MARTA FRÍAS Acedo / Árbitra de fútbol
“He estado 21 años arbitrando y solo he cotizado cuatro meses”
Ricardo Uribarri 19/02/2023
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La trayectoria de Marta Frías en el mundo del arbitraje es un reflejo de cómo ha cambiado la sociedad y el fútbol, especialmente el femenino, desde que ella empezó en esta actividad hace 21 años. De pitar en campos llenos de barro sin apenas gente a los grandes estadios con miles de personas; de llamar la atención que una mujer estuviera pitando un partido a que ahora se considere algo normal; de tener que compartir vestuario con sus compañeros a tener uno para ella sola; de no tener apenas derechos a poder presumir de ser profesionales. Avances en los que ha puesto su importante granito de arena, siendo una de las caras visibles en las negociaciones con la Federación Española, para que las que llegan después que ella disfruten de unas condiciones que hace dos décadas parecían impensables. A sus 42 años, a esta cacereña adscrita al Comité Aragonés le ha llegado la hora de decir adiós. Es el momento de hacer balance y destacar la trayectoria de una pionera.
¿Por qué lo deja ahora, en mitad de la temporada?
Es algo bastante meditado. Llevo arrastrando una lesión, una hernia en la espalda, desde hace seis años. He tenido etapas mejores y peores. En el momento en el que, tanto por prescripción médica como por cómo me sentía, he visto que quizá ya no podía dar el 100% en los terrenos de juego, he pensado que ni el fútbol ni yo misma merecemos tener otro final. Por eso decidí que había que dar un paso al lado.
¿No le da pena no disfrutar más del actual momento del arbitraje femenino español, ahora que tienen buenas condiciones, después de tantos años de penurias?
La verdad que sí, no voy a mentir. Me da mucha pena. Estos meses he podido vivir la profesionalización del arbitraje femenino y se ha notado muchísimo el cambio. Hemos tenido tiempo para dedicarnos a nuestra profesión, para centrarnos en lo que nos gusta y sí que me voy con esa cosa de no haber podido aguantar los dos años que me quedaban hasta el retiro. Es triste, pero la decisión es la adecuada para mí. Tengo que estar feliz de todo lo que he vivido en mi etapa como árbitra.
Usted ha arbitrado durante 21 años y no ha cotizado ni un solo día hasta el pasado 14 de septiembre, cuando se aprobó el convenio.
Ni yo ni nadie. Cuando comienzas te pagan por los partidos que haces, pero no cotizas. Empezamos a cotizar el pasado mes de septiembre, cuando llegó el convenio. En el pasado las cosas estaban hechas así y era lo que había. Ahora hemos conseguido un paso más hacia la profesionalización.
Las que van a disfrutar de la mejoría en las condiciones de trabajo le deben a usted mucho. Fue de las que más se fajó para conseguirlas, incluso yendo a la huelga sin dudar para reivindicar mejores derechos, y no solo en el aspecto económico.
En eso me siento muy contenta y orgullosa. Que todas las compañeras que vengan puedan tener esto que yo no he tenido es fenomenal, de eso se trata, de mejorar la situación del arbitraje femenino. Hemos tenido que luchar las de atrás, las que empezamos hace tiempo por llegar a donde hemos llegado. No es solo mejorar económicamente, son nuestros derechos laborales, que tengas una lesión y tengas una baja, que te puedas quedar embarazada y tengas tu baja maternal, que tengamos seguridad social, que coticemos, que se nos reconozca como un estamento importante dentro del fútbol femenino. Solo puedo decir que me siento muy bien, me siento muy contenta por ellas, no tengo ningún tipo de envidia. La que ha dado un paso cómo, dónde y cuándo he querido he sido yo. Poder elegir lo que quieres en la vida es lo mejor.
Las jugadoras están molestas porque no entienden que las árbitras tengan mejores condiciones económicas de base que ellas. ¿Entiende su posición?
Nosotras hemos luchado por lo que queríamos y por lo que pensábamos que nos hacía falta para mejorar, para poder dedicarnos exclusivamente a esto. Las puertas se las hemos dejado abiertas, ellas tienen su propio convenio, sus propias negociaciones y espero que lleguen también a un buen fin.
Hace dos décadas había que ser valiente y tener mucha afición para dedicarse a esta actividad, empezando desde abajo, con poca seguridad en los campos y una sociedad machista. ¿Por qué dio el paso de ponerse a arbitrar?
A mí me gustaba mucho el fútbol, el deporte y en una empresa en la que trabajaba por esa época había un compañero que era árbitro y me animó a que me apuntara. Me comió la cabeza durante varios días y al final me llevó al Comité. Si no fuera por él no habría llegado hasta aquí, porque no se me habría ocurrido ser árbitra. En aquel momento me enganché porque hacía deporte, me relacionaba con mucha gente, te daban un dinero y podías tener tu independencia.
Durante muchos años estuvo pitando en categorías inferiores masculinas. ¿Le ha gustado arbitrar más a hombres o a mujeres? ¿Dónde ha tenido más problemas?
Por el bagaje que tengo, porque estuve muchísimos años pitando a chicos, podría decir que he tenido más problemas con los chicos, pero tampoco diría que han sido problemas serios. Creo que ahora está muy equiparado en todos los sentidos, aunque físicamente es el punto de diferencia que puede haber, porque genéticamente no somos iguales. Igual si ahora estuviera 21 años dirigiendo solo el femenino diría que tuve más problemas con el femenino. Un partido de fútbol te lo tienes que tomar como me lo he tomado yo siempre. Para mí era igual uno de alevines que de Tercera división. Si eres profesional no debes hacer ninguna diferencia entre chicos o chicas.
El hecho de poder dirigir partidos en la máxima categoría femenina a partir de 2017 fue importante para las mujeres árbitras.
Aquel fue el primer golpe en la mesa que se dio. En esa época era mucho más complicado ascender en el masculino, aunque teníamos las mismas oportunidades, pero dar el salto y lograr la visibilidad de los medios fue gracias a dirigir partidos de la máxima categoría femenina. Fue un punto de inflexión.
Ha habido un cambio radical, la sociedad ha avanzado y ver a una árbitra se ha vuelto normal
¿Se trata mejor a las árbitras ahora en los campos por parte de jugadores y público que cuando empezó? ¿Hay menos machismo, más respeto, o todavía se escucha aquello de ‘vete a fregar’?
Ha habido un cambio radical, la sociedad ha avanzado y ver a una árbitra es algo que ahora se ha normalizado, aunque no me gusta esa palabra. Quedará gente que diga algo, puede ser, pero a los chicos también les pasa, de otra manera, pero también les dicen cosas. Pero sí que se ha avanzado muchísimo de hace 21 años a ahora.
Usted ha sido testigo directo de cómo ha evolucionado el fútbol femenino en España. Era difícil prever en sus inicios que se vieran campos con 60.000 o 90.000 espectadores.
Eso era inviable, no existía. Hasta que no lo he visto no me lo he podido creer. Quizá las compañeras que llevan menos años lo pueden considerar normal, pero para mí es increíble. Cuando he pitado en un campo grande, en el Metropolitano, en Anoeta, y miraba a la grada con la gente que había se me ponían los pelos de punta. Se te vienen tantos recuerdos, los campos de barro, poca gente, que cuando ves eso piensas: “Dónde estaba y dónde estoy”. Antiguamente ibas a los campos y los vestuarios eran mínimos y tenías que entrar con los compañeros, la ropa era talla de chico… Pero tampoco me extrañaba, eran las condiciones que teníamos todas por igual. En aquel momento teníamos eso y ahora, viendo lo que hemos avanzado, estoy muy contenta de que ninguna compañera tenga que correr con una talla ‘S’ de chico o que haya vestuarios para cada componente del equipo arbitral.
Cuando he pitado en un campo grande, en el Metropolitano, en Anoeta, se me ponían los pelos de punta
¿Cuál diría que ha sido su mejor cualidad como árbitra y cuál cree que debe tener alguien que se dedique a esta actividad?
Yo en el campo siempre he dicho que he sido muy humilde. He intentado empatizar con compañeras, jugadoras y entrenadores. Y me he considerado muy dialogante, he intentado ponerme en cada momento en el papel de las jugadoras. El compromiso que he tenido conmigo misma y mi constancia creo que me ha hecho estar donde estoy. Nunca he pensado dónde podía llegar, he ido día a día, partido a partido, aunque suene muy Simeone, pero es así. Iba pasando cada partido disfrutándolo, dándolo todo e intentando siempre aprender.
Hay quien dice que todavía se ven muchos fallos en el fútbol femenino por parte de las árbitras. ¿Cómo lleva las críticas?
Esto es como el fútbol masculino, cuántos errores vemos también ahí o cuantos se sacan de la manga. Hay que ser consecuentes. Nosotras hemos conseguido una cosa, pero esto no es plantar una semilla y que al día siguiente te salga la uva, hay que ir con tranquilidad y ahora con las condiciones que tenemos vamos a trabajar mejor y todo va a ser más rápido, porque nos dedicamos en exclusiva. De todas maneras, errores va a haber siempre. El error va en la mochila del árbitro, no somos perfectos, en cualquier decisión humana puede haber un error. Todo el mundo hace las cosas con buena fe, nosotras somos las primeras que nos machacamos psicológicamente cuando cometemos un error. Yo creo que vamos a mejorar mucho y avanzar, igual que hemos avanzado desde hace 21 años.
El año que viene parece que se va a introducir el VAR en el fútbol femenino. ¿Será una ayuda?
Nos están formando desde el comité técnico y estaremos preparadas y certificadas a finales de junio. Es una ayuda para todos, estaremos más tranquilas porque si cometes un error tendrás ese apoyo tecnológico. Para mí, el VAR es un aporte bastante importante en cualquier terreno de juego.
Fue la elegida para dirigir el primer Real Madrid-Barcelona femenino, ha pitado finales de Copa, de Supercopa, internacionales…Si tuviera que quedarse con un partido, ¿cuál sería?
Guardo en la retina todas las finales de Copa y Supercopa, especialmente la última de hace unas semanas en Mérida, porque era mi casa y estaba rodeada de mi gente. También recuerdo unos dieciseisavos de Champions que fue un 3-4, un partido bastante complicado, que me gustó porque fue difícil. Tampoco olvido mi primer partido como internacional, en Macedonia, y con mi compañera Rocío. Me quedo sobre todo con las personas.
¿Tiene alguna anécdota que le haya sucedido y que recuerde?
En mi primer partido, que era de alevines, recuerdo que me colgué el silbato, como hacen los de baloncesto. Salí al campo superfeliz, lloviendo, lleno de barro y con el silbato colgado, hasta que en el descanso me vino un compañero de un campo de al lado y me dijo: “Los silbatos no hay que colgárselos, que eso es en baloncesto”. Y luego también en Tercera división, cuando era raro ver a una mujer pitando, vino un jugador al final de un partido y me preguntó: “¿Te puedo dar dos besos?”, me quedé cortada. Es algo que parece normal, aunque nunca me había pasado en un campo. Al final se los di, pero no se si estaba más roja de correr durante el partido o por cómo me puse en ese momento.
¿Ha habido algún jugador al que haya arbitrado de joven y que luego haya llegado a Primera?
Sí, he pitado a Ander Herrera (Athletic), a Cani (Zaragoza), a Bojan (Barcelona), a Ansu Fati (Barcelona).
Se le van a hacer raros los fines de semana sin tener que ir a arbitrar. ¿Va a seguir ligada de alguna manera al mundo del arbitraje?
Raro se me hizo ya el primer fin de semana sin partido. Me preguntaba: “¿Qué hago?”, pero me puse a ver partidos por la tele. Sentí esa nostalgia de los fines de semana. La suerte que tengo es que voy a ser instructora de arbitraje femenino en el comité. Estoy superfeliz con esa oportunidad y espero que me quite ese gusanillo de saltar al césped.
¿Qué les diría a las chicas jóvenes que estén interesadas en probar en el mundo del arbitraje?
Les diría que esto se convierte en una forma de vida, que maduras muchísimo antes, que conoces a mucha gente, que viajas y que aprendes realmente lo que es la vida. Cuando estás en el terreno de juego sientes esa cercanía con todo el mundo, te abre muchísimas puertas. Les animaría a que probaran, por probar no pasa nada. Yo probé un día y me enganché. Yo no nací árbitra, me hice árbitra y moriré siendo árbitra.
¿Cree que veremos alguna vez a una mujer arbitrando un partido de Primera masculino en España?
Sí, estoy segura de que va a llegar ese momento. Espero que cuando llegue sea algo normalizado, aunque evidentemente será noticia. Y que no sea una, que sean muchas más en el futuro.
La trayectoria de Marta Frías en el mundo del arbitraje es un reflejo de cómo ha cambiado la sociedad y el fútbol, especialmente el femenino, desde que ella empezó en esta actividad hace 21 años. De pitar en campos llenos de barro sin apenas gente a los grandes estadios con miles de personas; de llamar...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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