1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Campaña electoral

La memecracia y otros virus. Una explicación del 23-J

Silvia Intxaurrondo y Zapatero, más cómodo que nunca y que nadie, fueron una especie de “basta ya” que hizo removerse a no pocos ciudadanos. Pero el remate simbólico fue algo más inesperado aún: 'Perro Sanxe'

Miguel Pasquau Liaño 26/07/2023

<p>Pedro Sánchez, en el mitin de fin de campaña del PSOE, junto a su mujer, Begoña Gómez, que lleva una chapa que dice 'Perra Sanxe'. / <strong>Eva Ercolaense (PSOE)</strong></p>

Pedro Sánchez, en el mitin de fin de campaña del PSOE, junto a su mujer, Begoña Gómez, que lleva una chapa que dice 'Perra Sanxe'. / Eva Ercolaense (PSOE)

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Hubo un momento, a finales de marzo de 2020, en que quedaron trazadas las líneas estratégicas de la oposición en esta pasada legislatura. Lo recordarán. Sánchez había declarado el Estado de alarma, que fue convalidado por el Congreso de manera abrumadora (PP y Vox incluidos). Nadie, por cierto, objetó nada sobre la constitucionalidad de la medida que luego un TC dividido declaró inconstitucional a instancias de un partido que la apremió y apoyó. En el acta de sesiones queda reflejado incluso cómo Vox se ponía a disposición del presidente Sánchez para la gestión de la pandemia invocando la necesidad de unidad, y cómo se aludía a que Vox venía pidiendo el Estado de alarma desde fechas anteriores. El PP de Casado también apoyó la medida por responsabilidad. Las pocas abstenciones estuvieron motivadas por algún problema competencial entre Estado y Comunidades. El protagonista, aquellos días, era el virus.

Pasaron los primeros días de pandemia, y algo cambió. Sánchez abundó en su visibilidad como autoridad al frente de la “guerra” contra la pandemia, y la oposición se dio cuenta de que la ocasión podría acabar convirtiéndolo en un líder político “nacional”: la autoridad en tiempos de crisis aglutina, y eso lo sabe bien la derecha. Y a partir del octavo o décimo día del confinamiento, comenzó la bronca. 

No cuesta imaginar que hubo preocupación, incluso vértigo, por el protagonismo que estaba adquiriendo Sánchez, y por cómo éste podría aprovecharlo políticamente; tampoco cuesta imaginar que en un apresurado think-thank de una semana, se trazaron (no sé dónde, pero juraría que no sólo en sedes de partidos) estrategias para neutralizarlo, disipar el ambiente de unanimidad social e introducir deliberadamente la confrontación política en la vivencia cotidiana de la pandemia. Llegaron las críticas por el retraso en la declaración del Estado de alarma para preservar el 8M, aparecieron fotos de ataúdes, se derramaron los memes sobre el afónico doctor Simón (era imprescindible presentarlo como un muñeco gubernamental para que los golpes dolieran al Gobierno) y, pese a que las medidas adoptadas estaban cabalmente alineadas con las de casi todos los gobiernos (exceptuemos, por su notoriedad, Gran Bretaña, Brasil y Estados Unidos), cada español se convertía en científico y epidemiólogo con recetas variopintas. 

El escenario quedó planteado de un modo claro: un enfrentamiento basado no ya en aspectos de gestión y políticas, sino en términos de legitimidad

Pero todo eso era preparatorio de lo que había de llegar: el relato del golpe de Estado del gobierno socialcomunista para acaparar poder, importar las políticas chavistas y suprimir el funcionamiento normal de las instituciones, llamando a los españoles a rebelarse, por urgencia democrática, contra el “secuestro domiciliario” y de la misma democracia. De los aplausos al personal sanitario a las ocho de la tarde (alguien la bautizó con expresión afortunada, “la hora de gracias”), se pasó a las caceroladas contra el Gobierno.

Con diferentes contenidos, modulados en función de cómo evolucionaron los acontecimientos, se persistió en la estrategia trazada, que en definitiva perseguía instalar la percepción de que el Gobierno era legal pero ilegítimo, y además torpe. Y de esa percha se colgó todo lo que admitiera. Incluso la palabra asesino. El virus mismo debió quedar sorprendido: ¿quién es este Sánchez del que todo el mundo habla?

No voy a prolongar esa línea, ustedes la conocen y la pueden recordar bien, y valorarla a su manera. Lo cierto es que el escenario quedó planteado de un modo claro: un enfrentamiento basado no ya en aspectos de gestión y políticas, sino en términos de legitimidad. Y ya se sabe que frente a un Gobierno ilegítimo, todo está permitido. Incluso invocaciones al Rey y al Ejército. También el gobierno de Hitler fue legal, llegó a argumentarse. Primero lo dijeron los más audaces y estrafalarios, pero pronto otros cabalgaron sobre esa alfombra.

No fueron tanto las declaraciones de los políticos en el Congreso, como una pertinaz lluvia caída de programas de televisión, prensa y mensajes preparados para circular con eficacia por las redes sociales. El caso es que una parte de la ciudadanía, no sé si mayoritaria, pero desde luego sí sonora, acabó convencida de la urgencia de acabar con un Gobierno que amenazaba la democracia y la Constitución. Cualquiera se atrevía a poner reparos y relativizar el asunto: enseguida te adjudicaban la etiqueta de colaboracionista y de buscar un cargo. Nos aproximábamos a un escenario de “legítima defensa” de la Constitución, que es lo que se invoca siempre desde el involucionismo.

Verán, no tengo duda de que lo que se pretendía no era una involución o un atajo constitucional: en realidad lo que se buscaba era, bajo la petición de dimisión y disolución de las Cortes (tan claramente improsperable, dada la estabilidad del Gobierno), neutralizar el “bonus” político que la crisis de la pandemia podría ofrecer a Sánchez, y poner ya a España en modo campaña electoral, porque si no se alimentaba la sensación de precipicio, igual la gente se acostumbraba a que le gobernase cuatro u ocho años la izquierda. Fue así cómo nació el antisanchismo, con la inestimable ayuda de algunos veteranos socialistas que habían perdido voz en su partido, no salieron en la foto porque se habían movido, y distinguieron entre socialismo y sanchismo. Quizás el propio tacticismo compulsivo de Sánchez contribuyó también a ello, pero eso da para otro artículo.

Los ciudadanos, conscientes o no, hemos comido mucha basura mediática en esta legislatura, y de lo que se come se cría

La calidad del debate político ha caído en esta legislatura por debajo del barro. ¿Sí o no? Quizás sea un fenómeno universal, pero aquí hay notas específicas. Seguramente aquí fue a iniciativa de la oposición (y sus acompañamientos mediáticos), espoleada por el sincomplejismo de Vox; pero desde el Gobierno y las fuerzas que lo apoyaban no se contestó con altura: se aceptó el terreno de juego y los goles recíprocos batían records de zafiedad. Desde el Gobierno se perdió la oportunidad de liderar comportamientos ejemplares en la comunicación pública, que muchos habríamos agradecido. El caso es que los ciudadanos, conscientes o no, hemos comido mucha basura mediática (por no poner otra palabra más grosera) en esta legislatura, y de lo que se come se cría. Hemos avanzando un buen tramo estos años hacia la ciudadanía-basura. No, quizás, individualmente, pero sí cuando hablamos de política. No hay más que repasar los grupos de whatsapp de amigos en los que asoma la política por el reenvío de un meme, un mensaje con muchas admiraciones que empieza con el “no lo verás en los medios”, o un bulo. ¿No ha formado parte esto de nuestra vida cotidiana, más que nunca, estos años?

En esos términos estaba planteada la batalla electoral que habría de comenzar con las municipales y concluir con las generales. Estas armas fueron las que se afilaron. En ese terreno de juego estaba atrapado el país. El Gobierno quería convencerse a sí mismo de que determinadas medidas inequívocamente presentables (subida del salario mínimo, ERTEs, protección de inquilinos, reforma laboral, transición energética, vacunación masiva, escudo social, etc.) serían suficientes para que muchos ciudadanos, pensando en sus intereses, acabasen apoyándolo. Pero enfrente se conjuraron para cubrirlas con una manta tejida con otros materiales de más fácil consumo: indultos, sedición, violadores en la calle, bilduetarras, libre disponibilidad de género, ayudas a inmigrantes cuyo apellido empieza por “Abd”, pucherazos varios y sanchismo. Sin duda, una perspectiva que circulaba de manera mucho más rápida y refulgente por redes sociales. Sobre todo si venía acompañada con memes.

Algo se torció, sin embargo, la última semana, justo cuando Moisés parecía estar ya llegando a la tierra prometida. Las encuestas probablemente tenían, entonces, un sustrato real. El cara a cara Feijóo/Sánchez, rotundamente ganado por Feijóo (o perdido por Sánchez), creó un ambiente de oleada popular que algunos ya hemos vivido en otras ocasiones. Yo llegué a creer en los casi 160 escaños del PP. Pero, ¿cómo iban a prever las encuestas lo que ocurrió después? 

Silvia Intxaurrondo (“no, mis datos son correctos”) y Zapatero, tan apreciado por los votantes del PSOE como por los de Sumar, más cómodo que nunca y que nadie, más feliz que el gruñón González, fueron una especie de “basta ya” que hizo removerse a no pocos ciudadanos que se limitaban a protegerse del alud de “guerras culturales” en las que no querían entrar por pereza, y de lemas que no dejaban crecer la hierba. Pero el remate simbólico, según me han dicho, lo que acabó por desmentir a la demoscopia, fue algo más inesperado aún: Perro Sanxe. No Pedro, Perro. Alguien debió tener, casi a última hora, la idea de darle la vuelta a esa campaña faltona y convertirla en gasolina electoral para Sánchez. Imagino que el fenómeno del “contra-meme”, o el “meme bumerán” político se estudiará en Ciencias de la Información (o, me temo, en Marketing): el humor cambió de bando y se hizo alegre.

Put the blame on Intxaurrondo, Zapatero y Perro Sanxe. El caso es que funcionó y provocó una contra-oleada, discreta pero eficaz. Sumar encontró entonces algún hueco para colocar cuatro o cinco propuestas y empatar con Vox. Y al final no fue Txapote quien votó, sino unos cuantos más de los que se habían previsto.

Ojalá sea verdad lo que dice un amigo: que los escarmientos hacen rectificar.

Hubo un momento, a finales de marzo de 2020, en que quedaron trazadas las líneas estratégicas de la oposición en esta pasada legislatura. Lo recordarán. Sánchez había declarado el Estado de alarma, que fue convalidado por el Congreso de manera abrumadora (PP y Vox incluidos). Nadie, por cierto, objetó nada sobre...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Miguel Pasquau Liaño

(Úbeda, 1959) Es magistrado, profesor de Derecho y novelista. Jurista de oficio y escritor por afición, ha firmado más de un centenar de artículos de prensa y es autor del blog "Es peligroso asomarse". http://www.migueldeesponera.blogspot.com/

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

3 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. francisco-munoz-gutierrez

    ¿Es esto una broma siniestra o un síntoma? ¿Puede un juez ser progresista? Yo entiendo que no; que es una contradicción en sus propios términos. Sin embargo, en la España de los misticismos del “gran centro emancipatorio” se mezclan derechas e izquierdas en una especie de conjuro de bola mágica en la que algunos ven en el «buen verdugo» al misericordioso libertador. Cada día que pasa después de las elecciones del 23J la opinolandia española sufre de un extraño trastorno de personalidad múltiple ya descrito en el siglo XIX por Louis Stevenson en su famosa novela sobre «El extraño caso de Dr. Jeckyll y Mr. Hide». Un trastorno que parece devenir por emulsión a fuego lento de esa otra novela epistolar de 1818 en la que Mary Shelley nos describía a «Frankenstein o el moderno Prometeo». Los dos líderes de nuestras derechas imperiales no sabrán inglés, pero sucumben como mendrugos a las fantasías de la literatura inglesa, y hasta se declaran salvapatrias con tal potingue es sus neuronas. Y ahora el juez más progresista de todos los progresistas de Andalucía, que lo nombró el PSOE por mandato parlamentario, nos trae aquí su verdad alternativa envuelta en un relato novelado en la ambigüedad de los pares y nones. No es un análisis, es un relato de «circunstancias» con apariencia de «hechos» con mochila interpretativa. Como siempre, el arte del relato no está en lo que dice, sino en lo que oculta bajo la alfombra, y «debajo del barro». Cierto que hemos comido mucha basura mediática, tanta que durante estos años hemos avanzado hacia las instituciones–basura, con una justicia bloqueada en las alturas con el CGPJ y a nivel de calle con las huelgas salvajes claramente dirigidas contra el gobierno, justo en año electoral. De esto no hubo memes, pero si muchas lágrimas desesperadas. Así, mientras la familia Jeckyll (Feijóo, Abascal y descendencia) esnifaban la «reconquista de los cielos», Frankenstein revivía con tanta descarga eléctrica hasta el punto de “engordar” unos quilitos. Si. Frankenstein somos todos, no solo Intxaurrondo y Zapatero, somos todos los que no hemos votado a los esquizofrénicos de la familia Jeckyll. Es hora ya de que en España recobremos la salud mental desterrando el engaño y restableciendo la verdad, la honestidad y la realidad. ¡¡¡Frankenstein, si puede!!!

    Hace 10 meses 24 días

  2. corduba79

    https://www.diariocordoba.com/cultura/2023/07/27/mente-cordobesa-detras-meme-perro-sanxe-90373428.html

    Hace 10 meses 25 días

  3. agustin-ruiz-martin

    Ten cuidado con el perro su intención ha sido clara desde que llegó ten cuidado con el perro está a punto de saltar a morder BARRICADA

    Hace 10 meses 26 días

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí