1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.340 Conseguido 91% Faltan 16.270€

alternativa urbanística

Madrid y Viena: dos modelos de vivienda antagónicos

En las últimas décadas la capital española se ha entregado a los intereses privados, mientras que el urbanismo de Viena está basado en preservar la ciudad como un bien público

Manuel Gabarre de Sus 15/04/2023

<p>Recreación del proyecto de urbanización de Valdecarros. <strong>/ Ayuntamiento de Madrid</strong></p>

Recreación del proyecto de urbanización de Valdecarros. / Ayuntamiento de Madrid

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Los estilos arquitectónicos funcionan como si fueran iconos del poder. Felipe II demostró ser bien consciente de ello cuando fijó su corte en Madrid. El hijo del emperador Carlos quiso convertir su nueva capital en un símbolo del dominio de la Casa de Habsburgo sobre el imperio español. La sede principal de la corte, Toledo, conservaba un excesivo acervo hispánico para el gusto de esta familia centroeuropea. Una familia a la que le repugnaba la diversidad cultural que había encontrado en la península ibérica. Desde entonces Madrid imitaría la arquitectura de Viena, que era la ciudad desde la que los Habsburgo dominaron Europa central durante siglos. Pronto los Austrias cubrieron Madrid con unos tejados concebidos para los temporales de los Alpes y la tradicional teja árabe fue desapareciendo de los edificios representativos de la casa real. De poco sirve un tejado de pizarra en una ciudad donde las nevadas son un acontecimiento. Sin embargo, esta estética cumplía con la función de representar el dominio de los Austrias sobre los reinos hispánicos.

Más allá de los tejados puntiagudos, pocas semejanzas urbanísticas guardan ya las antiguas capitales de las dos ramas de la Casa de Austria. Desde hace décadas la ciudad de Madrid se ha entregado a los intereses privados, mientras que el urbanismo de Viena está basado en preservar la ciudad como un bien público. En España, son los propietarios de solares quienes hacen y deshacen la trama urbana mediante el sistema de compensación. El resultado de esta política es un urbanismo desabrido al que las modificaciones legislativas de la última década han dejado obsoleto. Por el contrario, el sistema urbano de Viena está concebido para el bienestar de sus ciudadanos. En los nuevos desarrollos de la ciudad la mayor parte de las viviendas tiene un carácter social y el Ayuntamiento prioriza la sostenibilidad ambiental del modelo urbano. Este sistema de vivienda ha sido el remedio más eficaz para superar la crisis habitacional y ecológica que asola las ciudades europeas. Así lo demuestra el contraste entre el desarrollo urbano de Madrid y el de Viena.  

Al este de Madrid

Nombres como Los Berrocales, Los Cerros o El Cañaveral anuncian que los Desarrollos del Este no se encuentran sobre los mejores terrenos de la ciudad. El este de Madrid convive con malos vecinos como son los vertederos y la incineradora de Valdemingómez, donde cada día los servicios de limpieza del Ayuntamiento queman las montañas de basura que genera la capital. Quizá la contaminación sea uno de los motivos por los que el Ayuntamiento decidió ubicar en su entorno las zonas para viviendas protegidas en el plan de ordenación urbana de 1997. 

Ese plan contemplaba la creación de una nueva ciudad en el este de Madrid. Allí el Ayuntamiento aprobó la construcción de 145.637 viviendas, de las que más de la mitad iban a ser protegidas. Es una cifra que se aproxima mucho al total de viviendas de una ciudad de tamaño medio como Bilbao. Aunque ya ha transcurrido casi una generación desde la aprobación del plan, el desarrollo de la mayor parte de los sectores sigue paralizado. Es el caso de Valdecarros, Los Ahijones, Los Cerros y Los Berrocales, que juntos sumarían más de 100.000 viviendas según aquel plan de 1997. 

En los sectores cuya edificación está en progreso como El Cañaveral, que ya cuenta con más de diez mil personas censadas, las administraciones todavía no han facilitado las dotaciones básicas. Aún no existen colegios, institutos, ni centros de salud para los habitantes de las 15.000 viviendas que el plan tenía previsto edificar. Recurrir al vehículo privado es necesario para resolver cualquier cuestión de la vida cotidiana, puesto que El Cañaveral solamente está conectado con el resto de la ciudad mediante dos líneas de autobús. 

Los lugares como Valdecarros continúan paralizados porque fueron concebidos para un tipo de cliente que ya no puede comprar una vivienda

A pesar del abandono institucional en el que se encuentra El Cañaveral, el Ayuntamiento quiere comenzar la urbanización de los terrenos contiguos. Un área que se conoce como Los Cerros. En octubre, José Luis Martínez-Almeida y Begoña Villacís colocaron la primera piedra de este nuevo desarrollo urbanístico. Lo hicieron con “el compromiso del Ayuntamiento para que todos los madrileños tengan la misma calidad de vida”. Lo cierto es que entre El Cañaveral y Los Cerros se encuentra la Cañada Real, un asentamiento que bordea el resto de los Desarrollos del Este. Es obvio que su presencia dificulta las oportunidades de negocio para los especuladores de suelo, la banca y el sector inmobiliario. De ahí que en los últimos años el gobierno de la Comunidad de Madrid haya decidido hacer la vida imposible a los habitantes de la Cañada, como contaba Elena de Sus en este reportaje. Pero, a pesar de la inquina con la que la tratan las instituciones, la Cañada Real no es la causa del fracaso de los Desarrollos del Este. 

¿Por qué los Desarrollos del Este siguen estancados después de 25 años?

Como sucede en todas las grandes ciudades españolas, la escasez de vivienda en Madrid es acuciante. Por lo tanto, la explicación de que estos solares sigan sin edificar no se encuentra en la demanda. Tampoco en la contaminación ni en que la gente rechace vivir en esa zona por la falta de servicios. En toda España, los lugares como Valdecarros continúan paralizados porque fueron concebidos para un tipo de cliente –el de vivienda protegida– que ya no puede comprar una vivienda.

La desaparición en la práctica del comprador potencial de vivienda protegida ha supuesto un trastorno para el urbanismo español. El shock se debe a la normativa internacional que regula los bancos. A partir de los Acuerdos de Basilea III, los bancos solo pueden conceder hipotecas a aquellos compradores que aporten una entrada superior al 20% del valor de la vivienda. Si a esta cantidad le sumamos el pago de un 10% como impuestos y gastos aparejados a la compra, resulta que para comprar un piso de 200.000 euros hay que disponer de 60.000 euros ahorrados. Debido a que los alquileres han subido de manera mucho más rápida que los salarios, poca gente puede ahorrar una cantidad significativa de lo que gana. Así que solo pueden comprar vivienda en las grandes ciudades quienes tengan un buen salario o, lo que es más común, quienes reciban algún tipo de ayuda familiar. 

El sistema de vivienda español ofrecía la venta de viviendas protegidas para el grupo social que no recibía mucha herencia ni acumulaba grandes ahorros. A través de la contratación de una hipoteca, muchas personas jóvenes compraron una vivienda que fueron pagando durante dos o tres décadas. Entre los años 1952 y 2016 se construyeron más de 6,8 millones de viviendas protegidas. Esta cifra supone algo más de un tercio de las viviendas principales que existen en España. El sistema basado en la propiedad tenía ventajas evidentes para los compradores, como, por ejemplo, llegar a la edad de jubilación con una vivienda propia. Un bien que, además, sus herederos podían utilizar o vender. 

Pero desde la puesta en circulación del euro este sistema comporta un riesgo insuperable: la creación de burbujas inmobiliarias. España no era un país seguro para invertir mientras la peseta estaba en circulación. Los inversores internacionales sabían que el valor de la peseta se desplomaba con frecuencia, por lo que temían que su inversión perdiese valor en cada una de estas caídas cíclicas. Sin embargo, el euro hizo de España un lugar seguro para el acreedor europeo. El endeudamiento exterior de las entidades financieras españolas se multiplicó por seis en los ocho años que siguieron a la implantación del euro (1999-2007), cuando alcanzó 1,1 billones de euros. Los bancos y las cajas de ahorros locales utilizaron buena parte de ese crédito para conceder hipotecas. 

El final de Caja Madrid sirve como ejemplo de hacia dónde puede llevar el endeudamiento. Durante la etapa de Miguel Blesa la caja madrileña fue una de las grandes inversoras en los desarrollos del Este a través de su inmobiliaria vinculada Realia, muchos de cuyos solares terminaron en manos de Sareb. Tres siglos antes, el sacerdote Francisco Piquer había creado Caja Madrid como Monte de Piedad. Lo hizo durante la guerra de sucesión que terminó con la dinastía de los Austrias en España en el año 1713. Desde entonces, Caja Madrid había resistido grandes catástrofes como la invasión de Napoleón, las tres guerras carlistas y la Guerra Civil. Pero la entidad financiera no pudo sobrevivir a José María Aznar, a Rodrigo Rato y a la burbuja hipotecaria.

Basilea III ha provocado que el porcentaje de menores de 35 años con una vivienda en propiedad hipotecada haya pasado del 69% en 2011 al 36% en 2020

El sistema de vivienda español se basaba en proteger al propietario mediante deducciones fiscales y la construcción de viviendas protegidas. Como hemos señalado, este sistema se desvaneció tras la implantación de Basilea III en el año 2013. A partir de entonces la edificación de viviendas protegidas se redujo a una octava parte. Entre los años 1997 y 2012 en España se edificaron casi un millón de viviendas protegidas, una media de 65.000 viviendas anuales. Sin embargo, entre los años 2014 y 2021 en España solamente se construyó una media anual de unas 8.000 viviendas protegidas. 

El motivo de esta reducción es que no hay suficientes compradores para las viviendas protegidas. Pero España no ha compensado la desprotección del propietario con una mayor protección del inquilino como hacen otros países. Basilea III ha provocado que el porcentaje de menores de 35 años con una vivienda en propiedad hipotecada haya pasado del 69% en el año 2011 al 36% en el año 2020, según datos del Banco de España. Es evidente que sufrimos una grave crisis habitacional que se manifiesta en cuestiones como la baja tasa de fecundidad, la tardía edad de emancipación y el abuso económico sobre los inquilinos. Como informa CTXT, casi el 50% de los menores de 35 años que residen en viviendas alquiladas padecían una situación de sobreesfuerzo económico en los gastos destinados a la vivienda.

Actualmente el 42% de las viviendas de Viena están alquiladas con carácter social

Pocas administraciones han afrontado el problema de la vivienda. Una excepción sería el Ayuntamiento de Barcelona y la política de vivienda que lleva a cabo desde el año 2015. En una década, el Ayuntamiento habrá duplicado el parque social hasta llegar a un número de 15.000 viviendas. Por el contrario, Madrid tenía la posibilidad de enmendar la situación mediante la transformación de los suelos públicos de la estación de tren de Chamartín. Podría haber utilizado las 230 hectáreas de ese espacio industrial para planes públicos de vivienda en el entorno de la estación. Sin embargo, Chamartín se convertirá en un centro de negocios y viviendas de alto standing. El estilo pomposo de los rascacielos será el icono del nuevo Madrid. Esta zona representará la cara visible de una sociedad cada vez más desigual, mientras permanecen en la sombra los solares yermos de Valdecarros y unos barrios tradicionales cada vez más deteriorados. 

El sistema de Viena como solución a la crisis de la vivienda

La caída del telón de acero en el año 1989 volvió a situar a Viena en el centro político de Europa central. Desde entonces la ciudad ha sumado 300.000 nuevos habitantes. Para afrontar este crecimiento, el Ayuntamiento de la ciudad ha mantenido la apuesta política por el urbanismo y la vivienda social que comenzó en los años 20. En aquel periodo conocido como “La Viena Roja”, el partido socialista austriaco, SPÖ, construyó 66.000 viviendas públicas en grandes edificios conocidos como hof que incorporaron piscinas, bibliotecas y parques para el esparcimiento de los habitantes de la ciudad. En los años 30, las hof vienesas se convirtieron en el icono de la vivienda pública en todo el mundo, siendo reproducidas para la construcción de viviendas sociales en varias ciudades españolas como Zaragoza y Valencia

Actualmente el 42% de las viviendas de Viena están alquiladas con carácter social. El Ayuntamiento es propietario de una de cada cuatro viviendas de la ciudad. Además, gran parte de la vivienda en propiedad está construida con subvenciones públicas que limitan sus usos. Por otro lado, como norma general, el contrato de alquiler tampoco tiene un final determinado. El inquilino decide cuándo terminarlo sin que el propietario pueda subir la mensualidad más allá del IPC. 

Viena tiene una política de vivienda inclusiva, es decir, la vivienda social no se dirige únicamente a los grupos con carencias económicas. Así, el 80% de la población puede optar a una vivienda social. El objetivo de esta política es evitar la creación de guetos en la ciudad. De esta manera, la política de vivienda evita el deterioro de los propios edificios públicos, así como el de los servicios educativos y sanitarios. 

Desde el año 2005, el Ayuntamiento decidió dar un nuevo impulso a la creación de viviendas públicas y sociales por la fuerte demanda que existe en la ciudad. Para ello, aprovechó las plataformas ferroviarias que habían quedado sin uso por la reorganización del transporte de mercancías. Algo que también sucede en casi toda España por la transformación del ancho ibérico y la apuesta estatal por la alta velocidad. Así, el Ayuntamiento de Viena promueve 25.000 viviendas en los suelos de las estaciones de carga de NordbahnhofNordwestbahnhof y Sonnwendviertel

Un icono de la ciudadanía y del cuidado del medio ambiente

Aspern-Seestadt, la nueva ciudad que está surgiendo en las 240 hectáreas que ocupaba un aeródromo militar, es el icono de la nueva Viena. Se trata de un modelo urbano dirigido desde el sector público que pone a las personas y al medio ambiente en el centro de sus intereses. Para conseguir ese objetivo, el Ayuntamiento contrató al urbanista Johannes Tovatt. Este planificador sueco manifestó que su ambición era proporcionar “un plan general que crease espacios públicos que fuesen fundamentalmente humanos, vivos, íntimos y seguros”. 

Todas las viviendas tienen más próxima la parada de transporte que los aparcamientos de automóviles para evitar las molestias del tráfico rodado

Aspern-Seestadt es un área con usos mixtos. La zona residencial está concebida para albergar 26.000 personas y la zona industrial prevé la instalación de 23.000 puestos de trabajo. El nuevo distrito crece en torno a un enorme lago artificial y estará terminado en el año 2030. No es casual que el Ayuntamiento haya querido que el lago y los edificios de madera para viviendas sociales sean los iconos de la nueva Viena. Uno de estos edificios será la estructura de madera más alta del mundo. Por otro lado, el planeamiento pretendía que la distribución de los desplazamientos fuese la siguiente: 40% en transporte público, 40% a pie o en bicicleta y 20% en tráfico motorizado. Tras varios años de pruebas, el Ayuntamiento ha logrado esa meta mediante la mezcla de usos residenciales y laborales, creando así una ciudad compacta y cómoda. En este sentido, todas las viviendas tienen más próxima la parada de transporte que los aparcamientos de automóviles para evitar las molestias del tráfico rodado. 

Cuando el distrito de Aspern-Seestadt quede terminado, el 60% de sus habitantes residirá en viviendas sociales. El precio del alquiler de la mayor parte de las viviendas de Aspern oscila entre los 7€ y los 9 €/m². Los precios están fijados con el objetivo de cubrir el coste de construcción al tiempo que se garantiza la convivencia entre personas de diferentes orígenes sociales. Frente a la crisis del modelo urbano europeo, los desarrollos de Viena proponen un tipo de ciudad diversa y vital. Esta ideología sigue los principios de Jane Jacobs, autora de Muerte y vida de las grandes ciudades, una obra escrita en 1961 y a la que la ciudad de Viena homenajea dando su nombre a la arteria principal de Aspern-Seestadt.

Un sistema de vivienda obsoleto

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se empecina en manifestar que “el futuro de Madrid pasa por los desarrollos del sureste”. El estado de lugares como Valdecarros demuestra que tras estas palabras no hay un plan consistente, sino la añoranza por el pasado de una élite política y financiera que es incapaz de resolver los problemas urbanos. Veinticinco años después de la aprobación de su desarrollo urbano, el sureste de Madrid sigue siendo un espacio desolado y mal comunicado, cuya culminación es una quimera.

Es urgente que la planificación urbana en España se adapte a las nuevas circunstancias. Viena constituye el mejor referente para salir de esta inercia. Aspern-Seestadt demuestra que se puede superar la crisis ecológica y habitacional que sufre la sociedad española. Dada las restricciones hipotecarias, la vivienda social es la única solución viable para edificar los yermos provenientes del boom inmobiliario que jalonan la periferia urbana de las ciudades españolas. 

El objetivo político es que nadie tenga que destinar más de un 15% de sus ingresos a los gastos de vivienda

Según la consultora Deloitte, el coste medio del alquiler en Viena es de 8,6 €/m². Es un importe mucho más bajo que el de ciudades como Madrid (18,46 €/m²). Un importe al que hay que añadir factores como el hecho de que los ingresos medios son muy superiores en Viena y que las viviendas del parque público de dicha ciudad tienen una calidad extraordinariamente alta. La consecuencia de la política de vivienda de Viena es crear una ciudad cohesionada donde los ciudadanos deben destinar una parte muy limitada de sus ingresos a la vivienda. El objetivo político es que nadie tenga que destinar más de un 15% de sus ingresos a los gastos de vivienda. 

Viena encabeza repetidamente varios rankings de ciudades en términos de calidad de vida, oferta cultural, infraestructuras e innovación urbana. Véase el elaborado por el semanario liberal The Economist y el índice de ciudades con mejor calidad de vida elaborado por la consultora Mercer. En suma, su política de vivienda ha hecho de Viena una ciudad sostenible y próspera desde todos los puntos de vista. 

Por todos estos motivos, es urgente que en España se propongan soluciones para la cuestión de la vivienda. El acuerdo por la ley de vivienda puede ser un buen punto de partida para cambiar el sistema de vivienda español y apostar por la vivienda pública en alquiler. Quizá se debería tener en cuenta el siguiente dato: los socialdemócratas austriacos del SPÖ han ganado todas las elecciones que han tenido lugar en Viena desde el año 1919.

Los estilos arquitectónicos funcionan como si fueran iconos del poder. Felipe II demostró ser bien consciente de ello cuando fijó su corte en Madrid. El hijo del emperador Carlos quiso convertir su nueva capital en un símbolo del dominio de la Casa de Habsburgo sobre el imperio español. La sede principal de la...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí