1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

JULIO PACHECO Y ROSA GARCÍA ALCÓN / QUERELLANTES POR CRÍMENES DEL FRANQUISMO

“La admisión a trámite de la demanda demuestra que sí se pueden juzgar los crímenes del franquismo”

Ritama Muñoz-Rojas 15/07/2023

<p>Julio Pacheco y Rosa García Alcón. <strong>/ Fotografía cedida por los entrevistados</strong></p>

Julio Pacheco y Rosa García Alcón. / Fotografía cedida por los entrevistados

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Son cerca de cien las querellas que, desde 2017, han ido presentando las víctimas del franquismo por torturas, que son crímenes de lesa humanidad, contra miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado durante la dictadura. Lo insólito es que tan solo una de esas cien demandas había logrado llegar a ser admitida a trámite. Esto ocurría el pasado mes de mayo. Por fin, las víctimas del franquismo, agrupadas en torno al apoyo que les viene dando la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina contra Crímenes del Franquismo (CEAQUA), veían luz; por fin, la posibilidad de sentar en el banquillo a los policías o militares que, amparados por la dictadura y sus dirigentes, torturaron y mataron a los opositores. Por fin una alegría que, lamentablemente, ha durado menos de dos meses.

La querella de Julio Pacheco, detenido junto a su pareja, Rosa García Alcón, en agosto de 1975, había logrado pasar los filtros para ser admitida a trámite. Primer paso, toma de declaración a los dos para comenzar la fase de instrucción. Primer paso abortado el pasado 14 de julio, porque la judicatura ha decidido que se lo tiene que pensar mejor. Es la traducción de las excusas que han dado los jueces para suspender el inicio del proceso. “Es una falta de respeto, es una crueldad la forma en que nos tratan; es una rabia la que se siente y una impotencia. Estamos acostumbrados, pero no deja de ser muy, muy doloroso. Pero seguiremos, claro que seguiremos. Es el problema que tienen ellos, que nosotros somos muy resistentes”, comentaba Rosa, que además es ahora presidenta de La Comuna de Presxs del Franquismo, a CTXT al conocer la suspensión del proceso.

En esta entrevista con Julio Pacheco y Rosa García Alcón, ambos militantes en 1975 de la Federación Universitaria Democrática de España, cercana al FRAP, nos hablan de su detención y su llegada a la Dirección General de Seguridad de Madrid en pleno apogeo de los célebres torturadores de la policía franquista, como Billy el Niño, alias del comisario Antonio González Pacheco; o como Roberto Conesa, que también había sido colaborador de la Gestapo nazi y del dictador Leónidas Trujillo; hemos sabido ahora que andaba por ahí también un comisario famoso por sus prácticas corruptas, sucias y delictivas como investigador y espía, acusado y condenado por cohecho, organización criminal y blanqueo de capitales. Lo que hasta ahora no se sabía tanto es que a la lista de méritos del excomisario José Manuel Villarejo hay que añadir la de torturador durante el franquismo.

Él es uno de los tres expolicías a los que Julio Pacheco estaba a punto de sentar en el banquillo cuando, en un inesperado viraje de última hora, la judicatura ha decidido pensárselo mejor y suspender el avance del proceso porque se trata de una cuestión “que tiene muchas aristas”. Tal cual.

La entrevista se realizó a principios de junio, cuando las noticias eran buenas porque por fin se abría la vía judicial para amparar a las víctimas del franquismo.

¿Bajo qué criterios se han ido desestimando, desde 2017, las querellas contra los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado durante la dictadura por crímenes de lesa humanidad, por torturas?

Julio: En la mayoría por no considerarlo como delito de lesa humanidad, y por tanto, las querellas habrían prescrito; en otros casos sí que las han considerado como delito de lesa humanidad, pero es que en España, hasta 2004, no aparece en el Código Penal ese delito y, por tanto, las demandas anteriores a esa fecha prescriben por el principio de irretroactividad de la ley. En algunos casos también han hecho caso a la Ley de Amnistía. Fabián Salvioli, relator especial de las Naciones Unidas para la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, siempre ha dicho que hay suficiente legislación para hacer frente a estos crímenes del franquismo. Y eso es lo que ha hecho esta jueza, tirar de legislación que ya existe.

¿Por qué sí ha prosperado esta querella?

J.: Porque se ciñe a la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Es un paso muy importante, porque nunca había ocurrido esto, y se demuestra que todos los argumentos que nos habían dado para decir que no se podían juzgar los crímenes del franquismo son falsos, porque sí que hay posibilidades; lo que pasa es que no hay voluntad política, y ése es el problema. Ahora, a ver qué dice la Fiscalía, que se tiene que pronunciar. Todo es un proceso que está en su primera fase, pero es un paso importante porque nunca se había dado. Sí que se habían admitido algunas querellas por jueces que eran suplentes, pero cuando llegó el titular, las retiró.

¿Podría tener algún papel en este proceso la Ley de Memoria Democrática?

Rosa y Julio: Esa es la idea, claro que sí. Según la Ley de Memoria Democrática, el fiscal tiene varios atributos y uno de ellos es investigar los crímenes del franquismo, y ahí, por supuesto, está la tortura. Sería muy fuerte que, con esa ley en la mano, el fiscal se opusiera. Pero cosas fuertes ya hemos visto, como, por ejemplo, que el Senado se haya negado a introducir el principio de legalidad internacional en el Código Penal; y también se había negado antes el Congreso de los Diputados con los votos del PSOE, del PP y de Vox; era una propuesta de EH Bildu.

Me encañonaron, me esposaron, me bajaron, me metieron en un coche y me llevaron a la DGS

Julio, ¿por qué le detuvieron?

J.: Porque pertenecía a la FUDE (Federación Universitaria Democrática de España), que dependía del FRAP; me detuvieron el 24 de agosto de 1975 en mi casa, sabían dónde vivía y me fueron a buscar. A las once de la noche llamaron a la puerta y ahí estaban. Me encañonaron, me esposaron, me bajaron, me metieron en un coche y me llevaron a la DGS (Dirección General de Seguridad), en la Puerta del Sol. Sin mediar palabra, sin preguntarme nada, me pusieron la pistola en la cara y no preguntaron nada. Se ve que llevaban días vigilando la casa.

Y le llevaron a la Puerta del Sol.

J.: Sí, y allí me tuvieron siete días bajo torturas, amenazas de muerte… Vamos, lo habitual en aquella época.

Siete días detenido bajo torturas; eso es una detención ilegal.

J.: Claro, sí; nos aplicaban la ley antiterrorista, pero mal. No consta que estuviese detenido hasta el día 28 de agosto; es decir, estuve tres días en los despachos secuestrado. Ellos te lo decían, “estás en nuestras manos, no consta en ningún sitio que estás detenido”. Al cuarto día me bajaron al calabozo, me hicieron la ficha, las fotos, las huellas.

¿Cuándo fue la primera vez que le asistió un abogado?

J.: En la cárcel. Después de los cuatro días de aislamiento que pasé en una celda de castigo. Luego pasé a la sexta galería reformatorio de Carabanchel, que es donde estábamos todos los acusados de terrorismo. Al cabo de una semana ya llegó un abogado.

¿Cuál era su función en el FRAP?

J.: Yo era secretario político de Madrid de la FUDE. Mi detención fue después del atentado contra el teniente de la guardia civil, Antonio Pose. Después de eso se pusieron muy duros; en la sexta galería de Carabanchel éramos casi setenta personas, todas acusadas por terrorismo.

Y al cabo de mucho tiempo cae en la cuenta de que uno de sus torturadores era Villarejo.

J.: Sí. Cuando empezó todo el tema de las cloacas y aparecía su imagen en los medios, nos dimos cuenta de que Villarejo se parecía mucho a uno al que llamábamos El Alemán, porque tenía la cara cuadrada, muy roja, con muy poco pelo, y que era uno de los que nos torturaba, de los que nos pegaba; y como su imagen no paraba de salir, dijimos: “Pero bueno, si éste es El Alemán”.

Nos dimos cuenta de que Villarejo se parecía mucho a uno al que llamábamos El Alemán

R.: Además, Pablo Alcántara, un joven historiador que escribió su tesis doctoral sobre la policía secreta de Franco, informa de que Villarejo había sido de la [brigada] ‘político social’, y que además recibió una compensación de 25.000 pesetas de entonces por las detenciones del verano del 75 de miembros del FRAP, junto a Conesa; o sea, todo cuadraba. Pero fue cuando empezó a salir su foto en los medios cuando nos dimos cuenta de que él era nuestro torturador. Con la investigación de Alcántara, además de otros documentos, nos querellamos contra Villarejo y tres policías más.

¿Villarejo era de los que pegaba o solo preguntaba?

J.: Él era torturador, era uno de los que pegaba; había otros que solo preguntaban, pero Villarejo era de los que pegaba. A mí él nunca me preguntó nada, pero en las ruedas era de los que nos pegaba.

¿Cuándo le detienen a usted, Rosa?

R.: A mí me detienen el mismo día que a él. Yo había ido a verle, ya éramos pareja, y cuando iba por la calle para coger el autobús de vuelta a casa de mis padres, sentí que corrían detrás de mí. Me pararon dos chicos jóvenes, de mi edad, yo tenía 18 años. Me pidieron la identificación, y yo pensé que me estaban tomando el pelo, que estaban de broma, pero no lo estaban porque dijeron “sí, sí, es ella”. Me metieron en el coche. Ellos lo que no querían era detenerme en casa, para que no hubiera testigos, y así te podían tener, como nos tuvieron, varios días en la DGS sin registrar. Es decir, no constaba que tú estabas ahí detenida, era un secuestro. No nos registraron en la DGS hasta el tercer día, lo cual era ilegal, claro.

Vamos, que les detienen el mismo día y coinciden en la DGS.

R.: A Julio le detuvieron en su casa. Pasamos siete días los dos en la Puerta del Sol, cada uno en un despacho y en calabozos. Y siempre estuvimos con las esposas puestas; Julio por detrás y yo por delante.

J.: Estábamos a la vez, pero no nos veíamos, salvo cuando me enseñaron a Rosa mientras la torturaban para presionarme.

Julio Pacheco y Rosa García Alcón. / Cedidas por los entrevistados

Cuando hablan de los despachos, se refieren al cuarto de las torturas, ¿no?

R.: Sí, había distintos despachos. A mí me habían sacado a la calle, me sacaron dos veces, y cuando volvía de una de esas vueltas vi a Julio, pero no me dejaron decirle nada; le vi rodeado de policías, esposado con las manos detrás, sin zapatos y sin cinturón.

Explíquenos qué era eso de sacarle de la DGS para dar una vuelta.

R.: Eso era para amedrentar, para meter miedo. Una de las veces iba en el coche Billy el Niño y tres policías más, y me iban amenazando: que si me iban a llevar a la Casa de Campo, amenazaban con violarme, con dejarme por ahí tirada, que mis padres no iban a saber nunca dónde estaba y esas cosas. Ellos sabían que eso se había hecho en España, todos lo sabíamos. A mí lo que más me preocupaba eran mis padres y mis hermanos, que no supieran dónde estaba. Y ellos fueron los que más sufrieron, porque los pobres estuvieron siete días sin saber nada de mí, buscándome. Iban a los hospitales, fueron a la DGS y les dijeron que yo allí no estaba, ésa era otra forma de torturarte.

A mí me recibió Billy el niño, y luego me acompañó en las vueltas estas por Madrid. A mí me torturó él; te ponía la pistola en la cabeza, ése era su método, era muy histriónico, mucho.

Fueron miles y miles de personas las que pasaron por ahí, miles y miles de personas torturadas. Nosotros podemos contarlo, otros no.

Amenazaban con violarme, con dejarme por ahí tirada, que mis padres no iban a saber nunca dónde estaba

¿Cuánto tiempo estuvieron en la cárcel?

R.: Los dos estuvimos los mismos días, entramos el 1 de septiembre y salimos el 3 de diciembre del 75. Estábamos en el mismo proceso; a él le acusaban de terrorismo y a mí de colaboración con el terrorismo. Primero nos procesó la jurisdicción militar, y trajeron al juez militar a la DGS de la Puerta del Sol, no fuimos nosotros al juzgado. En el despacho en que está Isabel Díaz Ayuso, allí estaba el juez militar, tomándonos declaración; a él le pedían 30 años de prisión, y a mí, 20. Al poco tiempo se murió Franco y eso fue nuestra salvación, porque salió el primer indulto.

Éramos todas jóvenes o muy jóvenes; del FRAP llegamos a ser más de treinta, estábamos organizadas en una comuna.

¿Qué eran las comunas de la cárcel?

R.: Era una forma de solidaridad; la comuna era un grupo en el que se compartía todo lo que tenías. Hay que tener en cuenta que algunas teníamos cerca a la familia, que nos podía atender, pero había gente que no. Entonces, de lo que se trataba era de suplir esa falta; y las madres, como lo sabían, mandaban comida para un regimiento. También nos ayudaban con el dinero; en la cárcel no se usaba dinero, se usaban unos vales que se llamaban condumio, así que eso también se compartía, porque tenías que comprar cosas como champú, compresas, cosas necesarias que tenías que pagar, porque ahí solo te daban el rancho y agua. Lo normal es que en una comuna estuvieran personas del mismo grupo político. Y tampoco les gustaba mucho que nos juntáramos con las comunes, porque nosotras estábamos acostumbradas a reclamar, a protestar, y no les interesaba que las “contagiáramos”.

Otra cosa que hacíamos eran escritos; cuando entraba una presa y notábamos que llevaba más días de la cuenta en una celda de aislamiento, escribíamos al director de la cárcel.

Y vivió en Yeserías los asesinatos del 27 de septiembre del 75 y la muerte de Franco.

R.: Pasé el 27 de septiembre en la cárcel, con la mujer de Sánchez Bravo, Silvia Carretero, y estaba la compañera de José Humberto Baena. A Silvia le permitieron ir a pasar la noche a Carabanchel, porque estaban casados, pero a Maruxa no. La noche fue muy dura, muy dura. Pero es verdad que éramos jóvenes y tratábamos de divertirnos en la medida de lo posible. Cuando murió Franco hicimos una fiesta. Teníamos derecho a un vaso de vino o cerveza al día; lo cogimos todo, nos lo llevamos a las habitaciones y estuvimos de juerga hasta las tantas. Vinieron varias a llamarnos la atención, pero no hubo manera. Fue muy bonito, pero es que había momentos bonitos, hacíamos muchas cosas. Hacíamos manualidades y se lo pasábamos a las madres para que las vendieran y sacar algo de dinero, estudiábamos, leíamos y hasta hacíamos bromas en el patio; por ejemplo, imitábamos los saltos de las manifestaciones, y unas hacían de policía y otras de manifestantes e íbamos por el patio gritando “¡libertad, libertad!”. En una de esas nos apuntó el de la garita y nos dijo que nos metiéramos más para dentro. Y una le dice: “¡Cómo que más para dentro, pero si ya estamos dentro!”. Es que es verdad, estábamos en la cárcel, así que podíamos hablar lo que quisiéramos de política, con tranquilidad, porque ya estábamos dentro.

Julio, ¿ustedes celebraron el 20N del 75 en Carabanchel?

J.: No, el régimen de la sexta galería era muy cerrado, porque nos consideraban terroristas. Se llamaba Sexta Reformatorio. Los de los PCE y los partidos estaban en la tercera [galería]. Nosotros estábamos en celdas individuales; pasábamos la mayoría del tiempo encerrados en las celdas. Podíamos salir una hora al día al patio nada más. Era un régimen completamente distinto, de aislamiento. Nos enteramos de la muerte de Franco, pero era imposible celebrarlo, porque estábamos en celdas separadas. Recuerdo que uno muy optimista ese día iba diciendo “¡ya estamos en la calle!”, pero no, allí no se pudo celebrar nada, estábamos bajo un régimen muy duro.

R.: Cuando salimos, nuestros padres tuvieron que pagar 60.000 pesetas, nos tuvimos que ir a vivir fuera de Madrid, porque estábamos fichados, porque teníamos un juicio pendiente y estábamos siempre en peligro de que nos detuvieran.

¿Incluso muerto Franco?

R. : Que se hubiera muerto Franco no significó absolutamente nada. Siguió durante muchos años la misma línea, o peor, incluso. Seguíamos perseguidos.

Son cerca de cien las querellas que, desde 2017, han ido presentando las víctimas del franquismo por torturas, que son crímenes de lesa humanidad, contra miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado durante la dictadura. Lo insólito es que tan solo una de esas cien demandas había logrado llegar a ser...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autora >

Ritama Muñoz-Rojas

Periodista y licenciada en Derecho. Autora de 'Poco a poco os hablaré de todo. Historia del exilio en Nueva York de la familia De los Ríos Giner, Urruti'.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí