de combatientes, conocido como el maquis o la guerrilla, perteneció durante catorce años...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autora >

Ritama Muñoz-Rojas

Periodista y licenciada en Derecho. Autora de 'Poco a poco os hablaré de todo. Historia del exilio en Nueva York de la familia De los Ríos Giner, Urruti'.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí