EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA
Las enfermeras de Lee Miller
Hasta el 5 de junio se exhiben en la singular capilla neogótica del antiguo hospital de Middlesex, en el centro de Londres, fotografías de la única reportera gráfica que cubrió el avance de las tropas aliadas desde el desembarco de Normandía
Lourdes Gómez 19/05/2022
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
“Era la única fotógrafa en varios kilómetros a la redonda y ahora tenía una guerra para mí sola... Había mucho trabajo por hacer con la fotografía y muchas maneras de ayudar”, cuenta Lee Miller en su crónica de la liberación de Saint Malo, publicada en octubre de 1944 en las ediciones norteamericana y británica de Vogue. La fotógrafa estadounidense, que aprendió a dominar el arte y la técnica de la cámara con Man Ray en París, llegó en autostop al enclave normando que las tropas nazis habían convertido en destacada fortaleza portuaria del llamado Muro del Atlántico.
“Tenía la ropa que llevaba puesta, un par de docenas de carretes y una manta-edredón”, detalla sobre el impulso que le llevó a prolongar su estancia en la ciudad sitiada. Tomó la decisión desde un puesto militar de observación con “vistas espectaculares del viejo Saint Malo ardiendo, del Fuerte Nacional, donde permanecían varios centenares de presos civiles franceses, y de la fortaleza de Le Grand Bey, que disparaba contra nosotros.”
Miller narra en el artículo las horas casi finales del asedio de la localidad normanda en términos y con imágenes que hacen recordar el sitio de Mariupol y otras ciudades de Ucrania por las fuerzas rusas. Testigo de la liberación de civiles en urbes y campos de concentración, desde su desembarco en Normandía con la acreditación de prensa de la División 45 del Ejército estadounidense, explica cómo los mandos aliados respondieron con cautela a la petición alemana de alto el fuego con el fin de evacuar a la población civil. “Debido a experiencias previas con los hunos”, dice en referencia a oficiales alemanes, “no corrimos el riesgo de enviar camiones a recoger a los refugiados por si pudieran acabar siendo un cebo para sorprender juntos a todos nuestros medios de transporte”. La operación prosperó sin sobresaltos y una “columna de gente”, con los heridos delante, caminó hasta el encuentro de las tropas. También salieron de Saint Malo prisioneros de guerra, entre ellos, dos enfermeras alemanas que la fotógrafa y exmodelo neoyorquina retrata charlando con un soldado al borde de la carretera.
La imagen forma parte de una serie de doce fotografías de la exposición Lee Miller: Enfermeras, que la Fitzrovia Chapel presenta hasta el 5 de junio. La capilla es una auténtica joyita escondida entre edificios de nueva construcción de este histórico barrio londinense, tan bohemio, aunque menos famoso que el vecino Soho, al otro lado de Oxford Street.
Obra del arquitecto neogótico John Loughborough Pearson, pertenecía al hospital de Middlesex –demolido en 2008– y se salvó de las excavadoras gracias a una campaña pública para conservar su impactante techo abovedado cubierto de mosaicos y los diecisiete tipos de mármol que revisten sus paredes, columnas y suelo. La restauración costó unos 3,5 millones de euros y el recinto, que nunca fue plenamente consagrado, reabrió en 2015 como una organización sin ánimo de lucro orientada a eventos culturales y comunitarios que exploran la historia y posibles asociaciones del viejo hospital.
Legado documental
No se ha descubierto un vínculo directo del centro clínico Middlesex con Miller, según señala a CTXT Madeleine Boomgaarden, jefa de relaciones externas de la Fitzroy Chapel. Tampoco se conoce un lazo especial de la organización con Roland Penrose, segundo marido de la incesante creadora, a quien conoció en París en el círculo común de artistas surrealistas. La relación del matrimonio con pintores y escultores se prolongó hasta la muerte de ella, en 1977. Tenía 70 años y dejaba un legado de unos 60.000 negativos, cartas y otros documentos medio escondidos en el desván de la granja familiar, en el sureste de Inglaterra. Antoni Tapies se menciona entre los últimos artistas retratados por Miller en el marco de una impresionante colección de instantáneas de sus famosos contemporáneos. Es el segmento de su obra más reconocido junto con sus fotografías de la Segunda Guerra Mundial.
Enfermeras demuestra el interés de Miller por dar a conocer la aportación de la mujer en todos los ámbitos de la lucha contra el fascismo. Su experiencia comenzó durante los bombardeos de Londres, el terrible Blitz, cuyo impacto captó fotográficamente durante una ya famosa visita del escultor Henry Moore a un refugio del Metro. Y se intensificó con la adrenalina del frente. “Me sentí infinitamente más segura con un milímetro de tienda de campaña como defensa contra el enemigo de lo que me sentí en Londres entre ladrillos contra las bombas enemigas”, escribió desde Normandía.
De Oxford a Viena
La exposición comienza en Oxford en 1943 y culmina en Viena dos años después. Lee Miller visitó el hospital Churchill de la ciudad universitaria inglesa y retrató a enfermeras trabajando y en momentos de ocio. Una imagen estelar, impregnada de un aura surrealista, muestra decenas de guantes quirúrgicos secándose en un par de colgadores tras ser esterilizados. En otra, una enfermera coquetea con un soldado en una cabina de teléfono. Y en una tercera, ropa interior femenina cuelga de un tenderete improvisado al ras de una ventana.
En el aeropuerto de Saint-Laurent-sur-Mer, en Normandía, la cámara de la periodista se detiene ante la lugarteniente Gertrude Van Kirk, de las pocas mujeres con poder para autorizar la evacuación a Estados Unidos y Reino Unido de soldados que necesitaban tratamientos más prolongados que las curas de emergencia impartidas en los hospitales de campaña. “Llevo una hora viendo morir a un niño”, escribió en 1945 en una crónica que Vogue nunca llegó a publicar. La fotografía correspondiente a este artículo, Enfermera con niño moribundo, se exhibe finalmente en Londres.
El material que Miller enviaba del frente a la redacción del grupo Condé Nast pasó antes por los censores militares que, según se supo más tarde, se cercioraban particularmente de eliminar cualquier huella de descargas de bombas incendiarias de napalm.
Diez ejemplares de una impresión especial de la fotografía de los guantes esterilizados están en venta durante la exposición de la Fitzroy Chapel. Además, los beneficios de una subasta en Sotheby's de la simbólica imagen se destinarán al mantenimiento de la capilla y de los Archivos Lee Miller.
“Era la única fotógrafa en varios kilómetros a la redonda y ahora tenía una guerra para mí sola... Había mucho trabajo por hacer con la fotografía y muchas maneras de ayudar”, cuenta Lee Miller en su crónica de la liberación de Saint Malo, publicada en octubre de 1944 en las ediciones norteamericana y británica...
Autora >
Lourdes Gómez
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí