DELINCUENCIA MEDIÁTICA
Las ‘artes oscuras’ de los tabloides británicos, al descubierto
El príncipe Harry encara la campaña judicial contra los abusos de la prensa popular y se prepara a testificar personalmente en la querella contra el grupo Mirror
Lourdes Gómez Londres , 5/06/2023
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El duque de Sussex (Harry) y otros tres demandantes acusan al Mirror Group Newspapers (MGN) de obtener información de su vida privada, sus relaciones familiares y sentimentales, además de datos personales confidenciales, con métodos ilícitos desplegados a “escala industrial” por sus empleados y una red de detectives y fotógrafos externos. La delincuencia fue “habitual y muy extendida” en las redacciones de los tres grandes tabloides del grupo, Daily Mirror, Sunday Mirror y The Sunday People, así como de sus ediciones digitales, según alegan los denunciantes que acotan la acción judicial a las dos décadas entre 1991 y 2011.
“Son publicaciones de muy elevada circulación que en su día compraron o leyeron millones de personas”, advirtió su abogado, David Sherborne, al inicio de las siete semanas previstas de audiencias públicas. En 1997, la tirada del Daily Mirror superaba los 2,4 millones de ejemplares, ligeramente por encima de los 2,3 millones registrados por el Daily Mail y por debajo de la circulación de 3,8 millones de The Sun. De los dominicales sensacionalistas, el Sunday Mirror rondaba el millón de unidades en 2011, cuando la irrupción de las escuchas de mensajes de voz de celebridades, políticos y ciudadanos vulnerables causó el cierre de News of The World, con sus 2,7 millones de lectores directos, el arresto de directivos de la división de prensa de Rupert Murdoch y el encarcelamiento del exdirector de comunicaciones del primer ministro, David Cameron.
La delincuencia fue “habitual y muy extendida” en las redacciones de los tres grandes tabloides del grupo MGN
Medios y recursos ilegales
Doce años después, el príncipe y sus compañeros de causa –dos actores de televisión y la pareja de un comediante– afrontan el juicio de la querella civil a título personal y en representación de un centenar de víctimas de las llamadas “artes oscuras” mediáticas que tienen litigios en curso contra MGN. Todos reclaman indemnización por daños y perjuicios causados por artículos cuyo contenido se aseguró a base de intervenir móviles, pinchar líneas telefónicas, piratear correos electrónicos y burlar los controles administrativos y de seguridad de entidades públicas y privadas, desde agencias de la Seguridad Social a clínicas de desintoxicación, sedes bancarias y compañías aéreas.
Las oleadas de demandas derivadas del escándalo del grupo de Murdoch –más de 1.800 indemnizados en acuerdos extrajudiciales con un coste estimado de alrededor de 1.300 millones de euros hasta 2021 y con el proceso aún abierto– reintrodujeron en el argot un término casi olvidado –“blagger” y “blagging”– para describir al farsante que consigue documentos confidenciales mediante engaño.
En la presentación de alegatos en el Alto Tribunal, el abogado del duque de Sussex destacó la labor de la “blagger sanitaria”, Christine Hart, la ahora “detective psíquica, ‘médium’ y curandera” que se especializó en acceder a informes médicos de la élite por encargo de tabloides ingleses. No está llamada a testificar en la causa del Mirror, pero en su web profesional alardea de tener “dones psíquicos” que le posibilitaron “sueldos de seis dígitos por trabajos detectivescos” para abogados y medios de Fleet Street. MGN pagó un mínimo de 9,7 millones de libras (unos 12 millones de euros al cambio actual) en facturas de investigadores particulares entre 1996 y 2011, de acuerdo con pruebas presentadas al juez Timothy Fancourt.
Complicidad en la cúpula
“Yo trabajaba por encargo. Aportaba los datos que querían los periódicos, ya fuera de números de teléfonos móviles y de líneas confidenciales, recibos domésticos, informes de antecedentes penales, del registro de vehículos y conductores, etc.”, confiesa Steve Whittamore, detective jubilado que fue contratado por las más populares cabeceras antes y después de ser procesado por prácticas ilegales en 2005. Testigo fichado por los litigantes, ha identificado a 117 “periodistas y ejecutivos” de los rotativos del Mirror y The People que utilizaron sus servicios “regularmente“ y sabían que “la información se había obtenido con medios ilegales como blagging”. “El correo electrónico que utilizaba para facturar era blag2049@hotmail.es y lo incluía en la factura”, remarca en aval de sus afirmaciones.
El testimonio de Whittamore reta directamente a la defensa de MGN, que únicamente admite una participación “limitada” en la mafia mediática y niega que la dirección, el departamento legal o los miembros de la Junta del grupo estuvieran al tanto de la sistemática actividad delictiva denunciada en la última década. “Los periodistas que me utilizaron y los directores que lo autorizaron sabían muy bien que yo practicaba las ‘artes oscuras’. Es más, si la información requerida por los periodistas se hubiera podido obtener legítimamente, no hubieran necesitado mis servicios”, observa el detective.
Whistleblowers activistas
Otros arrepentidos apoyan activamente a las víctimas de la prensa popular. Daniel Evans cayó en la redada de News of The World y se salvó de ir a prisión en 2014 tras colaborar con la policía y la fiscalía acerca de las redes de pirateo operativas en el dominical de Murdoch y en el Sunday Mirror, donde también trabajó. Durante su testimonio oral, se quejó de la “abusiva línea de preguntas” del letrado de la defensa, Andrew Green, quien cuestionó la integridad del “activista y defensor” de la reforma de la prensa amarilla, cuyos recuerdos de hechos ocurridos hace veinte años estarían nublados por el “alcohol y las drogas que consumía mientras hackeaba” móviles de cientos de personas. “Mi memoria es muy clara”, rebatió el testigo.
El abogado de MGN también trató de desacreditar a Graham Johnson, periodista de investigación y autor de artículos y libros sobre las artes oscuras de los tabloides. Johnson se precia de ser el único reportero que se entregó voluntariamente a la policía cuando la investigación de interferencia ilegal de móviles pasó del grupo de Murdoch al del Mirror, donde fue miembro de la plantilla de 1997 a 2013. Presta ayuda a litigantes en este y otros procesos a partir del archivo que amasa de revelaciones de whistleblowers, facturas de detectives privados, listas de números de teléfono, relación de encargos sospechosos, nombres de periodistas y de agentes y funcionarios corruptos, entre otras fuentes documentales.
En su declaración jurada en apoyo de los cuatro demandantes recuerda que encargó tareas a Christine Hart, a un blagger que operaba desde España y a otros expertos en técnicas fraudulentas para recabar información sobre la actriz Denise Welch y espiar a los futbolistas Steven Gerrard y Wayne Rooney, entre otros muchos objetivos. Expresa además frustración por que MGN “intente atacar” su integridad ahora que trata de “exponer el crimen organizado” dentro de la empresa a la que sirvió “lealmente como director de investigaciones del Sunday Mirror”.
El duque de Sussex ha asumido la “misión” de reformar la prensa popular británica
Cruzada principesca
El duque de Sussex ha asumido la “misión” de reformar la prensa popular británica y exigir cuentas a una industria que considera culpable de la muerte de su madre, la princesa Diana, y de “incitar odio” hacia su joven familia, con Meghan en primer plano de los ataques. “Mi padre me dijo que intentar cambiar a la prensa es probablemente una misión suicida, pero, en los diez años que estuve en el Ejército, aprendí una serie de valores y cuando veo conductas indebidas me siento forzado a corregirlas”, expuso durante la promoción de su autobiografía En la sombra.
El pleito contra el Mirror solo es una vertiente de los frentes que Harry ha abierto en la consecución de su declarado trabajo vital: mantiene activas otras dos querellas civiles –contra The Sun y News Corporation, propiedad de Murdoch, y contra Associated Newspapers, editora de las publicaciones del Mail– por acceso a información privada con métodos ilegales. Ambas causas avanzan lentamente por el tortuoso sistema legal inglés a la espera de recibir la venia para que sendas disputas se diriman en correspondientes juicios o, por el contrario, se disuelvan sin alcanzar la meta debido a la lejanía temporal de las acciones denunciadas.
MGN fue el primero en claudicar ante un litigante de rango real y sustanciales recursos financieros que, según observó el juez Fancourt, en una vista preliminar, no está dispuesto a aceptar una indemnización antes de escuchar el definitivo veredicto judicial sobre las poderosas empresas de comunicación que le persiguen y acosan desde niño.
El duque de Sussex (Harry) y otros tres demandantes acusan al Mirror Group Newspapers (MGN) de obtener información de su vida privada, sus relaciones familiares y sentimentales, además de datos personales confidenciales, con métodos ilícitos desplegados a “escala industrial” por sus empleados y una red de...
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Lourdes Gómez
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