CRÓNICAS HIPERBÓREAS
Elon Musk escribe derecho con renglones torcidos
La alcaldesa de Huévar de Aljarafe (Sevilla) hubiese hecho mejor ahorrándose mayúsculas y gerundios, porque el propietario de la red social X acababa de implementar la feliz idea de las “notas de la comunidad”
Xosé Manuel Pereiro 10/08/2023
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Parecía un islote de dignidad en el océano de representantes locales que se multiplicaban el sueldo nada más pisar poder. María Eugenia Moreno, alcaldesa de Huévar de Aljarafe (Sevilla), anunciaba el pasado 31 de julio en su cuenta –@maruhuevar– de la red social antes conocida como Twitter: “He renunciado a mi SUELDO que LEGÍTIMAMENTE me corresponde como regidora del Consistorio” (las mayúsculas, como el sueldo al que renunciaba, son suyas). En su tuit incluía la foto de la firma oficial de la renuncia. Al día siguiente, ABC de Sevilla se hacía eco del gesto y de sus apostillas: “Mientras algunos siguen persiguiendo, mintiendo, criticando, manipulando, poniendo piedras para que Huévar no avance…, yo junto a mi equipo seguimos sumando para seguir avanzando todos unidos y juntos, seguimos sin descanso”.
@Maruhuevar hubiese hecho mejor ahorrándose tanto despliegue de mayúsculas y gerundios, porque el propietario de la red social antes… (llamémosle RSACCT), Elon Musk, o alguno de sus directivos, acababa de implementar la feliz idea de las “notas de la comunidad”. Una herramienta colaborativa mediante la cual, además de las opiniones contrarias, denuestos, improperios y salidas por la tangente que suelen constituir los argumentos dialécticos en la RSACCT, se pretende que los usuarios estén mejor informados mediante aportaciones de contexto. En concreto, el tuit (o cómo ahora se llame) de @maruhuevar venía acompañado de la siguiente información: “Mª Eugenia Moreno Oropesa realmente ha renunciado a su sueldo de alcaldesa debido a que necesita renunciar al mismo para percibir el sueldo de diputada de Sevilla. Lista de cargos que tiene https://www.pp.es/ma-eugenia-moreno-oropesa. Como alcaldesa de Huévar podría cobrar un sueldo máximo de 46.464€. En la última legislatura también renunció a él. ¿El motivo? Como portavoz del PP en la Diputación de Sevilla cobraba 64.099€”. Como diría @maruhuevar, mientras unos hacen gala de una medida que les supone ganar unos 17.000 euros más de los que legítimamente le corresponden, otros hacen publicidad disfrazada de información periodística y son unos terceros los que no descansan para que se sepa la verdad de las cosas.
Al día siguiente, el periódico matriz del anterior, ABC, publicaba en la RSACCT la escalofriante noticia de que “Una trans asesina a tres prostitutas porque eran ‘más atractivas de lo que jamás habría planeado ser’”. Escalofriante, sí, pero no noticia. Según matizaba la nota de la comunidad, “el triple asesinato ocurrió en 1990, cuando la asesina se identificaba como hombre. La supuesta motivación del crimen se basa en el testimonio de un criminólogo en una serie documental de 2021. No existe ninguna fuente que verifique esta afirmación”. La nota sí añadía varios enlaces con la información correcta. Notas de la comunidad (a partir de ahora Notes) también se usan para darle contraste real a determinadas inserciones publicitarias. En algunos casos por engañosas (en una de reparadores milagrosos de carrocerías, advertían que el brillante resultado final no era otra cosa que la parte del vídeo previa al rasponazo de muestra) y en otras por ser artículos de venta ilegal en la UE.
Los periodistas talluditos consideramos en su momento que el llamado periodismo ciudadano era tan fiable como la aeronáutica ciudadana o la cirugía vascular ciudadana
Los periodistas talluditos –o al menos yo– consideramos en su momento que el llamado periodismo ciudadano era tan fiable como la aeronáutica ciudadana o la cirugía vascular ciudadana. Hasta que, como se puede ver por el par de ejemplos del principio y por cientos de otros que cada uno de ustedes puede señalar, comprobamos que el periodismo profesional era, en muchos e importantes casos, tan fiable como los whatsapps que remite la Plataforma Nacional de Cuñados. También anhelábamos que llegasen a nuestros remotos confines profesionales esos unicornios, los factcheckers, que al parecer existían en el seno de los medios en otros hábitats más desarrollados.
Aquí, según el consabido ejemplo, cuando A asegura que llueve y B lo desmiente, el proceso de contraste habitual es recoger las dos opiniones (simultánea o consecutivamente), en lugar de sacar la mano por la ventana y comprobar cuál de ellas es la buena. El asunto factchecker corre aquí a cargo de unas empresas o asociaciones, más o menos externas a los medios, que interviene en aquellos casos que tienen a bien intervenir. La gran ventaja de Notes es que el desmentido factual es inmediato, o por lo menos adyacente a la fake news/bulo.
La RSACCT, ahora rebautizada X como sabrán, define Notes como una herramienta colaborativa para mantener a la gente mejor informada, y especifica que: “Los colaboradores son personas como tú. Cualquier persona en X cuya cuenta cumpla con los criterios de participación puede registrarse para colaborar. Los textos no se eligen por mayoría. Notas de la comunidad identifica los textos que son considerados útiles por y para personas con diferentes puntos de vista. No es X quien decide lo que se muestra: son las personas”. (Ya saben que tienen que despejar la X y sustituirla por RSACCT para una cabal comprensión del texto). Para ser colaborador hay que carecer de antecedentes de incumplimiento de las reglas de X desde el pasado 1 de enero, tener seis meses de antigüedad en la red, un número de teléfono verificado –y de una compañía telefónica de confianza (?)–. En aras de la información como servicio público, me he apuntado.
Una vez aceptado, he tenido que hacer el juramento virtual de respetar los valores de Notas de la comunidad, contribuir a generar entendimiento, actuar de buena fe, y ser de ayuda, incluso con quienes no están de acuerdo. También aceptar que mis notas y puntuaciones sean públicas. Y finalmente, hacerme seguidor de @CommunityNotes (550.000 en ese momento). Pese a lo que pueda parecer, al contrario de otras herramientas colaborativas, “Notes no es un concurso de popularidad. Su objetivo es encontrar notas que muchas personas desde diferentes puntos de vista encontrarán útiles. No solo tiene en cuenta cuántas calificaciones ha recibido una nota, sino también si las personas que la calificaron como útil parecen provenir de diferentes perspectivas”. X pone como ejemplo explícito a seguir la Wikipedia, en la que la relativa falta de control de las contribuciones tiene un resultado final de credibilidad aceptable.
No me digan que no suena bonito. Ahora, a saber en qué acaba. Espero que, por lo menos, quienes siguen tomando a la gente por idiota (y en efecto, alguna lo es, o por lo menos tiene un grave problema de comprensión lectora, como se puede comprobar por ciertos comentarios a las noticias desmentidas) lo hagan con el temor de que alguien se tome la molestia de comprobar si lo que le dicen es cierto.
Parecía un islote de dignidad en el océano de representantes locales que se multiplicaban el sueldo nada más pisar poder. María Eugenia Moreno, alcaldesa de Huévar de Aljarafe (Sevilla), anunciaba el pasado 31 de julio en su cuenta –@maruhuevar– de la red social antes conocida como Twitter: “
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Xosé Manuel Pereiro
Es periodista y codirector de 'Luzes'. Tiene una banda de rock y ha publicado los libros 'Si, home si', 'Prestige. Tal como fuimos' y 'Diario de un repugnante'. Favores por los que se anticipan gracias
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