crisis medioambiental
2022, un año marcado por los incendios más devastadores de este siglo
Durante el año pasado el fuego arrasó 310.000 hectáreas forestales en España, el 39 % de la superficie quemada en Europa, y provocó la muerte de cuatro personas, 90 heridos y la evacuación de más de 30.000 personas
ctxt 6/07/2023
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La relación entre las condiciones meteorológicas extremas y los incendios es cada vez más evidente. Los bajos niveles de precipitaciones, la sobreexplotación de terrenos acuosos y las recurrentes e intensas olas de calor, unidas al abandono y escasa gestión de las zonas forestales y al aumento de la intencionalidad, conllevan un incremento del riesgo de incendio, tanto en su peligrosidad como en su extensión temporal. Aunque el número de fuegos antes era antes mayor y se concentraban en periodo estival, ahora son más peligrosos y se alargan en el tiempo. Las 30.000 hectáreas de tierra arrasadas por el fuego el pasado verano en Zamora tan solo fueron un ejemplo de ello. Durante 2022 ardieron más de 310.000 hectáreas en España, una extensión superior a la de la provincia de Álava. Tres veces más que la media anual de terreno forestal quemado de la última década. Hablamos de que el 39% de la superficie afectada por incendios en toda Europa se dio en nuestro país.
Según el último informe publicado por WWF Incendios extremos e inapagables, el número anual de incendios no ha dejado de disminuir desde 2005 gracias a la persecución de los causantes, el aumento de las sentencias condenatorias y la concienciación ciudadana. Entre 2013 y 2022 el número de siniestros relacionados con el fuego disminuyeron un 39% respecto a la década anterior. Sin embargo, estos tienen cada vez peores consecuencias.
La cantidad de grandes incendios forestales (GIF), aquellos en los que arden 500 hectáreas o más, no ha parado de crecer. En los últimos diez años la proporción de GIF dentro del total de siniestros se ha incrementado en más de un 21%. Pese a que solo suponen el 0,22%, en ellos arde cerca del 40% de la superficie total afectada. Situación aún más dramática en 2022. Si en el último decenio se produjeron 21 grandes incendios de media anual en nuestro país, el año pasado esta cifra se disparó a 61.
El 95% de los incendios son provocados por el ser humano
El principal causante de este desastre es el ser humano: el 95% de los siniestros son provocados de forma directa o indirecta por personas. En España, se producen de media más de 10.000 incendios al año, el 43% de ellos en el noroeste de la Península. En gran medida esto se debe al uso normalizado del fuego como herramienta para acabar con desechos vegetales o la destrucción de la flora de terrenos de las zonas rurales. Desde la ONG señalan la preocupación por la altísima intencionalidad: el 55% de los incendios son intencionados y el 23% se deben a accidentes.
El aumento de la peligrosidad de los incendios unido al incremento de zonas en las que el terreno forestal entra en contacto con zonas urbanas ha llevado a que lo que era en principio un problema medioambiental se convierta también en un problema de protección civil. En 2022, el 80% de los GIF tuvieron consecuencias directas en la ciudadanía, entre las que se contaron 4 fallecidos, 90 heridos y más 30.000 personas fueron evacuadas de forma preventiva de sus hogares.
La sequía y la ola de calor de finales marzo fueron los causantes del primer gran incendio del año en el Alto Mijares (Castellón), que arrasó 5.000 hectáreas
Este año la situación parece estar lejos de mejorar. Hasta el 18 de junio, última fecha recogida por el informe, se han producido 14 GIF en España, una cifra cinco veces por encima de la media de la última década. La sequía y la ola de calor de finales marzo fueron los principales causantes del primer gran incendio del año en el Alto Mijares (Castellón), que arrasó 5.000 hectáreas. Desastre que fue lamentablemente superado por la quema de 11.000 hectáreas en el siniestro de la Sierra de Gata y las Hurdes (Cáceres) en el mes de mayo. La falta de lluvias y las predicciones del aumento de las temperaturas por el fenómeno El Niño parecen pronosticar un verano más que preocupante.
Desde WWF remarcan cómo, a pesar de que España es el país que más presupuesto destina en extinción por hectárea del mundo y dispone de uno de los mejores sistemas de respuesta contra incendios, solo el 70 % del total de los siniestros se apagan antes de que las llamas recorran una hectárea. El aumento de la peligrosidad de los grandes incendios se debe al abandono de unas zonas rurales en las que un paisaje descuidado se ha convertido en muy inflamable, lo que conlleva un comportamiento extremo del fuego muy difícil de extinguir. Por ello, WWF reclama aplicar un plan de gestión forestal que garantice la preservación del monte, una nueva ley de desarrollo sostenible del medio rural con el objetivo de asegurar la calidad de vida en estos territorios y una estrategia estatal que apoye la ganadería extensiva y una silvicultura sostenible como medio de mantener los bosques sanos.
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ctxt
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