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Cómo se atreve Podemos

Llamar chantaje a que un partido reivindique sus logros y pida extenderlos es algo que –párense a pensarlo– no habíamos visto antes

Gerardo Tecé 18/09/2023

<p>Ione Belarra, durante el acto de partido del pasado 16 de septiembre. <strong>/ Podemos</strong></p>

Ione Belarra, durante el acto de partido del pasado 16 de septiembre. / Podemos

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En uno de esos videoblogs con los que Iñaki Gabilondo mataba el gusanillo tras su jubilación, la voz más importante de la historia de la Cadena SER le dedicaba una reflexión a la persecución policial y mediática que en esos momentos sufría Podemos por parte de las cloacas del Estado. Una persecución de la que, como muchos medios, también participó la que había sido su casa durante toda la vida, el Grupo PRISA. Ponernos del lado de Podemos ante estos hechos es una obligación, decía, que nada tiene que ver con ser simpatizante o no del partido morado, sino con ser demócrata. Han pasado años desde aquello. Gabilondo ya no aparece por los videoblogs y el escenario político es otro. Tan otro que en este tiempo muerto que nos lleva a la formación de un nuevo Gobierno, el partido morado juega un papel tan secundario que las cloacas ya apenas actúan contra ellos. Un tiempo nuevo en el que uno no esperaría tener que escribir una columna de actualidad protagonizada por la formación fundada por Pablo Iglesias en 2014. Sin embargo, los morados vuelven a ser noticia. 

Este fin de semana, durante un mitin, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, reivindicaba la figura de la todavía ministra de Igualdad. “Sin el trabajo de Irene Montero”, decía, “la España que hoy condena unánimemente a Rubiales o a quienes tocan culos por la calle seguiría sin entender que sólo sí es sí, que si no hay consentimiento se llama agresión”. “Por eso Montero debe seguir al frente de ese ministerio”, reclamaba Belarra, que exigía también una subida del salario mínimo y la derogación de la ley mordaza, entre otras cosas. Las reacciones llegaron de inmediato. Podemos amenaza con dinamitar un Gobierno de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz si Irene Montero no sigue de ministra, exclamaban los titulares de prensa de izquierda a derecha. Tras los titulares, las reacciones y análisis de periodistas de izquierdas que aseguran no entender a qué viene ahora este chantaje lanzado desde el partido político al que llaman, sin cortarse, secta de amiguetes. Esto, que a día de hoy consumimos con cierta normalidad, es en realidad algo absolutamente novedoso. Pedirle a un partido político que no haga política y que no defienda aquello en lo que cree es nuevo. Llamar chantaje a que un partido reivindique sus logros y pida extenderlos es algo que –párense a pensarlo– no habíamos visto antes. Hoy la cloaca activada hace años por empresarios, jueces y policías de derechas no es necesaria. Y no lo es porque el mensaje de usted está vetado, abandone la política de una vez, llega ahora de la mano de periodistas e incluso políticos que, desde la propia izquierda, están dispuestos a acusar con el dedo al animal herido si se le ocurre respirar.

Que asumamos algo con normalidad no lo convierte en normal. Que periodistas progresistas entiendan y expliquen desde sus medios como legítima la exigencia de una amnistía por parte de Junts –lo es– al tiempo que califican de chantaje la reivindicación del trabajo de la ministra de Igualdad es muy ilustrativo. Nada de lo sucedido en torno al partido que se atrevió a señalar las costuras del sistema en este país ha sido normal nunca. Como decía Gabilondo entonces, seguimos teniendo hoy un problema democrático. Quizá mayor, porque ya no se trata de policías corruptos. Un problema que arrancó en un oscuro despacho hace años y que afecta hoy a luminosas redacciones repletas de periodistas de ideas progresistas. Un efecto dominó lento. Si contra un partido se pueden fabricar sin consecuencias informaciones policiales falsas, si se les puede someter a interminables procesos judiciales sin pruebas o a la difusión de falsedades desde los grandes medios sin que esos periodistas sean despedidos, el resto es consecuencia natural. Por qué no publicar entonces dónde viven esos dirigentes y mostrar fotos de su casa; por qué no exigirles que renuncien a los escaños obtenidos en las urnas –qué traman, por qué se empeñan en entrar al Gobierno, llegamos a leer en 2019–; por qué no acusarlos de querer sillones cuando la política se transforma, como todos sabemos, desde sillones; por qué no, ya heridos, llamarlos formación irrelevante para que se unan a Sumar sin preguntar a dónde lleva ese viaje; por qué no, al mismo tiempo, otorgarles la responsabilidad de una posible victoria de la ultraderecha en caso de que el irrelevante no se sume; por qué no denunciar que, en este momento en el que todos los partidos políticos pactan y negocian condiciones, las únicas reivindicaciones chantajistas sobre el mapa de la península son las que hace Podemos.

Irene Montero no seguirá como ministra, el pacto de Gobierno no incluirá la subida del SMI que los morados exigen y el PSOE de Marlaska seguirá sin derogar la ley mordaza. Tras todo esto, Podemos usará sus pocos escaños para facilitar una mayoría progresista y, con ella, un Gobierno del que probablemente no formará parte. Cuando ese Gobierno eche a andar, al partido al que desde la propia izquierda se le exigió no hacer valer sus fuerzas en 2019 y ahora es acusado de extorsión por defender aquello en lo que cree, se le exigirá algo nuevo. Algo que, como todo lo anterior, nunca antes se le ha exigido a otra formación: silencio. Porque el silencio es la forma de muerte en política. Pasarán los años y, si la salud acompaña a Gabilondo, explicará en videoblog o bailando en tiktok –nunca subestimen a un octogenario con mente joven– cómo la operación para matar socialmente al partido que se atrevió a retar al sistema la comenzaron viejos policías educados en el franquismo y la acabaron jóvenes periodistas de izquierda que convencieron a sus lectores de que el partido que acabó con el bipartidismo y escoró a la izquierda al PSOE es un problema. Quizá a este trabajo en equipo que ha sido capaz de unir a franquistas y a gente de izquierdas podamos llamarla segunda transición ejemplar. Ya irán dos.

En uno de esos videoblogs con los que Iñaki Gabilondo mataba el gusanillo tras su jubilación, la voz más importante de la historia de la Cadena SER le dedicaba una reflexión a la persecución policial y mediática que en esos momentos sufría Podemos por parte de las cloacas del Estado. Una persecución de la que,...

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Autor >

Gerardo Tecé

Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).

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  1. victor1

    Gracias Gerardo por el sentido de justicia que desprende el artículo. De justicia y democracia. No se trata de defender a Podemos, se trata de denunciar el fabuloso éxito narrativo de esa España heredera de Franco, de sus jerarquías, sus altos mandos policías y militares, jueces y oligarcas acomodadas en sus privilegios que nos la ha vuelto a colar otra vez. Han conseguido que cale la narrativa del odio. El odio a Podemos, a Pablo Iglesias, a Belarra , a Montero, a Mondedero o a Echenique o a lo que ha representado el partido. Ahí está tangible la inquina que se refleja en el trato torticero que han dado a la formación morada en medios tan de izquierdas como El diario.es o El País. Sumemos también el menosprecio o ninguneo de los partidos que deben su existencia o su salud política actual a Podemos como Sumar, Más País o IU. Odio (inquina, resquemor, rechazo...) también patente en muchos de los comentarios de socios de este diario cuando aprovechan la mención al partido para repetir todo lo arrogante que es PIT y toda la autocrítica que debería hacer Podemos, y todos sus terribles errores (como si otros no los tuvieran)... Pues me da a mi que ese odio está fabricado por los de siempre amigos: los que no quieren derogar la ley mordaza para tenernos calladitos, los que no quieren que compremos una casa a precio digno, los que no quieren que nos suban los sueldos acorde a la economía del país porque una población precaria siempre es más dócil, los que desmantelan ecosistemas por el beneficio rápido, los que llevan la pulsera con la bandera monárquica pero corren a vender en bolsa empresas, servicios e infraestructuras públicas pagadas con nuestros impuestos al mejor postor extranjero... En vuestros comentarios está su éxito. Divide y vencerás es más viejo que la escritura y sigue funcionando, me temo. Pues eso, o unimos criterios y dejamos los egos de lado o seguirán ganando.

    Hace 1 año 2 meses

  2. juan-ab

    Estimado Gerardo, releo tu -al parecer comprometedor- artículo y todavía me parece más brillante, serán los reflejos del compromiso con la Verdad (el mismo que señalaba Malvar que ha de tener cualquiera que se llame periodista). Hasta la aparición de la PAH (Plataforma de afectados por la hipoteca) los desahucios eran invisibles y se llevaban a cabo en silencio, con dolor y llanto pero en silencio: llegaban los mamporreros del poder escoltando al funcionario judicial, y a la puta calle. Luego, tras la PAH, la cosa ha cambiado: mediante el acompañamiento, la desobediencia y la resistencia pasiva algunos desahucios consiguen pararse y aunque muchos, demasiados, siguen produciéndose todavía, la invisibilidad ha desaparecido, también el silencio. Ayer, en un análisis de la actualidad política, con encomiable perspicacia Rafa Mayoral se refirió a ellos como “gente que viene con la práctica de disolver partidos”. Y no hay mucho que rascar en la historia política española (no hace falta salirnos del presente siglo), para apreciar que no se trata de una simple -por más que feliz- ocurrencia de Mayoral: no estamos ante la caricatura de unos acorazados mamporreros al grito de ¡disuélvanse! En realidad Rafa fue muy comedido: la génesis y el desarrollo de eso que dicen “Sumar” es una sonriente, taimada e implacable operación “Desokupa.0”. No saben a qué puerta se han atrevido a llamar. El silencio se acabó.

    Hace 1 año 2 meses

  3. luisbombadil

    A Podemos se le critica lo mismo que se le critica a todos los partidos, la deslealtad. Respecto del nombramiento como partido que hizo temblar los cimientos del sistema, pues entiendo yo que también tenemos que meter a Comuns, Más Madrid y a todos los miembros de Sumar que lo son o lo fueron también de Podemos. ¿O hemos llegado al momento estalinista en donde sólo existió el pablismo y fuera de él no ocurrió nada? ¿estamos ya borrando personas de las fotos?

    Hace 1 año 2 meses

  4. nollamanuelgmail-com

    Podemos ha acaparado en la anterior legislatura todo el protagonismo de Unidas Podemos sin que los demás exigieran independencia de voto o de posicionamiento, ni cargos (más bien algunos despojados de ellos).  Respeto para Podemos, y respeto para todos. Pero también un poquito de lealtad, que no la han demostrado desde el principio. DIGAMOS LA VERDAD: Pablo Iglesias dijo que el no sumaba y se retiró nombrando a una persona que dijo que sumaría (hasta el extremo de ser la primera presidenta del país), pero cuando se pone a la tarea encomendada, empezando por recuperar las fuerzas dispersas, empiezan las reticencias y críticas públicas.

    Hace 1 año 2 meses

  5. detuatu

    "...nunca antes se le ha exigido a otra formación: silencio. Porque el silencio es la forma de muerte en política". Vamos, Irene. Vamos, Ione. Guerra a la desinformación, Pablo. Gracias, Gerardo

    Hace 1 año 2 meses

  6. nollamanuelgmail-com

    Muy cierto lo ocurrido con Podemos, pero poco más o menos lo que hacen con cada peligro a sus privilegios y eso ocurrió. Pero el PCE o IU no han exigido nada, y reconocer la situación actual de su implantación les ayudaría más que exigir su pasado. Su victimismo no lo usan contra el enemigo, sino contra cualquier cercano menos "puro".

    Hace 1 año 2 meses

  7. hctrmm06_3521

    He leído con interés los comentarios expuestos y aunque llego tarde quisiera expresar mi humilde opinión.  No se le puede negar a Podemos lo que ha logrado especialmente, tirando del Psoe hacia la realidad, pero el mundo sigue dando vueltas, es imparable y el partido de P.I. ha perdido la caravana que avanzaba por el desierto político de este país.  Esta caravana ha cambiado su ruta porque las dunas, por naturaleza, también cambian de sitio. Ahora, deberían volver al camino que dicta la orografía y aportar la experiencia con la que cargan a esa nueva ruta que aparece como más aconsejable. Gracias Gerardo por tus arriculos.

    Hace 1 año 2 meses

  8. Avila20

    No sé si algo eatá cambiando entre los lectores de ctxt, pero creo que es la primera vez que no son la inmensa mayoría los que apoyan a PI y hay varios que critican ese personalismo de la actual dirección. Bienvenido sea el cambio.

    Hace 1 año 2 meses

  9. fpg999

    A veces dejo sin leer, por falta de tiempo, artículos que me hubiera gustado haber leído, pero nunca dejo sin leer los tuyos.

    Hace 1 año 2 meses

  10. pablo-luis-plo-alonso

    En tiempos, quise estudiar periodismo. Por lo que veo (juan-ab), por suerte, no pude. Pero no es un problema, sólo, de periodistas y periodismo. Hay una actitud generalizada en este país: la falta de coherencia moral en cualquiera de nosotros. Si puedo subirme al carro de quien tiene pinta de ganar, me subo y me mantengo en él aún vendiendo a mi hermano por un plato de lentejas. Que con eso he sido incoherente?, pues que os den, ya estoy arriba y me planteo otra sarta de valores que se me acomoden mejor a la nueva situación. ¿Quién dijo conciencia? Hace poco publicabais una entrevista a un filósofo que predica un cambio de valores en nuestra sociedad como tabla de salvación, o parecido, para el futuro de esta sociedad. Será bueno leerla otra vez. En cuanto a Podemos, es curioso, pero lo que hace ahora lo hacía antes al interior del partido, de modo que a aquellos círculos democráticos y participativos los destruyeron con los mismos mecanismos que ahora se quieren usar para condicionar la política estatal. Nunca quisieron que las comisiones de garantías que dejaron que hubiese (a algunas se las cepillaron por el artículo 33), fueron comisiones que actuaban ante aquellos miserables chantajes internos. El "fundador" de Podemos, tendría mucho que contar sobre esto. Bueno sería verle un artículo explicando por qué se pasó de la horizontalidad a la verticalidad jerárquica.

    Hace 1 año 2 meses

  11. manuel-avalos

    Irene Montero no es cualquier ministra, tampoco es cualquier política. Irene Montero no se pone de perfil ante una corriente incómoda esperando a ver cuál es la postura más aceptada, tampoco muestra una sonrisa permanente, da igual si hablé del norte y luego resulta que viene del sur. Tampoco parece esquivar los problemas con frases neutras que eviten compromisos de responsabilidad. Irene Montero viene de frente, habla claro y lucha con trabajo y dignidad, con inteligencia y fé. Representa un espíritu que impregna a Podemos y se nutre de él, y consigue objetivos que parecen imposibles al principio y al final resulta que a todos beneficia. Me quedo con Irene como ministra y prefiero a Podemos como partido, se han ganado toda la confianza, a pulso y sin deudas sospechosas, sólo trabajo y dignidad.

    Hace 1 año 2 meses

  12. carlos3

    La caída de Podemos se debe a prácticas antidemocráticas externas solamente? Me parece una barbaridad el uso de medios públicos para atacar a la formación; me parece de una bajeza moral inaudita la basura en su contra de los medios, pero, qué pasa con las propias torpezas?, qué pasa con los personalismos desatados y con el hecho de relegar a las bases a un papel de comparsas? Podemos parece evidente que se ha vuelto débil, lo suficiente como para dar por perdida la capacidad de designar a titulares de carteras ministeriales -después de haber tenido a un matrimonio sentado en el Consejo de Ministrxs–, y ahora me resulta poco menos que patético ese intento de salvarle el cargo a una persona en concreto. Creo que la organización necesita reconocer la nueva realidad, partir desde abajo y crecer desde una propuesta creíble, en lugar del llanto desquiciado por lo perdido. Yo al menos me siento decepcionado con la trayectoria, sin negar los logros políticos que haya atesorado.

    Hace 1 año 2 meses

  13. jordi-riera-selas

    Totalmente de acuerdo. Lo que ha pasado con Podemos en los últimos años a dejado al descubierto las vergüenzas de una democracia que ni es tan plena ni está tan consolidad. Aquello que dijo Franco de "lo dejo todo atado y bien atado" sigue siendo tan cierto hoy, como hace 50 años. Después algunos se sorprenderán de que haya regiones de España en que surjan corrientes que se quieran independizar del estado postfranquista Español. Si es que viendo el cortijo que tienen montado solo se puede generar desafección.

    Hace 1 año 2 meses

  14. ramon-lopez-facal

    El acoso y persecución que ha sufrido Podemos es intolerable y espero que haya alguna consecuencia penal contra los que la han organizado. También entiendo que Podemos reivindique la gestión de una de sus dirigentes en un gobierno de coalición. Pero, para mi, es incompresible que Podemos exprese que para ellos es una exigencia irrenunciable que Irene Montero tiene que seguir siendo ministra ¿lo fundamental para un partido es que una de sus dirigentes sea ministra? ¿El apoyo a un gobierno depende de que ella "tiene que" ser ministra? No lo comparto

    Hace 1 año 2 meses

  15. cmvjulio

    Estimado Tecé, .."protagonizada por la formación fundada por Pablo Iglesias en 2014".. Ese es el problema, Podemos no lo fundó PI, lo fundaron muchas más personas y lo apoyamos con ilusión muchas más. Ahora, todas sin excepción estamos en Sumar. Se agradece el interés por mejorar este país y la inmolación de sus líderes, pero, una pena, ¿qué quieres que te diga?. Y de Madrid, por favor, ni hablemos. Fíjate en el panorama que tenemos.

    Hace 1 año 2 meses

  16. juan-ab

    “Si la calle y sus partidos tienen que tomar los medios de comunicación para tener información fidedigna, lo inteligente es que los medios de comunicación dignos se dejen tomar por la calle. Y no tener miedo a que los cronistas callejeros escribamos nuestros graffitis en un portal u otro. Los columnistas hacemos pintadas en los periódicos, como Bansky en las paredes, en cualquier pared. No estamos en el mercado de la moda y de las firmas, como las influencers. Escribimos a bolígrafo algo que no sabemos si vamos a vender debajo de la lluvia y sin paraguas. Es  tan imposible como ser médico en un quirófano anegado del Madrid de Isabel Díaz Ayuso. He escuchado una leyenda urbana, seguramente difundida por gente muy perversa, que asegura que diversos medios de inclinación progresista impiden a sus colaboradores malpagados completar sus ingresos escribiendo para otros medios progresistas que también los malpagan. Competencia desleal, dicen. Es la constante persecución que sufrimos los ‘freelancers’ y las putas. Nuestros chulos no nos dejan trabajarnos otros barrios. No estoy frivolizando con la prostitución. Siempre cito a Víctor Hugo: hasta que no desaparezca la prostitución, en el mundo seguirá existiendo esclavitud.” (“Periodismo militante”, de Aníbal Malvar, en el nuevo “Diario Red”). Y es ahí, estimado Gerardo, precisamente en esos lupanares del “periodismo” donde se urde esa “normalidad” a la que haces referencia en tu magnífico artículo. En otra parte del suyo dice Malvar: “El periodismo nunca ha sido militancia, sino todo lo contrario. Ha sido la libertad de escribir donde y cuando quieras si llevas una verdad debajo del brazo. El éxito total lo consigues cuando tu Verdad cabrea a tu propia empresa. No somos futbolistas cuyas palabras se compren y vendan por millones, cual hermosos pelotazos al borde del área. Somos poetas que intentan sobrevivir en un mundo donde se ignora la poesía y se paga cero, pero es necesaria.” ¡Benditos seáis!

    Hace 1 año 2 meses

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